Wikifonia

WikifoniaLa Wikipedia es el ejemplo más famoso de cómo se puede construir un sitio web de manera colaborativa entre muchas personas, de forma voluntaria y aparentemente descontrolada, por el mero placer de conocer y de compartir el propio conocimiento.

Hay muchos más sitios con esas características, algunos de los cuales están dedicados a las partituras: ya vimos uno, el IMSLP, la wiki de las partituras de dominio público. Hoy veremos otro, Wikifonia.

La primcipal limitación que tiene Wikifonia, que la hace inadecuada para ciertos instrumentos y conjuntos, es que sólo permite la inclusión de un pentagrama para la melodía principal y de los acordes cifrados (por cierto, para descifrarlo y ver cómo se tocan en la guitarra, tenemos esta excelente herramienta). Debido a eso, este sitio es seguramente menos importante que el anterior. Sin embargo puede ser más útil que ése para los que, no siendo músicos profesionales, disfrutan haciendo música.

En este sentido estoy pensando especialmente en mis alumnos y alumnas. Dentro de pocas semanas terminará este curso: lo que para algunos significará un simple descanso, para otros será el final de sus estudios musicales. Me refiero a buena parte del alumnado de 2º de ESO, ya que en el currículo de los dos siguientes años la Música está presente dentro de la oferta de asignaturas optativas. Estoy seguro de que muchos de estos chicos y chicas seguirán dedicando parte de su tiempo libre a tocar las obras musicales que hemos aprendido durante este curso que hemos pasado juntos (y en los anteriores con otros profesores) y a aprender piezas nuevas, tanto las que irán apareciendo en educacionmusical.es como las que puedan  conseguir en Internet.

Aunque las obras compartidas en Wikifonia no suelen estar pensadas para flauta dulce, muchas de ellas se pueden ejecutar tal como están, mientras que otras, aparentemente imposibles de tocar con ese instrumento, se pueden adaptar con facilidad gracias a una característica muy interesante de este sitio: que permite la transposición con un solo clic en un simple menú desplegable.

Para cuando se necesite esa modificación, hay un par de criterios que nos pueden ayudar a elegir la tonalidad más adecuada:

  • Primero miraremos cuál es la nota más grave de toda la pieza. Si es igual o inferior al do grave, deberemos trasportar forzosamente hacia arriba. En caso contrario, intentaremos preferentemente hacerlo hacia abajo.
  • No necesariamente cuanto más grave es mejor: también hay que ver el número de alteraciones que caracterizan la nueva tonalidad.

Vamos a ver un ejemplo con la canción de Mike Oldfield Moonlight Shadow.

Moonlight Shadow en Wikifonía

Tal como está guardada en Wikifonia, esta partitura es imposible de tocar con la flauta soprano (sí es posible hacerlo con la contralto), ya que su nota más grave es el sol por debajo del pentagrama. Por eso tendremos que transportarla hacia arriba como mínimo una cuarta justa, es decir 5 semitonos. Si estos conceptos nos parecen demasiado complicados, no hay problema: sirve el antiguo sistema de ensayo-error.

El cambiar de tonalidad comportará añadir alteraciones: procuraremos insertar el menor número posible de sostenidos o bemoles.

En el primer recuadro de la columna de la derecha hay dos menús desplegables.

Menú Download en Wikifonía

El primero de esos dos menús (Transpose) en este caso indica “0 (-)”, donde el cero quiere decir que no hemos modificado la tonalidad original y el guión que no hay ni sostenidos (sharps) ni bemoles (flats).

Desplegando el menú tendremos una lista de la cual podremos elegir el número de semitonos de la transposición (negativo para transportar hacia el grave y positivo para el agudo) y, entre paréntesis, las correspondientes alteraciones que aparecerán en la armadura.

Menú desplegado

Miremos las opciones más agudas (las líneas que comienzan por números positivos) y fijémonos primero en los números más bajos que están entre paréntesis. Buscando estos criterios, nos llamará la atención la opción “+5 (1 flat)”. Tras elegirla, podemos observar cómo la partitura se ha modificado tal como nos interesa: transportando la melodía hacia arriba 5 semitonos (ahora la nota más grave es do) y añadiendo sólo el si bemol.

En casos más difíciles puede que no consigamos encontrar la tonalidad correcta a la primera: en ese caso repetiremos el proceso hasta conseguirlo (o darlo por imposible y buscar otra canción).

Y si decidimos contribuir, podemos hacerlo subiendo partituras en formato MusicXML o modificando las existentes.

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El libro rojo y la estrella brillante

A más de uno el título le habrá recordado a Mao Tse-Tung: basta una traducción innecesaria y nos encontramos en la China popular en vez de la Cataluña medieval, hablando en mandarín en vez de latín.

Además, si nos fijamos en lo bien que suena en catalán, ya no pueden quedar dudas de que, aunque está muy bien saber que quiere decir Libro rojo, merece la pena hacer un muy pequeño esfuerzo de memoria y pronunciación y llamarlo Llibre vermell, el nombre con el que se le conoce desde el siglo XIX, cuando se encuadernó ese manuscripto, que ya tenía entonces alrededor de medio milenio, con una cubierta de terciopelo rojo,  remplazada a mediados del siglo pasado por otra de piel del mismo color.

El Llibre vermell contiene diez obras musicales, cantos y danzas, que servían de entretenimiento para los viajeros que iban de peregrinación al santuario de Montserrat. Entre ellas está la danza Stella splendens, un virelai a dos voces. Tras el vídeo con la interpretación del grupo Alla Francesca está el arreglo para dos flautas dulces,  extraído del manuscrito original.

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La flauta dulce y la temperatura del aire

EoloTanto las notas graves (sobre todo las inferiores al mi) como las agudas (las que necesitan destapar la mitad del portavoz) son las más difíciles de tocar en la flauta dulce, ya que no dependen sólo de la correcta posición de los dedos sino también de una adecuada emisión del aire.

Son dos los parámetros que tenemos que vigilar si queremos que suene la nota exacta y con la intensidad deseada: la cantidad y la presión del aire que soplamos en el instrumento. El problema está en independizar esos dos parámetros, de tal manera que, por un lado, las notas graves mantengan una sonoridad plena y no sobresalga ningún armónico y por el otro, las agudas no se conviertan en pitidos insoportables.

Hay un truco que me está dando resultados estupendos: en vez de hablar de presión les hablo de temperatura del aire. Dicho de otra manera, las notas graves se tocan con aire caliente y las agudas con aire frío: cuanto más aguda sea la nota, más frío deberá ser el aire que emplearemos. La efectividad de este truco está en que este nuevo concepto (la temperatura) es más fácil de experimentar y medir empíricamente que el anterior (la presión) colocando una mano a breve distancia de la boca. Su eficacia es máxima cuando lo traducimos a imágenes:

el aire caliente empaña un cristal, el frío apaga la llama de una vela

Gracias a esta simple imagen mis alumnos y alumnas no tienen ninguna dificultad para tocar un do grave fuerte y limpio.

Para que las notas de la segunda octava suenen bien y no resulten chillonas se necesita otro pequeño esfuerzo de imaginación: hay que apagar una sola velita puesta encima de una tarta de cumpleaños teniendo cuidado de que no se vuele todo el azúcar glas del pastel.

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Henry Mancini y la Pantera Rosa

Imposible pensar en la Pantera Rosa sin que nos venga a la mente la música que acompaña sus curiosísimos andares, esa pegadiza melodía que tanto se ajusta a ese felino surrealista gracias a la elegancia algo enigmática de su cromatismo, la agilidad cautelosa de su ritmo y el cálido timbre del saxofón.

El autor de esa partitura es Henry Mancini, compositor de una lista larguísima de bandas sonoras, además de jazz, género cuya influencia es muy evidente en la música de la citada serie de animación. Por su música de cine recibió un gran número de galardones: nada menos que 20 Grammy, 4 Óscar y un Globo de Oro. Sólo por citar algunos de sus éxitos: Moon River (de la película Desayuno con diamantes), Days of Wine and Roses (del homónimo filme) y el tema principal de la película Peter Gunn, cuyo cover más famoso apareció en The Blues Brothers.

Hoy hace exactamente 86 años del día en que nació. Lamentablemente hace casi 16 años que nos ha dejado. Mis alumnos y alumnas y yo lo recordaremos tocando con nuestras flautas su melodía más famosa.

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El Padrino, el Óscar de Nino Rota

Nino RotaHace ya unas semanas que varios chicos de 2ºA me vienen pidiendo “la partitura de la música de El Padrino“: otro alumno de la misma clase, que estudia guitarra en el Conservatorio y toca la flauta travesera en la Banda Municipal de Mijas, ha sacado las notas gracias a su oído muy bien entrenado y a veces se le oye tocarla por el pasillo, mientras, junto con sus compañeros y compañeras, se acerca al aula de Música para empezar nuestra hora de clase.

Les encanta esa melodía simplemente por cómo suena: ni han visto la película, ni conocen el nombre del compositor y tampoco saben que éste, Nino Rota, ganó un Óscar gracias a esa banda sonora. Tampoco ha vuelto a estar de moda por sonar como fondo de un anuncio; en fin, ninguna influencia extramusical motiva la insistencia de estos alumnos y alumnas, sólo las ganas de aprender a tocar con sus flautas más y más obras musicales.

Aprovechando el día del aniversario de la muerte de Nino Rota, que ocurrió hace exactamente 31 años, les he preparado el ansiado arreglo.

Pero, antes de pasar a la acción, vamos a recordar la obra de este compositor, famoso sobre todo por su música de cine. Además de esa aportación a los largometrajes de Francis Ford Coppola, Rota colaboró con otros grandes directores, entre los cuales destacan Luchino Visconti (Noches blancas, Rocco y sus hermanos, Boccaccio 70El Gatopardo)  y Federico Fellini (una larga lista de filmes de la que por brevedad sólo citaré Las noches de Cabiria, La dolce vita, , Roma y Amarcord).

Su producción musical no cinematográfica es menos conocida pero no por eso menos interesante: basada en una estética clásico-romántica, tanto por el uso de las formas como de la armonía de ese siglo y medio, tiene su fuerza en las melodías frescas, brillantes y rebosantes de vitalidad e ironía, como las que podemos escuchar en su Concerto per trombone, compuesto en 1966.

Volviendo a su obra galardonada con la estatuilla de Hollywood, realizando este arreglo didáctico para flauta dulce me he encontrado con la necesidad de evitar unas  notas demasiado agudas para el nivel del alumnado al que está dirigido. Así que, como mal menor, he optado por suprimir un par de notas graves, que, de todas formas, siguen en el acompañamiento del piano.

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