Nos encontramos ante un libro de Sandor Márai. Por tanto, ante una pequeña obra maestra.
Un pianista famoso viaja hacia Florencia durante la Segunda Guerra Mundial para dar allí un concierto. No saldrá de la ciudad hasta mucho tiempo después, puesto que justo al acabar su recital ha de ser ingresado, aquejado de una enfermedad misteriosa que le consume física y psicológicamente.
En Florencia, ciudad que no puede ver por estar hospitalizado, el músico vive una lucha entre la vida y la muerte que por momentos se hace filosófica, por momentos patética, siempre en el estilo del escritor húngaro.
Dice nuestro protagonista que (la música) "tiene más fuerza que el beso, que la palabra, que el tacto. Lo que uno ya es incapaz de contar con el cuerpo y el espíritu termina contándolo con la música" (p. 91).
En otro momento afirma: "la música es el grado más alto de toda experiencia sensible" (p. 190).
Y respecto a la expectación originada por un concierto leemos: "Esos instantes previos a la primera nota, esa infinita expectación que impregna todos los nervios en la sala, el saber que ese silencio expectante en el que mil personas se olvidan de sí y de sus problemas personales, emanaban de mí; eso era lo máximo que me había dado la vida" (p. 109).Puedes leer una de las críticas más acertadas sobre este libro en el blog La Tormenta en un vaso, o en Margen Cero,aunque se trata de una obra unáimemente aclamada, como todas las de su autor.