La danza del pirata

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    El alumnado del grupo de 4º B va a empezar esta próxima semana a practicar la partitura para flauta "La danza pirata". No va a ser tarea fácil, ya que es una partitura que suelo trabajar a partir de 5º de Primaria. De todos modos, están ilusionados y a buen seguro que antes de final de curso, alguno se atreverá a tocarla con el fin que la grabemos para subirla al blog.
                       ¡ANIMO Y...A PIRATEAR!
P.D: Gracias a la Editorial Anaya y al CEIP Juan Herrera Alcausa (Málaga) por este material.

Entre palomas y gaviotas

Carlos GuastavinoEl siglo XX ha comportado una fractura entre los compositores de música culta (para usar la menos mala de las definiciones que nos permiten entender el género al que nos referimos) y el público. Tras un par de siglos de progresivo acercamiento entre el compositor y el público, culminado en el Romanticismo, donde asistimos a fenómenos de masa como los virtuosos (sobre todo pianistas y violinistas) y la ópera, el músico del siglo XX se encuentra de frente a una incómoda disyuntiva en la que tiene que decidir si componer experimentando para innovar el lenguaje y la estética musical -asumiendo de esa manera la responsabilidad de educar el oído y el gusto musical del público, aún a riesgo de perderlo- o renunciando parcial o totalmente a la investigación para dedicarse a escribir una música de más fácil comprensión y disfrute, basadas en el lenguaje musical de las generaciones anteriores.

Carlos Guastavino, nacido hace exactamente 100 años, decidió tomar este segundo camino, llegando a ser el más importante continuador del nacionalismo romántico argentino, en el cual confluyen la tradición europea y el folclore de su país.

En el catálogo de Guastavino, que incluye varios centenares de obras tanto vocales como instrumentales, destaca Se equivocó la palomauna canción que compuso en 1941 sobre un poema de Rafael Alberti, conocida en todo el mundo gracias a las interpretaciones de numerosos cantantes, por ejemplo José Carreras, María Dolores Pradera y Joan Manuel Serrat. La versión de este últímo es un arreglo de Sergio Endrigo, que a su vez la cantaba traducida al italiano.

Entre tantas versiones, la que prefiero es sin duda la de Mercedes Sosa, cuyo arreglo sobrio  tanto en armonía como en instrumentación nos deja disfrutar de todos los matices expresivos de su voz plena y rica.

Para quienes quieran tocarla con la flauta, aquí está la partitura.

Entre las razones del éxito de esta canción está sin duda la elección de Guastavino de repetir una y otra vez las palabras se equivocaba (en el poema sólo aparecen al comienzo), lo que, junto con el uso de una armonía modal, amplifica la atmósfera de ensoñación que posee el poema, cuyo título es simplemente La paloma. Alberti lo escribió en París en 1940, un año antes de publicarlo en Buenos Aires en el libro Entre la espada y el clavel, dedicado a Pablo Neruda.

La paloma se equivocaba -lo afirmó Alberti y lo repitió Guastavino- eso es indudable, pero si se equivocaba era por ingenuidad, esto tampoco se puede cuestionar pues ya se sabe, esta ave es reconocida universalmente como símbolo de la paz. Sin embargo, no podemos decir lo mismo de otros pájaros que cometen graves errores por maldad (o incultura). El día 27 de marzo, con ocasión del Día Mundial del Teatro y del 5º aniversario del teatro dedicado al poeta gaditano en el municipio almeriense de Huércal-Overa, el PP retira el nombre de Rafael Alberti de su Teatro Municipal por considerar que “no vende” a la ciudad. Parafraseando al poeta: Se equivocó la gaviota, se equivocaba. Haciendo alarde de un autoritarismo de otros tiempos y de una profunda mezquindad, el concejal de Cultura de ese pueblo, Antonio Lázaro, que merecería pasar a la historia por su incultura (o maldad), ha afirmado que “no hay razón para que el mayor espacio escénico de la localidad esté dedicado a esta persona”. Afirmación patética donde las haya, pues razones hay de sobra: por si no bastaran cada uno de sus versos inmortales, este poeta universal, reconocido en todo el mundo por su obra y su compromiso político y social, ha sido galardonado entre otros con el Premio Cervantes el  Premio Nacional de Poesía y el Premio Nacional de Teatro (sí, de Teatro); fue nombrado Doctor Honoris Causa por las Universidades de Cádiz, Toulouse, Burdeos, La Habana,  por la Complutense de Madrid y la Politécnica de Valencia; también se le otorgó el título de Comendador de las Artes y las Letras en Francia, el de Alcalde Perpetuo del Puerto de Santa María, el de Ciudadano de Honor de Roma y de Buenos Aires y el de Hijo predilecto de Andalucía, y me paro aquí porque creo que es más que suficiente.

No hace falta seguir, es más, quizás tampoco hubiera hecho falta dar estas explicaciones, pues todos los que no sean incultos (o malvados) le han visto el plumero a ese pájaro llamado Lázaro (para seguir con el símil ornitológico), incapaz de reconocer (por inculto) la grandeza de un personaje admirable o de aceptar (por malvado) que exista otra opción política que no sea la suya. O por ambas razones.

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Zorongo gitano

El último día del mes de febrero (o el penúltimo, si el año es bisiesto como este 2012) es el Día de Andalucía, ocasión que en los colegios e institutos solemos aprovechar para dedicar el mes más corto del año a profundizar en el patrimonio musical andaluz, tan amplio, variado y rico en personalidad.

Mi propuesta para este año es el Zorongo gitano, una de las piezas contenidas en la Colección de canciones populares antiguas que Federico García Lorca, profundamente convencido de la Importancia histórica y artística del primitivo canto andaluz llamado “cante jondo” y del folclore de su tierra en general,  recopiló y arregló para voz y piano. Esta versión podemos escucharla en esta grabación de 1931 en la que el mismo poeta acompaña al piano la voz de la Argentinita que canta los siguientes versos:

Monumento a García Lorca en la plaza Santa Ana de MadridTengo los ojos azules,
Tengo los ojos azules,
y el corazoncito igual
que la cresta de la lumbre.

De noche me salgo al patio
y me harto de llorar
de ver que te quiero tanto
y tú no me quieres ná.

Esta gitana está loca,
loca que la van a atar;
que lo que sueña de noche
quiere que sea verdad.

Tanto en la refinada versión de Teresa Berganza, acompañada a la guitarra por Narciso Yepes, como en la de la húngara Orsika Tóth, que simultanea con gran energía y expresividad el cante y el toque, hay tres estrofas más.

Las manos de mi cariño
te están bordando una capa
con agremán de alhelíes
y con esclavina de agua.Cuando fuiste novio mío,
por la primavera blanca,
los cascos de tu caballo
cuatro sollozos de plata.
La luna es un pozo chico,
las flores no valen nada,
lo que valen son tus brazos
cuando de noche me abrazas,
lo que valen son tus brazos
cuando de noche me abrazan.

La versión de Paco de Lucía, por el contrario, no tiene ninguna letra. Las notas de su guitarra no precisan versos para entrelazar un diálogo en clave de flamenco-jazz con el saxo de Pedro Iturralde.

Tampoco he escrito ningún texto en la partitura del arreglo para flauta y piano que he hecho del Zorongo: quien quiera cantarla podrá elegir qué versos utilizar entre los de arriba.

Como siempre, este trabajo lo he realizado pensando en mis alumnos y alumnas, aunque este año no podremos tocarla juntos. Justamente por eso, chicos y chicas, si decidís estudiarla por vuestra cuenta (lo que me daría mucha alegría), os recomiendo que tengáis en cuenta los siguientes consejos:

  1. La primera parte no os creará ningún problema, ya que procede exclusivamente por grados conjuntos. Cuando os salga bien, lo que ocurrirá muy pronto, apartadla y dedicaos sólo a la parte siguiente.
  2. A partir de la última nota del compás 9 (la que precede al signo de repetición) utilizad la digitación alternativa para el si, es decir, ejecutar esa nota tapando sólo pulgar, medio y anular de la mano izquierda. Comenzad esa parte con sólo tres notas (si, re y do), luego sólo las tres siguientes (si, do y re) y finalmente todo ese fragmento, dos compases en total.
  3. Los siguientes dos compases son una repetición: no perdáis tiempo estudiándolos, que ya os los sabéis.
  4. Los compases 13 y 15 tienen el sol sostenido, el 14 y el 16 el sol natural. Estudiad sólo los primeros dos de esos cuatro compases, ya que los otros dos son una repetición.

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