A finales del siglo XVIII la cultura y la estética turca estaban de moda en Europa o al menos, en las zonas más próximas a las fronteras del Imperio Otomano.
A partir de 1770 la variedad de prendas fue enorme, y en ellas influyeron factores tan dispares como la vestimenta masculina, el atuendo teatral o el gusto por Oriente y el este de Europa; gracias a todo esto se sucedieron distintas modas con denominaciones tan particulares como vestido "a la polaca", "a la turca", "a la circasiana"..(…) El nombre de polonesa, polonaise en francés, derivaba del uso de estilos procedentes de Polonia. Es posible que inicialmente hiciera referencia a los adornos realizados en piel o al hecho de subir un lado de la falda, una moda polaca que venía a su vez del traje turco. (…)
¿Recordáis Amadeus? En aquella secuencia en la que Antonio Salieri interroga a la cantante Caterina Cavalieri acerca de su atuendo antes de comenzar la clase de canto, ella responde: "este año todo va a ser turco".
Pues bien; esa influencia que se dejó sentir en las vestimentas, también lo hizo en la música, y una clara muestra de ello fueron las famosas marchas "a la turca".
Cuando hablamos de "marcha turca" solemos pensar en Mozart, sin embargo no fue este el único compositor seducido por las sonoridades de los ritmos otomanos; a Beethoven - aunque posterior - le ocurrió lo mismo y compuso una marcha turca que forma parte de su obra titulada "Las ruinas de Atenas" Op. 113 nº 4 (1811). Hay que saber, además, que el tema de esta marcha aparecía ya en sus Seis variaciones Op. 76, de 1809
A continuación podéis ver y escuchar ambas obras:
Marcha turca de Las ruinas de Atenas:
Seis variaciones Op. 76 para piano
Antes de irnos escucharemos también "la vuestra", la de Mozart (que como ya sabéis, constituye el tercer movimiento de su Sonata para piano n.º 11); os la dejo en la "ultrasónica" versión de Lang Lang; se que la vais a disfrutar mucho.
De nuevo Google nos vuelve a sorprender y a dedicar un magnífico Doodle al mundo de la música. Recordamos que un doodle es la manera que tiene Google de homenajear o celebrar alguna fecha o efeméride concreta. Aquí pudimos recordar algunos muy interesantes como el genial que recordó a Beethoven o el que nos llevó a conocer a Bartolomeo Cristofori o a Adolphe Sax, entre otros. A veces dichos doodle son tan importantes que no se conforman con un simple logo, sino que se puede interactuar con juegos o actividades. En el día de hoy, justo un día después de celebrar el Día Internacional de la Mujer, nos encontramos con un doodle dedicado a Clara Rockmore. Este nombre quizá no nos suene demasiado, y quizá muchos desconozcan que esta mujer pasó a la historia por sus incomparables interpretaciones con un instrumento complicado: el theremin. Hoy se celebra el 105 aniversario de su nacimiento, el de una mujer que quiso dedicarse al mundo del violín pero que una enfermedad le impidió seguir tocando. Con 18 años tuvo la fortuna, o más bien fortuna mutua, de encontrarse con Leon Theremin, quien quedó prendado de su manera de tocar el instrumento que había creado poco antes: el theremin. Ambos trabajaron juntos durante años y perfeccionaron el instrumento. Ella se convirtió en una celebridad por sus geniales interpretaciones de obras de los mejores compositores de la Historia de la Música. El theremin es un instrumento que se basa en el campo magnético, cuyo acercamiento de la mano a dos antenas, hace que se produzcan mágicos sonidos. La mano derecha controla el tono, y la izquierda el volumen. Aparentemente es fácil de tocar, pero nada más lejos de la realidad; al ser un instrumento que no se puede afinar, es algo sumamente difícil. Actualmente se utiliza mucho en el ámbito de las bandas sonoras. En el doodle de hoy, se puede acompañar a Clara Rockmore a aprender una fácil melodía en tres pasos. Una vez superada la prueba, se pueden interpretar melodías, e incluso cambiar tonalidades, octavas y la amplitud de las ondas. Es una manera fácil y dinámica de conocer e interactuar por primera vez con un instrumento tan desconocido como el theremin. Os dejamos con varios vídeos con los que podéis disfrutar de este misterioso instrumento:
Aquí podemos ver a la propia Clara Rockmore interpretando una pieza de Saint-Saëns ("El Cisne"):
Su inventor; Leon Theremin, presentando y tocando el instrumento:
"Over the rainbow", de la película El Mago de Oz, interpretado con theremin:
¿Qué os ha parecido el instrumento? ¿Curioso verdad?
En infinidad de ocasiones hemos comprobado que la música es un vehículo esencial para fomentar la paz. Vídeos, noticias, letras de canciones, conciertos, han servido a lo largo de la historia como elemento para unir a pueblos o naciones enfrentadas. La música tiene muchas cualidades e importantes poderes en las personas; nos ha servido siempre para soñar y creer en un mundo más justo y en paz. En relación a esto, el pasado martes 1 de marzo en la capital alemana de Berlín, pudimos vivir un Concierto de Bienvenida a los Refugiados, bajo el esperanzador y hermoso título de "Bienvenidos a nuestra sociedad". Como sabemos estamos viviendo una época complicada en muchos aspectos, y uno de ellos es el asunto de los refugiados que huyen de su país en guerra con la esperanza de encontrar en otro país un hogar y la paz necesaria para su familia. A pesar de lo fácil que nos resulta aceptar esta realidad, nos empeñamos en poner trabas y más piedras en el camino a estos refugiados. Países que se niegan a aceptar un gran número de ellos en sus fronteras por el hecho de que están "sobrepasados", falsas noticias que intentan infundir el miedo a los habitantes de algunos países intentando vincular a refugiados con terroristas,... Todo esto hace que muchos países se dediquen a debatir cómo gestionar el reparto de refugiados durante meses, en lugar de llegar a un acuerdo justo para todos.
Los tres directores, juntos en el concierto
Por eso, ver como en Alemania se realiza un concierto de acogida, es una noticia esperanzadora, que nos hace creer por un momento en la bondad del ser humano, usando el vehículo más puro, bello y universal: la música. Obras de Mozart, Beethoven o Prokofiev, dirigidas por directores como Barenboim, Sir Simon Rattle e Iván Fisher, dieron la bienvenida a más de 2000 refugiados de países como Siria, Afganistán o Irak, en un concierto promoviso por la canciller Angela Merkel, la cual tiene dividido a parte del país debido a su gesto de querer abrir las fronteras de su país para alojar a refugiados. Muchos de ellos por primera vez en meses o incluso años, pudieron desconectar de su problemática, trasladándose al hermoso mundo de la música clásica. Una vez más vemos como la música, en su lenguaje único y universal, fue capaz de unir naciones enfrentadas, hacer de este mundo algo un poco mejor. Os dejo un vídeo de uno de los momentos del concierto:
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