Hasta siempre, Maestro

Ayer nos despertamos con una triste noticia: la muerte de Paco de Lucía, uno los más grandes guitarristas de todos los tiempos. Proveniente del flamenco, colaboró a difundirlo por todo el mundo, y además supo cómo fusionarlo con otras músicas a la perfección. 

Especialmente, con las americanas: el jazz, la salsa, el bossa nova... y en concreto, con los sonidos del cajón peruano; tras conocerlo en el país andino y probar a conjuntarlo con su guitarra, logró tanta aceptación con ello que, hoy por hoy, el cajón ya es considerado como un instrumento "flamenco" más.

Os propongo, en primer lugar, que veáis este breve reportaje sobre su vida. La calidad técnica del vídeo no es muy buena, pero describe muy bien su trayectoria:
Y en segundo, que recordemos su composición más tarareada (aquí en su versión más difundida, de los años setenta, con instrumentos acompañantes hasta entonces más propios de la música caribeña o del rock). 

Las dos aguas a las que se refiere el título son las dos que bañan las orillas de nuestra provincia, las del Mediterráneo y las del Atlántico: se trata de un claro homenaje a su natal Algeciras (que, como sabéis, está como quien dice a un ratillo en coche desde Jerez).

Ha querido el destino que Paco se nos fuera jugando con sus hijos en una de las playas de la atlántica Cancún, en México. Con Cádiz un tanto más lejos, pero con las mismas aguas de por medio...

Hasta siempre, maestro.