Ha pasado mucho tiempo desde el día en que le di a Luisa Bellitto su primera clase de violín: para ser exactos, se trataba del año 1987.
Luisa tenía sólo siete añitos, yo veintitrés. Ella era una niña muy guapa y risueña, con un grandísimo talento para la música, sumado a una entusiástica vitalidad y unas impresionantes ganas de aprender. Yo era un estudiante de violín en sus últimos años del Conservatorio superior, profesor inexperto pero apasionado en mi labor docente.
El talento de Luisa no tardó en dar sus frutos: tras apenas dos años de estudio se presentó a un concurso nacional que se celebraba en Florencia. Su padre, Vito, me informaba telefónicamente de los resultados: me llamó cuando pasó la selección inicial, volvió a llamarme cuando Luisa consiguió entrar en la final, y me telefoneó nuevamente nada más terminar esta última prueba. Recuerdo todavía las palabras con las que abrió su llamada: “Massimo, si estás de pie, siéntate…”.
Tras ese primer éxito, Luisa cosechó varios más en los dos años siguiente, en los cuales tuve el privilegio de darle clases. Luego, simultáneamente, nos trasladamos desde nuestro pueblo de origen: yo me vine a España y ella se fue a Milán, donde siguió sus estudios con Felice Cusano.
Clic en la miniatura para ver la foto en la web oficial de Riccardo Muti
Hace varios años hablé con ella por teléfono, una llamada que me llenó de alegría: había terminado sus estudios en el Conservatorio y estaba tocando en la Orquesta Luigi Cherubini, fundada y dirigida por Riccardo Muti.
Recientemente he descubierto que su nuevo logro es haber entrado en la prestigiosa Orchestra del Maggio Musicale Fiorentino. Espero poder escuchar uno de sus conciertos, algún día, con la orquesta o en una de las formaciones de cámara a las que pertenece. Y también espero que, tarde o temprano, pueda poner aquí un vídeo suyo, para que también podáis oírla tocar.
Desde luego hoy no puedo terminar esta entrada sin felicitar a Riccardo Muti ya que hoy mismo es su cumpleaños. Me sumo pues a los miembros de la Chicago Symphony Orchestra, formación de la que es Director Musical, para cantarle: Happy Birthday, Maestro Muti.
Este interesantísimo documento gráfico está realizado mediante el montaje de tres diferentes tomas: la primera es la ejecución de esa obra por el guitarrista malagueño Pepe Romero acompañado por una de las orquestas más prestigiosas del mundo, la Academy of Saint Martin in the Fields, dirigida por su fundador, Neville Marriner; en la segunda el solista le cuenta al director el triste episodio de la biografía de Joaquín Rodrigo que motivó e inspiró la composición del tiempo central del concierto, detallando y ejemplificando a la guitarra los elementos musicales que pretenden representar y transmitir los sentimientos que acompañaron al compositor en aquellas circunstancia; finalmente, el tercero contiene una entrevista a Victoria Kamhi -que conoció a Joaquín en 1928 y se casó con él cinco años más tarde- y algunos momentos de la pareja.
Estas escenas, el testimonio de Vicky y las imágenes de ella y Joaquín, son extremadamente tiernas: se les ve tan frágiles por su avanzada edad pero a la vez tan fuertes por la solidez de su amor, pues su paso es incierto y tambaleante pero su apoyo recíproco es firme y sólido.
La conmoción culmina hacia el final del vídeo, cuando con un gesto Joaquín le pide a Victoria que estreche su mano -su manera de poder mirarla a los ojos- cosa que ella, como de costumbre, se precipita a hacer: sus manos están constantemente entrelazada, relata el periodista que escribió este artículo con ocasión de sus 60 años de vida juntos, dos años después.
Victoria era una excelente pianista, aunque renunció al concertismo para poder estar cerca de su marido, del que fue también colaboradora artística, pues escribió, revisó y tradujo numerosos textos de sus obras. Ambos fallecieron en un mes de julio, ella primero, en 1997, y luego él, dos años más tarde.
Mi primer programa en PHP ha llegado a la versión beta y está disponible para su evaluación pública haciendo clic en este enlace o en la imagen.
Se trata de un juego de preguntas en el cual se suceden una serie de fichas. Cada una de estas fichas contiene una foto, los lugares y fechas de nacimiento y, eventualmente, de muerte de un/a compositor/a y sus obras principales.
Por el momento hay 20 fichas, que se propondrán en orden aleatorio sin repetición. El usuario/a puede añadir más fichas, rellenando un sencillo formulario y subiendo una foto. Debido a que se pueden enviar datos sin identificarse previamente, todos los envíos quedarán a la espera de ser aprobados, tras lo cual estarán disponibles en el juego.
Además de avisos sobre eventuales errores, se agradecerá todo tipo de consejos para mejorar este programa y, de paso, ayudarme a aprender.
ACTUALIZACIÓN (15/06/2011): descarga del código fuente (CC 3.0 BY-SA).
ACTUALIZACIÓN (31/08/2011): nueva versión del programa. Cada ficha contiene, además de los ya citados elementos de la versión anterior, un fragmento de una de las obras del compositor o compositora cuyo nombre hay que averiguar.
La Orquesta Filarmónica de Nueva York es la orquesta más antigua entre todas las que están activas en la actualidad en el territorio estadounidense. También es una de las más comprometidas con la educación musical: en 1924 estrenó una serie de conciertos familiares, con la intención de dar a conocer la música a los más pequeños, que sigue ofreciendo todavía: los Conciertos para jóvenes (Young People’s Concerts). En otra entrada, hace casi un año, ya hablamos de esta estupenda iniciativa, recordando a Leonard Bernstein, el director de orquesta que popularizó estos conciertos didácticos, grabando nada menos que 53 episodios que fueron retransmitidos por muchas televisiones de todo el mundo.
Uno de estos episodios fue realizado en 1960 con ocasión del centenario del nacimiento de Gustav Mahler. Su título es ¿Quién es Gustav Mahler? debido a que hace cincuenta años este compositor no era todavía muy conocido por el gran público sino sólo por los expertos, que le recordaban sobre todo como excelente director de orquesta.
Aunque hoy en día Mahler ha conquistado un puesto entre los compositores más importantes de la historia de la música, no está de más escuchar de nuevo la respuesta de Bernstein a esa pregunta para celebrar los 150 años de su llegada al mundo, acontecimiento que ocurrió exactamente un 7 de julio.
Bernstein selecciona algunas páginas de la obra mahleriana para evidenciar las aparentes contradicciones del compositor, subrayando que: sus sinfonías manifiestan su gran talento operístico, pero en realidad no compuso ni una sola ópera; su música contiene la herencia vienesa pero está proyectada hacia el futuro, anticipándolo en muchos aspectos; de la misma manera, su música une la tradición occidental y la oriental (eslava, judía, zíngara, china, etc); algunas de las imágenes que ofrece su música son como sueños infantiles pero Mahler nos los presenta con la racionalidad de un adulto; también sus sentimientos son “infantiles”, por su extremismo, pero a la vez son adultos y muy conscientes.
Las celebraciones mahlerianas no terminarán con el año en curso, sino que se prolongarán durante todo el 2011, con la conmemoración del centenario de la muerte de este compositor y director de orquesta austríaco, así que tendremos ocasión para profundizar en su figura y su música. Mientras, disfrutemos de este Concierto para jóvenes, alrededor de tres cuartos de hora de música introducida y comentada por Bernstein, en inglés con subtítulos en español. Está dividido en cinco partes que se sucederán una tras otra sin más necesidad que la de tener unos segundos de paciencia, sin duda bastante menos de la que tuvo que emplear Marian Domínguez para subir éste y muchos más vídeos interesantes a su canal de YouTube.
ACTUALIZACIÓN (14/10/2012, 22º aniversario de la muerte de Leonard Bernstein): los propietarios de los derechos de explotación económica de estos vídeos han forzado el cierre de la cuenta de YouTube de nuestra compañera.
Es realmente lamentable esta actitud, pues la codicia de estas personas nos está privando del acceso a unos documentos de gran valor histórico y didáctico de los que no sólo ya se ha recuperado con creces la inversión inicial, sino que además les han aportado grandes ganancias gracias al cobro de los derechos de más de 50 años de emisiones televisivas ofrecidas en todo el mundo.
Actualmente estos vídeos no están disponibles para su compra o alquiler, ni en DVD ni tampoco en VHS, y es prácticamente imposible verlos en televisión. Por eso la única manera de que nuestros alumnos y alumnas (entre otros) puedan disfrutarlos es mediante los servicios online tipo YouTube, y estoy bastante convencido de que tal visionado no sólo no comporta ningúna pérdida económica, sino tampoco ningún lucro cesante a la empresa que tiene el poder de comercializar estas grabaciones, una firma llamada The Leonard Bernstein Office, Inc. que, tal como se puede ver en las últimas imágenes de cada vídeo, reservó los derechos en 1990, el mismo año de la muerte de Leonard Bernstein.
Desconozco cuánto tiempo falta para que esas obras pasen a ser de dominio público. Mientras, tendremos que asistir a esta absurda práctica que se puede resumir así: es mío y no te dejo verlo porque no me da la gana.
Afortunadamente no se pueden poner puertas al campo ni se puede frenar la difusión de la cultura, aunque sí se puede hacer un poco más difícil su acceso: actualmente el vídeo está disponible, aunque sin los subtítulos en español, con licencia estándar de YouTube. Lo insertamos a continuación y quedamos atentos para reemplazarlo con una versión útil también para quienes no dominen el inglés en el momento en que la encontremos nuevamente disponible.
En verano culmina en Andalucía la temporada de las ferias, comenzada en abril en Sevilla. Con ocasión de estas fiestas populares, cuyo escenario va desplazándose por prácticamente todas las ciudades y pueblos andaluces, las plazas y las calles se llenan de música y de baile.
Recuerdo que cuando llegué a España, hace ya casi veinte años, en las ferias sólo había un tipo de baile durante horas y horas, muy raramente interrumpido por otros ritmos. Las sevillanas estaban de moda con una fuerza tan grande que no sólo eran las protagonistas incuestionables de la Feria de Sevilla, sino que habían desplazado totalmente los bailes típicos de las otras provincias y localidades de Andalucía, que, pasadas dos décadas, todavía no han conseguido hacerse un espacio dentro de sus lugares de origen.
Entre las consecuencias más importantes de ese período de gran popularidad quiero destacar dos, una positiva y otra negativa: la positiva, además de muy personal, fue que me apunté a clases de sevillanas; la negativa fue la proliferación de un montón de sevillanas del montón (valga la redundancia) compuestas e interpretadas en serie y sin la más mínima originalidad por personajes cuyos nombres es preferible omitir. Todo eso ha causado cierto desprestigio de las sevillanas dentro del mundo flamenco, hasta el punto de que muchos aficionados y ciertos flamencólogos les niegan el derecho a ser consideradas un palo flamenco, relegándolas a la única condición de baile regional. Una simple búsqueda por la Red demostrará que la polémica todavía no está resuelta y las dos tesis conviven en la actualidad.
Personalmente estoy convencido de que las sevillanas sí tienen que estar en el árbol genealógico del flamenco. Más que palabras, voy aportar un sólo argumento de mucho peso: la voz de Camarón de la Isla, uno de los más grandes cantaores de la historia, fallecido hace exactamente 18 años, acompañado al toque por Tomatito, cantando Mi barrio/Dame la mano/Toma que toma/Pa qué me llamas prima, sevillanas compuestas por Isidro Muñoz y José Miguel Évora, hermanos de Manolo Sanlúcar.
En esta interpretación, extraída de la película Sevillanas de Carlos Saura, podemos disfrutar de la variedad de matices expresivos del cantaor, que va del pianissimo más sugerente al grito más desgarrado, y del virtuosismo del guitarrista, que complementa de manera perfecta el cante, ajustando la armonía y el ritmo hasta al más pequeño de esos matices.
Desde luego, una excelente interpretación puede dar vida a una obra vacía, pero no es este el caso: baste fijarse en su riqueza armónica, que culmina en la última copla con un brusco cambio de registro, conseguido a través de una modulación inesperada, y una nueva melodía.
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