Homenaje a Montserrat Caballé en su despedida

Isabel Villagar y Montserrat Caballé
e imagen de cuerdas vocales
(pedagogía científica del canto)
Nos ha dicho adiós una de las más grandes cantantes de la Historia de la Música. 

Tuve el privilegio de asistir a sus masterclasses entre 2007 y 2010 como alumna activa. 

La primera de ellas me costó el puesto de trabajo en la escuela de música donde trabajaba a la sazón porque me hicieron elegir entre la escuela y las clases de Caballé y elegí las segundas, e hice bien porque la experiencia cosechada durante estos periodos formativos dejaron en mí una impronta imborrable.

Aún recuerdo el respeto que sentí la primera vez que canté ante ella. 

Hablaba pausada y cariñosamente. Cantó conmigo parte del aria.

Antes de estas sesiones me formé durante más de cuatro años con Francesca Roig, su discípula predilecta, que me transmitió todo el bagaje técnico de esta gran escuela y a la que agradezco su pasión por la docencia.

En las clases de Montserrat aprendí, de entre todo, su técnica respiratoria, que incluye ejercicios como los de pesas, entre muchos otros. 

Una de las enseñanzas que me ha dejado "en herencia" es que no basta con "tener" una voz

El sonido se ha de construir sobre unas bases anatómicas y fisiológicas.


Era única controlando el aire y sus messa di voce son un testimonio insuperable

Maestra inigualable del fiato y del sonido. 

Su voz era única, inconfundible y nos ha transportado a otros mundos. 


Quedé impresionada la primera vez que escuché su Liu con el si bemol filado del final del aria Signore Ascolta

Aún me emociona escuchar esta interpretación suya, no menos que el final del aria de la Condesa de "Las Bodas de Fígaro", Dove sono


Hay dos frases finales en las que todas las cantantes respiran en medio, menos ella. 


A la única que he oído esta proeza vocal es a ella.

En el aria de Vivaldi Sposa son disprezzata su manejo del aire en un tempo lento es inigualable. 


Se va una leyenda de la historia del canto y de la música


Como anécdota, contaba la historia de que cuando se fue a audicionar por Europa en un teatro le dijeron "váyase a su casa, cásese y tenga hijos" (!).

Tuvo hijos, pero menos mal que no les hizo caso, persistió en su empeño y no dejó de cantar.

Montserrat es un ejemplo sublime de amor a la música

Siempre tendré en un lugar especial de mi estudio nuestra foto dedicada con afecto deseándome lo mejor en mi futuro. 

¡Donde estés, Maestra, 
siempre, GRACIAS!

Las muestras de afecto, por doquier: