Mi experiencia con una tesis sobre Flipped Learning (I): primeros pasos | Musikawa

Como sabéis, el pasado 15 de diciembre defendí mi tesis doctoral sobre Flipped Learning en Segovia bajo la codirección de Andrea Giráldez (@andreagiradez) y Alfonso Martín y con una calificación de Sobresaliente “cum laude”. Han sido muchos meses de trabajo, de pequeños pasos para llegar hasta aquí, y quería compartirlos con vosotros por si os sirven de referencia y ayuda.

Para la presentación de la defensa, utilicé (al principio) este pequeño video que resume todo el proceso:

Pinche aquí para ver el vídeo

 

 

 

Los directores de tesis

Pues así comienza mi particular periplo. A finales del curso 2012-2013, tras el último empujón de mis amigos Javier Romero Naranjo (@bodypercussion) y de Pepe Calvo (www.josecalvopoyato.com) decido ponerme en contacto con quien consideraba que debía ser el referente de mi trabajo de investigación por su trayectoria, conocimientos y la ayuda que podía prestarme: Andrea Giráldez. Así, en la primavera de 2013 me pongo en contacto con ella a través del correo electrónico y le pido que sea mi directora de tesis (junto con Javier Romero).

La elección del director de tesis es quizás, una de las tareas más arriesgadas a las que debes enfrentarte cuando por fin decides afrontar el “reto” de una tesis. En muchos casos han sido profesores que te han impartido alguna materia durante la carrera y con los que sientes afinidad, amigos incluso; en otros son completos desconocidos. En mi caso, conocía a Andrea a través de artículos y libros (que me habían servido para desarrollar mi tesina sobre creatividad que me dio acceso al DEA en la Universidad de Alicante bajo la dirección de mi amigo Javier Romero) y del I Encuentro de docentes de música “Con Euterpe” que se celebró en Murcia en diciembre de 2011 donde pude cruzar con ella algunos comentarios (muy pocos, pero provechosos) entre las distintas ponencias y talleres y otros tantos correos a raíz de coordinar la publicación de las actas posteriores. ¿Cómo resultaría la experiencia? No me preocupaba la exigencia que pudiera imponerme, más bien lo contrario: me preocupaba esa dejadez de la que se hace gala, más a menudo de lo que nos gustaría a otros tantos, por parte de determinados profesores universitarios con tantos alumnos de máster (y sus respectivos TFM) que olvidan fechas, seguimientos… ¿Qué os voy a contar que no sepáis?

Yo he tenido una suerte infinita. Javier, por su amistad y el interés (casi personal diría yo) estaba atento a mis progresos, me sugería determinadas actuaciones, lecturas y caminos. Andrea, pese a su elevada carga de trabajo, siempre estuvo disponible para contestar a mis continuos correos llenos de dudas, partes para revisión, instrumentos que discutir… idas y venidas mentales expresadas por escrito que siempre tuvieron respuesta casi inmediata y acertadas en un tono “paternalista” muy de agradecer.

En definitiva, se convirtieron en mis “ángeles de la guarda” y mis “personal coach” siempre dispuestos a ofrecerme una opinión y disponibles cuando los necesité (muuuuuchas veces). Y es que yo me consideraba docente, no investigador y las inseguridades en el camino han sido muchas y su ayuda, la de los dos, infinita.

El tema

El primer plan de acción es decidir el tema y preparar un dossier con la estructura básica y una pequeña descripción de lo que contendría cada capítulo. Andrea me pasa un par de artículos para estudiar las últimas investigaciones realizadas y que podrían servirme para orientarme: el de Evangelos Himonides sobre Música y Tecnología y el de Peter R. Webster sobre investigación musical.

Tomo mis primeras ideas sobre lo que se está haciendo a nivel mundial y releo algunos libros que me sirvieron con anterioridad para otros trabajos (Investigación cualitativa en educación musical y Música. Investigación, innovación y Buenas Prácticas de la editorial Grao entre otros).

Pero hay una idea que me ronda la cabeza desde hace algunos meses, que se ha colado en mi PLE (en twitter fundamentalmente) y que me hace cargarme de ilusión con los resultados que puedo obtener si soy capaz de llevarla a la práctica: el Flipped Classroom, una nueva metodología nacida en EEUU que traslada la instrucción del alumnado a casa (a través de videos, lecturas, etc.) y deja las sesiones de clase presencial para poner en práctica todos los conocimientos adquiridos en casa a través de talleres, debates, búsquedas de información, prácticas, etc.

En música, podía significar, grabar videos para la práctica instrumental y vocal, para los proyectos de música y tic (radio, edición de sonido, edición de video…) y para la parte más teórica de la materia (fundamentos del lenguaje musical, historia de la música…). Iba a necesitar muuuucho tiempo para la grabación y edición de esos videos y otro tanto para la preparación de otras clases y el trabajo que desempeño en mi instituto y para el desarrollo de la tesis (marco teórico, diseño metodológico, instrumentos a emplear, análisis de resultados….). Todo ello, sabiendo que soy padre de dos peques a “tiempo total”, que contamos con poca ayuda puesto que nuestras familias viven lejos (o nosotros de ellas) y que, como en otras ocasiones, tendría que “tirar” del tiempo de mi sueño fundamentalmente (y del que mi mujer, Zoraida, me cediera pese a su enorme carga de trabajo y falta de sueño). No iba a ser fácil, pero estaba “ilusionado”.

El primer dossier

Pues con estas premisas, comienzo a desarrollar el primer dossier para presentárselo a mis directores de tesis donde enfoco la temática, los distintos capítulos que contendría el trabajo, la metodología de investigación que emplearía, el esbozo de objetivos, etc. Maduro este dossier hasta comienzos del curso 2013-2014 y se lo envío por correo a mis directores en septiembre de 2013.

Unas 15 páginas repletas de ideas iniciales, esbozos de actuaciones, participantes, grupos, tareas que desarrollar y realizar durante la misma, alguna bibliografía básica, puntos que se engrosarían con el tiempo, otros que desaparecerían posteriormente, otros tantos que se fundirían o cambiarían de ubicación y un par de premisas: quería que el lenguaje fuera conciso y directo, sin artificios innecesarios y (quizás por mi condición de docente) fácilmente entendible por cualquiera que quisiera acercarse a mi investigación a pesar de no tener vinculación con la música, la investigación o el mundo académico; y en segundo lugar que lo que hiciera sirviera (a mí, a mi alumnado, a otros docentes que pudieran aprovechar el material que creara…) y que fuera de libre acceso (con licencia Creative Commons nace FlippedKawa y el deseo de difundir el conocimiento musical, desde mi particular perspectiva, a cualquiera que se atreviera a intentarlo).

Mientras que me hacen las primeras modificaciones, comienzo a buscar toda la información referente al tema principal (Flipped Calssroom) para desarrollar mi “Marco Teórico”, buscar ideas que me ayudaran a decidir sobre las técnicas de recogida de datos que emplearía, el material que debía preparar para la instrucción en casa, los resultados obtenidos en otros estudios, los aspectos estudiados por otros colegas…

Pero el Marco Teórico, los antecedentes del modelo y la bibliografía básica comentada os lo desarrollaré en un post próximo.

Seguimos!!

10 consejos para “invertir” tus clases (Flipped Classroom) | #FlippedKawa

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Si te estás planteando “invertir” tus clases, antes de dar el salto definitivo deberías tener en cuenta algunos detalles que pueden resultarte de utilidad (bajo mi experiencia y a propósito del #EABE14 y el #retoEABE15):

1. Sobre lo que esperas y las mejoras que conseguirás

Según las infografías que circulan por Internet y los estudios realizados y publicados en los últimos años, con el modelo Flipped Classroom o Flipped Learning podemos conseguir una mejora considerable en los resultados académicos y una reducción en los “conflictos” en el aula. Pero son muchos más los beneficios y mejoras añadidos que no podemos dejar atrás tal y como se recogen en estas investigaciones y estudios:

  • Mejorará la actitud del alumnado hacia nuestra materia y hacia su propio aprendizaje
  • Subirá su interés y motivación
  • En música, mejorará su practica instrumental y vocal
  • Como docente, podrás ayudar a tu alumnado casi de manera individual en clase, podrá cambiar tu relación con ellos y se producirá un feedback que con el modelo tradicional no era posible.
  • Dotará al alumnado de una mejora en su autonomía e iniciativa personal
  • Aumentarán las ayudas entre ellos
  • Podrá haber una mayor implicación de las familias
  • El ambiente de clase cambiará y mejorará el grado de satisfacción de todos los actores en el proceso (alumnado, profesorado, familias)

¿No te lo crees? Te dejo algunos enlaces que te lo confirmarán:

2. Sobre el tiempo de clase

Al invertir el proceso tradicional de enseñanza-aprendizaje, uno de los primeros resultados inmediatos es el tiempo “para hacer cosas” en clase que aumenta considerablemente. En el pasado #EABE14, éste fue uno de los temas que más discutimos en la mesa de trabajo en la que participé.

Por un lado, Antonio Monje (@antoniomonjef) defendía la necesidad de establecer un “modelo” con el que docentes interesados se sintieran seguros a lo hora de invertir sus clases. Espero que estas líneas sirvan de referencia para que cada cual establezca el suyo.

Por otro lado, estábamos otro grupo (Con Carmen Caparrós, Juan Pablo Mora, Jon Bustillo o Mar Serón entre otros) que pensábamos que ese tiempo, debía “llenarse” del bagaje y la experiencia de cada uno, de nuestra creatividad como docentes, de aprendizaje cooperativo, de trabajo por proyectos, etc., con el fin de convertir nuestras clases en “talleres” de experimentación para el alumnado a la hora de poner en práctica los contenidos adquiridos con la “instrucción” en casa –ya sea a través de video, lecturas, etc.–.

Desde mi experiencia os puedo sugerir que comencéis por un breve espacio de tiempo para la resolución de las posibles dudas que hubieran podido surgir de la instrucción en casa (unos 5 minutos bastarán) y que posteriormente, paséis a establecer trabajos prácticos por grupos o individualmente, dándote la posibilidad de ayudar a tu alumnado, a seguir el progreso de cada uno de ellos, poder ver y evaluar sus logros y el aprendizaje que se produce con sus fracasos. Ahora eres el guía y no el centro. Disfruta de la nueva situación y comparte tus posibles “miedos” con ellos. El feedback que se producirá será uno de los fuertes que debes aprovechar.

Quizás podría servirte el modelo de Gagné que puedes consultar aquí: http://www.uv.es/bellochc/pedagogia/EVA4.wiki?4

Y este artículo: Una clase flipped minuto a minuto: http://www.theflippedclassroom.es/una-clase-flipped-minuto-a-minuto/

3. Sobre el papel del profesorado

Este punto sería quizás el de más impacto para nosotros como docentes. El cambio metodológico que se produce invirtiendo nuestras clases, es fundamentalmente un cambio de mentalidad en el profesorado, un cambio en el centro de “interés” de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Estábamos acostumbrados a ser el centro de atención, a ser los transmisores del conocimiento. A partir de ahora, el centro será nuestro alumnado que se convierte en protagonista de su propio aprendizaje y nosotros, los docentes, en sus guías.

De esta manera, haremos que el alumnado sea consciente y responsable de su propio aprendizaje, reforzaremos su autonomía e iniciativa personal, su pensamiento crítico y su creatividad para llevar a cabo cada una de las tareas prácticas que les encomendemos en clase.

4. Sobre la implicación de las familias

Es recomendable y necesario, hacer partícipes a la familia de la nueva situación que vamos a emprender. Deberíamos hacerles saber la dinámica del modelo, lo que esperamos de sus hijos e hijas y de la ayuda que pueden prestarnos en todo el proceso.

Con mi alumnado de 4º de ESO, era muy complicado que sus familias pudieran ayudarles con anterioridad debido a los contenidos tratados y el nivel tecnológico de las “prácticas” que hacíamos. Ahora, con la “instrucción” en casa, ayudados con los videos y las lecturas que les encomendamos al alumnado, sus familias pueden seguir todo el proceso de cerca, ver los mismos videos y leer las mismas lecturas para tener la seguridad de saber ayudarles correctamente e implicarse en establecer momentos y espacios propicios para que sus hijos e hijas controlen su propio aprendizaje.

Deben ser nuestras aliadas y debemos ponerlas de nuestra parte.

Si quieres un ejemplo, te recomiendo el documento que Manuel Jesús Fernández Naranjo (@manueljesusF) utilizó a comienzos del curso 2013-2014 con el alumnado y sus familias y que explicó en la reunión previa a poner en marcha el modelo: http://issuu.com/mfernar880/docs/unaclasealreves1

5. Sobre los videos

La mayoría de los expertos recomiendan que su duración no exceda de los 10 minutos. No deben ser “profesionales” ni emplear grandes medios técnicos. Se trata de acercar el conocimiento a nuestros alumnos/as de la manera más simple posible. Puede servirte una presentación de las que ya usas en clase –para empezar– a la que puedes añadirle tu voz o texto explicatorio o cualquier recurso existente en la red. El alumnado valora el trabajo y la personalización que hagas tú, pero a falta de tiempo… Algunas páginas con videos que pueden servirte:

Además, se aconseja que se acompañe –bien inserto en el mismo video o presentación o bien aparte– con algunas cuestiones que fomenten la atención del alumnado, el pensamiento crítico y el afianzamiento de su propio aprendizaje.

En mi caso y por si te sirve, he usado un moodle (MusikawaEDU) donde he creado un curso online para cada unidad didáctica donde he insertado los videos, lecturas complementarias, cuestionarios de autoevaluación, foros para consultas y dudas, foros para exposición de trabajos, etc. organizados por sesiones. Así, el alumnado sabe qué trabajo previo debe hacer antes de venir a clase y yo puedo controlar sus accesos y el trabajo que realizan fuera del aula.

Por último, si no te decides en primera instancia a elaborar tus propios videos o no encuentras otros realizados por terceros que se ajusten a tus necesidades, puedes sustituirlos por lecturas, “curación” de contenidos de relevancia, etc. Procura que no requieran demasiado tiempo en leerse y comprenderse y selecciona solo el contenido relevante para tu alumnado. Piensa que “lo bueno si breve, dos veces bueno”.

Puedes inspirate en este artículo de Dolors Reig (@dreig) en “El Caparazón” sobre la educación en Finlandia (ya sabemos de su eficacia) donde prima la máxima “menos es más”: http://www.dreig.eu/caparazon/2011/06/03/educacion-finlandia-responsabilida/

6. Sobre la evaluación

Son muchos los docentes que opinan, que la evaluación tradicional tiene muchas lagunas y de que es hora de hacer “otras cosas” y valorar no solo el resultado, sino todo el proceso.

Habría que tener en cuenta los logros individuales de cada alumno y alumna, el proceso seguido en su propio aprendizaje, su actitud, su motivación, los “productos” que realizan y cómo los realizan, el rendimiento que se produce en clase, el desarrollo de cada competencia que trabajan, las ayudas que se prestan, su participación en clase, etc.

Podemos utilizar un registro diario, encuestas, entrevistas, exámenes, evaluación por pares, insignias…

Personalmente, me encanta la idea de las insignias o emblemas (badges) por los logros individuales o colectivos del alumnado y te recomiendo que leas el artículo de Fernando Santamaría sobre el tema (AQUÍ) o el de David Álvarez (@balhisay): http://e-aprendizaje.es/2012/09/28/badges-acreditando-los-aprendizajes-informales/

Algunas imágenes ilustrativas que pueden servirte –y que además son libres– las encuentras aquí: MOZILLA Open Badges

7. Sobre la responsabilidad del alumnado en su propio aprendizaje

Otro miedo al que nos enfrentamos con este modelo de enseñanza-aprendizaje es que el alumnado no visualice los videos o no lea las lecturas propuestas para casa.

En primer lugar, debemos hacerles saber que son responsables de una parte del proceso que no podremos hacer por ellos: su propio aprendizaje!! Bajo mi experiencia, es importante que entiendan que en clase, por la naturaleza de las actividades que hayamos diseñado, solo podrán trabajar si han hecho el trabajo previo en casa (visionado de videos, lecturas, cuestionarios de autoevaluación, etc.). Si las actividades que propongas en el aula son atractivas, será motivo más que suficiente para que vengan “preparados” al aula para realizarlas.

Hay un par de videos de Katie Gimbart que nos propone soluciones para esta situación y que recomiendo ver:

8. Sobre la seguridad de sentirnos respaldados por otros profesionales

Es importante como en todo, la comunicación que establezcas y el apoyo que recibas de otros profesionales que hayan implementado el método y que puedan servirte de ayuda y de referente.

Personalmente te recomiendo tres webs y un par de comunidades de las que nos “beneficiamos” todos los que hemos dado el paso.

Lee, comenta y aporta lo que puedas para enriquecernos todos, expresa tus miedos y pide ayuda, siempre habrá alguien dispuesto a guiarte y en algún momento –antes o después– serás tú quien con tu experiencia puedas ayudar a otros.

9. ¿Todo o nada? Mejor, poco a poco

Después de “digerir” toda la información que podía ofrecerte estarás pensando que el trabajo es mucho o que no sabes por dónde empezar. Nada más lejos de mi intención.

Mi consejo. En la misma unidad que estés con tu alumnado, mañana mismo, prueba a mandarles para casa como tarea la visualización de un video, una lectura o una presentación y plantéales alguna pregunta para que afiancen los contenidos tratados. Cuando volváis a tener clase, comienza por preguntar a todos por posibles dudas y resuélvelas en los primeros minutos de clase. Después, diseña alguna actividad (individual, en pequeños grupos…) en la que pongan en práctica los contenidos aprendidos en casa. Se trata de que vean que sin el trabajo de casa, no pueden realizar correctamente el trabajo de clase.

Si te funciona –que te funcionará–, empieza a introducir otras “lecciones” para casa y sigue buscando y diseñando actividades para clase que tengan relación con los contenidos tratados y que sean muy prácticas y atractivas para el alumnado.

Así, poco a poco, casi sin que se den cuenta ellos y sin que suponga un “trabajazo” para ti, habrás “invertido” parte del tiempo de clase y empezarás a experimentar sus mejoras.

10. En la adaptación está la clave

Por último, como muchos de los expertos en esta metodología, tendrás que ir adaptando los materiales, recursos, actividades de aula, para cada situación concreta, circunstancias del alumnado, nuevo curso, etc.

Como con cualquier otra metodología, es tu experiencia, saber hacer como docente y creatividad, las que determinarán lo que te funcione y lo que no. Así irás “puliendo” y adaptando la “inversión” de las clases a tus necesidades y las de tu alumnado.

Refuerza lo que te funcione, modifica lo que no te deje satisfecho completamente, busca soluciones y toma en cuenta las opiniones del alumnado para avanzar.

Qué te puedo decir que ya no sepas. ¡¡¡Tú eres el/la “artista”!!!

Piensa que el modelo FC no es “el fin” sino “el comienzo” de un camino que creo que no tiene retorno aunque sí muchas variantes y adaptaciones posibles. Encuentra el tuyo y lánzate!!

En palabras del alumnado de 2º de Bachillerato de Historia del IES Virgen del Castillo de Lebrija (#hist2vdc) que compartieron sus experiencias con los asistentes al #EABE14, “hay que tirarse a la piscina, pero llena”, una frase muy gráfica que lo resume todo.

Bueno, ahora con toda esta información ¿te animas a invertir tus clases?

Si te decides, te espero ;)

@caotico27