Sidney Bechet, el clarinete y el saxo soprano

Sidney Bechet, Freddie Moore and Lloyd Phillips

Sidney Bechet, Freddie Moore and Lloyd Phillips, New York 1949. (PD 2010 U.S. Congress Library)

Muchas de las entradas de este blog recuerdan el nacimiento o la muerte de un músico. Creo que ésta va a ser la primera dedicada a ambas efemérides de la misma persona.

Hablamos de Sidney Bechet, que nació el 14 de mayo de 1897 en una ciudad tan emblemática para el jazz como New Orleans y murió el día de su 62º cumpleaños en Francia, donde se había establecido 10 años antes.

Empezó muy joven a experimentar con varios instrumentos de viento guiado por su hermano Leonard, dentista que en su tiempo libre tocaba el trombón. Finalmente se quedó con el clarinete, instrumento con el que debutó a la edad de 6 años en la banda de Leonard.

Sin embargo, unos 15 años más tarde, en Londres, compró un saxofón soprano que desde entonces utilizó más que el clarinete por considerarlo más “emocional” y “atrevido”.

Bechet Williams ArmstrongCon este nuevo instrumento grabó sus primeros discos, junto al pianista Clarence Williams. En alguna de estas grabaciones participaba también su paisano Louis Armstrong, al que conocía desde que eran niños.

En este punto pueden surgir dos preguntas: 1) ¿cómo es posible que un excelente clarinetista pueda pasarse al saxofón en tan poco tiempo con los mismos o mejores resultados? y 2) ¿por qué Sidney Bechet llegó a preferir el saxo al clarinete, instrumento que eligió siendo muy pequeño y que le dio tanta satisfacción durante tanto tiempo? Ambas cuestiones se pueden deducir de las principales similitudes y diferencias entre los dos instrumentos.

Para empezar, hay que aclarar que el saxofón soprano no tiene esa forma de “ese” tan característica de los saxos más graves, como por ejemplo los más conocidos alto y tenor, que poseen esa típica curvatura para poder manejar con más facilidad sus tubos de mayor longitud. Así que desde este punto de vista postural el cambio de instrumento es muy fácil. Sin embargo ésta es una muy pequeña ventaja comparada con la analogía entre las embocaduras —esas pequeñas piezas en las que se sopla para producir el sonido— que en este caso son prácticamente iguales.

Embocadura de saxofón

Embocadura de saxofón (A partir de: CC BY-SA Dbenzhuser en Wikimedia Commons)

Como se puede ver en las fotos anteriores, las embocaduras de ambos instrumentos tienen una lengüeta simple, un trocito de caña sujetado por una abrazadera. Debido a esa característica clasificamos el saxo, a pesar de que está hecho en su casi totalidad de metal, entre los instrumentos de viento-madera. Y sobre todo, gracias a esa característica es muy improbable que un buen clarinetista tenga algún problema para producir en el saxofón un buen sonido, mantenerlo durante el tiempo necesario para completar la frase musical y conseguir diferentes matices dinámicos.

No es así con todos los demás instrumentos de viento, pues o tienen lengüeta doble (como el oboe o el fagot) o no tienen ningún tipo de lengüeta (como la trompeta, el trombón o la trompa, que tienen boquilla, o las flautas, tanto la dulce como la travesera, que tienen bisel).

Entonces, si el elemento que produce el sonido es prácticamente idéntico, ¿de donde viene tanta diferencia de timbre?

El diferente material de construcción del cuerpo del instrumento ̣—como apuntábamos hace poco, madera para el clarinete y metal (latón) para el saxofón— no influye tanto en el timbre como la forma del tubo (y por consecuencia de la columna de aire vibrante) que es cilíndrica en el caso del clarinete y cónica en el del saxofón.

Esa diferencia tímbrica es sin duda la causa principal de que Sidney Bechet dejara a un lado el clarinete y abrazara el saxofón, pero ¡cuidado!, eso de ninguna manera quiere decir que el timbre del saxofón sea mejor que el del clarinete, ni siquiera que Sidney lo considerara mejor en general, sino sólo que era el instrumento que mejor respondía a sus exigencias expresivas, algo que se entiende muy fácilmente escuchándolo en el siguiente vídeo. A lo largo de las 20 obras interpretadas por Bechet —de algunas de las cuales también es el autor, como la primera, Petite Fleur, quizás la más conocida de sus composiciones— podemos imbuirnos bien de la sonoridad de su saxo soprano y de su intenso y peculiar vibrato.

NOCTURNOS DE DEBUSSY: “NUAGES”


   Debussy fue un compositor francés y una figura central en la música europea de finales del siglo xix y comienzos del siglo xx y, junto a Maurice Ravel, una de las figuras más prominentes de la música impresionista. Compuso los Nocturnos entre los años 1897 y 1899, y están inspirados en una serie de obras impresionistas también llamadas Nocturnos del pintor James McNeill Whistler.

   La obra Nocturnos está integrada por tres movimientos: Nuages, Fêtes y Sirènes. Hoy os propongo escuchar el primero de ellos: NUAGES ( nubes) y para ello os propongo el siguiente vídeo y una pequeña guía de audición.




GUÍA DE AUDICIÓN

Audiciones para 10 plazas en OCNE: Violín, Viola, Violonchelo, Flauta/Flautín, Trompa y Percusión

Plazo de inscripción hasta 26 de mayo de 2015

Las fechas previstas para la celebración de las audiciones son las siguientes:

Percusión: 8 y 9 de julio de 2015.

Trompa: 10 y 11 de julio de 2015.

Flauta: 15 y 16 de julio de 2015.

Viola: 21 y 22 de septiembre de 2015.

Violonchelo: 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2015.

Violín: 10, 11 y 12 de diciembre de 2015.

Toda la info aquí.

Cómo planificarse una jornada de estudio

Todos los músicos, estudiantes o no, suelen practicar con su instrumento prácticamente a diario. A menudo, las horas de estudio se vuelven improductivas y tenemos la sensación de que no avanzamos en nuestra interpretación. Las razones de esta improductividad pueden ser muchas, por ejemplo, la falta de concentración, de la que ya hablamos en este otro post. Sin embargo, el hecho de que no aprovechemos bien las horas de estudio puede tener su origen en la falta de organización.

La planificación es esencial para los músicos. Hay que saber planificarse a corto, medio y largo plazo. Hoy vamos a hablar de planificarse a corto plazo: la planificación del estudio diario.

Independientemente del instrumento que se toque (incluyendo también el canto), hay unos puntos comunes que todos debemos trabajar:

  1. Escalas y arpegios
  2. Técnica
  3. Repertorio 

Siempre que estudiamos, lo hacemos en función de un objetivo marcado a medio o largo plazo. Los objetivos más comunes son:

  • Mejorar nuestra técnica
  • Preparar un concierto/recital
  • Preparar un examen o audición con tribunal

Nuestra planificación diaria estará siempre supeditada a estos objetivos a medio y largo plazo. En función de ello, debemos repartirnos el tiempo que le dedicamos a cada aspecto. Veamos las distintas posibilidades:

Situación A

Nos encontramtecnicaos en un momento profesional en el que no tenemos conciertos o exámenes a la vista. Podemos dedicarnos entonces a trabajar en nuestra técnica para mejorarla, pudiendo dar menos importancia al repertorio. En este caso, dado que estudiar mayoritariamente técnica puede resultar agotador y tedioso, se puede acortar el tiempo de estudio diario.

Para estudiar técnica, primero debemos determinar qué aspectos vamos a mejorar. En función de éstos, recopilaremos todos los ejercicios y estudios que nos sirvan. Por un lado agrupamos los ejercicios técnicos en bloques – por ejemplo, Bloque 1 spicatto, Bloque 2 vibrato, Bloque 3 coordinación…ect -. Por otro determinamos de manera clara para qué nos sirve cada estudio elegido. A la derecha vemos una planificación como ejemplo.

Situación B

conciertoImaginemos que nos preparamos para un concierto o audición. Lo normal es que interpretemos una sola obra, como una sonata o un concierto solista. En este caso, podemos dividir la obra en varias partes para trabajarlas de manera individual y luego ir uniendo poco a poco.

Las escalas y la técnica no deben desaparecer de nuestra planificación diaria, pero sí podemos darle menos peso frente al trabajo con la obra que vamos a interpretar. Es importante añadir a nuestro estudio diario una sesión de grabación y visionado de dicha grabación para autocorregirnos de una forma más rápida y sencilla. Tenéis el ejemplo de planificación a la izquierda.

También, cuando se acerque la fecha del concierto, podemos realizar pases delante de compañeros, amigos y familia para trabajar la concentración en público y los nervios. Sobre cómo enfrentarse a una audición, examen o concierto tienes este otro post.

Situación C

Pongámonos en el caso de que nos estamos preparando para ingresar en una orquesta. Aquí el repertorio se amplía. Por lo general, tendremaudicionos unos 5-8 pasajes orquestales que preparar, además de uno o dos primeros movimientos de concierto con cadencia. Montar un repertorio amplio, ya sea para presentarnos a un examen del conservatorio o para opositar, siempre nos impone un poco. No debemos sentirnos superados por la presión de presentar aceptablemente todo el repertorio exigido. La clave en estos casos es la organización. 

Lo primero, no olvides ni dejes de lado el estudio diario de las escalas. Añade algo de técnica mientras las trabajas, distintas articulaciones, medidas, velocidades… etc. Si tienes poco tiempo para prepararte, es muy importante que sepas priorizar. Ten en cuenta variables como: es probable que no te escuchen los conciertos enteros, si hay fases y si te ves capacitado para superarlas, qué pasajes no has trabajado nunca… etc.

La clave está en la organización diaria del estudio. Dar más tiempo a las partes del repertorio que menos conoces,  reforzar tus puntos fuertes y sobre todo trabajar con tranquilidad y concentración para sacar el máximo partido con el mínimo esfuerzo.

¿Qué hacer cuando se tiene poco tiempo?

Trabaja escalas. Si te sobra algo de tiempo, puedes centrarte en los pasajes más complejos de repertorio y trabajarlos individualmente.

Recomendaciones generales:

  • No estudies desganado o distraído, es contraproducente.
  • No te impongas la planificación, si un día hay un punto que te lleva más tiempo del que esperabas y no puedes trabajar todo lo que te habías planificado, no te agobies ni te canses aumentando el tiempo de estudio. Simplemente aprende de lo ocurrido e intenta gestionarte mejor la próxima vez.
  • No dejes pasar los errores, porque se te grabarán y perderás eficiencia en el estudio.
  • Respeta siempre los descansos.

Puedes leer estos artículos sobre estudiar que también te servirán

 

Sobre la concentración

 

Buenas prácticas en el estudio

 

Cómo preparar un examen/concierto/audición