El día 24 de Abril, un grupo de alumnos y alumnas de 4º de primaria irán a nuestro vecino cole CEIP Ciudad de Jaén. Carlos, su profe de música nos ha invitado a asistir a la celebración del "Dïa de la concienciación sobre el ruido". Llevaremos unos regalos musicales, como no podía ser de otra forma, y presentaremos nuestro proyecto Kantaconmigo, en el que nuestro vecino cole va a empezar a colaborar. Carlos, nos obsequia con esta preciosa canción que él mismo ha compuesto y que allí cantaremos todos juntos. Y es que... ¡la música une a las personas!
El repertorio para piano es sin duda uno de los más extensos que existe: inventado por Bartolomeo Cristofori a comienzos del siglo XVIII, fue progresivamente desplazando a sus antecesores, entre los que destacaban el clavecín, extremadamente ágil pero sin posibilidad de variar la dinámica, y el clavicordio, que sí permitía matices pero a cambio de grandes limitaciones técnicas que entorpecían la ejecución.
A comienzo del siglo XIX, la técnica de construcción del piano había llegado a su madurez, llegando a ser uno de los instrumentos preferidos por los compositores románticos, no sólo por sus enormes potencialidades acústicas ―tenía suficiente potencia como para poder llenar grandes salas de conciertos aunque a la vez permitía graduar el volumen según las necesidades expresivas― sino también porque el pianista, al no necesitar acompañamiento en gran parte de su repertorio, podía dar rienda suelta sin limitación alguna a su espíritu creador durante la interpretación, representando así mejor que nunca el ideal del artista romántico.
Sin embargo, el piano es un instrumento presente también en muchísimas obras de cámara, desde el dúo con prácticamente todos los demás instrumentos hasta grupos bastante numerosos. Entre tanta variedad destacaría el quinteto: uno de los compositores que mejor partido ha sacado a esta formación ―que amplía otra que ya de por sí es muy completa y equilibrada como es el cuarteto de cuerda― es Johannes Brahms, al que hoy queremos recordar por ser el 116º aniversario de su muerte.
Curiosamente, la primera versión de su Quinteto para piano en fa menor, opus 34 Brahms la compuso para quinteto de cuerda (sin el piano y con un segundo violonchelo), pero dos años después lo transcribió primero para dos pianos y finalmente tal como lo conocemos ahora, tras lo cual destruyó el original (sin embargo la versión para dos pianos fue rescatada a partir de una copia y publicada como opus 34 bis).
Tal como decíamos antes, hay repertorio para piano a dúo con prácticamente todos los instrumentos: hasta con otro piano, como es el caso de la ya citada opus 34 bis. La definición de dúo pianístico se usa para ese caso, en el que cada uno de los pianistas toca en un instrumento diferente. Pero hay un caso especial, en el que dos pianistas tocan el mismo instrumento, a cuatro manos. También en este caso Brahms nos ha dejado una obra maestra: una colección de 21 danzas húngaras tan bonitas que varios compositores, entre los cuales está Antonin Dvořák, quisieron transcribirlas para orquesta. La nº 5, quizás la más famosa de todas, sirvió a Charlie Chaplin para una de las escenas más conocidas de su película El gran dictador.
Contrariamente a lo que pensaba Brahms cuando compuso estas danzas, las melodías sobre las que se basan no son genuinamente folclóricas sino que en la mayoría de los casos se trata de obras de músicos menores que contienen elementos peculiares de la tradición musical húngara, entre los cuales predominan algunos giros melódicos típicos de la música violinística gitana y un ritmo caracterizado por un continuo rubatoen tempi lentos y expresivos o rápidos y desenfrenados.
Todo esto lo podemos apreciar en el siguiente vídeo, con la danza nº 4 en la interpretación del alicantino Quattro Piano Duo, que además nos permite reparar en el grado de compenetración que hay que alcanzar para tocar en este tipo de formación camerística, compartiendo no sólo la obra sino también el instrumento sin obstaculizar los movimientos del otro (notad que en muchos momentos la mano izquierda de la primera pianista se cruza con la derecha del segundo).
Tal como en otras ocasiones, terminamos con la transcripción para flauta dulce de esta danza, una versión que requiere cierto nivel técnico, sobre todo en el vivace central.
Viktor Hartmann: Proyecto para una puerta en Kiev (PD en Wikipedia)
Muchas obras de música instrumental han sido compuestas con la intención de contar historias sin utilizar la palabra, describir imágenes sin mostrarlas o, más en general, transmitir ideas extramusicales utilizando nada más que sonidos. Ya hemos visto algunos ejemplos en este blog, desde el Barroco (Las cuatro estaciones de Vivaldi, compuestas a partir de sonetos) hasta el siglo XX (Los planetas de Holst, basados en estos astros y en el carácter de los dioses que les dan nombre).
Hoy, por ser el aniversario de la muerte de Modest Musorgski, ocurrida en 1881, cuando el compositor ruso acababa de cumplir los 42 años, vamos a ver otra de las más famosas obras programáticas de toda la historia de la música: Cuadros de una exposición.
Musorgski compuso esta suite para piano en 15 movimientos en junio de 1874, después de visitar en San Petersburgo la exposición de pintura organizada en memoria de su amigo Viktor Hartmann, arquitecto, escultor y pintor fallecido repentina y prematuramente pocos meses antes. De los más de 400 cuadros que pudo admirar, el compositor ruso eligió 10 para su particular museo sonoro. Los restantes 5 movimientos están construidos sobre el mismo tema que se enuncia al comienzo de la pieza, con compás de amalgama (5/4+6/4) y un carácter severo y solemne, tal como el mismo autor indicó al comienzo de la partitura: Allegro giusto, nel modo russico; senza allegrezza, ma poco sostenuto.
Mussorgsky: Pictures at an Exhibition (GFDL Mütze en Wikipedia)
Los títulos de los varios movimientos son en diferentes idiomas. El de la introducción (y de las 4 variaciones a este tema que se intercalan entre algunos de los cuadros) es en francés, Promenade, el paseo del visitante por los corredores del museo. Los del primero y del octavo cuadro son en latín, respectivamente Gnomus (uno gnomo que se mueve frenéticamente y con bruscas paradas) y Catacombae (Sepulcrum romanum) Con mortuis in lingua mortua (retrata una visita del pintor a las catacumbas de París). El italiano es la lengua elegida para el título del segundo cuadro: Il vecchio castello (un trovador canta una melancólica canción delante de los muros de un castillo), mientras que para el tercero, Tuileries (Dispute d’enfants après jeux) (niños jugando ruidosamente en los parques de las Tullerías), y el séptimo, Limoges, le marché (La grande nouvelle) (una discusión acalorada en el mercado de Limoges), volvemos al francés. El cuarto es en polaco: Bydlo, el nombre de un característico carro usado por los campesinos de ese país. El sexto es en yídish, Samuel Goldenberg und Schmuÿle, los nombres de un rico arrogante y un pobre pidiendo limosna. Sólo los tres movimientos restantes son en ruso, el idioma materno del compositor: el quinto cuadro es Ballet de los polluelos en su cascarón, sobre el cual realicé un dibujo animado hace muchos años y el noveno es La cabaña sobre patas de gallina (Baba Yaga), un movimiento grotesco en forma de scherzo que da paso sin solución de continuidad a la última pieza La gran puerta de Kiev, el proyecto de una puerta monumental que Hartmann iba a construir en honor al zar Alejandro II para celebrar su salida incólume del atentado que había sufrido en 1866.
En el vídeo siguiente, una poderosa interpretación de Evgeny Kissin.
Varios compositores quisieron orquestar esta maravillosa obra ―entre ellos Leopold Stokowski y Vladimir Ashkenazi, solo por poner un par de ejemplos― sin embargo uno de estos arreglos no sólo ensombreció a todos los demás, sino que probablemente sea conocido por el gran público aún más que la versión original para piano. Naturalmente hablo de la orquestación de Maurice Ravel, en el vídeo siguiente interpretada por la Philharmonia Orchestra dirigida por Carlo Maria Giulini hace ya casi medio siglo.
Cuadros de una exposición también llamó la atención de Keith Emerson que, junto con los otros dos componentes de su grupo, Greg Lake and Carl Palmer, a comienzo de los años setenta hizo una versión en clave de rock.
Terminamos con otra versión más, el arreglo que he preparado para flauta dulce del último movimiento, La gran puerta de Kiev. Tengo que advertir de que no es fácil de tocar, sobre todo las dos secciones en las que cambia armadura, en las que se suman varias dificultades: la posición de los dedos (muchas alteraciones), la lectura (mucha enarmonía) y la emisión del sonido (frases muy largas). De todas formas, la parte del piano es completa, por lo que se puede disfrutar mucho aún limitándose a tocar con la flauta las frases más sencillas (el tema principal, con el cual empieza el movimiento, y el tema de la Promenade, que aparece en el compás 100).
Otra advertencia: las indicaciones de metrónomo las he puesto para que surtan efecto en la reproducción y evitar que suene muy mecánico, así como tampoco serían necesarias algunas de las indicaciones dinámicas, que sin embargo nos permiten huir del mezzofortissimo.
Los chic@s de 3º han querido enviar en forma de vídeo su agradecimiento a InEveryCrea. El martes, compartieron una estupenda mañana en Cosmocaixa invitados por esta red social educativa para recoger el premio ColeCrea Carnaval del mes de Febrero, y se lo pasaron fenomenal. Vimos, tocamos y conocimos, algunas cosas del museo de la ciencia de Cosmocaixa (...por cierto ¡No queremos que cierre!) y luego nos hicieron una entrevista para saber cosas de nuestro cole y de como habíamos hecho los materiales que enviamos al concurso. Las profes dijeron que se habían puesto muuuuuy nerviosas... jejejeje (igual que nosotr@s en los exámenes). Después nos dieron un rico almuerzo y pasamos a ver una película sobre Egipto en 3D que nos encantó. A la salida, comprobamos que el péndulo de Focault había tirado unos cuantos "palitos" más (tal como leímos al entrar) porque aunque este no se mueve, la tierra sí porque gira; y volvimos al cole muuuuy contentos con un diploma y una tablet que usaremos en las clases y que nos servirá para trabajar más nuestra creatividad, nuestros aprendizajes colaborativos y nuestro acercamiento a las nuevas tecnologías.
Composición interactiva para alumnos de 6 años, 1º de primaria.
Como maestro y profesor de música, resulta complicado encontrar buenos materiales para trabajar de manera interactiva en el aula de música, sobre todo con los más pequeños. Hoy os presento una actividad muy fácil para alumnos de primero de primaria. Se trata de una creación interactiva con la siguiente página:
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