Entrevista en GRANADA HOY


Se le da excesiva importancia a la velocidad y a la técnica en la guitarra"

El músico granadino consigue un sobresaliente cum laude en su tesis doctoral sobre la transcripción musical de la guitarra flamenca, algo que muy pocos habían investigado hasta el momento presente
JUAN PINILLA / GRANADA | ACTUALIZADO 07.08.2011 - 05:00
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El profesor Rafael Hoces, con su guitarra.
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El flamenco vuelve a estar de enhorabuena. La persistencia de una parte de sus grandes aficionados en el empeño de valorar más este arte, de investigarlo, arrojar luz sobre las sombras que aún quedan, nos lleva a puertos como el que damos hoy a conocer. El guitarrista y profesor Rafael Hoces Ortega ha obtenido un sobresaliente cum laude por su tesis doctoral sobre la trascripción musical en la guitarra flamenca. 

-¿En qué consistían las líneas de su doctorado? 

-Hemos investigado sobre cómo escribir en partitura la música de una grabación de guitarra flamenca, de modo que dicha música pueda ser interpretada por cualquier guitarrista sin necesidad de acudir a la grabación. Hasta ahora existían múltiples transcripciones de obras, pero la idea es establecer un método que se refleje las características de cada palo de forma rigurosa y eficiente, tanto su esencia (ritmo, armonía…) como la técnica necesaria para su interpretación. 

-¿Qué supone un doctorado para el flamenco? 

-En primer lugar, al igual que en cualquier otra disciplina, supone un aumento de conocimiento sobre el objeto de estudio, gracias a la investigación. Son numerosas las tesis publicadas que demuestran el interés que hay sobre este arte; y en la parte que respecta a lo flamenco viene a reclamar su importancia como cultura susceptible de estudio. 

-Este año de profesor en Granada... Cuente como ha sido el proceso hasta llegar aquí... 

-Bueno, pues mi andadura, como la de muchos docentes interinos, empezó fuera de casa, concretamente en el Conservatorio de Danza de Albacete. Tras dos años me trasladé al Conservatorio de Música de Puertollano y terminé el año pasado en Córdoba. Afortunadamente la especialidad de Guitarra en Granada va creciendo cada curso y ahora somos ya tres profesores en el Conservatorio Profesional, además de un bailaor y una cantaora que es la novedad este año. Y esperamos seguir creciendo mucho más conforme el público en general conozca la especialidad que actualmente tiene mejor perspectiva de futuro en el conservatorio. 

-¿Cómo se encuentra el nivel en las enseñanzas de flamenco en la Universidad y el conservatorio? Sea crítico. 

-Afortunadamente, la situación es muy buena. La Consejería de Educación se ha dado cuenta de lo importante que es el flamenco como industria cultural y su potencial como herramienta educativa. Gracias a ello se ha creado un grupo de trabajo que intenta potenciar la introducción del flamenco en las escuelas a todos los niveles. En los Conservatorios ya se puede estudiar guitarra flamenca en todas las capitales de provincia de Andalucía, y el cante y el baile también tienen su sitio. La universidad se encuentra todavía en una fase incipiente pero con muy buenas perspectivas: el Grupo de Estudios Flamencos de la Universidad de Granada, el Programa de Doctorado de la Universidad de Sevilla o la creación de cátedras de flamenco son signos de la presencia flamenca. 

-¿Si de usted dependiera, qué cambios realizaría en tales enseñanzas, para reforzarlas o mejorarlas? 

-Es triste saber que de los más de 70 conservatorios que hay en Andalucía sólo se pueda estudiar guitarra en 8, y qué decir del cante, sólo en Sevilla, existiendo ya en Cataluña la posibilidad de obtener la titulación superior de esta especialidad. Y no hablemos del resto de España, donde un estudiante debería desplazarse a Madrid o Barcelona para estudiar sólo una parte de la carrera de guitarra flamenca. Resulta necesario extender la posibilidad de estudiar flamenco a todos los conservatorios andaluces, como mínimo, para ampliarla después al resto de España. 

-Continuemos con el tono crítico. ¿Qué le parecen los nuevos talentos que salen en el toque? 

-Está en boca de todos comentarios como "se come la guitarra, pero no expresa nada" o "no toca nada, pero tiene pellizco". Muchos guitarristas han sabido encontrar el término medio entre una gran técnica y conocimiento del instrumento y la capacidad expresiva. La sociedad de las prisas en la que vivimos provoca que demos excesiva importancia a la velocidad de ejecución y a la técnica, cuestión que provoca que muchos de los nuevos talentos salgan al mercado a explotar principalmente ese recurso en detrimento de otros que proporcionan variedad a la composición. 

-¿Cómo definiría su estilo como tocaor y sus gustos? 

-Me considero un guitarrista de corte clásico. Me gustan los grandes autores como Ramon Montoya, Sabicas o el Niño Ricardo, así como Paco de Lucía en su primera época. He tenido la suerte de aprender de sus obras en el conservatorio para apreciar su arte. Por otra parte me gusta el acompañamiento al cante y al baile. Acompañando es como más disfruto en el escenario. 

-¿Existe escuela granadina de toque como tal? 

-Realmente si tuviera que hacer una distinción entre el toque granadino y el de otros lugares como Córdoba sería una tarea compleja. Quizá se deba esto a que Granada no ha tenido un único referente, tanto actual como histórico, como si han tenido otras ciudades con artistas como Paco de Lucía o el Niño Ricardo. Asimismo, la guitarra granadina se ha desarrollado en espacios tan diferentes como las cuevas del Sacromonte, con el toque para bailar como eje principal, como en las peñas y festivales al uso. 

-Granada es una ciudad con mucha dispersión de programaciones. ¿Cuál sería su modelo si fuera programador flamenco en esta ciudad? Carencias, sobras, matices... 

-Granada es una ciudad muy musical, lástima que el actual Ayuntamiento no se dé cuenta de esto y vaya legislando contra la organización de eventos musicales a golpe de ordenanza, escudado en la cuestión de la contaminación acústica. La cultura en general y el flamenco en particular deben ser potenciados desde las instituciones, sobre todo ahora que es Patrimonio de la Humanidad y que supone una industria poderosa. Nuestra ciudad necesita más festivales anuales, como el de otoño, en donde no sólo tengan cabida los artistas ya consagrados sino los jóvenes que son muchos en todas las disciplinas flamencas.


Joaquín y Victoria

Joaquín Rodrigo y Victoria KamhiHace unos días, gracias a @dsobrino, llegué a este vídeo (inserción desactivada, hay que seguir el enlace para verlo) que cuenta la historia que inspiró a Joaquín Rodrigo en la composición del segundo movimiento de su celebérrimo Concierto de Aranjuez.

Este interesantísimo documento gráfico está realizado mediante el montaje de tres diferentes tomas: la primera es la ejecución de esa obra por el guitarrista malagueño Pepe Romero acompañado por una de las orquestas más prestigiosas del mundo, la Academy of Saint Martin in the Fields, dirigida por su fundador, Neville Marriner; en la segunda el solista le cuenta al director el triste episodio de la biografía de Joaquín Rodrigo que motivó e inspiró la composición del tiempo central del concierto, detallando y ejemplificando a la guitarra los elementos musicales que pretenden representar y transmitir los sentimientos que acompañaron al compositor en aquellas circunstancia; finalmente, el tercero contiene una entrevista a Victoria Kamhi -que conoció a Joaquín en 1928 y se casó con él cinco años más tarde- y algunos momentos de la pareja.

Estas escenas, el testimonio de Vicky y las imágenes de ella y Joaquín, son extremadamente tiernas: se les ve tan frágiles por su avanzada edad pero a la vez tan fuertes por la solidez de su amor, pues su paso es incierto y tambaleante pero su apoyo recíproco es firme y sólido.

La conmoción culmina hacia el final del vídeo, cuando con un gesto Joaquín le pide a Victoria que estreche su mano -su manera de poder mirarla a los ojos- cosa que ella, como de costumbre, se precipita a hacer: sus manos están constantemente entrelazada, relata el periodista que escribió este artículo con ocasión de sus 60 años de vida juntos, dos años después.

Victoria era una excelente pianista, aunque renunció al concertismo para poder estar cerca de su marido, del que fue también colaboradora artística, pues escribió, revisó y tradujo numerosos textos de sus obras. Ambos fallecieron en un mes de julio, ella primero, en 1997, y luego él, dos años más tarde.

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Camarón por sevillanas

Monumento a Camarón de la IslaEn verano culmina en Andalucía la temporada de las ferias, comenzada en abril en Sevilla. Con ocasión de estas fiestas populares, cuyo escenario va desplazándose por prácticamente todas las ciudades y pueblos andaluces, las plazas y las calles se llenan de música y de baile.

Recuerdo que cuando llegué a España, hace ya casi veinte años, en las ferias sólo había un tipo de baile durante horas y horas, muy raramente interrumpido por otros ritmos. Las sevillanas estaban de moda con una fuerza tan grande que no sólo eran las protagonistas incuestionables de la Feria de Sevilla, sino que habían desplazado totalmente los bailes típicos de las otras provincias y localidades de Andalucía, que, pasadas dos décadas, todavía no han conseguido hacerse un espacio dentro de sus lugares de origen.

Entre las consecuencias más importantes de ese período de gran popularidad quiero destacar dos, una positiva y otra negativa: la positiva, además de muy personal,  fue que me apunté a clases de sevillanas; la negativa fue la proliferación de un montón de sevillanas del montón (valga la redundancia) compuestas e interpretadas en serie y sin la más mínima originalidad por personajes cuyos nombres es preferible omitir. Todo eso ha causado cierto desprestigio de las sevillanas dentro del mundo flamenco, hasta el punto de que muchos aficionados y ciertos flamencólogos les niegan el derecho a ser consideradas un palo flamenco, relegándolas a la única condición de baile regional. Una simple búsqueda por la Red demostrará que la polémica todavía no está resuelta y las dos tesis conviven en la actualidad.

Personalmente estoy convencido de que las sevillanas sí tienen que estar en el árbol genealógico del flamenco. Más que palabras, voy aportar un sólo argumento de mucho peso: la voz de Camarón de la Isla, uno de los más grandes cantaores de la historia, fallecido hace exactamente 18 años, acompañado al toque por Tomatito, cantando Mi barrio/Dame la mano/Toma que toma/Pa qué me llamas prima, sevillanas compuestas por Isidro Muñoz y José Miguel Évora, hermanos de Manolo Sanlúcar.

En esta interpretación, extraída de la película Sevillanas de Carlos Saura, podemos disfrutar de la variedad de matices expresivos del cantaor, que va del pianissimo más sugerente al grito más desgarrado, y del virtuosismo del guitarrista, que complementa de manera perfecta el cante, ajustando la armonía y el ritmo hasta al más pequeño de esos matices.

Desde luego, una excelente interpretación puede dar vida a una obra vacía, pero no es este el caso: baste fijarse en su riqueza armónica, que culmina en la última copla con un brusco cambio de registro, conseguido a través de una modulación inesperada, y una nueva melodía.

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De Paganini a Lutoslawski

La actividad compositiva de Niccolò Paganini estuvo siempre al servicio de su actividad concertística. De hecho, sólo sus composiciones le permitían desplegar su impresionante técnica violinística, muy superior a la de cualquier contemporáneo suyo. Sus obras contienen gran cantidad de recursos, tanto de arco (spiccato y ricochet) como de mano izquierda (terceras, octavas, décimas, escalas y arpegios muy rápidos y extensos, pasajes agudísimos, pizzicato de mano izquierda, armónicos artificiales, etc.).

Todos estos recursos y muchos más están concentrados en sus 24 caprichos para violín solo, una colección de estudios imprescindibles para todo violinista que aspire a conseguir una técnica superior. De hecho son de estudio obligado en el conservatorio superior.

El último de estos caprichos, el más largo y espectacular de todos, tiene forma de tema con variaciones. Cada una de las transformaciones del tema, brillante y animado (Quasi presto), es una impresionante exhibición de una o varias de las técnicas violinísticas citadas. En el vídeo siguiente, el que nos las muestra es Alexander Markov.

Son muchos los compositores que han sucumbido a la fascinación de esta obra, utilizando ya sea sólo el tema o todo el capricho para escribir una nueva obra. Un ejemplo del primer caso es la Rapsodia sobre un tema de Paganini de Sergei Rachmaninoff, que en el vídeo siguiente está interpretada por el pianista Mikhail Pletnev bajo la batuta de Claudio Abbado.

Entre las obras que utilizan todo el capricho, tanto el tema como las variaciones escritas por Paganini, encontramos adaptaciones para un sólo instrumento, por ejemplo el violonchelo o la guitarra, que difieren del original lo necesario para hacerlas ejecutables en el nuevo instrumento. En esos casos, se trata de transcripciones que suelen entusiasmar a los instrumentistas y deslumbrar al público, pero no suelen aportar nada nuevo a nivel más propiamente musical.

Witold LutoslawskiMuy diferente es el caso de la transcripción que hizo para dos pianos Witold Lutoslawski, compositor del que hoy conmemoramos el aniversario de su muerte, ocurrida hace 16 años.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el músico polaco salió adelante tocando a dúo con su alumno Andrzej Panufnik en cafés de Varsovia ofreciendo un repertorio del que sólo se salvó esa obra.

A pesar de que la melodía es reproducida de manera casi literal, en la pieza de Lutoslawski  el capricho de Paganini aparece totalmente renovado, gracias sobre todo a una rica armonía de influencia neoclásica. Los pianistas que la interpretan tan brillantemente en el siguiente vídeo son Enrico Pace e Igor Roma.

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