🌎 Ciudades con más influencias musicales en el mundo

Por: Redacción


La música es uno de los más grandes placeres que disfruta el ser humano, cuando se canta es muy satisfactorio sentir como cada nota sale de nuestra boca y cuando escuchamos música, nos transportamos a momentos que hemos vivido que fueron felices o gratos. 


Sin lugar a dudas, la música es parte importante de la vida, en relación a ciudades musicales, alrededor del mundo hay muchas si tomamos en cuenta que en cada país pueden haber dos, tres, cuatro, etc, pero algunas de esas muchas ciudades sobresalen por varios factores: el estilo musical, los instrumentos que se usan, la difusión de las canciones, entre otros.


La Habana, Cuba

Ver+

🇺🇸 Coachella, más allá de un festival de música

Por: Redacción


El Festival de música y artes de Coachella Valley o como es mejor conocido Coachella, es un festival musical tal como lo dice su largo nombre. Pero no se puede calificar a Coachella como nada más un simple festival musical, ya que en los 3 días que dura dicho evento, se presentan una cantidad importante de artistas de varios géneros y estilos pero además se les permite a los nuevos artistas ofrecer sus interpretaciones, lamentablemente por la pandemia del Covid-19 la edición del año 2020 y la del 2021 han sido canceladas.



Coachella es un valle ubicado en la ciudad de California en Estados Unidos, el Festival de Coachella se viene realizando desde el año de 1999, desde entonces sus organizadores han tratado de que cada edición sea mejor que la anterior. En este festival se reúnen artistas tan afamadas, como por ejemplo: Beyoncé, Eminem, Bjôrk, Madonna, Oasis, Red Hot Chilli Peppers y Ariana Grande, entre muchos otros famosos.


El Festival de Coachella normalmente se realiza en el mes de abril, aunque se han realizado ediciones en los meses de mayo y octubre (mes de creación de este festival), desde su inicio Coachella ha sufrido varias complicaciones y ha cambiado de dueños en varias oportunidades pero a pesar de esto el Festival de Coachella se ha convertido en uno de los festivales musicales y de artes con más relevancia en los Estados Unidos.


Ver+

Vieuxtemps y Yankee Doodle

Estatua de la Libertad

Estatua de la Libertad (CC Will Hedington en Wikimedia Commons)

Dentro de unas horas, cuando los habitantes de América se vayan despertando, las bandas, recorriendo las calles de las poblaciones estadounidenses, anunciarán que es el Día de la Independencia con una serie de canciones de tintes patrióticos entre las cuales no faltará The Star-Spangled Banner, el himno nacional de Estados Unidos. En gran parte del país, sobre todo en los estados del noreste, resonará también Yankee Doodle que sin duda no faltará en Connecticut, ya que es el himno oficial de este estado.

En su origen, esta melodía pegadiza se remonta a mediados del siglo XVIII, cuando muchos de los estados que conforman hoy la república federal eran colonias británicas. Durante la Guerra de los Siete Años, la misma melodía tenía un texto patriótico que hacía referencia a Ephraim Williams, un coronel que murió con su regimiento en una emboscada. Posteriormente se utilizó con letras más jocosas y hasta se incluyó en óperas cómicas.

Los oficiales ingleses la usaron para burlarse de sus subordinados americanos, en su gran mayoría voluntarios de orígenes humildes y de carácter simplón, cantándola con esta letra:

Yankee Doodle went to town,
A-Riding on a pony;
He stuck a feather in his cap,
And called it macaroni.

Yankee Doodle, keep it up,
Yankee Doodle dandy;
Mind the music and the step,
And with the girls be handy!

Yankee Doodle fue a la ciudad,
Cabalgando sobre un pony;
En su sombrero una pluma colocó,
y macaroni le llamó.

Yankee Doodle, sigue así,
Yankee Doodle dandy;
Recuerda la música y los pasos,
¡Y con las chicas sé gentil!

La palabra macaroni se empleaba en la Inglaterra de aquella época para definir a un inglés que vestía y hablaba de manera amanerada, imitando las modas extranjeras (sobre todo francesa e italiana) de manera que resultaba ridículo en su aspecto e incomprensible en su habla (de ahí el adjetivo macarrónico para referirse a un uso incorrecto del latín o de una lengua extranjera).

Esas son la primera estrofa y el estribillo de la versión actual, aunque en realidad Yankee Doodle es actualmente más conocida, por lo menos fuera de Estados Unidos, en su versión bandística, con pífanos (parecido al flautín pero sin llaves) y tambores.

Intentando recrear esa sonoridad, la he arreglado para dos flautas dulces y tambor.

A pesar de tantos uniformes y tambores, y hasta sin conocer su letra actual, Yankee Doodle tiene cierto intrínseco tono jocoso y divertido que invita a la chanza. En este sentido inspiró al violinista belga Henri Vieuxtemps a componer en 1843 su Souvenir d’Amérique, Variations burlesques sur “Yankee Doodle”, Op. 17, una pieza brillante llena de cuerdas dobles y acordes, armónicos artificiales, pizzicato de mano izquierda y otros efectos virtuosísticos que podemos disfrutar en la impecable interpretación de Ann Fontanella.

Vieuxtemps y Yankee Doodle

Estatua de la Libertad

Estatua de la Libertad (CC Will Hedington en Wikimedia Commons)

Dentro de unas horas, cuando los habitantes de América se vayan despertando, las bandas, recorriendo las calles de las poblaciones estadounidenses, anunciarán que es el Día de la Independencia con una serie de canciones de tintes patrióticos entre las cuales no faltará The Star-Spangled Banner, el himno nacional de Estados Unidos. En gran parte del país, sobre todo en los estados del noreste, resonará también Yankee Doodle que sin duda no faltará en Connecticut, ya que es el himno oficial de este estado.

En su origen, esta melodía pegadiza se remonta a mediados del siglo XVIII, cuando muchos de los estados que conforman hoy la república federal eran colonias británicas. Durante la Guerra de los Siete Años, la misma melodía tenía un texto patriótico que hacía referencia a Ephraim Williams, un coronel que murió con su regimiento en una emboscada. Posteriormente se utilizó con letras más jocosas y hasta se incluyó en óperas cómicas.

Los oficiales ingleses la usaron para burlarse de sus subordinados americanos, en su gran mayoría voluntarios de orígenes humildes y de carácter simplón, cantándola con esta letra:

Yankee Doodle went to town,
A-Riding on a pony;
He stuck a feather in his cap,
And called it macaroni.

Yankee Doodle, keep it up,
Yankee Doodle dandy;
Mind the music and the step,
And with the girls be handy!

Yankee Doodle fue a la ciudad,
Cabalgando sobre un pony;
En su sombrero una pluma colocó,
y macaroni le llamó.

Yankee Doodle, sigue así,
Yankee Doodle dandy;
Recuerda la música y los pasos,
¡Y con las chicas sé gentil!

La palabra macaroni se empleaba en la Inglaterra de aquella época para definir a un inglés que vestía y hablaba de manera amanerada, imitando las modas extranjeras (sobre todo francesa e italiana) de manera que resultaba ridículo en su aspecto e incomprensible en su habla (de ahí el adjetivo macarrónico para referirse a un uso incorrecto del latín o de una lengua extranjera).

Esas son la primera estrofa y el estribillo de la versión actual, aunque en realidad Yankee Doodle es actualmente más conocida, por lo menos fuera de Estados Unidos, en su versión bandística, con pífanos (parecido al flautín pero sin llaves) y tambores.

Intentando recrear esa sonoridad, la he arreglado para dos flautas dulces y tambor.

A pesar de tantos uniformes y tambores, y hasta sin conocer su letra actual, Yankee Doodle tiene cierto intrínseco tono jocoso y divertido que invita a la chanza. En este sentido inspiró al violinista belga Henri Vieuxtemps a componer en 1843 su Souvenir d’Amérique, Variations burlesques sur “Yankee Doodle”, Op. 17, una pieza brillante llena de cuerdas dobles y acordes, armónicos artificiales, pizzicato de mano izquierda y otros efectos virtuosísticos que podemos disfrutar en la impecable interpretación de Ann Fontanella.