Musicorexia o una mala relación del músico con la música

Acabo de terminar la lectura El Músico Adicto. La Musicorexia, el último libro de Guillermo Dalia, todo un referente en la psicología de los músicos y del que recomiendo desde esta bitácora la lectura de esta y de sus anteriores publicaciones. Guillermo es un excelente profesional que ha enfocado su labor como psicólogo clínico en atender los problemas que los músicos pueden desarrollar, comenzó con el estudio de la psicología del músico, después trató en profundidad la ansiedad escénica, nos dio pautas para convertirnos en músicos felices y en esta última publicación se centra en la relación especial que el músico adquiere con la música y sus posibles efectos adversos en la vida del músico.

La relación que se establece entre el músico y la actividad musical es muy potente por los efectos que la música provoca en las personas. Una buena relación con la música no interferirá en las sensaciones de  plenitud y autorealizción que la música provoca pero debido a las particularidades que tiene tanto el estudio como la profesión es necesario vigilar que la música no se convierta en el centro de la existencia y desplace otros aspectos para llevar una vida sana y equilibrada. 

Se podría decir que no debemos preocuparnos si somos capaces de desarrollar otras facetas de la vida de una manera saludable, si tenemos otras aficiones, nos relacionamos no solo con músicos, podemos descansar varias semanas al año sin sentir que estamos perdiendo el tiempo y poseemos otras estrategias para afrontar los conflictos psicológicos que no sea refugiarnos en
la música.

Sinceramente creo que hay mucho trabajo que hacer, empezando por los docentes. Debemos poner en el centro de la educación musical el disfrute y la alegría de compartir la actividad musical con los demás y debemos estar muy atentos al fortalecimiento de la autoestima de nuestros alumnos para que no se desarrolle esa dependencia con la música. Fomentar actitudes competitivas y no equilibrar un espíritu crítico pueden hacer descender esa autoestima hasta hacerla desaparecer... 

Por otro lado, me ha resultado interesante ver que compartimos opinión en lo que respecta al sector musical. Se puede decir que parte de los problemas que aparecen en los músicos tienen como consecuencia que el sector esté demasiado desunido y aislado de otras profesiones. Este ir por libre hace mucho daño a todos y es algo que está en nuestra mano.

En un momento del libro habla de la comparación del músico profesional con el deportista de élite y de las grandes diferencias en lo que respecta al apoyo de otros profesionales como fisioterapeutas, médicos, psicólogos, ingenieros, coach, etc. Todo el mundo asume que Rafa Nadal en un gran deportista que tiene que soportar grandes presiones y que por ello necesita de un entrenador, de un psicólogo, de médicos, fisioterapeutas, etc... Debemos abrir la música a otra profesiones y no acudir solo cuando tenemos un problema. Un músico que vaya a un fisioterapeuta para mejorar! Donde se ha visto eso! Solo van cuando el dolor de espalda, brazos, etc es insoportable.

Es un libro esencial para estudiantes, docentes y padres. Entre todos debemos proteger a los niños y adolescentes y procurar un feliz desarrollo musical.

Puedes encontrar el libro en este enlace:

La salud emocional del cantante. Parte I: La inteligencia intrapersonal


Tan importante como la formación musical y vocal, es la educación emocional de un cantante. Es fundamental que los cantantes conozcan y experimenten el rico y diverso mundo emocional y sepan establecer mecanismos para equilibrar las emociones que experimente. 

Howard Gardner, en su teoría de las inteligencias múltiples, nos habla de una inteligencia intrapersonal que es aquella que se refiere a la autocomprensión, al acceso a la propia vida emocional, a la propia gama de sentimientos, la capacidad de efectuar discriminaciones de estas emociones y finalmente ponerles nombre y recurrir a ellas como medio de interpretar y orientar la propia conducta.

Las personas que poseen una inteligencia intrapersonal notable, poseen modelos viables y eficaces de sí mismos. Pero al ser esta forma de inteligencia la más privada de todas, requiere otras formas expresivas para que pueda ser observada en funcionamiento.

Por otro lado tenemos la inteligencia interpersonal de la que hablaremos en un siguiente post, que permite comprender y trabajar con los demás, la intrapersonal permite comprenderse mejor y trabajar con uno mismo.  El sentido de uno mismo es una de las más notables invenciones humanas: simboliza toda la información posible respecto a una persona y qué es. Se trata de una invención que todos los individuos construyen para sí mismos.

En la medida en que una persona es capaz de identificar qué emoción experimenta tiene la capacidad de reaccionar de una manera controlada y adecuada. Si no es así las emociones pueden generar obsesiones, cambios en el carácter, etc.  Como personas y como cantantes debemos identificar y manejar nuestras emociones y saber gestionarlas para mantener nuestra psique y nuestra relación con nosotros mismos en perfecto estado.

Me gustaría hablar de algunas emociones que estoy segura que todo cantante ha experimentado:

En primer lugar, la envidia, muy común y que se traduce pensamientos del tipo "esa persona canta porque es un enchufado", " yo lo hago mejor que X persona", etc. Esta emoción hay que saber manejarla desde muy pronto porque de lo contrario las personas se vuelven desconfiadas, recelosas, ariscas, individualistas y egocéntricas. Sólo el humilde aprende y siempre hay personas mejores que nosotros y también peores... Cada cual tiene sus circunstancias y si envidiamos a alguien deberíamos desear también aquellas cosas malas que le han hecho ser como es y conseguir lo que tiene. Particularmente he vivido situaciones en las que en trasfondo de inseguridad, miedo y desconfianza y soberbia ha arruinado relaciones con otros cantantes. Por ejemplo, todos nos hemos visto en la tesitura de dar información sobre un curso, concurso, audición, etc. a algún colega. Particularmente con mis amigos nunca he dudado en informarles, porque siempre he creído que ganaría el mejor y si lo conseguía mi amigo yo me alegraría. En mi caso la persona siempre está primero, sé que en otros no y por ello deberíamos ver con qué tipo de personas tratamos y si son dignas de nuestra confianza. 

En segundo lugar la soberbia que es la creencia de que todo lo que uno hace es superior y que se es capaz de superar todo lo que hagan o digan los demás. Se traduce en pensamientos del tipo  "soy el mejor y los demás no valen nada" y en la incapacidad de reconocer y apreciar la valía de otros. Yo la percibo cuando al asistir a un concierto excepcional me encuentro con la típica persona que es incapaz de decir nada positivo y rendirse a la evidencia. Está claro que todo cantante necesita del reconocimiento de un público pero me gusta decir que lo que hay que buscar no es reconocimiento sino un mejor conocimiento y sobre todo reconocer cuando algo está bien.

En tercer lugar mencionaré la vanidad que se puede considerar una variante de la soberbia. Todos los cantantes tenemos un punto de vanidad que nos hace subirnos a un escenario y ponernos delante de un público pero debemos saber equilibrar nuestras emociones y saber en qué momento nos son de utilidad y en qué momentos no. Esa fuerza que nos permite enfrentarnos con el reto del escenario no es tan útil fuera de él y puede obstaculizar las relaciones con los colegas, la familia o los amigos por pretender acaparar un exceso de protagonismo. 

Hace un tiempo leí en un libro que narra conversaciones con varias cantantes que todas ellas habían disfrutado de un clima emocional adecuado que les había permitido llevar una vida sana, equilibrada y normalizada. Muchas de ellas hablaban de la importancia de sus familias y de sus hijos en su desarrollo personal y profesional. Por tanto no descuidemos estos aspectos en nuestras vidas.

Deberíamos ocuparnos de encarnar nobles cualidades que nos ayuden a estar en este mundo inestable y cambiante y nos permitan relacionarnos con nosotros mismos y con los demás de una manera sana y equilibrada.

¿Qué podemos hacer para cultivar esta inteligencia intrapersonal?

Las cualidades implicadas en este tipo de inteligencia son: la capacidad de establecerse metas, evaluar habilidades y desventajas personales y controlar el pensamiento propio. Estas cualidades se relacionan con las habilidades de: meditar, ser disciplinado, conservar la compostura y dar lo mejor de uno mismo. 

Por tanto será importante, por un lado cultivar ciertos hábitos mentales como: hacer visualizaciones, escribir un diario, tener amigos con los que compartir tanto lo bueno como lo malo, cultivar los lazos personales con otras personas.

y por otro practicar disciplinas que nos ayuden a conocernos mejor como pueden ser:
la  meditación, el mindfullnes, el yoga, el taichi, etc.