LA GRANDEZA DE LOS MOZART

Leopold Mozart, el padre, era un excelente violinista que ocupaba en la corte del príncipe-arzobispo Segismundo de Salzburgo el puesto de compositor y vicemaestro de capilla. La madre, Anna Maria Pertl, procedía de una familia acomodada de funcionarios públicos. Tuvieron siete hijos pero sólo sobrevivieron dos: Maria Anna y Wolfgang 

El pequeño Mozart era el séptimo hijo de este matrimonio y junto a su hermana, a la que llamaban Nannerl, crecieron y se educaron en un ambiente culto en el que la música estaba presente desde el alba hasta el ocaso. 

NIÑO PRODIGIO 
A los cuatro años su padre y maestro le enseñó a tocar el clavicordio  y a los cinco ya componía  pequeñas obras de considerable dificultad. A los seis, tocaba con destreza el clavecín y el violín.y comenzó a dar conciertos por las mejores cortes europeas. A los ocho ya había compuesto su primera sinfonía . Podía leer música a primera vista, tenía una increible capacidad para improvisar frases musicales y una memoria prodigiosa además de una gran facilidad para las matemáticas.
 Tanto  él como a su hermana, nunca fueron al colegio y fue su padre quien les enseñó todas materias.












Marianne Mozart

Era la hermana mayor del reconocido compositor, llamada por su familia cariñosamente Nannerl. A los 10 años fue de gira por Europa y mereció las críticas más favorables por parte de la audiencia, que la calificaba de “prodigio” y “genialidad”. 
Su "condición femenina" la condenó al olvido. No fue por falta de talento  ni tampoco porque no estuviera a la altura de los más grandes pianistas de su tiempo. 
En la sociedad europea del siglo XVIII estaba muy mal visto que una mujer casada o en edad de casarse trabajara o se exhibiera públicamente, por lo que ser una reconocida concertista estaba mucho más allá de lo que ella se hubiese podido permitir. Una mujer música y compositora podría ensuciar el honor de su padre, Leopold Mozart, a quien ella estaba dócilmente sometida.

Sabemos que Maria Anne Mozart siguió componiendo piezas musicales, pero jamás pudo presentarlas al mundo. 
Existen cartas escritas por el mismo Wolfgang alabando las composiciones de su querida hermana, pero estas nunca salieron a la luz y se perdieron para siempre.
¿Hubiese ella podido ser tan grande como su hermano? 
¿Pudo Wolfgang obtener la inspiración como uno de los mayores compositores de la historia por la dedicación y el talento de su hermana? 
¿De no haber estado sometidas las mujeres a la represión hubiésemos tenido a dos grandes Mozart?

Poco antes de morir, pronunció estas tristes palabras:
No saben ustedes lo que significa tener talento y no poder expresarlo…”