Nota de prensa y declaración:
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Ahora que estamos tan cerca de la tramitación de la nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, que debe resolver el vacío normativo que hizo patente la Sentencia del Tribunal Supremo al no permitir la denominación de Grado para las Enseñanzas Artísticas Superiores, por encontrarse fuera de la Universidad y de sus exigencias de calidad; no debemos olvidar que la integración con la universidad no es una moda pasajera. Ya hemos comentado en este blog un texto de 1969 que lo solicitaba, y en esta entrada vamos a hablar de la Proposición No de Ley del grupo Parlamentario Esquerra Republicana-Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds sobre la incorporación de las Enseñanzas Artísticas Superiores a la Universidad.
En la exposicón de motivos, encontramos la siguiente reflexión acerca de la acreditación de la calidad de la enseñanza:
Pero este Real Decreto genera una desigualdad con la enseñanza universitaria, ya que ni en el mismo ni en su desarrollo autonómico se han previsto sistemas de acreditación de la calidad para los nuevos títulos de grado en enseñanzas artísticas, aunque ello es la base de la confianza en todo el sistema de intercambio que pretende el Espacio Europeo de Educación Superior.
Y sobre la imposibilidad de organizar sus propios planes de doctorado:
Con esta nueva ordenación, continúa la dependencia de los centros superiores de enseñanzas artísticas respecto de las universidades para impartir programas de doctorado, lo que, junto a la negación de la autonomía académica (creación de planes de estudios por los centros), configura una situación de desigualdad en derechos entre las enseñanzas artísticas y la enseñanza universitaria, que es impropia de la educación superior y discordante con las tendencias que se están dando en Europa.
Y aquí, una de las claves de todo este asunto:
No resulta congruente que la titulación que otorgan estos centros tenga equivalencia a todos los efectos al título universitario de licenciado (o de grado) y que, sin embargo, su régimen administrativo, laboral, retributivo y de producción normativa curricular y estatutaria se corresponda con el de la enseñanza secundaria.
Acerca de la inestabilidad laboral, y el enmudecimiento de plantillas:
Las plantillas docentes de los centros superiores de enseñanzas artísticas están cubiertas en un altísimo porcentaje por comisiones de servicio —en su mayoría— y por interinidades. Las comisiones de servicio son otorgadas discrecionalmente por las Administraciones educativas cuando el director de cada centro lo autoriza, siendo renovadas año tras año, con lo cual los profesores no pueden consolidar las plazas que ocupan efectivamente, pese a su dedicación continua, esfuerzo y valía.
Esta falta de estabilidad laboral de los profesores produce inevitablemente la ausencia de implicación y participación activa de los mismos en los claustros, lo que supone un déficit democrático que conduce a un ineficaz funcionamiento de los centros.
[...]
Los centros superiores de enseñanzas artísticas, especialmente los conservatorios superiores de música, vienen reclamando ser incorporados a la universidad desde hace más de treinta años. Pero, actualmente, las manifestaciones de esta voluntad son reprimidas fácilmente, por la situación laboral antes descrita, por la desinformación o duda sobre si los actuales profesores de estos centros podrán ser profesores de universidad con su nivel de titulación actual, ya que no todos tienen el doctorado, y por informaciones difundidas sobre la supuesta reticiencia de las universidades a facilitar su incorporación que desalientan a los profesores.
Con lo que se llega a una consecuencia lógica:
Frente a este panorama, la mejor opción para demo- cratizar los centros superiores de enseñanzas artísticas, dotarles de verdadera autonomía, conseguir una situación laboral digna y potenciar la investigación sería incorporarlos al sistema universitario, con todas las ventajas y el reconocimiento social que conlleva.
Ello que supondría un avance histórico que resolvería la situación de desigualdad que viven estos centros, sus alumnos y sus profesores frente a los propios de la enseñanza universitaria, situación completamente contraria al principio de igualdad reconocido en el artículo 14 de la Constitución Española y al principio favor libertatis.
Luego de esta exposición de motivos, se desgranan las diferentes condiciones de partida de las distintas enseñanzas de cara a la integración con la universidad:
Conservatorios Superiores de Música:
- Los profesores tienen una titulación completamente equivalente a la licenciatura universitaria.
- Cada vez hay más doctores.
Escuelas Superiores de arte dramático:
- El profesorado también tiene titulaciones equivalentes a las universitarias.
Conservatorios Superiores de danza:
- Una parte del profesorado posee títulos anteriores a la LOGSE, que no tienen nivel equivalente a la licenciatura.
A este respecto, el texto apostilla:
Aun así, habría que pensar también en los actuales alumnos, y en los titulados de la LOGSE, qué sí tienen dicho nivel, pues ellos serán los profesores del mañana.
Escuelas Superiores de Conservación y restauración de bienes culturales:
- La gran mayoría de sus profesores son licenciandos.
- Aunque algunas escuelas han cubierto sus plantillas con diplomados
Escuelas Superiores de Diseño:
- Extrañamente han optado por el modelo de centro: Escuela de Arte y Superior de Diseño”, donde coexisten dos niveles educativos distintos: formación profesional de grado medio en arte y formación superior de diseño.
- El profesorado no tiene en todos los casos una titulación equivalente a la licenciatura.
- Nutren sus ingresos por matrículas principalmente con el grado medio, por lo que parece no interesarles, de momento, su incorporación a la universidad.
Sobre los lobbies de presión, comenta:
Algunos colectivos del ámbito de diseño están haciendo una firme oposición a la entrada en la universidad de otras enseñanzas, como la música, que tienen todo el derecho y una voluntad demostrada de incorporarse. Desde la negociación de la LOE, estos colectivos pidieron quedarse fuera de la universidad y, con ello, arrastraron al resto de enseñanzas artísticas a esta situación anómala que en nada les beneficia.
Y, haciendo un poco de historia sobre antiguos procesos fallidos de integración a la universidad:
Cuando las escuelas de bellas artes se incorporaron a la universidad en 1978, por el desarrollo de la Dis- posición transitoria segunda de la Ley General de Educación de 1970, deberían haber hecho lo propio los conservatorios de música y las escuelas de arte dramático, aunque esto no llegó a ocurrir por diversas razones. Una de las razones más determinantes fue la ausencia de separación de los grados medio y superior en los conservatorios de música, que hoy en día ya es historia.
Obviamente, la transición se ha de hacer de la forma más suave posible, por ello:
Con el fin de evitar la discriminación, pues, de producirse el cambio normativo para incorporar a la universidad los centros de enseñanzas artísticas superiores que están en condiciones óptimas para ello, debe preverse también un período de transitoriedad que disuelva los temores de las actuales plantillas docentes hacia el nuevo estatus de estabilidad laboral, impulso a la investigación, normalización definitiva, dignificación, reconocimiento social y democratización inaplazable de los centros que ello supondría.
Y, finalmente, añade:
El reciente proceso normativo sobre las enseñanzas artísticas superiores viene desarrollando con importantes retrasos una estructura de titulaciones paralelas a la estructura universitaria, pero no es concebible una edu- cación verdaderamente superior sin dotar los centros superiores españoles de enseñanzas artísticas de todas las garantías de calidad necesarias para su reconocimiento internacional, de la plena autonomía de que gozan las enseñanzas universitarias y de la financiación adecuada.
La libertad de cátedra del profesorado universitario y la autonomía de las universidades deben ser traspues- tas a los centros superiores de enseñanzas artísticas, para poder configurar un sistema educativo cuyos centros de educación superior igualen en condiciones a los centros europeos de referencia, a fin de fomentar la excelencia académica y la investigación libre.
La autonomía institucional debe incluir la facultad de crear las estructuras orgánicas necesarias para su óptimo funcionamiento y para dar soporte a la investigación y a la docencia, y debe incluir también la potestad autonormativa, en cuanto a la elaboración de sus propios estatutos, planes de estudio y régimen administrativo interno.
En el archivo adjunto en esta entrada se puede ampliar más información sobre la Proposición No de Ley (página 15). Si crees que las Enseñanzas Artísticas Superiores deben estar en la Universidad, te rogaría firmases la petición, que en septiembre vamos a mostrar al Ministerio de Educación para respaldar esta decisión: Firma la petición on-line en Change.org
En el resumen de las aportaciones recibidas al anteproyecto de ley orgánica para la mejora de la calidad educativa, que publica el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en su web se puede encontrar una reseña a las propuestas de la Plataforma por la Integración de las Enseñanzas Artísticas Superiores en el Sistema Universitario:
Se han recibido numerosas aportaciones sobre Enseñanzas artísticas superiores, para las que se reclama la igualdad real con las titulaciones universitarias, su consideración como estudios de Grado y Posgrado, y se propone su integración en la universidad, con la participación de profesores y alumnos, de los agentes sociales y de los profesionales relacionados con las Enseñanzas artísticas superiores, atendiendo a las particularidades propias de estas enseñanzas y de sus necesidades específicas, pero siempre en vista a su normalización dentro del sistema educativo general, sin regímenes especiales.
A partir de septiembre se va a empezar a tramitar la ley en el parlamento, por lo que es depende de estas semanas que la balanza se decida hacia la integración con la universidad, o seguir con el tortuoso camino de las equivalencias, cuya última consecuencia hemos visto en las bolsas de interinos de Cataluña. Y en nuestras manos está apoyar una decisión u otra. Firma la petición en Change.org para mostrar al ministerio que somos más los que nos hemos cansado de la marginación de nuestras enseñanzas respecto al resto del sistema educativo español y europeo:
Somos muchos los que NO nos conformamos con que los títulos de las enseñanzas artísticas superiores sean declarados “equivalentes a”, por dos razones:
- las equivalencias nunca son totales, si tan equivalentes somos, ¿por qué no nos llamamos igual?
- que el título sea equivalente a efectos burocráticos, no significa que las exigencias al sistema educativo sean las mismas. No hace falta más que echar un vistazo a la normativa universitaria respecto a la normativa de los centros artísticos superiores.
Y una muestra más de que esa equivalencia nunca ha sido, ni es, ni será total, nos la brinda la Direcció General de Professorat i Personal de Centres Públics, del Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya. Ya que en respuesta a un escrito dirigido a Irene Rigau i Oliver, Consellera d’Ensenyament, con fecha 6 de marzo, en el que la Plataforma per als Titulats Superiors en Art Dramàtic i en Dansa exponen la problemática que les afecta en relación al acceso a las bolsas de personal docentes. Y la respuesta llega el 12 de julio de 2012 con un jarro de agua fría, ya que aparte de indicar que el Título Superior de Danza, no sirve para acceder a ninguna especialidad de la bolsa de trabajo de personal docente, indica que las titulaciones que se tendrán en cuenta para el baremo de méritos son (palabras textuales):
ESTRICTAMENT, LES TITULACIONS UNIVERSITÀRIES.
Catorce años de estudio de danza (o música), para que el título no pueda contar ni un miserable punto, respecto a cualquier titulación universitaria, diplomatura, licenciatura, grado, doctorado, título de EOI, o cursillo de formación…
¿Todavía queremos seguir jugando a las equivalencias?
A todos aquellos que estén hartos de equivalencia, les ruego firmen la petición de incorporación de las Enseñanzas Artísticas Superiores en el Sistema Universitario.
A los que quieren seguir jugando a las equivalencias:
Acaba de caer en mis manos ¡un texto de 1969!, que lamentablemente su lectura sigue arrojando una crítica que no ha dejado de estar vigente, desde hace más de 40 años.
Se trata de un artículo publicado por la Dirección General de Bellas Artes, en los Cuadernos de Actualidad Artística que recoge las ponencias presentadas en el seminario Problemas Actuales de la Educación Musical en España, siendo la ponencia de Rafael Castro, “Incorporación de los Conservatorios o Escuelas Superiores de música a la Universidad”, la que ahora nos interesa.
La frase inicial con la que empieza el texto, es lapidaria:
El problema del subdesarrollo en nuestra sociedad es un problema ciertamente grave. La degeneración progresiva en los métodos de educación en nuestros Conservatorios, la apatía por la investigación y renovación musical, junto al abandono, por parte de los órganos estatales competentes, de estos centros, han dado como resultado esta lamentable situación, creando un clima hostil para cuantos de una forma u otra nos interesamos seriamente por la música en nuestro país y en nuestra sociedad.
Respecto a la organización de la enseñanza musical en el sistema educativo general indica:
Efectivamente, si el futuro técnico-económico-cultural de una nación depende, sobre todo, de la organización de la enseñanza a todos los niveles, la música no debe estar al margen de esta problemática general.
Es lo que mucha gente opinamos, uno de los pilares fundamentales en la evolución de las sociedades es la educación que se ofrece a sus ciudadanos, y esta debe estar bien organizada a todos los niveles, desde infantil hasta los post-doc. Y la música, no es algo ajeno a este sistema educativo, ha de estar regulada de forma coherente dentro del sistema educativo general, y no ser un misterioso ente asimilado a “cuasi-todos los efectos” al sistema general con el que convive.
En este sentido, Castro continúa:
Sin embargo, los centros de enseñanza musicales en nuestro país se han venido alejando cada vez más de la Universidad, llegando a constituir una rara especie de lugares donde se forma a los alumnos en una única dirección, desligados absolutamente del resto del quahcer universitario y del saber humano.
La multidisciplinariedad de competencies y saberes que se respira en las universidades no puede producirse en unos centros superiores que nula relación administrativa y pedagógica tienen con las universidades. Los beneficios serían mutuos indica el texto:
Por ejemplo, la creación de coros y orquestas; la programación de una especialidad de estudios musicales, tan necesitada como es la de Profesor de Música de Escuela, [...] , en fin, dotaría a la Universidad de medios ágiles para la organización de seminarios de música, conciertos, conferencias, etc.
Es cierto que ya hay coros, y orquestas dentro de las estructuras de actividades extra-académicas de las universidades. Pero siguen siendo eso, ofertas culturales de tiempo libre para alumnos o simpatizantes. En una orquesta universitaria no se forma a los músicos que en ella participan, simplemente son alumnos formados en los conservatorios o escuelas de música, que aprovechan esa formación para participar en esa orquesta, que les ayudará a conseguir créditos de libre configuración para rellenar el currículum de otra carrera que poco o nada, pueda tener en común con la interpretación musical.
Otro ejemplo más. Recientemente en la Comunidad Valenciana se ha iniciado un proyecto de investigación sobre el estudio de un instrumento musical para frenar el fracaso escolar, y es un proyecto a cuatro manos: la administración autonómica, el colegio, la escuela de música y la universidad. ¿Y sabéis qué departamentos Universitario se encarga de ello? La Unidad de Investigación en Economía de la Cultura y Turismo (Econcult) del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local (IIDL) y el grupo Métodos Cuantitativos para la Medición de la Cultura (MC2) del Departatmento de Economía Aplicada. ¿Dónde están los músicos investigadores que realicen el proyecto? ¿Por qué no se encarga de ello algún departamento musical? Porque ni está ni se le espera.
Con todo esto no estoy criticando el proyecto; me parece muy positivo que se hagan investigaciones de este tipo respaldadas por la Instituciones Públicas y las Universidad, pero es una muestra más que desde el ámbito de la música NO ESTAMOS EN LA UNIVERSIDAD, QUE ES DÓNDE SE GENERA EL CONOCIMIENTO.
Volviendo sobre el tema de la transversalidad, la multidisciplinaridad, y la interacción del conocimiento entre las diferentes áreas del saber el texto también indica que:
Los Conservatorios o Escuelas Superiores de Música se beneficiarían, a su vez, del contacto con los demás departamentos universitarios, especialmente; Bellas Artes, Filosofía y Letras, Física, de los Laboratorios de Fonética, Acústica, Cinética, Electrónica, y de una ambiente, en definitiva, más humano y propicio para su desarrollo integral.
Después de esta exposición inicial, el autor pasa a desgranar algunos de los aspectos que ya ha presentado.
La degeneración progresiva de los métodos de educación en nuestros Conservatorios
Es un problema de una gravedad extrema, toda vez que la metodología al uso quedó desfasada hace no pocos años, si digo que continúan empleándose textos idénticos a los de cincuenta años atrás, no podrán creerme, pero es cierto.
Este es un aspecto que afortunadamente, con las nuevas generaciones de docentes, está empezando a cambiar, pero que no olvidemos que un cambio de manual, o de recursos no implica necesariamente un cambio de metodología.
La apatía por la investigación y renovación
Dice Ramón y Cajal “que la causa principal de nuestra decadencia es la falta de creación de ciencia origial”.
Y ¡qué frase más certera la de Ramón y Cajal! Si no apostamos por una creación científica, una investigación propia, un desarrollo tecnológico puntero, acabaremos convirtiéndonos en un país de turismo y mano de obra para los productos ideados por otros países. La fuga de cerebros es tan sangrante para un país como un corte en la ahorta.
Esta especie de pereza mental, secular en nuestra historia, está falta de interés por la investigación, madre de la ciencia y de la verdad en definitiva, han sido la causa de nuestro empobrecimiento musical cada vez más acentuado en compositores, musicólogos, tratadistas e intérpretes.
El abandono de estos centros por parte de los órganos estatales competentes
No puedo pasar por alto la responsabilidad que cae sobre los órganos estatales por su falta de protección a cuantos centros u organismos musicales sobreviven en nuestro país de una forma precaria.
E incluso, un tema que aun sigue alejando a nuestros propios músicos de nuestro país:
¿Cómo pudiera describir yo el sentimiento de incertidumbre, de angustia, que nos envuelve a cuantos después de tres, cuatro o más años de estudios de especialización en las mejores escuelas de música europeas, representamos a nuestro país, no hallando sino puestras cerradas a nuestros conocimientos, ideas y entusiasmo?
Creando un clima hostil para cuantos de una forma u otra nos interesamos seriamente por la música en nuestro país y en nuestra sociedad
Asombrosamente actual describe:
En una sociedad extrovertida como la nuestra, con al vida planteada hacia fuera -deportes, cafeterías, viajes, playas, etc. – resulta dificil encontrar un lugar para la cultura y, concretamente, para la Música.
[...]
Es necesario decir una y mil veces y gritar si necesario fuera, hasta destrozar nuestras gargantas, el estado crítico-angustioso en que nos hallamos los que nos dedicamos a la investigación y creación musical, debiendo escribir para que nuestras obras permanezcan desconocidas, archivadas, esperando una oportunidad en un futuro incierto.
Luego enumera las necesidades culturo-musicales, cuya medidas urgentes son:
- Renovación estructural y metodológica de la Enseñanza de la Música
- Programación de la Música en la Enseñanza Primaria y Secundaria
- Incorporación de los Conservatorios o Escuelas Superiores a la Universidad.
Y analizando la situación actual. El punto uno se está produciendo con una lentitud que apenas habrán habido modificaciones desde que lo concibió el autor. La renovación metodológica en los Conservatorios no depende del sistema, si no de la preparación del docente que te toque.
El punto dos: después de mucho luchar, se ha conseguido, pero por desgracia su futuro inmediato pende de un hilo más fino que la seda.
Y el punto tres: se intenta, una y otra vez, pero siempre aparece un bloqueo férreo para conseguir tal incorporación. Si bien es cierto, que ahora mismo nos encontramos en uno de los momentos más cercanos para conseguirlo.
La música no debe estar al margen de la problemática general de la enseñanza
Si hay algo fundamental en este blog es la constante búsqueda de la “no-marginación” de los Conservatorios frente al resto del sistema educativo.
Dice el artículo:
Creo que el porvenir de la música ha de correr pareja con la suerte de la enseñanza en general.
Y añade una apreciación fundamental para ello:
Bien es verdad que la necesidad actual de sensibilizar al individuo hacia la música u otras artes es urgente, debido al “atropello” que está suponiendo la industrialización y automatización contra las mismas bases estructurales del ser humano.
Incorporación o traslado de los Conservatorios o Escuelas Superiores de Música al “Campus” universitario
Las palabras hablan por si solas:
Hasta dónde yo siento que esta incorporación sea imprescindible, vital, no puedo expresarlo… Presiento que toda esta terrible pesadilla que constituye para mí ese estar de nuestros estudiantes de música al margen de la Universidad, ha de despejarse en esta realización definitiva cual es la incorporación de los Conservatorios o Escuelas Superiores de Música a la Universidad.
[...]
[La Universidad] ha prescindido de [la Música] y quizá radique en ello el estado de apatía en que se encuentran nuestras Conservatorios, al no haber recibido la sacudida de la exigencia, de la responsabilidad, de la “llamada” a contribuir en la tarea grande que la sociedad designa a la Universidad.
Como ya he dicho antes, la música nunca antes ha estado tan cerca históricamente de unirse a la universidad. La Plataforma por la Integración de las Enseñanzas Artísticas Superiores al Sistema Universitario está en diálogo con el Ministerio, y necesita del mayor apoyo posible para que sus argumentos tengan peso: firma la petición.
Cita final
La meta que toda profesión debe alcanzar es la realización de individuos formados plenamente, es decir, humano-profesional y humano-cultural.
De ahí que si la profesión no se debe adquirir de un modo unilateral, la idea de incorporar los Conservatorios o Escuelas Superiores de Música a la Universidad lleve consigo los objetivos necesarios para adquirir la meta anteriormente expuesta: la plena realización del individuo.
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