En otra entrada ya me referí al entusiasmo que me produjo reconocer alguno de mis propios puntos de vista en la magistral prosa del portafolio docente de William M. King.
Como es propio de cada portafolio, éste se vuelve un reflejo de la personalidad y el carácter de cada persona. En este caso, es evidente que el autor es dado a la literatura y al amplio (y ajustado) empleo del lenguaje escrito. Todo el portafolio está orientado a poner el foco en el contenido, que resulta profundo e interesante.
Como valoración global del portafolio dos elementos resultan mejorables desde mi punto de vista:
- Precisamente el carácter literario, que es una de sus ventajas, puede ser uno de sus inconvenientes, puesto que es difícil hacerse una idea general rápida del contenido: la presentación austera centrada en los largos y bien elaborados párrafos obliga a una lectura detenida para desentrañar el contenido.
- La presentación resulta poco práctica por el mismo motivo. Creo que está buscado el efecto de “obligar” al lector a leer el texto para introducirse en la “mundo interior” del autor, pero podría adjuntar algún elemento gráfico o multimedia adicional. Incluso una lista de viñetas se agradecería, por ejemplo, en la historia profesional del autor.