Tipos de válvulas: pistón de caja

Uno de los primitivos tipos de pistones que más llama mi atención y del que más difícil resulta compilar información y hacerse una idea es lo que en inglés se denomina box piston, al cual se identifica en muchos trabajos con el sistema patentado por Stözel y Blühmel en 1818 y del cual ya hablo en otros artículos de esta serie.

No obstante, ahondando en este tema llego a la conclusión de que existen dos sistemas de válvulas aplicadas a los instrumentos de viento-metal bajo la denominación box valves: por un lado el ya mencionado sistema de Blühmel patentado en Prusia conjuntamente con Stözel y por otro el sistema de patente americana de 1872 de Benjamin F. Quinby. Pero vayamos poco a poco:

¿Box = Caja?

La gran desventaja que tenemos los tubistas castellanoparlantes respecto a los angloparlantes es la grave escasez de información sobre estos temas en nuestro idioma  y, añadido a ello, la inexactitud en los conceptos que comporta cualquier traducción.

Parece evidente que la traducción más simple de box piston sea “pistón de caja”. Blühmel se refiere a ello como Kastenventile, cuya traducción literal es , precisamente “válvula de caja” y aunque la patente americana habla de Improvement in Military Brass Instruments (mejora para los instrumentos militares), su forma, como veremos más adelante, nos remite inevitablemente a  la “caja” y por ese motivo utilizaremos esta denominación en ambos casos.

El concepto “caja” nos evoca la idea de un objeto cuya principar característica es la forma cúbica o  angulosa, y así sucede en ambos casos. Pero mientras el kastenventile de Blühmel consiste en un sistema de pistones cúbicos el de Quinby se basaba en tuberías montadas sobre pletinas planas que se ensamblaban en una, esta vez sí, caja.

Pistón de caja de Blühmel

Antecedentes e invención

El pistón de caja fue desarrollado por Blühmel alrededor de 1817, cuando ya llevaba varios años experimentando con sistemas de tipo rotatorio (cilindros). Durante esa misma época Stözel trabajaba en una válvula “tubular”.

Para evitar posibles confusiones y conflictos, ambos constructores decidieron presentar una patente conjunta. Así, el 6 de Abril de 1818 se registró en la oficina Prusiana una solicitud de patente con una duración de diez años para la implementación de válvulas “tubulares” y también “de caja” en trompetas, trombones y trompas.

Descripción y Características técnicas

El pistón de caja de Blühmel tenía forma cúbica y de ahí su nombre. Su principal ventaja era la eficiencia en la conducción del aire a través del sistema de tuberías, lo que teóricamente resultaba mejor a nivel acústico que el pistón tubular de Stözel.

Sin embargo las desventajas que presentaba fueron lo suficientemente importantes como para abandonar muy pronto su utilización: La forma cúbica de estos pistones dificultaba mucho la precisión en su construcción, sobretodo teniendo en cuenta lo rudimentario de la maquinaria de la época. También la velocidad de acción de este sistema era mucho más lenta que en el pistón tubular, debido a la mayor superficie de contacto y la falta de precisión que acabamos de comentar.

Lamentablemente parece que no se han conservado instrumentos con este sistema, ya que por lo visto sólo fue incorporado a unas pocas trompas.

Pistón de caja de Quinby

En Estados Unidos se estuvieron utilizando instrumentos dotados de  válvulas rotatorias o pistones berlineses hasta la llegada del sistema Périnet al nuevo continente durante la década de 1860. A partir de aquel momento fue el sistema más implementado a los instrumentos. No obstante, teniendo en cuenta la inventiva generalizada y el afán experimentatorio que se vivió durante todo el s. XIX todavía quedaban soluciones alternativas que aportar.Corneta BFQuinby

Invención

El 9 de Abril de 1872 se registraba en EE.UU. la patente para una “Mejora en los intrumentos militares de viento-metal” por parte de Benjamin F. Quimby. La mejora consistía en dotar a los instrumentos de un sistema de tres válvulas para conseguir la escala cromática completa.

Piston de caja BFQuinby
Detalle del funcionamiento del sistema de caja de B.F. Quinby.

Lo interesante de esta propuesta es el modo de alojar las válvulas que modifican el recorrido del aire, ensamblando los tubos mediante pletinas rectas y alojando todo el mecanismo en un compartimento rectangular. En la parte superior de la válvula se aloja un muelle que devuelve el mecanismo a la posición original.

La solución, cuanto menos, era diferente a todas las adoptadas hasta entonces, pero el hecho de que los pistones périnet ya fuesen la opción mayoritaria desbancó esta nueva solución “de caja”, que fue usada en unas cuantas cornetas sin mayor éxito.

 
 
Fuentes:
http://orgs.usd.edu/nmm/UtleyPages/Utleyfaq/brassfaq.html
http://www.public.asu.edu/~jqerics/earlval.htm
http://www.angelfire.com/music2/thecornetcompendium/index.html
http://www.rugs-n-relics.com/Brass/cornets/1872-BoxValveCnt.html
E. Mende (1978). Arbre Généalogique illustré des cuivres européens. BIM

Tipos de válvulas: pistón de caja, publicado en el blog de Eduard Ruano. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.

Saber mirar la foto musical

Hace dos meses que me apunté a un curso de fotografía. Hasta entonces no tenía la más mínima idea sobre el tema. Palabras como exposición, apertura, línea de fuga, encuadre o luz dura eran desconocidas para mí.

Southwold 1
Fotografía de Tim Caynes
con licencia CC

Cuando “miraba” una foto no me fijaba en esas cosas. A decir verdad, no me fijaba más que en lo que “veía”, simplemente sabía si me gustaba o no, sin más. Discriminaba las buenas o malas fotos en función de lo que podríamos llamar intuición o simplemente gusto.

Ahora, que empiezo a conocer los mecanismos técnicos y las normas de la composición fotográfica, veo las fotos de un modo distinto.  Y eso ocurre porque las miro de un modo distinto, fijándome en aspectos a los que no daba ninguna importancia y que hasta ahora me habían pasado completamente desapercibidos, basicamente porque los desconocía.

Comprender cómo está hecha la foto puede darme alguna pista sobre lo que quería provocar el fotógrafo en quien la vea: tensión, calma, alegría, tristeza… Son algunas de las sensaciones que puede transmitir una fotografía, y residen en la composición de la misma.

De hecho, me sucede algo similar cuando escucho una pieza musical con el “oído de músico”….

¿Ver o Mirar? ¿Oír o Escuchar?

No es lo mismo y lo sabemos, aunque muchas veces no nos demos cuenta de estar haciendo una o la otra.

Ver y oír son actos involuntarios y pasivos: Los sentidos están permanentemente conectados, recibiendo información del mundo que nos rodea y transmitiendo las señales importantes -sobretodo de alerta- al cerebro.

Mirar y escuchar son acciones activas y racionales: Mirar y escuchar implican concetrar nuestra atención en algo concreto: un ruido, algo que se mueve, un silencio, un paisaje, el claxon de un coche, el interior de la nevera en busca de un yogur solitario, una sinfonía….

Cuando miramos y/o escuchamos estamos analizando e interpretando cada señal racionalmente. Cuando miramos/escuchamos una obra de arte dejamos que nos transmita sensaciones, que se sienten en la boca del estómago, en la piel o en ese no-sabemos-dónde se nos despiertan ciertos estados anímicos.

Una mirada o un oído entrenados -o dicho de otro modo, que conocen los aspectos técnicos del arte en cuestión- analizará el cómo de la obra. Una mirada o un oído profanos analizarán el qué.

La mirada profana es como el oído profano: por mucho que mire y escuche percibirá superficialmente la obra, sin entrar en aspectos formales. Aunque, paradójicamente, así se conmueve lo más primario, profundo y visceral del ser humano que se convierte en las sensaciones. Pero eso no es “malo” en absoluto, al contrario. Un exceso de análisis puede abstraernos tanto que olvidemos el propóstito del arte…

Listen to the music
Foto de pieter musterd con licencia CC

Saber mirar la foto musical, publicado en el blog de Eduard Ruano. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.

Tuba y Kárate

Este año me he propuesto ir un paso más allá en la clase de tuba, y además de las correspondientes tareas “de tocar” mis alumnos van a elaborar un trabajo cada trimestre. La idea ni es original ni es mía, pero de tan interesante que me parece la he incorporado a la programación de la asignatura.

Para este primer trimestre he pedido a los alumnos de segundo ciclo de Enseñanzas Elementales que redacten un trabajo comparando el estudio y la práctica de la tuba con otra de sus aficiones.

Sergio es un chico de 13 años y es su segundo curso tocando la tuba. Además de patinaje y baloncesto también practica kárate a un nivel muy avanzado: es cinturón azul y ha sido campeón de España en su categoría, lo que le convierte en una voz autorizada para tratar este tema con solvencia:

Tuba y Karate 1 Tuba y Karate 2

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Tuba y Kárate, publicado en el blog de Eduard Ruano. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.

Desprestigio musical

Con cierta regularidad vuelven a los muros de las redes sociales noticias relacionadas con la música, como aquella del niño curado de asma tocando la tuba o la incorporación de la música a la constitución suiza. En los últimos dias, y sin razón aparente, ha vuelto un artículo publicado en El País el 14 de Octubre de 2012 titulado España manda la música a otra parte.

Tal como reza el artículo, las escuelas municipales (o públicas de cualquier índole) se están llevando el grueso de los recortes en subvenciones, y no es menos cierto que la iniciativa privada también está sufriendo lo suyo. Ya hablé hace algunos meses de los beneficios que aporta a los más pequeños estudiar música, y puesto que no es el tema de este post no voy a extenderme en ello, pero valga esta mención para señalar la importancia de la educación musical.

Teaching
Imagen de nathanrussell con licencia Creative Commons

Ahora bien, alguien debería entonar el mea culpa de la devaluación social que sufre el músico en este país. Un músico que invierte horas, sacrifica vida social y realiza estudios paralelos a la educación reglada durante varios lustros y llega al final de su periodo formativo -incluida la casi obligada estancia en el extranjero- con la sensación de que todos sus esfuerzos no han servido de nada, porque sus perspectivas profesionales en España son escasas tirando a nulas y en muchos casos en unas condiciones denigrantes. Las opciones pasan forzosamente por la docencia o la interpretación.

Un buen ejemplo en el ámbito docente son las condiciones en muchas escuelas de música de ámbito privado: contratos por obra y servicio o en los que no se cobra el mes completo sinó  las clases impartidas, incluso dejando de pagar al profesor las ausencias de los alumnos; sueldos ínfimos contra matrículas desorbitadas; pagos poco ortodoxos con la fiscalidad; “permisos” laborales que deben ser recuperados… Por no hablar de los meses de verano: un contrato con doce pagas íntegras se antoja quimérico para el profesor de música del ámbito privado (y desde hace algunos meses también para el público interino en algunas comunidades autónomas). Estas circunstancias están a la  orden del día y todos los que nos dedicamos a la música conocemos una escuela así. Éstas condiciones de trabajo sin duda ayudan al desprestigio social del profesor de música y con ello a su desmoralización, condiciones ambas nada favorables para el correcto ejercicio de la docencia. Todo ello conduce a escuelas con cambios constantes de un profesorado que teniendo en cuenta la coyuntura profesional musical (la crisis para este sector no empezó en 2008….) y con la mejor voluntad y ánimo de supervivencia acepta unas condiciones que a la larga perjudican a la profesión en pleno.

El gestor de la entidad en cuestión argumentará que ésta es la única manera de obtener rentabilidad de su legítimo negocio, sin caer en la cuenta de que la mejor rentabilidad posible es tener profesores motivados que transmitan pasión a sus alumnos y éstos, a su vez, incentiven al profesor a seguir creciendo y por tanto atrayendo más alumnos e incrementando su nivel de exigencia y excelencia, creando así una bola de nieve de “rentabilidad pedagógica”. Afortunadamente, algunos gestores saben esto y cuidan a su profesorado como lo más valioso que tienen, obteniendo excelentes resultados.

Otra clase de desprestigio se da a nivel interpretativo.

¿Cuántas veces tendrá que oír el músico aquellas cantinelas de “No puedo pagarte (más), pero te servirá de promoción”? ¿A alguien se le ocurriría decirle al fontanero “No puedo pagarte (más), pero te servirá de promoción”? No, claro que no.

Continuará…

 

 

Desprestigio musical, publicado en el blog de Eduard Ruano. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.

Alumnos 10

“Profesores que califican a sus alumnos de instrumento (elemental) con nota numérica de 10. ¿¿Ya no tienen nada que aprender y mejorar??”

Este pensamiento, lanzando al aire en plena época de calificaciones, dio pie al post que os traigo hoy. Para ser blogger tienen que gustarte las redes sociales, uso twitter y facebook para lanzar mis ideas con mucha frecuencia. Muchas pasan totalmente desapercibidas (afortunadamente, debería añadir), otras en cambio generan interesantes, intensos y apasionados debates que, en ocasiones merecen un trato más extenso.

10 10Es lo que sucedió con la frase que abre este post. Para poner en situación al personal: Finales del primer trimestre. Servidor entra a la página de calificaciones de la intranet del centro, y sin  ninguna intencionalidad observo que otro profesor ha calificado con nota numérica de 10 a varios de sus alumnos de un cursos intermedios de grado elemental. Reflexión instantánea y a las redes sociales.

Algunas opiniones defienden que, al tratarse de un sistema educativo basado en objetivos, si éstos son alcanzados satisfactoriamente deben traducirse en un incremento de la nota numérica, de manera que a mayor cantidad de objetivos alcanzados mayor será la calificación global hasta llegar al 10. En ese sentido, los objetivos (todos ellos) deberían ser objetivamente cuantificables; y ya sabemos que en la música pocas cosas son objetivas y cuantificables….

Tal como se deduce, mi postura particular es defender la imposibilidad de alcanzar la perfección que implica una nota máxima como es el 10/10. No en un ámbito como la educación musical elemental. No al menos de entrada. No en el primer trimestre del curso, cuando apenas empieza, y la maquinaria de las rutinas de clase y de estudio diario comienzan a  funcionar con solvencia.

Podría esgrimirse que ser trata de una calificación  de motivación para que el alumnado emprenda el trimestre de la mejor manera posible…

En definitiva, se trata de diferentes criterios respecto al proceso de aprendizaje de los alumnos y su plasmación en un boletín de calificaciones que, por su propia naturaleza, convierte a la homogeneidad jerárquica de una escala contable (ya sea en nota númerica o con un sistema de letras, al estilo “boloñés”) aquello que no puede ser medido objetivamente.

La creación de estructuras mentales que sustentan procesos de progreso cognitivo, el descubrimiento y desarrollo de las habilidades innatas y las que no lo son, la aprehensión de herramientas que permitan a esa persona expandirse en ámbitos complementarios pero fundamentales para su futuro como individuo social…. Se trata de cuestiones tan personales y únicas que el propio docente puede tardar años en detectar y asimilar en cada uno de sus alumnos.

Si el propio sistema es imperfecto, ¿Cómo alcanzar la perfección?

Es el momento de dejar tu opinión al respecto.

Alumnos 10, publicado en el blog de Eduard Ruano. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.