Las normas de comportamiento en una jam

En la imagen, compañeros de la Jam de Americana en Madrid.

Cuando se menciona la palabra jam session mucha gente se imagina a varios músicos de jazz con diversos instrumentos improvisando y haciendo solos por turnos sobre una serie de standards bien conocidos. Pero, aunque es cierto que el jazz se presta mucho a la improvisación y a la libre expresión de la música, se puede hacer jams con casi cualquier estilo. Yo suelo participar en una de americana pero también las hay de música celta, de blues, rock, etc. Solo es necesario un tema con una estructura rítmica y armónica conocida y común para todos y ganas de compartir y experimentar.

Explicado así podría parecer que tocar de esa manera es dejarse llevar y hacer cada uno lo que le venga en gana, impulsado por la inspiración, el capricho y la anarquía, y nada más lejos de la realidad: si quieres que una jam tenga momentos memorables, debes conocer y seguir unas normas muy estrictas. Estas normas pueden variar de grupo a grupo: hay gente que solo quiere pasar el rato divertido tocando y tomando una cerveza con amigos, dejan tocar a cualquiera y buscan más las risas que el virtuosismo, mientras que en otras reuniones reina la seriedad y la concentración, se exige un nivel alto de interpretación y no se permiten actuaciones o experimentos extemporáneos.

En cualquier caso siempre viene bien tener en mente una serie de pautas a seguir para que una jam no se convierta en un guirigai insufrible. Las hay de muchos tipos y, como diría Clint Eastwood, son como los culos, cada uno tiene las suyas, pero como esta es mi página web, yo pongo las mías, que he denominado «los diez jamdamientos»:

Los Diez Jamdamientos:

1. Escucha a los demás.

Seguramente la más importante para mí y por eso la pongo la primera. Es frecuente ver a músicos totalmente ensimismados en su propio instrumento, haciendo experimentos personales sin apenas escuchar al resto de músicos o prestar atención al solista. Parecen simplemente estar preparando su propio solo para cuando les llegue el turno, luego lo hacen y después vuelven a su cueva. Pues no, hay que escuchar más y tocar menos, respetando sobre todo a los solistas y a los instrumentos con menos sonoridad. Incluso puedes no tocar durante un buen rato. De hecho así tu aparición será más notoria.

2. El ritmo es el rey

Puedes fallar notas, equivocarte de acorde, hacer más vueltas de las que te tocaba, pero nunca, nunca, debes abandonar el ritmo general del grupo. Quizás puedas darte alguna licencia haciendo la goma cuando te toque hacer un solo, pero siendo consciente en todo momento de que tienes que volver a encajar. Aunque si eres músico de formación clásica llevar el ritmo con la pierna, la cabeza, o cualquier otro miembro (ejem) te pueda parecer pecado, es un recurso perfectamente válido y útil.

3. No interrumpas

Las jams son entes imperfectos, como la vida misma. Probablemente se junten personas con diferentes niveles de pericia y escucharás cosas que no te gusten o directamente te molesten. Pero lo que no puedes hacer es dejar de tocar y ponerte a regañar y a explicar a alguien que lo está haciendo mal en medio de la canción. Lo que hay que hacer es adaptarse a los errores o sucesos inesperados y, ya que todos se están escuchando, sincronizarse a la nueva situación. A veces hay personas tóxicas incapaces de adaptarse a los demás que solo buscan soltar su mercancía. Cuando acabe la canción es el momento de decir, de buenos modos, lo que habría que corregir y cómo se debería hacer la próxima vez.

4. Esto no va de lucirte tú, sino de que suene bien en conjunto

Deja tu ego a un lado. Si eres un virtuoso y buscas destacar como el más talentoso y e impresionante músico del grupo intentando sacar todo tu catálogo de trucos, no estás ayudando al equipo. Puede que solo hagas sentirse mal a los que no alcanzan y a los que empiezan. Por otro lado, si eres de estos últimos, libérate de verguenzas y toca lo que sepas sin compararte con los demás; acuérdate de los puntos anteriores: estará bien si vas a tempo y encajando con el grupo, sin intentar parecer lo que no eres.

5. Sigue al líder o mira los gestos de los demás

A veces uno de los músicos con más experiencia ejerce de jefe de ceremonias y va indicando, no solo los temas que se van a ir tocando, sino quién va entrando a hacer sus frases, otras veces simplemente se sigue un orden en círculo según dónde está ubicado cada músico, y otras un músico que está terminando su parte puede hacer un gesto a otro músico para que le tome el relevo. A veces los más nuevos o que no conocen el tema pueden declinar el ofrecimiento (no debería ser obligatorio hacer solos) y pasar el testigo a otro, así que hay bastante comunicación no verbal, y por eso hay que estar atentos a los demás, no solo a tu instrumento.

6. Prepara la jam

Esto sería más un consejo que un mandamiento, pero un consejo casi obligatorio. Conocer el repertorio que se va a tocar y prepararlo todo lo que se pueda es importante para ir más tranquilo y relajado y no verte cada dos por tres sin saber qué hacer. También puede ser una jam abierta a la que acude gente que no sabe qué se va a tocar ni cómo, en esos casos conviene ser discreto en tu participación.

7. Anima a los demás

Las muestras de apreciación del trabajo de los demás crean buen ambiente y dan confianza, a todos nos gusta que nos escuchen y aprecien así que hazlo tú también. Sonrisas, gritos, asentimientos, la complicidad es un gran arma entre los músicos.

8. No des la turra cuando no estáis haciendo un tema.

Esto es algo que me molesta bastante y se hace mucho. Se termina un tema y todo el mundo se pone a hacer arpegios, a probar frases y escalas y armar un follón bastante desagradable. Eso se hace en casa, aquí hemos venido a tocar en grupo, no a practicar.

9. Disfruta

Las jams son para hacer música y pasarlo bien, aunque no haya espectadores. Si por cualquier razón (miembros que no aguantas, temas que no te gustan, que no te sientas apreciado, que el ambiente sea malo…) no estás a gusto, déjala y busca otra en la que te sientas bien. Esto no es como ir a ensayar con la orquesta, la responsabilidad y el stress no deberían aparecer más que en su justa medida para no estar demasiado relajado.

10. No te pases con la cerveza

Nadie dice que no te tomes una o dos. Pero reconócelo, a partir de ahí, sabes que te pones muy mal.

músicos de banjo y un violinista

Ir a una jam de Americana y que te quedes solo contra 5 banjistas.

Cuando la Jam es en un bar, un poco de caos y locura están asegurados.

Si alguno os queréis pasar por la jam a la que a veces acudo apuntad: casi todos los domingos a partir de las 8:30h en Collins Tavern, Calle Sagasta 26. Se admiten violines, guitarras, mandolinas, armónicas y contrabajos. Banjos con reparos.

Seguidnos en instagram: