El refrán "más vale prevenir que curar" no tiene demasiado éxito. Nuestra sociedad nos anima a buscar, y nos facilita, remedios rápidos. Cuando nos duele algo, buscamos un alivio inmediato en cremas, pomadas, jarabes, lociones e incluso intervenciones quirúrgicas.
En el mundo de la música, el alumnado que, ante una prueba o examen importante, abusa de la práctica instrumental acude a los antiinflamatorios para aliviar el dolor o a pastillas para superar el temido miedo escénico.
En realidad, muchas personas, las únicas pastillas que realmente necesitan son las que desde hace unos años ayudan a luchar contra enfermedades que en ciertas partes del mundo hacen verdaderos estragos.
Creo que no necesitan presentación. Son las Pastillas contra el dolor ajeno. De todos modos, para las personas que aún no las conozcan, la organización Médicos sin fronteras nos explica, en el siguiente vídeo, qué son y qué se consigue con ellas.