El Lamento de Dido (When I am laid in earth) es el aria más famosa de la ópera Dido and Aeneas de Henry Purcell, la primera en lengua inglesa, cuyo libreto está basado en uno de los episodios más conocidos de la Eneida de Virgilio. A la vez es una de las páginas más sugestiva de la historia de la música. Tomando ejemplo de la ópera italiana, el más importante de los compositores británicos, del que hoy conmemoramos los 350 años de su nacimiento, hace preceder el aria por un recitativo que relata brevemente la acción: la reina de Cartago, con el corazón desgarrado por la próxima partida de su amado Eneas, provoca su propia muerte para liberarse del insoportable dolor de vivir sin él. Esperando el momento final, tras herirse con la espada sustraída a éste, Dido pide a su doncella que la acompañe hasta la llegada del huesped bienvenido:
Thy hand, Belinda, darkness shades me,
On thy bosom let me rest,
More I would, but Death invades me;
Death is now a welcome guest.
Tras este momento dramático, la protagonista arranca un canto lleno de lirismo, acompañado por un ostinato del bajo cuyo cromatismo proporciona cierta melancolía a ese momento tan trágico, en el que angustia y resignación forman un único sentimiento indefinible.
When I am laid, am laid in earth, May my wrongs create
No trouble, no trouble in thy breast;
Remember me, but ah! forget my fate,
Remember me, remember me, but ah! forget my fate.
Os propongo esta versión, interpretada por la mezzosoprano Stéphanie d’Oustrac acompañada por Les Arts Florissants, por varias razones: con su maravillosa voz, empleando de manera magistral el timbre y la dinámica, la solista alcanza una expresividad conmovedora; el empleo de instrumentos de la época (originales o copias fieles), cuyos timbres son más ásperos, contribuyen a recrear una atmósfera más dolorosa; por otro lado, el vestuario moderno sugiere la intemporalidad de la obra; finalmente, incluye el coro que cierra la escena amplificando la tragedia según la experimentada tradición griega clásica.
With drooping wings you Cupids come,
To scatter roses on her tomb.
Soft and Gentle as her Heart
Keep here your watch, and never part.
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