Mi alumna me miente a la cara

El otro día estaba hablando con mi alumna Piluca. Teníamos que hacer una reunión en inglés (otro día te cuento más de esto, que no quiero irme por las ramas).

Como supondrás, con Piluca hablo en castellano. La conozco desde hace unos años ya, y siempre hemos hablado en castellano.

Mi nivel de inglés no es increíble, pero es lo suficiente para mantener una conversación. Como normalmente la gente tiene un poco más de dificultad con el inglés (normalmente por pura falta de práctica).

Le dije: ¿cómo te desenvuelves con el inglés? Si quieres te puedo ayudar traduciendo la conversación.

Y me contesta: bueno, me defiendo.

Total, llegamos a la reunión… nos saludamos todos y la conversación empieza.

¡¡La madre que me…!! ¡¡Pero si habla un inglés perfecto!! Me dicen que es nativa y me lo creo.

“Me defiendo”, dice… ¡ja!

Y te aseguro que no es falsa modestia. Ella lo piensa de verdad. Es una persona muy sincera.

Yo me quedé un poco loca con el asunto, pero me hizo pensar…

Me hizo pensar en todas esas personas que conozco por primera vez y me dicen: no… yo no sé nada de canto… nunca he hecho nada, ni he estudiado, … ni siquiera sé nada de música.

Y luego lo hacen mejor que algunas personas que llevan años y años cantando.

¿No me crees? Hay una explicación.

Nadie canta perfecto. Todos tenemos cosas que mejorar, pero es más que eso. Todos tenemos que mantener la voz sana, desde un punto de vista técnico.

Un cantante que lleva años cantando, si no conserva una buena técnica, tendrá fallos. Por pocos que sean, se van acumulando en el tiempo, y eso deja huella.

Imagínate, un cantante puede tener temporadas de 7 conciertos a la semana, y que cada concierto dure varias horas. El primer día puede que lo aguantes, pero el segundo ya empiezas a notar que tu voz no está bien.

Y cuando llega el séptimo, lo único que quieres es que acabe pronto para estar 2 o 3 días sin hablar, recuperarte lo mejor que puedas y volver a empezar.

Alguien que no ha cantado nunca no tiene esos problemas. No tienen toda esa fatiga acumulada y esos malos hábitos tan arraigados.

Por otro lado, como no han estudiado nunca canto, asumen que lo que han hecho hasta ese momento está mal.

A veces es así, pero normalmente la gente se infravalora y hacen muchas cosas bien de serie. No han instalado aún malos hábitos.

¿Hay trabajo por delante? Sí, claro que sí. Pero puede que estés haciendo muchas cosas mejor de lo que piensas, y puede que tu voz dé mucho más de sí.

Incluso si ya eres profesional.

Amateur, profesional, aspirante, … todos se benefician de apuntarse gratis a nuestra lista de correo, justo aquí debajo.

Este artículo Mi alumna me miente a la cara pertenece a VoKalo.

Concentración en tiempos de chocolate

Aaay… mi alumna Sofía… tan loca que está y tan divertida que es.

El pasado jueves por la tarde la llamé por videoconferencia, como cada jueves, para nuestra sesión de entrenamiento vocal.

Hasta aquí todo normal, con una ligera excepción: la pillé merendando. Aunque yo no me enteré hasta que pasaron 10 minutos desde el inicio de la sesión.

La veía extraña, muy distraída. Ella es una cabeza loca, pero siempre se concentra mucho. Algo no cuadraba.

De repente, ver que se lleva algo pequeño a la boca, como tratando de ocultarlo. Yo me quedo… ¿WTF? 🤔

Lo hace una segunda vez… y a la tercera ya no pude más. Sofía, ¿qué haces?

Resulta que, con mi videollamada, la interrumpí y no pudo acabarse una barrita de chocolate. Le quedaba un trocillo de nada.

Le digo: Venga Sofía, ¡seguro que puedes aguantar 20 minutos sin chocolate!

¿Resumen? No, no podía aguantar ni 1 minuto. Seguía desconcentrada, llevándose cachitos de chocolate a la boca.

No me malinterpretes, yo vendería a Carlos por media barrita de chocolate, pero si Sofía seguía así, no íbamos a conseguir nada.

Le dije: Venga, acábatela y seguimos.

Desde ese momento ya volvió a ser la Sofía de siempre. Concentrada y rindiendo.

Llámalo chocolate, llámalo WhatsApp.

Es como ese típico “amigo” con el que quedas para tomar algo y está más pendiente del teléfono que de ti. “Sí sí, te estoy escuchando.”. Ya sabes…

Para practicar canto, sobre todo cuando estás empezando, tienes que concentrarte en lo que estás haciendo. No se trata sólo de repetir los ejercicios. Se trata de repetirlos prestando mucha atención a cómo los estás haciendo.

Porque si los repites mal 1.000 veces, tendrás que repetirlos 1.000 veces más para deshacer las primeras 1.000 veces.

¡Eh tú! ¡¡Ni se te ocurra coger más chocolate!!

Este artículo Concentración en tiempos de chocolate pertenece a VoKalo.

Reduce la duración de tus resfriados con este asqueroso truco

Hace por lo menos 3 años que no caigo enferma, y todo gracias a un producto que nunca hubiera imaginado: el agua oxigenada.

Lo primero que necesitas es, oh sorpresa, agua oxigenada. La venden en el supermercado y cuesta cuatro duros (o cuatro céntimos, para los más jóvenes).

Cuando llegue un día de esos en los que sientas que un constipado te está acechando (cansancio, molestia ligera en la garganta, etc.), es momento de aplicar el proceso.

Tienes que hacerlo en ese momento, que es cuando la situación no se ha puesto chunga. Si lo haces después seguramente sentirás alivio, pero no te permitirá esquivar la enfermedad cual ninja.

El proceso consiste en dos pasos y es muy sencillo:

  1. Haz gárgaras con el agua oxigenada. Es ASQUEROSO, te lo aseguro. Te deja la boca con un sabor de lo más desagradable, pero tampoco dura demasiado. Y siempre te puedes enjuagar después con agua normal.
  2. Impregna un bastoncillo para los oídos con agua oxigenada y pásatelo por los oídos. Por ahí también pillamos muchas infecciones.

He compartido este truquillo con muchos alumnos, y les ha ido bien.

Ojo, esto no quiere decir que a ti también te vaya a funcionar de maravilla, pero para lo cuesta vale la pena que lo pruebes.

Eso sí, asegúrate que el agua oxigenada que utilices sea de uso tópico.

Nuestra lista de correo no es que sea de uso tópico, pero si te apuntas puede ser algo mucho mejor para tu voz.

Te puedes apuntar gratis justo aquí debajo.

Este artículo Reduce la duración de tus resfriados con este asqueroso truco pertenece a VoKalo.

La rebelión de las máquinas ha llegado

Me encuentro delante del ordenador, y hace un rato estaba pensando de qué puedo hablarte hoy.

Estoy bastante cansada y mi cerebro no quiere colaborar…

Sin quererlo, me he puesto a pensar en la batalla que tuve ayer con la calefacción de mi casa.

No hace mucho que vivo aquí, y aún no había necesitado encender la calefacción. Siempre prefiero optar por abrigarme un poco más.

Pero este año… uff… ¡hace muchísimo frío! 🥶🥶🥶

Total, ayer me lié la manta a la cabeza y me puse a ver cómo encenderla.

Lo primero que hice fue encontrar el manual de instrucciones de la caldera. Un compañero de trabajo de donde trabajaba hace muchos años, me enseñó que se pueden encontrar por Internet.

Aunque parecía que mi periplo iba a acabar rápido y satisfactoriamente, la maldita caldera no quería colaborar.

¡Le dije de todo a esa lucecita parpadeante! En teoría indicaba que la caldera se estaba encendiendo, pero me estaba tomando el pelo.

Al principio pensaba «jeje, que graciosa, se cree que no voy a poder hacer que funcione».

Después de 30 minutos intentando cosas, cada vez que se encendía la lucecita ya no veía una bombilla, veía como la caldera me levantaba el dedo 🖕

Yo no soy mucho de decir tacos ni de insultar, pero la caldera estaba sacando lo peor de mí.

Entonces recordé que una amiga de mi infancia también tenía calefacción por radiadores, y recuerdo un día en el que empezó a hacer mucho calor en su habitación y pudimos apagar el radiador girando una ruedecilla que tienen.

Ahí empezó el segundo (o diecisieteavo) round. Me paseé por todos los radiadores, los cerré y sólo abrí uno para tenerlo bien controlado todo.

Pero la caldera sólo decía una cosa: 🖕🖕🖕

Bueno, eso son tres cosas, …

Estaba llegando al límite y me iba a enzarzar a mordiscos con la caldera.

Yo me quedaría sin dientes, pero ella se iba a quedar con una cicatriz toda su triste vida.

Entonces vi un aparatito pegado en la pared. Estaba en una habitación diferente, pero me llamó la atención cuando lo vi. ¿Eso ha estado ahí siempre?

¡Aaah! ¡Desde aquí se regula la temperatura! La batalla estaba ganada. La caldera no tenía nada que hacer. Le gustase o no, tendría que ponerse a currar de inmediato.

Oh oh… el regulador no tiene pilas. La madre que lo… trajo a este maravilloso mundo…

Gracias al cielo, alguien me descubrió hace años el fantástico mundo de las pilas recargables, así que tenía algunas perdidas por casa y también conseguí encontrar el cargador (te ahorro los detalles, pero también tuve que hacer que el cargador colaborara utilizando unos alicates).

Le pongo las pilas y… ¡BAM! ¡¡Encendido!! 😎

Un momento… ¡¡se acaba de apagar!! 😱😱

Después de investigar un poco, veo que las pilas no hacen contacto del todo porque el aparatito es muy viejo y está dado de sí.

Entonces me vino un recuerdo de la escuela, donde aprendí que el estaño es conductor, así que fui a buscar el rollo de estaño de soldar que tengo por ahí, corté unos trozos y se los enganché a las pilas.

¡BAAAAAM! ¡¡Encendido y funcionando!

La caldera se moría de rabia, pero tuvo que aguantar y hacer su trabajo.

El caso es que pude ser autosuficiente gracias a las cosas que había aprendido a lo largo de toda mi vida, y eso es lo que deberías buscar tú al entrenar tu voz.

Yo podría haber llamado a alguien para que lo arreglara, pero eso me hace dependiente. Además, ¿qué pasa si están de vacaciones? ¿Qué pasa si es domingo y no trabajan?

Cuando te formes vocalmente, tienes que asegurarte de dedicar tiempo a entender el proceso y las herramientas que hay a tu disposición, porque tu vocal coach no va a poder estar siempre contigo.

De hecho, la idea es que acabes siendo independiente, que seas capaz de hacer los cambios necesarios para arreglar el problema que puedas estar teniendo con tu voz.

No, no es fácil llegar a eso, y yo te recomiendo que siempre tengas sesiones de seguimiento con tu vocal coach, pero de nuevo… ¿y si tu vocal coach está de vacaciones?

La que nunca se va de vacaciones es nuestra newsletter. Si te apuntas, a partir de mañana tendrás un consejo al día en tu bandeja de entrada.

Pero siempre, siempre, trabaja para obtener tu independencia vocal (¡¡y que les den a las calderas!!)

Este artículo La rebelión de las máquinas ha llegado pertenece a VoKalo.

Una historia anónima que te alegrará el día

El otro día estaba hablando con uno de mis alumnos. Es muy tímido, por lo que voy a mantenerlo en el anonimato. Lo llamaremos Josep.

Llevo trabajando con Josep desde verano del 2015.

A él le pasó lo que a muchos les ha pasado: alguien con autoridad en el ámbito musical le dijo que no servía para cantar. Este tipo de comentarios calan hondo, quieras o no.

Mejoró muy rápido, y al poco tiempo estaba cantando en los conciertos de alumnos que montábamos en Barcelona de vez en cuando. Más tarde se unió a una coral.

Muy activo el tío.

El caso es que llevaba un tiempo desmotivado y estaba pensando en dejarlo.

Llevaba mucho tiempo sin cantar en directo, había tenido que dejar la coral, … y que aquella persona le dijera que no servía para cantar no estaba ayudando, a pesar de que ahora canta muy bien.

Pero la vida a veces nos da oportunidades, y las pasadas Navidades le dio una a Josep (insisto, nombre ficticio).

Estaba en una reunión familiar en la casa de los padres de su mujer. Casi todo el mundo estaba en la cocina, excepto sus dos sobrinas y su mujer, que estaban en el comedor.

Resulta que una de ellas puso el karaoke de la canción My Way, de Sinatra. Es una canción que le gusta mucho y que ha cantado mil veces.

Al principio empezó a cantarla bajito, para él, y poco a poco se iba animando e iba subiendo el volumen.

Se ve que empezaron a escucharle desde la cocina y empezaron a entrar en el comedor para escucharle en silencio.

Al acabar, todos le felicitaron y su suegro le dijo: podrías ser profesional.

¿Por qué te cuento todo esto? Porque estoy súper orgullosa de Josep.

Pero también te lo cuento porque es una historia que nos hace ver a todos algo importante: a veces tenemos un concepto de nosotros mismos que no es la realidad, tanto para bien como para mal.

Puede que pienses que lo haces fatal, y resultar no ser cierto. Y puede que creas que lo hagas genial y tengas muchas cosas por mejorar.

En cualquier caso, siempre viene bien que alguien te haga hacer introspección.

Eso es en lo que nos enfocamos con artículos como este. Queremos hacerte pensar en cosas que quizás no hayas pensado, o darte a conocer los motivos por los que no estás avanzando como te gustaría.

Josep (digo Josep pero podría llamarlo María) me lo dijo el otro día.

Me dijo que se veía reflejado en muchas cosas que decimos, y le ayudó a ver que podía hacer más que lo que ya estaba haciendo.

Ojalá tú también veas algo de todo esto en ti, y que te ayude a cantar mejor.

Nuestra newsletter también te ayudará a cantar mejor. Dale caña. Está justo aquí debajo.

Este artículo Una historia anónima que te alegrará el día pertenece a VoKalo.