Innovación y emprendimiento musical

Por: Redacción


¿Músico o emprendedor?, es posible ser ambos, siempre y cuando se sigan los pasos adecuados.



Cuando hablamos de un cantante, generalmente no lo vemos como un emprendedor, puesto que se les enfoca más bajo el esquema de un entretenedor, pues la lógica empresarial dice que un emprendedor es alguien que diseña o crea un producto y lo comercializa.


Sin embargo, en el caso de los cantantes impera el concepto de marca personal, donde el producto son ellos mismos, así que se hace evidente que cualquier agrupación musical, músico o cantante solista que ha invertido tiempo en formarse profesionalmente para dar lo mejor y generan eventos privados y públicos como conciertos, está generando una estrategia comercial de negocios, que involucra la parte artística.


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La proactividad en la carrera musical

En la época que vivimos, las palabras como emprendedor, positivismo o proactividad son muy frecuentes. Todas hacen referencia a una forma de pensar y unas actitudes muy concretas. Hoy queremos hablar precisamente de una de ellas: la proactividad.

¿Qué es la proactividad?

La proactividad es una actitud humana que implica que la persona tiene pleno control de su conducta y de sus decisiones. Es una características que tienen aquellas personas con iniciativa y creatividad, que a su vez se hacen totalmente responsables de sus acciones.

Las personas que toman una actitud proactiva se forman una serie de valores sobre los que fundamentan todas sus acciones. Sus emociones no dependen de su entorno, porque no son personas que se preocupen por las situaciones que no pueden controlar.

Por el contrario, las personas reactivas serían personas más pasivas, a las que les cuesta tomar decisiones o coger las riendas. Se dejan llevar más por las emociones que por los valores, y pueden sentirse influenciadas por el ambiente o las circunstancias.

Vamos a verlo con un ejemplo: Tenemos a dos músicos que se examinan ante un tribunal en unos meses. Uno de ellos es más proactivo, el otro es más reactivo. El primero se hará un planing de estudio y lo cumplirá, confiando en que el trabajo duro le va a proporcionar buenos resultados. El segundo estudia todos los días, pero sin objetivos ni organización. Llegado el día del examen ambos actúan ante el tribunal. El músico proactivo se siente satisfecho de su buen trabajo y se despreocupa, pues lo que el tribunal pueda opinar sobre su interpretación no es algo que esté bajo su control. El músico reactivo, por el contrario, entrará en la sala de examen preocupado y saldrá de la misma forma. Si los resultados son negativos, el músico proactivo no se sentirá triste o preocupado, pues es consciente de que ha estudiado, y de que los resultados llegarán tarde o temprano. El músico reactivo se sentirá afectado y triste, y se lo tomará como una afrenta personal.

¿Cómo podemos aplicarlo a nuestra carrera musical?

La actitud proactiva puede ayudarnos a ser músicos más seguros de nosotros mismos. Si somos proactivos, tendremos la capacidad de decidir qué nos afecta y qué no. De esta manera, podemos conseguir un concepto mejor de nosotros mismos y conseguir ser más felices. No podemos cambiar las cosas que escapan a nuestro control: los resultados de una audición, las críticas tras un concierto, los imprevistos que podamos cruzarnos… etc. Si no podemos controlar todo esto, ¿por qué nos debe afectar? Si conseguimos abstraernos de todas estas cosas que escapan a nuestro control, conseguiremos ser más felices y sentirnos mejor con nosotros mismos.

Una de las principales características de las personas proactivas es la capacidad de iniciativa. Antes de esperar a que los demás nos den lo que queremos, tenemos que encontrar la forma de conseguirlo por nosotros mismos, ser emprendedores y dueños de nuestra propia vida. Si lo que quieres es dedicarte a la música, no tienes que esperar a que otro te ofrezca las oportunidades de hacerlo, también tú puedes crear tus propias oportunidades y conseguirlo. A veces podemos sentirnos mal porque nadie nos ofrece trabajo, pero esa es una actitud reactiva. Esperar a que los demás te proporcionen una felicidad que sólo tú puedes conseguir.

PROACTIVIDADPara conseguir una actitud proactiva debemos primero fijarnos unos valores, y guiarnos por estos valores. Una vez los fijemos, todas nuestras decisiones deben asentarse en estos valores, no en las opiniones o decisiones de otros. 

Otra de las claves de una persona proactiva es la organización y planificación de sus objetivos. Una vez fijados, los objetivos necesitan de un plan para llevarlos a cabo, para conseguirlos. Ya hemos hablado en otras ocasiones de cómo la planificación puede ayudarnos a mantener la motivación y a lograr nuestras metas de una forma ordenada y consecuente.

 

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¿Qué futuro nos espera a los músicos? El tiempo del emprendedor

El título de este post es una pregunta que muchos músicos jóvenes nos hacemos hoy en día. La verdad es que el panorama laboral tradicional dentro de la música clásica se queda estrecho para acoger a todos los músicos que buscan su sitio.

Las vías de siempre se agotan. Cada vez es más difícil conseguir un trabajo en orquesta, o como docente… o más difícil todavía, hacer carrera dando conciertos. Tampoco es fácil dedicarse a la composición o a la dirección. Por otro lado, la música clásica no vive su mejor momento en lo que a audiencia se refiere. Todo ello sumado a la crisis económica, la cual ha dañado fuertemente al sector artístico, nos dan como resultado un panorama laboral complicado y precario.

Sin embargo, lejos de desanimarnos en nuestra carrera, esta situación debe animarnos a darle un nuevo aire a la música clásica. Los músicos jóvenes de hoy tenemos en nuestras manos la capacidad de insuflar aire fresco y nuevo a nuestro sector. De atraer a nuevos públicos, de modernizar todos los protocolos, de llevar la música a todos los que no la conocen y de hacer de este mundo tradicional un mundo nuevo, dinámico y atractivo.

Es un gran momento para emprender. Proponer ideas nuevas, usar toda nuestra creatividad, nuestras ganas y nuestro trabajo duro para conseguir lograr nuestro sueño de vivir de la música. Muchas veces nos quejamos de que falta educación musical, el público de la música clásica es reducido, hay mucho desconocimiento y falta de ayudas. Nosotros que somos jóvenes y tenemos una visión nueva de las cosas tenemos que trabajar para que esto cambie, en vez de sentarnos a esperar, o contribuir a que las cosas sigan igual.

Emprender no es un camino sencillo ni seguro, pero es una gran opción para todo el que no se conforma, para el que quiere ser dueño de su carrera y aportar sus ideas. Ya existen muchos músicos que se han atrevido a dar el paso, y con bastante éxito. Puedes ver algunos ejemplos en este fantástico post de Emusicarte. Las opciones laborales las pones tú.

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Sin embargo, lejos de desanimarnos en nuestra carrera, esta situación debe animarnos a darle un nuevo aire a la música clásica. Los músicos jóvenes de hoy tenemos en nuestras manos la capacidad de insuflar aire fresco y nuevo a nuestro sector. De atraer a nuevos públicos, de modernizar todos los protocolos, de llevar la música a todos los que no la conocen y de hacer de este mundo tradicional un mundo nuevo, dinámico y atractivo.

Es un gran momento para emprender. Proponer ideas nuevas, usar toda nuestra creatividad, nuestras ganas y nuestro trabajo duro para conseguir lograr nuestro sueño de vivir de la música. Muchas veces nos quejamos de que falta educación musical, el público de la música clásica es reducido, hay mucho desconocimiento y falta de ayudas. Nosotros que somos jóvenes y tenemos una visión nueva de las cosas tenemos que trabajar para que esto cambie, en vez de sentarnos a esperar, o contribuir a que las cosas sigan igual.

Emprender no es un camino sencillo ni seguro, pero es una gran opción para todo el que no se conforma, para el que quiere ser dueño de su carrera y aportar sus ideas. Ya existen muchos músicos que se han atrevido a dar el paso, y con bastante éxito. Puedes ver algunos ejemplos en este fantástico post de Emusicarte. Las opciones laborales las pones tú.

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