García Márquez y los vallenatos (+ actividad)

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No sé qué tiene el acordeón que cuando lo oímos se nos arruga el sentimiento
Gabriel García Márquez
Ha querido la casualidad que García Márquez se nos fuera la misma semana que el día del libro. Hablamos, ahí es nada, de quien pasará a la historia por ser uno de los más grandes escritores del siglo XX. Os animo a leer cualquiera de sus obras, que su prosa siempre atrapa; pero es inevitable citar primero, ya lo sabéis, su fundamental Cien años de soledad.

Cuando conozcáis a Mauricio Babilonia, uno de los personajes de la novela, comprenderéis el porqué de esas mariposas amarillas de papel que se han visto estos días en los homenajes póstumos a Gabo...

Pues bien, hoy quiero hablaros de otro de los símbolos garcíamarquianos que también ha estado omnipresente en los actos de recuerdo celebrados en México y en su Colombia natal: me refiero al vallenato. Y es que al premio nobel se le considera uno de los más grandes promotores de este género musical, nacido en tierras colombianas pero extendido por todo el Caribe.
A no ser que se mezcle con otros estilos caribeños (lo cual es felizmente frecuente) resulta muy fácil reconocer un vallenato clásico por sus tres instrumentos principales: la guacharaca (un idiófono rascado), la caja vallenata (un membranófono) y los acordeones diatónicos (se dice, aunque tiene pinta de leyenda, que llegaron a Colombia tras el naufragio en sus costas de un barco alemán repleto de ellos). Podéis verlos todos en el anterior vídeo y en la siguiente imagen.  Los vallenatos más modernos ya cuentan con otros instrumentos, como la guitarra o el bajo eléctrico, pero nunca falta el acordeón.
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Lo que cautivó a Gabriel del vallenato fueron, aparte de sus melodías y ritmos, pues sus letras, de carácter volcadamente narrativo. Los intérpretes vallenatos, sobre todo los más antiguos, contaban historias de lugar en lugar por medio del canto; no en vano, es frecuente referirse a ellos como juglares (nota: al menos, los alumnos y alumnas de 2º de ESO deberían entender esto último...). Y no en vano tampoco, García Márquez describió sus Cien años de Soledad como "un vallenato de 350 páginas".

En sus obras, los aires de vallenato aparecen una y otra vez, y las propias historias contadas por Gabo han acabado siendo objeto de muchos vallenatos (y además, por cierto, de otros muchos estilos musicales: visita este enlace para comprobarlo).

Y no solo eso. Su propia biografía personal, su propia "historia", también ha entrado a formar parte del universo del vallenato. Como ocurre con este que os propongo a continuación, presentado al mundo hace solo unos días, cantado y compuesto por Luis Aponte y el resto de miembros del grupo Guatapurí (los mismos del vídeo anterior):

Os propongo, a cambio de subir nota en actitud, que entre todos (los primeros y los segundos de ESO) vayamos escribiendo, por orden, la letra de El gran Gabo, que así se llama. Cada uno y cada una solo puede intervenir una vez; miráis por dónde se quedó el compañero o compañera anterior, le dais al play y anotáis el siguiente verso, el que os toque.

Comienzo yo y seguís vosotros en los comentarios, en cursiva y sin faltas de ortografía:

El gran Gabo

Voy a hacer un homenaje a un hombre de gran talento (...)




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