Traemos hoy dos excelentes documentos sobre el tema que nos ocupa estos días.
El musicólogo y catedrático de Canto Gregoriano Ismael Fernández de la Cuesta y la profesora Pilar Lago Castro conversan sobre el canto gregoriano.
A continuación una grabación histórica de radio nacional de España (1971) en la que Ismael Fernández de la Cuesta dirige el coro de monjes de Santo Domingo de Silos
Aunque comencemos visitando la tumba del rey Ricardo I no vamos a hablar de troveros ni de trovadores sino de descansos, eternos descansos, porque hoy es el día de los fieles difuntos y lo que toca es recogimiento, reflexión... y un poco de repaso, que siempre viene bien.
El Requiem (del latín, requiescere, descansar) es un ruego por el alma de los difuntos que se reza y se canta desde antiguo. Durante muchos siglos, los textos del réquiem fueron cantados en canto gregoriano; se interpretaba en las misas de difuntos, tanto al inicio de la misma (Introito) como después de la primera Lectura (Gradual).
Escuchemos atentamente este Gradual en el que encontraremos todas las características del canto gregoriano y cuyo texto reza:
Requiem aeternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.
In memoria aeterna erit iustus: ab auditione mala non timebit.
Habréis observado cómo el canto, de tipo responsorial, es iniciado por el solista que canta Requiem y cómo se le une el coro (un asterisco señala su entrada). Después el solista canta el versículo uniéndosele de nuevo el coro en las últimas palabras. Habréis notado también que en determinadas sílabas la melodía se adorna con numerosos sonidos (melismas)
Los Graduales tienen melodías melismáticas o floridas y se interpretan después de la Epístola. Sus temas son variados y suelen ser responsoriales.
Recordemos:
Las partes variables de la Misa son aquellas que cambian dependiendo de la festividad u ocasión determinada y son el Introito, el Gradual, el Aleluya, el Tracto, el Ofertorio y la Comunión. Estas partes reciben el nombre dePropio de la Misa.
Las partes invariables, aquellas que se mantienen iguales en todas las misas de año, conforman el llamado Ordinario de la Misa y son el Kyrie, el Gloria, el Credo, el Sanctus el Benedictus y el Agnus Dei.
Nota:
la palabra Gradual también puede referirse al libro que recoge prácticamente todo el corpus del canto gregoriano utilizado en la Misa y que recibe el nombre de Gradual Romano.
Y ahora, descansemos del trabajo, que aún nos queda un día de fiesta.
Aquí lo tenemos de nuevo: ufano, digno, casi arrogante. No es de extrañar; ya sabemos que fue un hombre de éxito, que supo adaptarse a las circunstancias y satisfacer en cada momento los gustos del público constituyéndose en la gloria de la música británica (pese a ser germano, él). Hablamos de G.F. Haendel, sí, aquél que fue:
Maestro en la composición demúsica coral: son míticos y espectaculares sus coros.
Maestro en ese principio del contraste al que tanto nos hemos referido en clase.
Maestro en dotar a sus obras de ese carácter extrovertido, cortesano y espectacular.
Y os preguntaréis el motivo del título de la entrada; la relación que puede haber entre tan egregio y barroco compositor y el fútbol. Ya; ya sé que sabéis que el football es originario de Inglaterra, pero lamento deciros que su aparición está fechada mucho más tarde, así que no me vale que os imaginéis a nuestro compositor "echándose un partidillo" con los amigos, o acudiendo al campo a ver a su equipo favorito. No.
Y ¿entonces?
Si tenéis paciencia, seguís leyendo y estáis atentos, habréis resuelto vosotros mismos el acertijo.
Parece que lo estoy viendo: -"Jo, profe, más barroco nooo." - Pues sí; "más madera". Otra audición obligatoria que añadir a la lista y de la que habrá que aprenderse el título completo...¡y, además, en inglés!
Continuemos...
La obra en cuestión es Zadok, the priest (Sadoc, el sacerdote), uno de los cuatro himnos compuestos por Händel en 1727 para la ceremonia de coronación del rey Jorge II de Inglaterra (Coronation Anthems*) y que se ha interpretado en todas las coronaciones británicas desde entonces. Ya sabéis del proverbial culto de los ingleses a la tradition. Os diré también que Zadok (o Sadoc) fue el sacerdote que coronó al bíblico rey Salomón.
Al escucharla observaréis que tras una introducción orquestal, entra el impresionante coro interpretando este texto:
Zadok the Priest and Nathan the Prophet anointed Solomon King. And all the people rejoic'd, and said: God save the King, long live the King, may the King live for ever! Amen Hallelujah!
Seguro que habéis acertado. Resulta que el himno de la Liga de campeones, es una adaptación de esta breve obra "haendeliana". La realizó el compositor inglés Tony Britten. Y es que los clásicos están en todas partes y jamás pasan de moda. Además, no es la primera vez que Händel se cuela en nuestra vida cotidiana; ¿recordáis la publicidad de Motos GP de hace un par de años?
Y ahora....nos quitamos las galas y las pelucas, nos ponemos cómodos...
*El Anthem es una forma vocal polifónica y religiosa propia de la liturgia de la iglesia reformada de Inglaterra. Podríamos considerarlo como un Motete. Se cantaba en inglés (o en latín) y durante el Renacimiento, su estilo era contrapuntístico. Ya en el Barroco, como habéis visto, Haendel tiende a la verticalidad en las voces, (al estilo del coral alemán).
Este simpático Mozart fue portada de nuestra revista, "La Bengala", en el año 2006; su autor, un alumno de secundaria entonces (hoy ex alumno y excelente artista).
Pues sí: nos adentramos en el Clasicismo y lo hacemos con una maravillosa delicia: el famosísimo Ave verum (KV 618).
Leamos lo que sobre él nos cuenta Fernando Argenta:
"La pequeña - por breve - joya que es el motete Ave verum corpus (para coro, cuarteto u orquesta de cuerda, y órgano) fue compuesta por Mozart como regalo para su amigo Anton Stoll, músico de la iglesia de Baden y maestro de escuela en aquella ciudad-balneario. Unos meses antes de su muerte, el 18 de junio de 1791, festividad el Corpus, Mozart quiso darle una sorpresa a su a migo y escribió en una hora escasa la que para algunos es uno de los más breves e increíbles ejemplos de obra sacra jamás escrito; en tan solo dos minutos de paz y de belleza total, es capaz de hacer levitar al oyente y permitirle, llevado ppor la música, abandonar este mundo, lo que ocurre escuchando también muchas otras obras suyas. Pero es que además, Mozart, al componer el Ave verum, tuvo en cuenta que ese motete debía tener la sencillez y las proporciones adecuadas para que Stoll lo pudiera interpretar en su escuela o parroquia sin mayores problemas. ¡Vaya regalazo!"
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