Gracias a Antonio Calvillo por prepararnos un Symbaloo que nos permite acceder a todas las ponencias del congreso Con Euterpe 2015:
Y aquí las conclusiones de Con Euterpe 2015:
Gracias a Antonio Calvillo por prepararnos un Symbaloo que nos permite acceder a todas las ponencias del congreso Con Euterpe 2015:
Y aquí las conclusiones de Con Euterpe 2015:
¿Qué se interpone en nuestro camino para llevar a cabo una buena actuación? Sabemos lo que tenemos que tener como músicos: una buena técnica y la capacidad de profundizar en la música y expresar lo que el compositor tenía en su mente de la mejor manera posible. Nuestro objetivo es alcanzar los más altos estándares de excelencia que podamos, sobre todo como profesionales. Aquí es donde se pone el foco en una buena educación musical, y con razón, en muchos aspectos. Necesitamos conocer nuestra técnica para que no nos defraude en los momentos clave y tenemos que tener un sentido real de lo que la música nos quiere decir.
¿Pero es esto todo lo que necesita? Yo diría que esto es sólo una parte del cuadro. También importa cómo manejamos el estrés durante la actuación, los diversos factores que pueden salirnos al paso durante la interpretación; nuestra energía nerviosa que va demasiado lejos y nos paraliza; saber que encontrar la energía para tocar cuando estamos cansados de todas las cosas que la vida nos lanza; nuestro cuerpo agarrotado y con tensión cuando menos lo esperamos; la voz interior e insignificante que nos castiga cuando nos equivocamos y empieza a esperar el próximo error y la misma voz interior que nos dice que no somos buenos, un fraude y que vamos a caer muy pronto. Los nervios que los músicos experimentan y cómo se las arreglan para luchar contra ellos son tan variados y diferentes como los propios músicos, y sin embargo, su gestión también es una parte esencial de ser un músico bien equilibrado, feliz y realizado.
Rara vez se habla de estos nervios y este estrés, incluso entre músicos. Cuando he tenido experiencias profesionales como pianista acompañante en las que esperaba realizar hazañas sobrehumanas como lecturas a primera vista o resistir para tocar perfectamente en situaciones imperfectas; nunca sentí que pudiera decir nada al respecto, incluso a mis colegas. Veía un montón de personas que podían realizar las mismas hazañas sobrehumanas, así que simplemente sufría en silencio, imaginando que sólo era un problema mío. Esas experiencias afectaron significativamente en mi disfrute al tocar y en general, en mi disfrute con la música. Ser capaz de expresar esos sentimientos abiertamente en una cultura musical donde ese tipo de experiencia se considera normal y aceptable habría sido muy diferente.
Una de mis contribuciones a la difusión de este tema es la creación de una cumbre en línea, Más allá del Miedo Escénico. Se trata de una serie de entrevistas en video, en el que 20 o más ponentes, en su mayoría músicos, aunque también profesores y otros expertos en este tema, comparten sus conocimientos sobre el manejo del estrés. Cada entrevista se lleva a cabo a través de Skype, y ronda los 30-45 minutos de duración. Hay algo acerca de las imperfecciones y la informalidad de Skype y su tecnología de grabación, que tiene beneficios sorprendentes. Realmente sientes que estás conociendo al orador y sus puntos de vista. La mayoría están sentados en casa, algunos de ellos con una taza de café, charlando sobre lo que es importante para ellos sobre el rendimiento y la forma en que manejan la tensión.
Me ha sorprendido y encantado el número de eminentes músicos que han querido participar en este proyecto, todos sintiendo la necesidad de destapar un tema tan sensible y sobre todo tabú. Hilary Hahn, Tasmin Little, John Lill y Amy Dickson son sólo algunos de los músicos que participan en Reino Unido, junto con algunos grandes nombres de EEUU. Ha sido fascinante y un privilegio escuchar sus historias y experiencias personales.
Lectura recomendada: Cómo superar la ansiedad escénica en músicos