DOWLAND Y EL AMOR

Un concierto. Lorenzo Costa (1459? - 1535)
Imagen: wikimedia
Aunque más conocido como compositor de música instrumental por sus obras  para laúd, John Dowland (Inglaterra, 1563 - 1626) también compuso un importante número de canciones profanas (no hay que olvidar la importancia y enorme popularidad del madrigal inglés durante el Renacimiento).
Hoy vamos a escuchar  Can she excuse my wrongs, una canción de tema amoroso interpretada por  el cantante  Sting y el laudista Edin Karamazov.
Observad que las tres primeras estrofas las canta solo (monodía) acompañado del laúd y que, tras un interludio instrumental en el que actúan ambos intérpretes, nos ofrece las tres últimas estrofas  en versión polifónica a cuatro voces. Lo curioso es que todas ellas son interpretadas a capella por Sting   en un particular y simpático montaje.


Las canciones para solista y laúd tuvieron su momento de esplendor a finales del S. XVI, y en el caso de Dowland hay que señalar la independencia rítmica y melódica que concede al instrumento respecto de la voz ;da protagonismo al instrumento.

El vídeo me ha parecido una buena muestra de cómo en el Renacimiento las obras pueden ofrecer diversas interpretaciones (recordemos, por ejemplo, que cada línea melódica podía ser interpretada indistintamente con voces o con instrumentos).

Veamos ahora la estructura formal.
Se distinguen en la pieza tres partes con claridad:
  • Primera parte: laúd y voz (las tres primeras estrofas)
  • Segunda parte: interludio instrumental a cargo de ambos laudistas
  • Tercera parte : polifonía*  a cuatro voces (tres últimas estrofas  que repiten la melodía de las tres primeras) 
*Tal y como puede apreciarse en la partitura que adjuntamos, se trata de una  polifonía a cuatro voces  - soprano, contralto, tenor y  bajo -  que se desarrolla en tres secciones melódicas (A, B y C) con una textura bastante homofónica en la primera de ellas y más contrapuntística en la segunda y la tercera. Esto se puede apreciar fácilmente escuchando la canción.

Si atendemos al texto (abajo)  veremos que la melodía de las tres primeras estrofas se repite en las tres últimas, así tenemos un tema A en la primera y cuarta estrofa, un tema B en la segunda y la quinta estrofa y un tema C en la tercera y sexta estrofa. Si os animáis a traducirlo veréis que el tema el amoroso.

A= compases 1 al 8  =  bastante homofónica
B= compases 9 al 16 = más contrapuntística
C= compases 17 al 23 = más contrapuntística y variada rítmicamente

Cabe destacar por último el contraste rítmico  entre los dos primeras secciones (A y B)  con figuras más largas, más uniformes y pausadas y la tercera (C) más animada, en la que se introducen figuras más cortas y se usa el puntillo para agilizar y enriquecer

En cuanto a la tonalidad, en nuestra canción se aprecian  claramente dos notas esenciales: el Re y el La, que bien pueden constituirse en  tónica  y dominante pese a que no encontremos la armadura de Re menor en la partitura. Vemos también el Si bemol (compás 5) , el séptimo grado alterado ascendentemente (sensible Do #), cadencias perfectas (V-I)...
Hay que recordar que a lo largo del Renacimiento se irá instaurando el sistema bimodal (modo mayor y modo menor) frente a los múltiples modos medievales  y que se va concediendo más importancia a la armonía; proliferan los intervalos de tercera y de quinta (que forman el acorde perfecto) y así se va desarrollando poco a poco la tonalidad. 

Escuchemos pues a Sting y al laudista bosnio Edin Karamazov en esta canción perteneciente al disco 



PARTITURA (pinchando en el enlace puede verse y descargarse)

Texto:
Can she excuse my wrongs with Virtue's cloak?
Shall I call her good when she proves unkind?
Are those clear fires which vanish into smoke?
Must I praise the leaves where no fruit I find?

No, no: where shadows do for bodies stand
Thou may'st be abus'd if thy sight be dim.
Cold love is like to words written on sand
Or to bubbles which on the water swim.

Wilt thou be thus abused still
Seeing that she will right thee never?
If thou canst not o'ercome her will
Thy love will be thus fruitless ever.

Was I so base, that I might not aspire
Unto those high joys which she holds from me?
As they are high, so high is my desire:
If she this deny, what can granted be?

If she will yield to that which Reason is,
It is Reason's will that Love should be just,
Dear, make me happy still by granting this,
Or cut off delays if that I die must.

Better a thousand times to die,
Than for to live thus still tormented:
Dear, but remember it was I
Who for thy sake did die contented.

Entradas relacionadas:
Enlace de interés: blog El arte de las musas de José Moreno Ruiz

EL LAÚD Y LA CONCORDIA: MÚSICA Y POLÍTICA



 Los embajadores. Hans Holbein el Joven (1533)

A este  famoso cuadro del alemán  Holbein el Joven solemos recurrir cuando queremos ilustrar los diversos significados y mensajes que la pintura de otros tiempos encerraba, porque, como puede observarse  si se pone la debida atención, está cargado de simbología y de referencias encubiertas. 
Pinchando  en el pie de foto podréis ver todos los detalles de los que vamos a hablar.

Los dos personajes retratados se nos presentan junto a toda una serie de objetos e instrumentos diversos que, si bien parecen casualmente dispuestos, tienen  una clara intención y un significado. Vemos en los globos terráqueo y celeste, referencias a la astronomía, a la geografía, a los territorios y las posesiones de diferentes países; vemos también alusiones a la aritmética, la geometría y  el saber, al tiempo y a la vanidad (el reloj, la calavera anamórfica), a la religión...Y vemos además un laúd, unas flautas  y un libro de partituras. Pinchando en la imagen veréis que el laúd tiene una cuerda rota.



Como es obvio el cuadro alude a las relaciones   internacionales, a sus responsables  y a las disciplinas y aptitudes que  deben adornarlos para que éstas sean óptimas. Holbein nos transmite la idea de que para el buen gobierno es necesario el conocimiento: la política requiere inteligencia y sabiduría y las alianzas equilibrio y lealtad; además la armonía ha de imperar en la política.



Efectivamente, desde Platón y Aristóteles - a cuyas éticas y estéticas nos hemos referido en alguna ocasión -  música y política fueron de la mano. En el Renacimiento, con el resurgir de las teorías clásicas, se recupera y mantiene la creencia en el poder ético de la música; es más, se la compara  con el estado: la música, con su orden y su armonía, sería el reflejo de un estado ordenado en el que reina la concordia.
En esta línea platónica, el pensador Marsilio Ficino* también comparó al príncipe (gobernante) con el músico, de suerte que el estado es el instrumento y el gobernante, el instrumentista. 

Otro ejemplo lo encontramos  en Emblemata (libro de emblemas, 1531) de Andrea Alciato. Aclararemos antes que los emblemas son ilustraciones simbólicas que el autor acompaña de un texto alusivo. Pues bien, uno de los primeros emblemas del libro  titulado "Foedera italorum" (alianzas de Italia)  relaciona un laúd a un texto que trata sobre las alianzas políticas. Es decir nos presenta al laúd como símbolo de la concordia



El texto - en latín -  hace referencia a la armonía que debe presidir los acuerdos políticos y las alianzas entre los príncipes europeos, puesto que si uno de ellos rompe alguna de esas alianzas o no cumple lo pactado, la armonía también se rompería estropeando las relaciones políticas, al igual que se estropea la música cuando se toca el laúd con una cuerda rota o desafinada.

Como veis, el papel del laúd en el Renacimiento va más allá de la mera interpretación musical. 
Escuchemos ahora un laúd con todas sus cuerdas, perfectamente afinado e impecablemente tañido en estas siete preciosas piezas de  música renacentista interpretadas por el laudista  David Hernández Romero.





"La música y sus instrumentos sintetizan la templanza, la armonía y  la concordia propias de un gobierno iluminado"
 (Alberto Ausoni. La música) 


Es lamentable que la iluminación haya abandonado a los gobiernos; quizás sería deseable un poco de neoplatonismo en estos tiempos tan materialistas y prosaicos.

*Marcilio Ficino (1433/1499) fue uno de los más destacados humanistas; poeta y músico,  el propio Lorenzo de Medicis lo consideraba como la reencarnación de Orfeo.


RECOMENDACIONES
Para saber más sobre Los Embajadores no dejéis de visitar La aldea irreductible y de leer  el magnífico post de Javier Peláez: Anamorfosis y simbología del prodigioso cuadro de Holbein el Joven (1533)

Para ver los emblemas de Alciato: Alciato at Glasgow, la  magnífica web que recoge todas las ediciones de los Emblemas.