Casa natal de Camarón de la Isla |
En realidad es una isla-istmo, realmente era en tiempos griegos un conjunto de islas (las llamadas Erytheia y Kotinoussa), pero no hay que dejar de observar sus ecosistema de marismas o antiguas salinas, que le confiere aún hoy su idiosincracia de pseudo isla. Se puede acceder por carretera y tren o a través del cercano aeropuerto jerezano (a media hora de distancia). Su belleza es impresionante, su pintoresquismo auténtico cien por cien y su paisanaje amable, acogedor, generoso y simpático a raudales.
Es un lugar de ineludible visita su humilde casa natal, de entrada gratuita, convertida en una especie de "santuario" en memorial suyo, sita en C/. Carmen (como curiosidad, recordar que esta misma palabra viene del latín: "canto, música, poema, conjuro, hechizo" que todo eso y más es lo que hacía Camarón cuando se expresaba con los melismas que fluían como oleadas de fuego sonoro de su garganta), en el núm. 29 (en el popularmente llamado "barrio de las callejuelas") donde le atenderán Silvia y Belén con cortesía y amabilidad exquisitas y realizarán una visita guiada realmente inolvidable.
Yo misma disfruté cantando allí un bis, Las Morillas de Jaén, esa canción de origen árabe/medieval transcrita por Lorca (uno de cuyos más inspirados versos sobre la guitarra se halla en el patio central) y unas cadencias andaluzas, ¡de destacar su buena acústica!
Patio comunal Casa de Camarón |
Camarón vivió allí hasta su primer contrato profesional como cantante, para el cual tuvieron que falsificar su edad diciendo que ya era mayor de edad cuando en realidad no llegaba a dieciséis años, para poder cantar en Madrid. De hecho, sus padres no veían claro que se fuera del hogar y el director de la compañía decidió contratar a una persona de confianza de la familia, el cantaor Rancapino para que fuera con él. Este maestro sigue vivo aún y suele vérsele aún por la Venta de Vargas.
Todos los locales tenían a la sazón que estar cerrados a las diez de la noche pero hubo un día en que se encontraba en la Venta de Vargas (cantando Camarón) el gobernador de Cádiz, máxima autoridad, y llegó la Guardia Civil para pedir explicaciones por estar abierta. El dueño de la Venta le dijo al guardia que pasase al fondo y le dijera al "cliente" que saliera, cuando se dio cuenta de quién se trataba (el gobernador), el mismo se retiró, pero al día siguiente decretó que la Venta de Vargas fuera un Servicio de Auxilio de apertura 24 horas, cuyo único requisito era que contuviera un botiquín y un teléfono público.
Era el único local que podía permanecer abierto día y noche. Al no tener necesidad de cerrarla, el dueño una nochebuena que quiso cerrarla para celebrarla en familia no pudo al no encontrarla (por no usarla).
En la misma calle Carmen, en el núm. 14, se halla la casa natal de otro grande del cante, el hijo predilecto de San Fernando, José Llerena Ramos, "Chato de la Isla", cuya peña se encuentra no muy lejos, cerca del colegio Reina de la Paz.
Los amantes del flamenco también deberían visitar la peña de mismo nombre, en el Parque Sacramento y su mausoleo, el monumento funerario más visitado de España, realmente impresionante, en el cementerio isleño, no lejos del Parque Almirante Laulhé.
Y por supuesto, la aludida célebre "Venta de Vargas", la casi centenaria catedral del cante, visitable ex profeso de 12 a 13 horas por un módico precio, donde han desgranado sus filigranas flamencas todos los cantaores y cantaoras de prestigio del mundo, donde hay anexo otro impresionante monumento en bronce.
Rindiendo homenaje en la tumba de Camarón |
Y no olviden visitar también Algeciras, a apenas una hora de distancia, donde podrán recorrer los lugares referentes a otro revolucionario del flamenco, que fue el alter ego, podríamos llamar, de José Monge Cruz, el sin par guitarrista, su acompañante, también mítico, Paco de Lucía, con el cual compartió discografía entre 1969 ("Al verte las flores lloran") y 1977 ("Castillo de arena").
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Sala de audiciones |