Este es un divertido vídeo que ha preparado Mª Jesús Camino y vamos a utilizar en clase para varias cosas:
En primer lugar, para seguir el ritmo con percusión corporal.
En segundo lugar, para aprender un poquito de inglés.
En tercer lugar, para trabajar el movimiento y en último lugar, y muy importante, para divertirnos.
La canción se titutal “Clap your hands” y tiene tres partes en su estructura definidas por cada frase en inglés: Clap your hands, Stamp your feet y Jump in the air.
Ha presentado la actividad en un Popplet que contiene el vídeo, las frases y una propuesta personal para la coreografía del movimiento y percusión corporal en clase aunque lo ideal es inventarse una en función del espacio del aula, el número de alumnos, etc.
Con Giuseppe Verdi me pasó lo mismo que posiblemente le pasaría a muchos españoles y españolas de mi edad con Manuel de Falla: es uno de los pocos compositores de los que he conocido su cara antes que su música, pues cuando yo era pequeño su efigie decoraba los billetes de mil liras. No sabía quién era, aunque parecía evidente que algo tenía que ver con la música por el arpa presente en la otra mitad del billete. Quizás por eso mismo su aspecto me intrigaba, así que, preguntando e investigando, muy pronto pude poner sonido a ese rostro, relacionándole con algunas melodías muy famosas de las que era capaz de tararear los primeros compases con cierta precisión a pesar de desconocer de qué se trataba. Hablo de piezas tan célebres como el brindis de la Traviata o la marcha triunfal de Aida.
El reverso del billete estaba relacionado de manera muy cercana con el anverso, mostrando el exterior de un edificio mundialmente conocido como uno de los grandes templos de la ópera, el Teatro alla Scala, situado en el corazón de Milán e inaugurado en la segunda mitad del siglo XVIII. En las tablas de su escenario se estrenaron algunas de las óperas más importantes de Verdi, entre las cuales figuran títulos muy presentes en las carteleras de los teatros líricos más importantes del mundo, como Nabucco, Otello o Falstaff.
Hoy es un día muy importante para los aficionados a la ópera en general y a la música de Verdi en particular, ya que celebramos el bicentenario de su nacimiento, tal como ya hicimos hace unos meses con otro peso pesado del teatro musical, Richard Wagner.
De hecho, durante este 2013 ha habido innumerables homenajes a estos dos músicos, coetáneos y aún así tan diferentes, que dividieron a los melómanos de la época en dos bandos enfrentados de manera aparentemente irreconciliable. Por un lado los verdianos rechazaban las complicadas articulaciones melódicas y estructuras armónicas del alemán, así como su misticismo, prefiriendo las melodías del italiano ―de líneas sumamente expresivas y acompañamientos totalmente libres de artificios armónicos o rítmicos― que se adaptaban perfectamente a la profunda humanidad de los personajes de sus óperas; por el otro los wagnerianos despreciaban la sencillez de la estructura musical, considerándola simplona, y la fragmentación de la acción, todavía anclada ―aunque en proceso de progresivo abandono― en la estructura de recitativo (sección en la que la línea melódica es más bien declamativa, utilizada para avanzar con la narración de la historia) y aria (momento lírico en el que la acción se interrumpe para permitir a los personajes expresar sus sentimientos a la vez que a los cantantes demostrar su virtuosismo).
El aria no siempre era para un único solista, llamándose, según el caso, duetto, terzetto, quartetto, etc. Además de los solistas, en todas las óperas verdianas participan más cantantes, cuyos nombres no aparecen en el programa de mano: el coro, cuya función normalmente es introducir, aderezar o rematar un aria. Sin embargo hay algunas páginas de las partituras verdianas en las que el coro asume un protagonismo indudable, tanto como para arrancar a menudo aplausos a escena abierta, y a veces hasta el bis, tal como ocurrió con Va’ pensiero, el coro de los esclavos hebreos presos en Babilonia de Nabucco, dirigida por Riccardo Muti hace dos años y medio en el Teatro dell’Opera de Roma. Antes de empezar la repetición, el director lamentó el enésimo recorte a la cultura. No inserto el vídeo, me limito a enlazarlo por dos razones: 1) abriéndolo en YouTube es posible leer la traducción al español de las palabras de Muti y 2) prefiero insertar el siguiente por ser subtitulado al español.
He arreglado esta obra para tres flautas dulces sopranos (se dividen a partir del compás 18) para que mis alumnos y alumnas de 4º (y todos los que lo deseen) puedan aprender a tocarla, a ser posible antes de que termine este año verdiano.
La manera tradicional de estudiar Historia de la Música tiene poco que ver con la música: memorizar biografías de compositores y listas de obras, si acaso incluyendo la audición de la obra más conocida, contextualizándola muy superficialmente y, naturalmente, finalizando con un examen escrito para contabilizar los datos retenidos y calificar proporcionalmente.
A pesar de sus limitaciones, que a mi juicio son tan grandes y evidentes como para hacerla totalmente desaconsejable en todos los niveles y regímenes educativos, los estudiantes universitarios y, sobre todo, los de los conservatorios profesionales o superiores pueden extraer algún conocimiento de esta metodología, pues para ellos se trata de una enseñanza significativa, al tratarse de personas que han escuchado (y tocado) y siguen escuchando (y tocando) mucha música. Por otro lado sabemos muy bien que en nuestro país, debido sobre todo a condicionantes sociales, la que suelen escuchar los estudiantes de la ESO es casi exclusivamente música de consumo, algo que no critico de por sí, sino sólo en la medida en que les impide conocer una enorme cantidad de música de otros géneros, de otros lugares o de otros tiempos que, de escucharla sin prejuicios y con la debida atención, seguramente apreciarían. Dicho de otra manera: no hay nada malo en leer el Marca o el Hola!, siempre que no se lea sólo eso.
Sin embargo no es fácil introducir al alumnado en la escucha y el disfrute de otros géneros musicales en grupos de 33 y en dos horas semanales, y todavía más ardua es la empresa si nos apoyamos en herramientas obsoletas como el libro de texto, un conjunto de conocimientos demasiado limitado y previsible comparado con el mundo global y cambiante en el que el alumnado está sumergido constantemente gracias a Internet. Afortunadamente, en la red tienen a su disposición una cantidad apabullante de recursos también a nivel musical: si les infundimos curiosidad por lo desconocido y a la vez les enseñamos métodos de búsqueda y criterios de selección de contenidos que puedan satisfacerla, su aprendizaje será profundo y duradero.
Como ejemplo de un recurso que puede ser útil para despertar la curiosidad musical, el vídeo que he encontrado hoy en YouTube del Colectivo Cadenza. En tan sólo 6 minutos nos lleva de viaje por 50 años de solos de guitarra eléctrica, demostrando cómo este instrumento ha llegado a conquistar un rol central en las bandas de rock gracias a la genialidad de grandes músicos como Chuck Berry, Jimi Hendrix, Carlos Santana o Jimmy Page.
Éste es el primer vídeo de la serie recién estrenada sobre instrumentos musicales, así que habrá que estar atentos a las próximas entregas. Para no perdérmelas me he suscrito al canal de YouTube de este grupo tan peculiar.
Durante el curso escucharemos muchas audiciones con las que nos podemos divertir y aprender. Hoy les presento la que trabajaremos esta semana en todos los niveles añadiendo diferentes grados de dificultad. Se titula "Marcha Radetsky" en honor al mariscal de campo austríaco conde Joseph Wenzel Radetzky, que en una serie de victorias, salvó el poderío militar de Austria en el norte de Italia durante la revolución de 1848-49. Fue compuesta por Johann Strauss (padre) en el año 1848. Hoy en día esta obra debe su popularidad a que es la pieza con la que acaba el Concierto de Año Nuevo de Viena (se retrasmite por TVE el día 1 de enero aproximadamente sobre las 10-11 de la mañana) . Durante esta última obra, la audiencia aplaude al compás y el director se vuelve para dirigir al público en lugar de hacerlo a la orquesta.
Os dejo con un vídeo de la pieza en el Concierto del 1 de enero de 2012.
Finalmente les muestro otro vídeo donde se interpreta con percusión corporal la misma obra. No es nada fácil hacerlo, pero podéis practicar con la familia. ¡EN CLASE YA HEMOS EMPEZADO! ¡ÁNIMO!
Este es un espectacular thinglink creado por Roger Run con 100 compositores. Para ver la interactividad del thinglink haced clic en la imagen y después pasando el ratón por la foto de cada compositor se accede a un vídeo correspondiente a una obra de sus obras.
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