Lo que pienso cuando dicen que una Orquesta va a desaparecer

Recientemente ha saltado la noticia de que la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria está bajo amenaza de desaparición si la huelga de sus trabajadores no cesa. No es la primera vez que una orquesta española se encuentra en una situación similar. Ya le ocurrió a la Orquesta de Extremadura o a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.

Además de los casos en los que la existencia de estas y otras orquestas se ha visto comprometida, existen muchos otros en los que los trabajadores se han visto amenazados por condiciones laborales precarias.

¿Las razones? Casi siempre, el problema económico. La crisis ha sido el chivo expiatorio de muchos políticos para señalar todo aquello en lo que el dinero se va de manera innecesaria. ¿Y qué hay más innecesario que una orquesta sinfónica? ¿Por qué proveer a los ciudadanos de cultura? ¿Para qué? Mejor deshacerse de toda una plantilla de profesionales, llevarlos al paro, privar al público de una institución cultural de referencia, hacer todavía más pequeñito e insignificante el panorama cultural español…

¿Es real el ahorro económico? ¿Realmente cuánto supone una orquesta dentro del presupuesto anual de una comunidad autónoma? Pongamos el ejemplo de Extremadura. La cultura supone un 1,1% del presupuesto total de 2016 (aproximadamente 56 millones de euros). El presupuesto que una orquesta necesita no llega ni al 2% del que se emplea en cultura, supone por tanto un irrisorio 0’02% del presupuesto total de una comunidad. 

En definitiva, desde la educación hasta los espectáculos en los teatros, España cada vez más ignorante, sus políticos cada vez más “listos”, nos hacen víctimas de una panorama culturalmente precario en el que la profesión de músico se desprestigia cada día más. Adiós al futuro cultural de este país si seguimos por este camino, porque cada vez menos personas querrán dedicarse al arte, menos personas lo conocerán y apreciarán, y seremos una sociedad sin cultura ni principios, ni sensibilidad.

Pero sigamos en ello, mientras intentan destruir orquestas, subir el IVA cultural o eliminar las artes de los temarios escolares, pensemos. Pensemos y miremos en cómo se convierte España en un país ACULTURAL.

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Apoyo al coro nacional

Esta mañana he conocido la noticia del paro del Coro Nacional en la representación del Requiem de Verdi.

Toda una institución musical a nivel nacional e internacional no debería haber llegado al punto de tener que verse envuelta en una huelga en una función para llamar la atención sobre los acuciantes problemas de los músicos y la carencia de soluciones por parte de la administración.

Ver a un coro de unos ciento veinte músicos reducido a menos de ochenta y finalmente que hayan subido al escenario una docena da tristeza, da pena. La marca España de la que tanto quieren presumir ciertos políticos está agonizando en el terreno de la cultura por inanición.


La política de no reponer a los cantantes que se jubilan y no dotar de los medios necesarios para el desarrollo del repertorio al que está destinado este coro es la moneda para que los propios espectadores opinen que el nivel técnico de las representaciones baja y por tanto dejen paulatinamente de comprar entradas y por ende los políticos tengan la excusa perfecta para suprimirlo por falta de espectadores. Una estrategia perversa que sólo persigue el demonizar la cultura, los músicos y todos aquellos que trabajen en este sector.

No lo permitamos. Queda muy claro que a este gobierno la educación, la cultura, la investigación, la sanidad pública y tantos otros pilares de la sociedad que son necesarios para el desarrollo de un país parece que no fuera de su incumbencia. Una dejación interesada y destructiva que no podemos tolerar!

Mi solidaridad y la de todas las personas, seguro, que aman la música hacia los trabajadores del Coro y de la Orquesta Nacional.