Aprender a cantar: ¿Es malo “saber mucho”?

Ya son varios los alumnos que me preguntan o han preguntando muy a menudo acerca de lo que tienen que hacer mientras hacen los ejercicios, lo que tienen que sentir, etc. porque les preocupa mucho el hacerlo lo mejor posible.

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Aprender a cantar: ¿Es malo "saber mucho"?

Ya son varios los alumnos que me preguntan o han preguntando muy a menudo acerca de lo que tienen que hacer mientras hacen los ejercicios, lo que tienen que sentir, etc. porque les preocupa mucho el hacerlo lo mejor posible.

Esto es algo bueno a nivel intelectual, para conocer a tu propio cuerpo y a sus reacciones, pero va muy en contra del objetivo principal: cantar sin estar pendiente de nada más que de la interpretación.

El problema es que, por norma general, no podemos pensar a tanto nivel de detalle con muchas cosas en la cabeza, obteniendo como resultado un menor rendimiento global. Hay un término inglés en el ámbito laboral que define muy bien esto. El micromamagment.

Wikipedia define micromanagment como: En gestión de negocios, micromanagment es un estilo de gestión donde un director observa o controla muy de cerca el trabajo de los subordinados o empleados. Generalmente, micromanagement tiene connotaciones negativas.

Es probable que esta definición te recuerde mucho a un artículo anterior donde hablé sobre ser perfeccionista. Si te pierdes en los detalles, la tarea puede parecer abrumadora y es muy difícil centrarte en hacer bien tu trabajo. En nuestro caso, durante las horas de práctica, puede hacer que hagamos sólo una parte de los ejercicios, provocando que nos olvidemos en las otras partes igualmente importantes.

Muchísimo antes de poder hacer clases con un buen profesor de canto, practicaba por mi cuenta, intentando arreglar los problemas que yo tenía, aunque es perfectamente aplicable a cualquiera que le guste investigar sobre su voz, aún haciendo clases de canto ( como es mi caso, nuevamente ).

Yo estaba convencido de que todos mis problemas se arreglarían gracias al sonido de voz de bruja. ¡Parecía ser la panacea! Por todo lo que podía leer, era un sonido que te ayudaba a conectar tu voz de pecho con tu voz de cabeza, dando potencia a los agudos y además sin esfuerzo. Podía decir que yo era muy inocente por creérmelo, pero la verdad es que la mayoría de información que hay en Internet da a entender precisamente esto. La realidad es mucho más complicada.

El resultado de años de práctica con ese tipo de ejercicios sólo fue el descubrimiento de mi voz de cabeza, por supuesto con un montón de tensiones. Aunque perdí muchísimo tiempo haciendo esto, ahora puedes estar pensando que al menos me sirvió para algo, ya que obtuve un resultado aparentemente positivo. La realidad, de nuevo, no es tan bonita. Lo que obtuve fue un montón de malos hábitos por el camino que luego me llevó mucho más tiempo quitarlos, y aún vienen a visitarme de vez en cuando.

Cuando empecé a hacer clases de canto de calidad, me enseñaron cómo podía liberar mi voz. En mi caso utilizamos principalmente el sonido de voz de bostezo. Una vez más, me obsesioné. Quería saber cuánto era demasiada voz de tonto, cómo debía sentir la laringe, si debía impedir que la laringe subiese a toda costa, si la lengua tenía que estar en una posición o en otra, etc. El resultado siempre era el mismo: durante la clase, mi profesor me obligaba a simplemente hacer los ejercicios adecuados para mi en ese momento, sin importar lo que pasara a nivel físico. Durante la semana me tocaba practicar solo, y ahí era cuando la liaba. Volvía a hacer todo lo que se suponía que debía hacer, pero en vez de seguir las instrucciones del profesor y centrarme en el proceso ( instrucciones muy simplificadas, como deben ser ), buscaba directamente el objetivo y, una vez más, hacía demasiado, olvidándome de muchas otras cosas igualmente importantes.

Por lo que he podido ver hablando con colegas profesores, prácticamente todos nosotros y nuestros alumnos hemos cometido este error, aunque no siempre centrándonos en lo mismo, por lo que quiero evitar que tu pases por lo mismo. Puedes ahorrarte muchísimo tiempo en aprender a cantar ( meses o, como yo, años ) si te dejas guiar por tu profesor. Está muy bien que plantees tus dudas, que quieras satisfacer la necesidad que conocer y saber, si es que la tienes, pero a la hora de practicar debes confiar en tu profesor de canto.

Nosotros podemos ayudarte en el proceso duro y tedioso, aunque gratificante, de aprender a cantar. ¿Por qué no echas un ojo a la información acerca de nuestras clases de canto? Si quieres mejorar tu dominio de la voz, ponte en contacto con nosotros y concertaremos hora para la primera sesión.

Aprender a cantar: Clases grupales

A la hora de estudiar cualquier materia con un profesor, siempre es mucho más rápido y efectivo si asistimos a clases individualizadas, ya que el profesor, puede estar cien por cien pendiente de nosotros. A la hora de aprender a cantar, no es distinto. Un buen profesor de canto debería darnos ejercicios personalizados, que nos ayuden a encarrilar nuestras tendencias de la manera más rápida y efectiva posible.

Sabiendo todo esto, hay que tener en cuenta todas las ventajas e inconvenientes de las clases grupales antes de decidirse o no a tomarlas.

Ventajas

  1. La primera y más importante, es que el profesor debería cobrar el mismo dinero por hora, por lo que este precio se reparte entre todos los alumnos que asistan y las clases salen mucho más baratas que individualmente.
  2. Cuando el profesor se centra en tu compañero, igualmente puedes seguir aprendiendo de los consejos que le da a él. Aunque a nosotros no nos aparezca un problema en una clase, no significa que no nos vaya a aparecer en otro momento y el escuchar la explicación del profesor a nuestro compañero nos puede ayudar a nosotros también.
  3. La clase se puede llegar a hacer más amena, ya que al fin y al cabo estás con tus amigos aprendiendo a hacer algo que os gusta a todos.
  4. A la hora de practicar una canción, puedes aprender cómo ser voz principal y cómo ser coro, además de cómo cantar a dos voces.
  5. Cantar con una o varias personas te ayuda a superar la timidez de cantar en público, aunque sean tus propios amigos los que observan.

Inconvenientes

  1. Cómo he comentado más arriba, en las clases individuales, el profesor se puede centrar cien por cien en ti y así conseguir resultados más rápidos y efectivos. Aunque esto no significa que con las clases grupales no se consigan resultados. Si tienes un buen profesor de canto, las clases grupales también son muy útiles, aunque la progresión pueda ser más lenta.
  2. Hay momentos en los que el profesor se centra en nosotros y otros en las que se centra en nuestro compañero. En esos momentos, parece que estemos perdiendo el tiempo y quizás incluso lleguemos a aburrirnos un poco, aunque siempre podemos aprovechar este tipo de situaciones para aprender de los consejos que el profesor le da a nuestro compañero.
  3. Dependiendo de la personalidad de cada uno, este punto puede ser una ventaja o un inconveniente. Por un lado, como he comentado antes, las clases grupales te ayudan a superar la timidez de cantar en público, sin embargo, hay ejercicios que quizás por la vergüenza de no hacerlos delante de otras personas no los vamos a hacer todo lo correctamente que deberíamos.

Así que si estás pensando en tomar clases de canto y además disfrutarlo con un amigo, recuerda que puedes hacerlo con nosotros. Ponte en contacto con nosotros y concertaremos tu primera clase.

Aprender a cantar: El vibrato como herramienta

Como cantantes, muchas veces nos centramos en conseguir notas agudas, más potencia, poder aguantar las notas durante más tiempo, ... aunque a veces no sabemos muy bien cómo.

¿Has probado alguna vez a aguantar una nota más o menos aguda y has empezado a sentir como los músculos de tu cuello se van tensando poco a poco? Bueno... y no tan poco a poco. Centrarse en utilizar tu voz de cabeza de forma relajada desde todos los ángulos posibles es necesario, pero sólo es una de tantas herramientas disponibles para este fin. A veces, por sorprendente que parezca, el vibrato puede ayudarnos.

El problema es que tenemos tensiones innecesarias que impiden a nuestras cuerdas vocales vibrar libremente. Lo difícil es saber detectar qué tipo de tensión es, aislarlas con ejercicios y saber cómo quitarlas.

Ya hemos hablado antes acerca del vibrato, explicando un poco de dónde nace, pero no dijimos cómo utilizarlo para, a veces, ayudar a liberar tensiones. Si te encuentras a ti mismo haciendo notas cómodas y no eres capaz de añadir un vibrato estable, lo más probable es que incluso en ese punto ya tengas esas tensiones. A veces va bien mirar el problema a la inversa, por lo que hacer el vibrato de forma deliberada puede aportarnos relajación muscular.

Técnicamente el vibrato no es más que la oscilación entre dos semitonos, de forma más o menos rápida ( entre 4  y 6 veces por segundo ). Sabiendo esto no tenemos más que empezar en la nota más cómoda de nuestro rango, mantenerla un par de segundos y empezar a movernos entre esa nota y un semitono por debajo. Primero hazlo de forma muy lenta, oscilando unas 2 o 3 veces por segundo.

Debes darte tiempo para acostumbrarte a lo que es esta sensación de oscilación. Poco a poco, ves aumentando la velocidad de tu vibrato. Como siempre digo, no quieras correr demasiado, porque no te va a aportar nada. Acostúmbrate de verdad a la sensación, poco a poco, siempre en notas muy fáciles. Utiliza un reloj para asegurarte de que vas a una velocidad estable y cómoda. Poco a poco podrás ir moviéndote por más notas de tu rango, pero de nuevo, con calma.

Después de un tiempo acostumbrándote a la sensación de lo que es un vibrato relajado, tu cuerpo debería responder de forma mucho más automática cuando quieras hacerlo. Es en este punto cuando puedes añadir tu vibrato a las notas sostenidas que te causan esa tensión. Prácticamente siempre el resultado es un sonido mucho más bonito y más libre.