Eso es lo que veo yo en el mundo de la educación musical. Hemos heredado estructuras decimonónicas que se han conservado en los conservatorios.... Parece que fueron creados para eso y el propio sistema se ha encargado de perpetuarlo.
Un sistema en el que para estudiar música hay que hacer un examen o tener recursos económicos, unido a que la estructura de enseñanza personalizada en la que se establecen vínculos fuertes con los profesores se puede pervertir, sobre todo si no hay medios y mecanismos de canalizar los conflictos, las dificultades o los problemas.
Desde mi punto de vista es la serpiente que se muerde la cola:
Desde el punto de vista del alumno se produce este tipo de razonamiento:
"He conseguido entrar en el conservatorio.... No voy a protestar porque dentro de cuatro años hay que hacer otra prueba de acceso y son los propios profesores los que decidirán si puedo o no seguir estudiando".
Conclusión: los problemas no se afrontan sino que se silencian.
Los alumnos no reclaman sus derechos "por si acaso", para no verse señalados, les cojan manía, los tachen de conflictivos, etc
Entre las asociaciones de padres y madres.... Sucede lo mismo.... Organizar actividades y apoyar a la directiva! Perfecto! Mostrar crítica o pretender mejorar.... Ojo no haya represalias con tus hijos"
Desde el punto de vista del docente el tipo de razonamientos no es muy diferente:
"Me ha costado tanto llegar hasta aquí que no quiero complicarme la vida ni tener problemas" esto si ha conseguido su plaza, si es interino, el miedo se palpa en cada acción, "no voy a llamar la atención no sea que me cojan manía" y tomen represalias en la oposición"...
El propio sistema se perpetúa, se retroalimenta de actitudes negativas y fomenta el miedo, el silencio, el no significarse, el no implicarse, el no mejorar...
¿Cómo se soluciona esto?
Hay muchas actitudes que están ya, por así decirlo, en el ADN de las instituciones y sus componentes y es muy muy complicado hacer ver que existen otros cauces, actitudes y maneras de hacer las cosas.
Desde mi punto de vista las cosas han de empezar a cambiar desde dentro, es decir, cuestionando cada responsabilidad y haciendo una serie de preguntas del tipo y sobre todo con una actitud constructiva y de mejora de toda la comunidad educativa que no penalice la crítica.
¿Se puede mejorar en el campo de la organización del centro?
¿de la docencia?
¿de las relaciones con los compañeros?
¿de las relaciones con otras instituciones o colectivos profesionales?
¿qué necesitan los docentes para impartir sus clases de la mejor manera posible en cada momento?
¿en qué aspectos se tiene que formar el personal docente?
En definitiva: ¿qué se puede hacer para beneficiar a la comunidad educativa?
Realmente lo que propongo en este post es un cambio de paradigma, un cuestionamiento de las reglas e ideas preconcebidas y no cuestionadas que rigen el funcionamiento de la educación musical.
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@ Isabel Villagar, Profesora de Canto on line