Tal día como hoy…Fallece Jacques Offenbach

El 5 de octubre de 1880, falleció en París, el compositor alemán Jacques Offenbach, conocido por sus operetas francesas principalmente. Nacido en Colonia en 1819, era hijo de un músico y cantante de sinagoga, por lo que recibió una educación musical notable. Con 6 años tocaba el violín, y con 8 ya comenzó a componer. En 1833 marchó a París para perfeccionar su técnica con el violonchelo, pero solo duraría en el Conservatorio parisino un año, ya que entró a formar parte de la Orquesta de la Ópera Cómica. A pesar de comenzar a componer alguna opereta sin demasiado éxito, dejaría la orquesta para dedicarse a la enseñanza.
Tras un breve periodo en el que vuelva a su ciudad natal debido a disturbios en Francia, de nuevo volvería a París, donde dirigiría la orquesta de la Comedie Française. Fue cuando comenzó su éxito gracias a la opereta La Chanson de Fortunio. Llegaron posteriores composiciones de éxito, tanto que llegó a abrir su propio teatro. Allí estrenaría una de sus obras más reconocidas, donde se encuentra el célebre Can-Can: Orfeo en los Infiernos. Esta obra tuvo enorme éxito mundial, cosa que no ocurriría con Las Ondinas del Rin. Curiosamente ahí se incluyó la célebre Barcarola, melodía que tiene enorme fama y que pasó a la historia en otra de sus obras, Los cuentos de Hoffman.
Llegó a realizar 102 obras escénicas, entre las que podemos destacar algunas como La vie parisienne, La Pèrichole o Barba Azul. Fue un compositor que destacó por sus melodías, alegres y relajantes por igual, graciosa, y por sus sátiras y críticas sociales.

Vídeo de Barcarola

Su obra maestra, su ópera seria Los cuentos de Hoffman, donde volvería a incluir la célebre Barcarola, fue estrenada después de su muerte, ya que le ocupó los últimos años de su vida, sin llegar siquiera a finalizarla.
Para nuestras clases de primaria, hay muchas actividades que realizar. Sin duda Barcarola es la melodía que más posibilidades da, siendo fácil de interpretar en flauta e instrumentos de placas. Os dejo la partitura para flautas:



Además hay múltiples musicogramas de sus obras en la red. Os dejo alguno que os pueda parecer interesante. En este caso el célebre Can-Can (Gaité Parisienne)




Realizado por Ana María Morales Castilla


Tal día como hoy…"El estreno de La Flauta Mágica"

Cartel original del estreno
Siempre es bueno recordar fechas y acontecimientos importantes, ya que son parte de la Historia y esta nos ayuda a ser lo que somos hoy día. He pensado que una buena manera de recordar este tipo de fechas, es dándole una sección fija en nuestro blog. Y hoy, 30 de septiembre, último día del mes, vemos que fue un día muy importante en el mundo musical. En el año 1791, se estrenó tal día como hoy, la ópera de W.A.Mozart,  La Flauta Mágica, en el Freihaus-Theater auf der Wieden de Viena (Austria). Para muchos es la mejor ópera de todos los tiempos, aunque como en todo, los gustos son personales y las opiniones variadas.
Si alguno recuerda la fecha de la muerte de Mozart, comprobará que le quedaban solo dos meses de vida cuando se estrenó. Él mismo fue el director en el estreno, y por tanto fue la última ópera escenificada en vida del compositor austriaco. El formato original es de singspiel, una ópera popular alemana que intercala texto hablado con música
Mucho se ha escrito y estudiado sobre esta obra maestra de la música. La simbología, historia, personajes, y mensajes ocultos, se relaciona con las prácticas masónicas del compositor. Hoy día sigue siendo de las óperas más representadas en los teatros del mundo, lo que indica la gran obra que es y el éxito que aún hoy conserva. Si esta ópera es tan popular es gracias a dos de sus piezas: el aria de La Reina de la Noche, y el dúo de Papageno y Papagena. Muchos relacionan la palabra ópera o la palabra soprano con el aria mencionada.

Aria de la Reina de la Noche:



Dúo de Papageno y Papagena:



La ópera nace de la necesidad económica de un gran amigo de Mozart, el empresario Emanuel Schikanader. El compositor ayuda así a su buen amigo con esta obra, compañero también en sus afición por la Masonería. El empresario realizó el libreto e incluso fue el primer intérprete del célebre Papageno.
Primer libro de la tetralogía de Christian Jacq
Su argumento tiene diversas interpretaciones, desde una más sencilla e incluso infantil en forma de cuento, hasta una mucho mas elaborada sobre el bien y el mal. Lo cierto es que la ópera narra la historia del príncipe Tamino, el cual es perseguido por una serpiente gigante, y sin querer se adentra en los terrenos de la  Reina de la Noche, quien le promete la mano de su hija Pamina, la cual fue secuestrada por Sarastro. Tamino, enamorado al instante de Pamina, accede a salvarla y, acompañado del hombre-pájaro Papageno, llega al reino de Sarastro. Cuando llega allí se da cuenta de que la realidad no es tan mala como le pintó la Reina de la Noche, y decide quedarse junto a su amada, no sin antes superar una serie de pruebas. Finalmente los dos amantes se imponen a la malvada madre de Pamina, y triunfa el amor.
Como anécdota, se ha dicho que mucha parte de la obra la compuso Mozart jugando al billar junto a sus amigos, el cual silbaba melodías que, más tarde serían las principales de la ópera. 
Decir también que este singspiel ha sido llevado al cine en varias ocasiones, como la realizada en 1975 por Ingmar Bergman, o la de 2006 de Kenneth Branagh. También hay literatura que ha recurrido a esta obra y a su relación con la Masonería, como la tetralogía de Christian Jacq: El Gran Mago, El Hijo de la Luz, El Hermano de Fuego y El Amado de Isis.

Sidney Bechet, el clarinete y el saxo soprano

Sidney Bechet, Freddie Moore and Lloyd Phillips

Sidney Bechet, Freddie Moore and Lloyd Phillips, New York 1949. (PD 2010 U.S. Congress Library)

Muchas de las entradas de este blog recuerdan el nacimiento o la muerte de un músico. Creo que ésta va a ser la primera dedicada a ambas efemérides de la misma persona.

Hablamos de Sidney Bechet, que nació el 14 de mayo de 1897 en una ciudad tan emblemática para el jazz como New Orleans y murió el día de su 62º cumpleaños en Francia, donde se había establecido 10 años antes.

Empezó muy joven a experimentar con varios instrumentos de viento guiado por su hermano Leonard, dentista que en su tiempo libre tocaba el trombón. Finalmente se quedó con el clarinete, instrumento con el que debutó a la edad de 6 años en la banda de Leonard.

Sin embargo, unos 15 años más tarde, en Londres, compró un saxofón soprano que desde entonces utilizó más que el clarinete por considerarlo más “emocional” y “atrevido”.

Bechet Williams ArmstrongCon este nuevo instrumento grabó sus primeros discos, junto al pianista Clarence Williams. En alguna de estas grabaciones participaba también su paisano Louis Armstrong, al que conocía desde que eran niños.

En este punto pueden surgir dos preguntas: 1) ¿cómo es posible que un excelente clarinetista pueda pasarse al saxofón en tan poco tiempo con los mismos o mejores resultados? y 2) ¿por qué Sidney Bechet llegó a preferir el saxo al clarinete, instrumento que eligió siendo muy pequeño y que le dio tanta satisfacción durante tanto tiempo? Ambas cuestiones se pueden deducir de las principales similitudes y diferencias entre los dos instrumentos.

Para empezar, hay que aclarar que el saxofón soprano no tiene esa forma de “ese” tan característica de los saxos más graves, como por ejemplo los más conocidos alto y tenor, que poseen esa típica curvatura para poder manejar con más facilidad sus tubos de mayor longitud. Así que desde este punto de vista postural el cambio de instrumento es muy fácil. Sin embargo ésta es una muy pequeña ventaja comparada con la analogía entre las embocaduras —esas pequeñas piezas en las que se sopla para producir el sonido— que en este caso son prácticamente iguales.

Embocadura de saxofón

Embocadura de saxofón (A partir de: CC BY-SA Dbenzhuser en Wikimedia Commons)

Como se puede ver en las fotos anteriores, las embocaduras de ambos instrumentos tienen una lengüeta simple, un trocito de caña sujetado por una abrazadera. Debido a esa característica clasificamos el saxo, a pesar de que está hecho en su casi totalidad de metal, entre los instrumentos de viento-madera. Y sobre todo, gracias a esa característica es muy improbable que un buen clarinetista tenga algún problema para producir en el saxofón un buen sonido, mantenerlo durante el tiempo necesario para completar la frase musical y conseguir diferentes matices dinámicos.

No es así con todos los demás instrumentos de viento, pues o tienen lengüeta doble (como el oboe o el fagot) o no tienen ningún tipo de lengüeta (como la trompeta, el trombón o la trompa, que tienen boquilla, o las flautas, tanto la dulce como la travesera, que tienen bisel).

Entonces, si el elemento que produce el sonido es prácticamente idéntico, ¿de donde viene tanta diferencia de timbre?

El diferente material de construcción del cuerpo del instrumento ̣—como apuntábamos hace poco, madera para el clarinete y metal (latón) para el saxofón— no influye tanto en el timbre como la forma del tubo (y por consecuencia de la columna de aire vibrante) que es cilíndrica en el caso del clarinete y cónica en el del saxofón.

Esa diferencia tímbrica es sin duda la causa principal de que Sidney Bechet dejara a un lado el clarinete y abrazara el saxofón, pero ¡cuidado!, eso de ninguna manera quiere decir que el timbre del saxofón sea mejor que el del clarinete, ni siquiera que Sidney lo considerara mejor en general, sino sólo que era el instrumento que mejor respondía a sus exigencias expresivas, algo que se entiende muy fácilmente escuchándolo en el siguiente vídeo. A lo largo de las 20 obras interpretadas por Bechet —de algunas de las cuales también es el autor, como la primera, Petite Fleur, quizás la más conocida de sus composiciones— podemos imbuirnos bien de la sonoridad de su saxo soprano y de su intenso y peculiar vibrato.

Sidney Bechet, el clarinete y el saxo soprano

Sidney Bechet, Freddie Moore and Lloyd Phillips

Sidney Bechet, Freddie Moore and Lloyd Phillips, New York 1949. (PD 2010 U.S. Congress Library)

Muchas de las entradas de este blog recuerdan el nacimiento o la muerte de un músico. Creo que ésta va a ser la primera dedicada a ambas efemérides de la misma persona.

Hablamos de Sidney Bechet, que nació el 14 de mayo de 1897 en una ciudad tan emblemática para el jazz como New Orleans y murió el día de su 62º cumpleaños en Francia, donde se había establecido 10 años antes.

Empezó muy joven a experimentar con varios instrumentos de viento guiado por su hermano Leonard, dentista que en su tiempo libre tocaba el trombón. Finalmente se quedó con el clarinete, instrumento con el que debutó a la edad de 6 años en la banda de Leonard.

Sin embargo, unos 15 años más tarde, en Londres, compró un saxofón soprano que desde entonces utilizó más que el clarinete por considerarlo más “emocional” y “atrevido”.

Bechet Williams ArmstrongCon este nuevo instrumento grabó sus primeros discos, junto al pianista Clarence Williams. En alguna de estas grabaciones participaba también su paisano Louis Armstrong, al que conocía desde que eran niños.

En este punto pueden surgir dos preguntas: 1) ¿cómo es posible que un excelente clarinetista pueda pasarse al saxofón en tan poco tiempo con los mismos o mejores resultados? y 2) ¿por qué Sidney Bechet llegó a preferir el saxo al clarinete, instrumento que eligió siendo muy pequeño y que le dio tanta satisfacción durante tanto tiempo? Ambas cuestiones se pueden deducir de las principales similitudes y diferencias entre los dos instrumentos.

Para empezar, hay que aclarar que el saxofón soprano no tiene esa forma de “ese” tan característica de los saxos más graves, como por ejemplo los más conocidos alto y tenor, que poseen esa típica curvatura para poder manejar con más facilidad sus tubos de mayor longitud. Así que desde este punto de vista postural el cambio de instrumento es muy fácil. Sin embargo ésta es una muy pequeña ventaja comparada con la analogía entre las embocaduras —esas pequeñas piezas en las que se sopla para producir el sonido— que en este caso son prácticamente iguales.

Embocadura de saxofón

Embocadura de saxofón (A partir de: CC BY-SA Dbenzhuser en Wikimedia Commons)

Como se puede ver en las fotos anteriores, las embocaduras de ambos instrumentos tienen una lengüeta simple, un trocito de caña sujetado por una abrazadera. Debido a esa característica clasificamos el saxo, a pesar de que está hecho en su casi totalidad de metal, entre los instrumentos de viento-madera. Y sobre todo, gracias a esa característica es muy improbable que un buen clarinetista tenga algún problema para producir en el saxofón un buen sonido, mantenerlo durante el tiempo necesario para completar la frase musical y conseguir diferentes matices dinámicos.

No es así con todos los demás instrumentos de viento, pues o tienen lengüeta doble (como el oboe o el fagot) o no tienen ningún tipo de lengüeta (como la trompeta, el trombón o la trompa, que tienen boquilla, o las flautas, tanto la dulce como la travesera, que tienen bisel).

Entonces, si el elemento que produce el sonido es prácticamente idéntico, ¿de donde viene tanta diferencia de timbre?

El diferente material de construcción del cuerpo del instrumento ̣—como apuntábamos hace poco, madera para el clarinete y metal (latón) para el saxofón— no influye tanto en el timbre como la forma del tubo (y por consecuencia de la columna de aire vibrante) que es cilíndrica en el caso del clarinete y cónica en el del saxofón.

Esa diferencia tímbrica es sin duda la causa principal de que Sidney Bechet dejara a un lado el clarinete y abrazara el saxofón, pero ¡cuidado!, eso de ninguna manera quiere decir que el timbre del saxofón sea mejor que el del clarinete, ni siquiera que Sidney lo considerara mejor en general, sino sólo que era el instrumento que mejor respondía a sus exigencias expresivas, algo que se entiende muy fácilmente escuchándolo en el siguiente vídeo. A lo largo de las 20 obras interpretadas por Bechet —de algunas de las cuales también es el autor, como la primera, Petite Fleur, quizás la más conocida de sus composiciones— podemos imbuirnos bien de la sonoridad de su saxo soprano y de su intenso y peculiar vibrato.

The International Jazz Day Global Concert

International Jazz Day 2015Hoy celebramos el Día Internacional del Jazz, proclamado por la UNESCO el día 30 de abril de cada año.

El año pasado ya explicamos las razones y los objetivos de esta celebración, así que este año nos centraremos en cómo se vivirá en la ciudad anfitriona mundial de esta edición, París. Mejor aún, hablaremos de la actividad principal organizada en la capital francesa para festejar este acontecimiento: The International Jazz Day Global Concert 2015, un evento global que esta tarde a las 7 (hora central europea) reunirá a algunos de los jazzistas más aclamados de todo el planeta (aquí sus nombres y una breve biografía) en un concierto que abarcará un gran abanico de estilos y culturas diferentes. Para haceros una idea de la variedad y la calidad, mirad el vídeo de presentación del evento.

Aunque desde luego no será lo mismo que asistir en vivo en París, todo el mundo tendremos la oportunidad de escucharlo en directo, ya que se va a difundir en streaming. ¡Que disfrutéis!