Objetivos claros = resultados tangibles

Es muy habitual querer algo y no conseguirlo.

No necesariamente es una falta de deseo ni de esfuerzo.

Hay personas que se esfuerzan muchísimo en conseguir algo, pero les resulta imposible.

Y es que el trabajo duro no sirve de nada si no tiene un propósito bien claro y definido.

Puedes estar AÑOS trabajando muy duro en la dirección incorrecta, o sin dirección.

¡Con esa mentalidad no harás nada más que perder el tiempo!

En este episodio vas a descubrir

  • Qué necesitas para avanzar DE VERDAD
  • Cómo elegir tu meta en cada momento
  • Un enfoque más claro sobre cómo dirigirte hacia esa meta

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Transcripción del episodio

A nivel muscular, la voz es algo muy complejo.

Muchos de los músculos que utilizas para hablar y cantar, se utilizan en el sistema respiratorio.

También hay muchos músculos del sistema masticatorio que están extremadamente cerca de los músculos del aparato fonador.

Esto hace que tu cerebro se haga un lío y mezcle funciones cuando no debe.

¿Has sentido alguna vez tensiones al cantar? Probablemente sean músculos del sistema masticatorio entrando en juego.

Y por si esto fuera poco, tu estado emocional también puede afectar a los músculos de tu cuerpo, incluyendo a los de tu aparato fonador.

Cuando estés entrenando tu voz, tienes que tener un plan para que todo esto no te entorpezca.

Y justamente de este plan quiero hablarte en este epiosdio, para que puedas optimizar tu rutina de práctica.

Una meta clara en mente hará que progreses más rápido

Si te pones a cantar para divertirte, ¡genial!

Esa es la finalidad, ¿verdad?

Pero no tienes que confundir eso con entrenar tu voz.

Cuando entrenas tu voz, tienes que estar buscando cumplir una meta, y tienes que hacerlo de forma consciente.

Los ejercicios por sí solos no van a hacer que mágicamente tu voz mejore.

De hecho, lo importante es saber qué tienes que buscar mientras los haces. Muchos ejercicios diferentes pueden cumplir una misma meta.

Y para cumplir una meta clara necesitas dos cosas:

1. Saber qué meta tienes que buscar

Tanto si entrenas con un experto vocal que te guíe como si entrenas por tu cuenta, necesitas instrucciones claras.

El mayor enemigo de las instrucciones claras son instrucciones que dan lugar a interpretación.

Te recomiendo que utilices lenguaje objetivo y preciso cada vez que te pongas (o te pongan) una meta a conseguir con tu voz.

Con lenguaje objetivo y preciso me refiero a que no haya lugar a la interpretación, insisto.

Por ejemplo, una meta como “llevar la voz a la cabeza” es muy ambigua.

Dos personas pueden entenderlo de forma muy distinta. Una puede entender que debe hacer fuerza para que la voz llegue hasta la cabeza, y otra puede entender que debe sentir algún tipo de vibración en esa zona.

Son dos posibles interpretaciones, pero hay tantas como personas en el mundo.

Pero también debes tener cuidado con las metas que parecen precisas y no lo son, como por ejemplo “sentir la voz en la máscara”.

Por lo general, si una meta trata sobre las sensaciones que debes tener al utilizar la voz, es una meta subjetiva.

Cada persona puede sentir cosas muy diferentes a otra al utilizar su voz.

Tienes que encontrar tus propias sensaciones físicas.

Una meta mucho mejor definida podría ser “reducir el volumen en las notas agudas”.

Ahí no hay ninguna duda de lo que tienes que conseguir.

Si consigues bajar el volumen, sabrás que has llegado a la meta, sin importar lo que sientas en tu voz.

2. Saber cómo puedes conseguir llegar a esa meta

Cantar es una actividad física que hacemos guiándonos por sensaciones.

Por eso aprender a cantar mejor es tan complicado.

No puedes basarte en las sensaciones de otros cantantes porque para cada persona esas sensaciones son diferentes.

Pero necesitas esas sensaciones para saber cómo cantar mejor.

Qué dolor de cabeza…

Por eso, por extraño que parezca, la única forma de saber cómo llegar a una meta es llegando.

Si seguimos el ejemplo de antes de “reducir el volumen en las notas agudas”, tienes que vivir en primera persona lo que es cantar una nota aguda a bajo volumen.

Sólo entonces verás lo que tienes que sentir, y será en ese momento en el que hayas creado tu primera referencia sensorial que podrás utilizar de ahí en adelante.

Por muchas explicaciones que recibas, por mucho que leas y por muchos vídeos que veas, no vas a avanzar si no consigues esa experiencia.

¿Que fue primero? ¿El huevo o la gallina?

Aunque parezca que sea imposible llegar a una meta sin un golpe de suerte, hay una diferencia entre la voz y las gallinas.

Conocemos el funcionamiento de la voz, y sabemos qué tipo de ejercicios hay que utilizar para conseguir ciertas metas.

Por ejemplo, si quieres reducir el volumen en las notas agudas, un buen comienzo sería simplemente pensar en bajar el volumen.

Si no funciona, puedes utilizar uno de los varios ejercicios semi-oclusivos que existen.

Si no funciona, puedes utilizar escalas musicales concretas que propicien un volumen bajo.

Si no funciona, … ya me entiendes.

Si tienes clara tu meta y sabes cómo funciona la voz, puedes inventarte muchos ejercicios diferentes para llegar a esa meta.

Y tampoco se trata de pensar “el ejercicio MA MA MA sirve para esto, el NEI NEI NEI para esto otro”.

Cada ejercicio puede resolver muchos obstáculos vocales diferentes, dependiendo de su planteamiento.

Por eso es tan importante seguir una lógica basada en el comportamiento y pedagogía de la voz.

Y recuerda: la única subjetividad válida para ti es la tuya.

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