En el nuevo milenio ha nacido la nueva generación de cantantes, un claro ejemplo es la joven cantante y compositora británica Dua Lipa, esta chica que tiene 25 años y aunque probó el éxito y fama como modelo; su gran pasión por la música la llevó a componer y lanzarse como cantante de música en géneros como: el pop, R&B, house, disco, etc.
Dua rápidamente alcanzó el éxito y su nombre comenzó a sonar con insistencia en el ambiente musical esto debido a la buena interpretación de sus temas y por la calidad vocal y dulzura que la cantante le pone a cada canción, sin duda Dua Lipa pertenece a la nueva generación de cantantes millennials.
Los cantantes de la nueva generación buscan reconocimiento, fama y por supuesto dinero para cual algunos son lanzados al mundo musical con canciones algo vacías, sin sentido y muchas veces inentendibles, pero este no es el caso de Dua Lipa, esta chica está llena de dulzura y mucho carisma, elementos que se pueden evidenciar en sus interpretaciones.
Dua Lipa tiene en la sangre música ya que su padre Dukagjin Lipa en sus años de adolescente perteneció a una agrupación musical llamada Rock Kosovar Oda como vocalista y guitarrista en Kosovo - Bosnia de donde proviene la familia de Dua Lipa, después de sufrir los estragos de la guerra en Bosnia; Dukagjin decide por el futuro de su familia emigrar a Inglaterra para que sus hijos continuaran sus estudios.
Nuestro autor invitado Guillermo Názara nos ofrece un genial artículo sobre el musical Cats. Podéis seguirle en Twitter @MrNazara y en su canal de Youtube y leer más artículos e información sobre musicales en la revista digital que dirigehttp://primerafilarevista.com
Aquella noche comprendió que su vida estaba acabada… La fama y el lujo que la habían acompañado durante años se habían desvanecido por completo; ya no eran más que un fugaz recuerdo en su memoria, una fantasía intangible que ya nunca más se tornaría en realidad. El miedo y la angustia se habían apoderado de ella; no solo por el olvido del público, sino por el odio y el rechazo que los que tiempo atrás fueron sus amigos ahora profesaban hacia ella. Estaba sola y no tenía a dónde ir. Con el rostro empapado en lágrimas, bajo la gélida luz de una farola, se hacía una y otra vez la misma pregunta: “¿Qué ha sido de todo lo que yo conseguí ser? ¿Qué ha sido de Grizabella, la gata del glamour?”.
Andrew Lloyd Webber se había quedado fascinado con aquella trágica historia, olvidada en un viejo montón de papeles que la viuda de T. S. Eliot conservaba en el deshabitado escritorio del poeta. Ambos se habían reunido a petición del compositor, quien tenía intención de convertir la obra del autor galés en un espectáculo que estrenaría en el West End londinense. No obstante, ni la popularidad y el éxito que el músico británico había cosechado con Evita y Jesucristo Superstar ni la pasión que este sentía por los versos de su marido servirían para encandilarla; no autorizaría nada que supiera que su esposo habría desaprobado. Prueba de ello era la carta de rechazo que el propio Eliot escribió a los directivos de Disney, quienes también se habían interesado por sus peculiares felinos.
Sin duda, Lloyd Webber se enfrentaba al mayor reto de toda su carrera, no solo por la necesidad de escribir una partitura que convenciera a la reticente viuda de Eliot, sino por el enorme cúmulo de infortunios que esta producción estaba condenada a sufrir. El apoyo y el entusiasmo que había disfrutado durante la creación de sus anteriores musicales habían sido sustituidos por la desidia y la desconfianza; todo Londres estaba convencido de que el apodado como “rey Midas del teatro musical” se había vuelto loco. Hasta Trevor Nunn, el director, dudaba que la obra pudiera tener una buena acogida. Estaba convencido de que Lloyd Webber acababa de tener su primera mala –si no, pésima- idea para un show; y, lamentablemente, le había tocado a él lidiar con ella.
Ajeno a las constantes críticas que su obra recibía incluso antes de haber visto la luz, Andrew se centró en componer la partitura más ambiciosa que jamás había escrito hasta la fecha. Después de haber experimentado con una interminable lista de estilos musicales, que comprendían desde enérgicas canciones de rock duro hasta sugerentes tangos argentinos, el autor estaba convencido de que había llegado la hora de reunir todos sus registros en una única pieza; y los gatos de Eliot, únicos y completamente dispares entre sí, eran la perfecta excusa para llevar a cabo ese proyecto.
Después de largas y agotadoras semanas frente al piano, Lloyd Webber logró poner “nota y final” a la música que decidiría el futuro de un show como nunca antes había hecho otra composición. Si a la esposa del fallecido poeta no le convencía, todos los esfuerzos habrían sido en vano. No obstante, en aquel momento Andrew estaba más preocupado por uno de los solos que había escrito.
Aunque ya lo había creado hace años para una posible adaptación de Sunset Boulevard, obra maestra del cineasta Billy Wilder, hacía días que el artista temía haber plagiado a algún otro autor; probablemente, Puccini. Vacilante y presa de los nervios, Andrew decidió salir de dudas preguntándole a su padre, quien durante años había sido director del Royal College of Music de Londres. Tras interpretarla en el piano, Andrew preguntó exaltado: “¿No te suena a algo que ya hayas escuchado?”. Muy a su pesar, este asintió rotundamente.
Andrew no sabía cómo reaccionar; sus mayores temores acababan de hacerse realidad. Aquella pieza reflexiva y melancólica, quizás uno de las mejores melodías que jamás había puesto sobre papel, no era más que una imitación de lo que otro ya había concebido años –si no, siglos- atrás. Poco esperaba en ese momento la contestación que su padre estaba a punto de darle: “Hijo mío, esto suena a diez millones de dólares”. Se trataba de la mundialmente conocida Memory.
En aquel instante, cualquier atisbo de inseguridad en su obra se disipó por completo. Andrew se había dado cuenta de que la partitura estaba lista para que ser puesta a prueba. Había llegado la hora de averiguar si aquellos versos infantiles que habían pasado de puntillas por la Historia de la Literatura se convertirían en reclamo para miles de espectadores en las bulliciosas calles de Covent Garden. Acompañado de un pequeño elenco de actores y cantantes, Andrew organizó un concierto en su casa de campo de Sydmonton, cuya invitada de honor era la responsable de decidir el destino del musical.
Apenas hicieron falta unos minutos tras la función para que esta se acercara al compositor para darle un rotundo ‹‹sí››. “Estoy impresionada”, le comentó, “Es totalmente diferente a lo que Disney le presentó a mi marido. Tú lo has hecho callejero; es justo lo que él habría querido”.
Andrew no podía creer lo que estaba oyendo. El colosal esfuerzo que había supuesto musicalizar aquellos poemas había dado sus frutos. La esposa de T. S. Eliot no solo estaba convencida, sino ilusionada con el proyecto. Parecía que después de haber tenido que enfrentarse a un sinfín de obstáculos de todo tipo, las cosas empezaban a cambiar. Además, ya había encontrado el teatro perfecto para montar el espectáculo; un antiguo plató de televisión, cuyo escenario se adaptaba a la perfección a las necesidades del show. Ya solo quedaba encontrar a un coreógrafo capaz de diseñar dos horas y media de baile y el musical estaría listo para abrir en el West End.
Fue entonces cuando Andrew recibió una llamada del productor: “No sé cómo decirte esto, pero los inversores han retirado todo el dinero. Creen que tu idea los arruinará”. Andrew se quedó helado; toda la ilusión y el trabajo que había puesto en la creación Cats y, sobre todo, en conseguir los derechos para realizarlo parecían haber sido en vano. ¿De verdad iba a dejar que aquello en lo que había invertido tantas horas y sacrificio muriera tan fácilmente? No estaba dispuesto a consentirlo. Sabía que este musical supondría un punto de inflexión no solo en su carrera, sino en la Historia del teatro británico; y si era preciso invertir toda su fortuna para llevarlo a cabo, así sería.
Fuentes:
"Sondheim & Lloyd Webber" de Stephen Citron. Documental "The Making of Cats" Documental "The History of Musical Theatre " "Andrew Lloyd Webber - 40 years of Music" TS Eliot "Old Possum's Book of Practical Cats"
Hace un tiempo lanzamos un cuestionario para todos aquellos músicos que se han decidido por irse a estudiar fuera. Nos llegaron muchas respuestas, especialmente de músicos en Reino Unido y Alemania. Ahora hemos decidido hacer un resumen con todas ellas para animar y orientar a los jóvenes músicos que se plantean ampliar los estudios fuera de su país. Si quieres buscar algún Máster por Europa puedes consultar nuestra guía, actualizada en Enero de 2015.
¿Qué cosas te llamaron más la atención cuando fuiste a estudiar allí?
La mayoría de nuestros lectores destacan el sistema educativo musical en conjunto. Los planes de estudio, el material disponible, el funcionamiento de las universidades y conservatorios… Todos los que han contestado subrayan que la escuela o conservatorio al que han ido funciona como una máquina bien engrasada, todos sus departamentos conectados, planes de estudio pensados para el alumno, con materias interesantes y un gran peso de la práctica del instrumento. Citando la respuesta de uno de nuestros lectores:
Todas las ramas artísticas están intercomunicadas y gracias a esto el conservatorio produce una gran infinidad de óperas, musicales, conciertos, obras de teatro y shows anualmente.
Muchos también han destacado que las instituciones estén en contacto con las principales orquestas de la ciudad o del Estado, dando así la oportunidad a los alumnos de formarse en un ambiente profesional. Además de eso, mantienen informados a los alumnos de ofertas de empleo (tipo bolos), que ayudan a ganar experiencia y a financiar los estudios.
Aproximadamente, ¿cuánto te cuesta al mes la vida allí, sin contar las tasas de matrícula?
Aquí hay mucha variedad de respuestas. Todo depende de la ciudad donde se estudie. Si se trata de una ciudad grande, como Londres o Hannover, el coste de vida al mes viene a rondar los 700€-900€. En ciudades más tranquilas, el coste puede bajar un poco y se sitúa entre los 500€-800€ al mes. Muchos centros de estudio te advierten del coste de vida anual en sus webs, especialmente los centros de Reino Unido. Los precios de matrículas puedes consultarnos ennuestra guía.
¿Qué cosas te ha costado más sobrellevar de estudiar fuera?
La respuesta de todos ha sido casi unánime: el idioma y el clima. Citando a una lectora:
¡El clima, el clima, y el clima! No ver la luz del sol durante días, o que anochezca tan pronto. No creo que llegue a acostumbrarme.
Con respecto al idioma, se quejan más los estudiantes que han tenido que lidiar con el alemán. Pero, como todos nos cuentan, al final uno tarda menos en hablar y entender otro idioma de lo que se espera.
Cuando estás sólo en un país extranjero y todos a tu alrededor hablan otro idioma tardas muy poco en reaccionar, algo se te activa y aprendes más rápido.
Algunos también nos han remarcado que lo han pasado mal por estar lejos de la familia. Ha habido momentos familiares especiales que no han podido compartir, el avión se les ha retrasado por una nevada, no había vuelos disponibles…
¿Qué posibilidades tiene un músico de trabajar? ¿Es más fácil que en España? ¿Cómo está el panorama clásico?
En este sentido, los estudiantes que están en Inglaterra o Escocia se muestran mucho más optimistas que los de otros países. Pero en general, todos destacan que hay más movimiento laboral que en su país de origen.
Hay un montón de bolos todo el tiempo. Te ofrecen tocar en la tele hoy, mañana un musical, y al otro una orquesta de cámara. El movimiento es continuo, a veces incluso te ocupa demasiado.
Si se conoce el idioma y se tienen ciertos contactos es bastante fácil conseguir algunos trabajos, sobre todo tocando conciertos e incluso trabajando en la docencia.
Muchos señalan también las clases particulares como una buena fuente de ingresos.
Aspectos positivos y negativos que destacarías de la experiencia:
Aspectos positivos:
Es una gran experiencia personal y musical.
No paras de tocar nunca en conciertos, performance, shows, etc… adquieres una experiencia completa en todos los campos musicales.
Aprendes un montón.
Te abre la mente.
El respeto de los alemanes hacia los músicos.
Ves las cosas desde otra perspectiva.
He ganado mucha seguridad en mí misma.
Aspectos negativos:
La comida
¡Ninguno!
Lo peor es el tiempo, tenemos la agenda cargada de ensayos que se solapan, exámenes, clases…
Problemas para homologar el título, aunque cada vez son menos.
Nos quedamos con el comentario de una lectora
Al principio se te hace duro. Te sientes sola, el clima te deprime, te cuesta hacerte entender… Y se echa de menos a la familia. Pero poco a poco te adaptas, y ¡ahora ya no quiero ni volver!
¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música? -Me encontré cara a cara con la música a los 5 años. Estaba jugando en casa de mi tía y sentí como una llamada. Muy despacio llegue a la habitación de mi primo (mucho mayor que yo) y me encontré con una guitarra española. No pude resistir la tentación y con suavidad acaricie una de sus cuerdas. De repente, de ella broto un sonido que me cautivo totalmente.
¿En qué momento decidiste que querías ser cantante? -A los 30 años. Hice un viaje a Londres y estuve trabajando unos días en una escuela de música. Allí descubrí a unos niños que cantaban estupendamente. Y eso me dio una visión distinta de la música, ya que yo siempre había sido batería. Al regreso del viaje ya tenía claro que quería formar mi primera banda, en la cual, yo estuviese al frente como cantante.
¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tu carrera? -No sabría decirlo, pero muchos cantantes de los 70.
¿Cuáles son tus cantantes o músicos favoritos? -Esto es muy relativo y dependiendo del estilo de música. No obstante, me quito el sombrero, ante la voz y forma de cantar de Alfredo Kraus, o en otros campos, ante el dominio y el feeling que tenía Buddy Rich tocando la batería. Y muchos cada cual en su propio estilo.
¿Cuál era el estilo o el compositor que más te gustaba estudiar de joven? -Me fijaba mucho en Ian Paice (batería de Deep purple), en Klaus Meine (cantante de Escorpions) en Brad Delp (cantante y compositor del grupo Boston) y en Pedro Gené (cantante y compositor de Lone star. Todos ellos y muchos más han influido en mí.
¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad? -Hoy por hoy, cantando rock pop, el estilo en el que me dirijo al público.
Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con tu voz o tu experiencia profesional (en algún curso, o concierto...) -En 2006 entre tantas, tenía que dar una actuación con mi banda. Ese día estaba algo fastidiado a causa de un resfriado de garganta. Al llegar al local nos encontramos con que estábamos de suerte, el local estaba repleto de personal, ya que presentábamos un nuevo cd. Al comenzar el concierto, mi garganta respondía bien, pero poco yo me daba cuenta de que no llegaba a las tonalidades altas y progresivamente perdía flexibilidad mi voz. Como la gente estaba animada decidí que no podía defraudarlos y cortar por lo sano, así que improvise y rapeaba los temas casi hablando en vez de cantar. Algunos de los presentes me preguntaban si habíamos cambiado las canciones. Y entre tantos un músico (actualmente fallecido) me dijo que tomase un trago de whisky, que a él y a otros cantantes les funcionaba en tales casos. Yo no bebo ningún tipo de bebida alcohólica, pero accedí, todo por sacar adelante nuestra presentación del cd. Tome un trago de whisky, y al hacerlo sentí que un nudo oprimía mi garganta y que tan apenas podía hablar. Tuve que cortar rápidamente el acontecimiento incapaz de emitir sonidos musicales por la boca. Nunca más se me ocurrirá volver a probar tal experimento.
¿Qué opinas de la situación actual de los músicos y los cantantes? ¿Qué crees que debería cambiar? -Todos sabemos que la música es un sentimiento, y todos sabemos que los tiempos van cambiando y la tecnología nos aleja de la pureza de la música de antaño. Sin querer somos víctimas de ese cambio. No obstante, sigo creyendo que hay mucho talento que necesita resurgir, con nuevos ritmos, sonidos y formas de cantar. Igualmente seguirá siendo música, aunque algunos no lo quieran denominar de este modo. Creo que sin abandonar nuestras raíces, debemos de montar al tren del futuro y seguir haciendo música porque es nuestro medio más puro de mostrar nuestros sentimientos. ¿Qué proyectos musicales tienes en mente realizar? -Trabajar en un nuevo cd con Nuevo Paraíso http://www.nuevoparaiso.es/ y seguir mostrando nuestro trabajo en vivo en cualquier escenario. Por otro lado tengo otros proyectos que ya los sacaré a la luz, en el momento en que los tenga finalizados.
¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto? -El estudiar no les dará más talento del que en ellos nazca, pero les alentó a que lo hagan para desarrollar y mejorar mediante técnicas el talento que en ellos haya. Y por supuesto, constancia y mucho ánimo, porque necesitamos también escuchar el sonido de sus voces.
¿Quieres añadir algo más sobre tu relación con la música o con el canto? -La música ha sido mi acompañante en todos los momentos de mi vida. Me ha hecho reír, llorar de alegría, disfrutar, sentirme en lo más alto y, nunca, nunca me ha traicionado.
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