Las 5 canciones venezolanas más famosas

 Por: Redacción


En Venezuela la música es como la arepa (alimento hecho de maíz, agua y sal), el alimento diario que nutre el alma de quienes la escuchan. 


En este hermoso país suramericano existe una gran diversidad de géneros musicales que van desde los tradicionales venezolanos: joropo, vals venezolano, merengue, gaita zuliana, entre otras y los ritmos que han venido de otras fronteras y han echado raíces en Venezuela, como lo son: la salsa, el merengue dominicano, el rock-pop, el son cubano y así muchos otros que forman parte del mundo musical venezolano. 


En cuanto a las canciones venezolanas, estas siempre han sido muy bien aceptadas en otras latitudes, ganándose el favoritismo del público que es extensivo a los cantantes y compositores que tienen mucho talento, mismo que comparten con todo el mundo.

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SOBRE LA TEXTURA



Como los hilos constituyen el entramado de una tela, así las voces - lineas melódicas, ya sean vocales o instrumentales - forman el tejido musical; a eso nos referimos cuando hablamos de textura.

Nos referimos a textura armónica cuando las mentadas voces - simultáneas, claro - caminan a la par, al mismo ritmo, formando acordes.

Nos referimos a textura contrapuntística cuando dichas voces muestran mayor independencia sin destacar ninguna sobre las demás (todas tienen la misma importancia), cada una a su ritmo, imitándose con frecuencia unas a otras pero con libertad. Este tipo de textura polifónica se desarrolla extraordinariamente en el Renacimiento.

Pues bien, escuchemos y veamos estos dos ejemplos correspondientes a sendos genios de la música renacentista: el italiano Giovanni Pierluigi da Palestrina (al que ya todos conocéis de clase) y el español Tomás Luis de Victoria (que muy pronto os presentaré). Escuchad atentamente y analizad bien, a ver si sois capaces de percibir la diferencia.




Jesu dulcis memoria




Y para sacaros un poco de la relajación y elevación en las que estaréis sumidos después de escuchar tanta voz angélica os dejo otra muestra, muy diferente, de polifonía más moderna. O ¿es que creíais que solo la había en el Renacimiento?



EL CONDE OLINOS


Imagen: Ab música y más

Como ya muchos sabéis, algunas de las obras  que estudiáis en Lengua y Literatura se escribieron para ser cantadas; tal es el caso de los romances, esos poemas épicos y líricos cuyo origen podría encontrarse en los antiguos cantares de gesta.
El Romance del Conde Olinos - también llamado Romance del Conde niño - es uno de los más difundidos y aunque muchos lo habréis conocido en el colegio vamos a ampliar un poco la información sobre él.

Como todos los romances está formado por una serie  de versos octosílabos; la rima es asonante en los versos pares; los impares quedan libres. En lo que al texto se refiere, existen diferentes versiones de esta canción que podéis consultar en el siguiente enlace: El Conde Olinos. También hay al menos dos versiones musicales  (con diferente melodía)

En cuanto a la forma musical, como hemos visto en clase, la melodía se va repitiendo cada cuatro versos y tiene un carácter silábico.

A continuación podéis escuchar ambas  versiones:

  • Esta es  la primera, interpretada por el músico y especialista en folclore Joaquín Díaz (aquí también con el grupo Nuevo Mester de Juglaría.)



  • Esta es la segunda, más larga y con diferente melodía, está interpretada también por Joaquín Díaz; prestad mucha atención a la breve explicación  que nos da al principio.

PARTITURA  (aunque todos la tenéis ya, la enlazo por si acaso)

El texto más difundido es este:


Madrugaba el Conde Olinos,
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe
canta un hermoso cantar,
las aves que iban volando,
se paraban a escuchar.
Bebe mi caballo, bebe, 
Dios te me libre del mal
de los vientos de la tierra
y de las furias del mar.
La reina, desde la torre,
escuchaba este cantar;
mira hija como cantar
la sirena de la mar.
No es la sirenita, madre, 
que esa tiene otro cantar;
es la voz del Conde Olinos,
que por mí penando está.
Si es la voz del Conde Olinos
yo le mandaré matar;
que para casar contigo
le falta la sangre real.
No le mande matar, madre,
no le mande usted matar;
que si mata al Conde Olinos
a mí la muerte me da.
Guardias mandaba la reina
al Conde Olinos buscar;
que le maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar.
La infantina, con gran pena,
no cesaba de llorar.
El murió a la media noche 
y ella a los gallos cantar.