Llevo toda la semana estudiando cómo cambiar el aula, ordenando, tirando, cambiando las sillas y las mesas de sitio. A finales del curso pasado enmarcamos los dibujos que Inma Serrano le regaló al aula de música, y hoy, un agradable compañero que me cae genial (?), los ha conseguido colgar (y digo "conseguido" porque la pared se las trae). En medio del zafarrancho de combate he tenido tiempo para ver cómo la luz que entra por la ventana del fondo se refleja en el bajo y el clarinete. Un gustazo.
Luego, más prosaica, en vez de seguir ordenando el aula he tomado y editado alguna foto. Espero que os guste la nueva pared.