La lectura de la semana 33

Página musical breve para cantar, tocar y analizar. 33. Aroa

Contenidos: compás de 2.4 Ritmo de blancas, negras, corchea, y síncopas. Ritmos con puntillo. Indicaciones dinámicas, agógicas y de carácter. Alternaciones accidentales.

Con acompañamiento de piano 33. Acompañamiento piano

Para tocar con instrumentos afinados en sib 33. Aroa en Sol M

Para saxofón en Mib M 33. Aroa en Re M

Piano solo en http://musicnetmaterialspiano.wordpress.com/2013/09/27/la-lectura-de-la-semana-7/

Para canto,  clarinete, trompeta, fliscorno, trompa y

violín, oboe y saxo 33. Aroa 

8ª alta para flauta 33. Aroa 8ªa

En clave de fa: canto, trombón, fagot, contrabajo, violoncello y bombardino 33. F4

Tuba  8ª baja 33. F4 8ªb

Para viola 33. D3

En clave de do en primera    33. D1  en  clave de do en segunda 33. D2

en clave de do en tercera    33. D3   en clave de do en cuarta

33. D4 en clave de fa en cuarta  33. F4 en clave de fa en tercera 33. F3

Estructura de la pieza en el siguiente video

Análisis armónico en el siguiente video

Análisis motívico y textural en el siguiente video


Für Alina. Arvo Pärt (n. 1935)

Arvo Pärt (n. 11 septiembre de 1935. Paide. Estonia), compositor estonio.

En el conservatorio de Tallinn, donde estudia composición, se decía de él que “parecía que cuando se sacudía las mangas se le caían las notas”.

En el año 76 surge el tinntinabuli (pequeñas campanas). Su primera pieza distinguida para tintinnabulatio fue Für Alina

Esta técnica se caracteriza por la melodía estar compuesta libremente, con las voces unidas, la mano derecha tocando notas de la escala de si menor, y la izquierda notas de triadas de sí menor. Cuando en la partitura aparece una flor dibujada, la cosa cambia, ya que la mano izquierda tocará un do sostenido.

El propio compositor  nos describe el tintinnabulatio:

“He descubierto que es suficiente cuando una única nota es tocada bellamente. Esta única nota, o un momento de silencio, me consuela. Trabajo con muy pocos elementos y construyo con materiales primitivos. Las tres notas de una tríada son como campanas y es esto lo que yo llamo tintinnabulatio”

Für Alina is a work for piano composed by the Estonian composer Arvo Pärt. It can be considered as an essential work of his tintinnabuli style.

Für Alina was first performed in Tallinn in 1976, along with six other works, after a long preparatory period in Pärt’s life as a composer. This concert was the first to introduce his new signature style of composition, referred to as the tintinnabuli style.

Für Alina was dedicated to a family friend’s eighteen year-old daughter who had just gone to study in London. Its introspection calls to mind a vivid image of youth, off to explore the world.

The piece appears very simple on the page and could be played by any person willing to spend a little time with a piano. It has both the left and right hand written in G clef and only the echoing bass octave is written in F clef. Its simplicity is deceptive.

To achieve purity of sound remains a challenge and demands an accomplished pianist with a good ear to produce the harmonic balance and symmetry the composition requires. It is common to repeat the composition several times.

Variations could also be applied from one repetition to the other, like the exact 8ava of the two (melody) hands (stead for the length of each full repetition).

The score of Für Alina is only two pages long. It is in the key of B minor and is played piano (p).

The only notation related to tempo is Ruhig, erhaben, in sich hineinhorchend, which roughly translates as peacefully, in an elevated and introspective manner.

There is no time signature.

It begins with a low double-octave B, which echoes throughout the whole work (save for the last section); it should be played with the pedal down throughout (a single pedal shift is found before the last four bars). The right hand plays the notes an octave higher than noted.

Considering there is no time signature, the tempo is free, yet introspective in a way that allows the player to personalize the experience of playing it by responding to the notes and occasional dissonance.

Thus the use of rubato becomes essential. Both hands play their single notes at the same time.

Only two types of notes appear in the score: whole notes and stemless black notes (more free as to their duration).

It has only 15 bars of written music: the first bar has the low bass octave. From there onwards begins the following pattern: the second bar has one note-head and one whole note, the next bar has two quarter notes and a whole note, and so on until a bar that has seven quarter notes and a whole note.

This pattern then scales down again, to one quarter note and a half note. The last bar has two quarter notes and a half note. In other words, the first bar as one note, the second has two, the third has three, and so on.

It is built as such: 1 2 3 4 5 6 7 8 7 6 5 4 3 2 3. The compositional symmetry mirrors the harmonic symmetry.

If played softly enough, with the pedal down and given enough time, the notes (often resulting in minor and major clashes between B and C#, D and E, and F# and G) can produce a humming of dissonance in the piano’s machinery, a phenomenon that only adds to the transcendental nature of the piece.

The entire harmonic structure, save for one note, is constructed so that the left hand part is the highest note in a B Minor chord which is below the melody line. Thus, when the melody is on a C# or D, the left hand is on a B. When the melody is on an E or F#, the left hand is on a D, and when the melody is on a G, A, or B, the left hand is on an F#.

The only break from this harmonic structure appears when the left hand hits a C# below an F# in the right hand, synchronous with the release of the pedal at end of the 11th bar.

“Mi música es similar a la luz que pasa a través de un prisma: la música puede tener un significado ligeramente diferente en cada oyente, creando un espectro de experiencias musicales, similar al arco iris”.

Más información:

Arvo Pärt. Filomúsica

Arvo Pärt. Artículo publicado en clasicamexico.com

MÚSICA PARA LOS AMIGOS


Comienza el curso. Estos han sido días de reencuentros... y de despedidas. 
Ya van pesando los adioses, aunque en esta profesión nuestra sean, con frecuencia y afortunadamente, "hastaluegos". Y es que en los últimos cursos hemos ido viendo con tristeza y estupor cómo nuestro centro se iba despoblando; quizás el azar, quizás las políticas educativas que consienten o persiguen un incomprensible e ¿inexplicable? reparto  de los alumnos...
Misterioso arcano, en fin, que solo aparentemente se nos escapa (valga la sinonimia).
De resultas,  compañeros desplazados,  amigos que  se van. 
Para todos ellos, esta maravillosa versión jazzística de Canción y danza nº VI de Federico Mompou que Fernando Trueba incluyó en el primer disco de la serie Música para los amigos.



Como no podía ser de otra forma, dejamos también la versión pianística original.


 


Federico Mompou (1893-1987): compositor  barcelones cuya exquisita obra se caracteriza por el intimismo y la sencillez.

 Nota: la viñeta de Forges es de 2010.

El hombre que inventó el jazz

Jelly Roll Morton

Jelly Roll Morton

En muchas obras literarias o cinematográficas, dentro de un contexto de ficción aparecen también personajes que realmente han existido y que no siempre salen bien parados en ese relato imaginario. Eso fue lo que ha ocurrido con Antonio Salieri, convertido en un asesino primero por Aleksandr Pushkin, en su pequeña tragedia Mozart y Salieri, y luego por Peter Schaffer y Milos Forman, respectivamente guionista y director de la película Amadeus, inspirada a su vez en una obra teatral del mismo guionista.

También le ha pasado a Jelly Roll Morton, uno de los más importantes pianistas de jazz de todos los tiempos, presentado como un villano engreído por Alessandro Baricco en su monólogo teatral Novecento, llevado a la gran pantalla por Giuseppe Tornatore con el título La leyenda del pianista en el océano, película de la que hablamos ya hace cuatro años.

En un primer momento se puede suponer que los autores de esas obras se ensañan con estos dos grandísimos músicos por tenerles ojeriza y por cierta falta de documentación histórica. Sin embargo esto no es cierto en ninguno de los dos ejemplos, pues ambos tienen su explicación que se apoya en hechos o situaciones reales. En el caso de Salieri, ya lo contábamos en otro post, se debía a la demencia que sufrió el compositor italiano durante sus últimos años, por la cual se obsesionó con la idea de haber asesinado a Mozart.

En cuanto a Jelly Roll, cuyo verdadero nombre era Ferdinand Joseph LaMothe, realmente se caracterizaba por cierta soberbia y un egocentrismo tal que le llevó hasta a autoproclamarse “el inventor del jazz”, una afirmación que, más que admiración, le valió la antipatía y hasta las burlas de gran parte de sus colegas, además de las de muchos aficionados a este género musical. Por otro lado, lo que sí parece comprobado es que fue el primero en publicar una pieza de jazz, Jelly-Roll Blues, que grabó en 1924 en solitario con su piano y volvió a grabar dos años más tarde con su grupo Red Hot Peppers. Naturalmente estos rasgos desagradables de su carácter no restan un ápice a su valía como pianista y compositor, ni a la importancia que tuvo en el desarrollo del pianismo jazz, aunque sí explican la razón por la cual un intelectual de profunda cultura musical como Baricco (imprescindible su L’anima di Hegel e le mucche del Wisconsin, un ensayo sobre la relación entre músicos y público en la modernidad) eligió incluir en su monólogo a una persona real cuando todos los demás personajes son inventados, y encima para atraer sobre él todas las antipatías del público al enfrentarlo en un duelo musical con el tierno y cándido Novecento, el protagonista de la historia, interpretado magistralmente por Tim Roth.

Las tres piezas que toca Jelly Roll Morton en la película, interpretado por Clarence Williams III (quien por cierto es nieto de Clarence Williams, otro de los legendarios pianistas de jazz de comienzos del siglo pasado), son Big Foot HamThe Crave y Fingerbreaker, todas obras del mismo Jelly, aunque arregladas por Ennio Morricone, el autor de la banda sonora, ganadora de un Globo de Oro. En el siguiente vídeo podemos escuchar The Cravecuya partitura podéis descargar gratuitamente en la wiki del Proyecto Petrucci, que también ofrece la de la mencionada Jelly-Roll Blues― en la versión original del mismo autor.

Jelly Roll Morton, muerto hace exactamente 72 años, nos dejó muchas más grabaciones. En el canal generado automáticamente por YouTube con los vídeos subidos por los usuarios, actualmente hay 2.190 que contienen su música, algunas de las cuales son originales, como es el caso de la que citábamos anteriormente: The Original Jelly-Roll Blues en la versión de 1926 con los Red Hot Peppers.