Los pasajes orquestales son esenciales para audicionar en cualquier orquesta. De hecho, su correcta interpretación puede ser más determinante incluso que la interpretación del concierto u obra obligada. Suelen formar parte de las últimas rondas en las audiciones. Sin embargo, aunque no vayamos a ganar la audición en concreto, siempre es bueno que los llevemos preparados y que nos vayamos familiarizando con los más demandados por las orquestas desde que nos iniciamos en esto de audicionar.
Por norma general, las orquestas suelen pedir los pasajes orquestales de la edición Probespiel. Es un estándar que se está manteniendo en las principales orquestas y que nos puede facilitar mucho el trabajo.
Si no nos estamos preparando para ninguna audición en concreto, podemos buscar los pasajes que las principales orquestas suelen pedir para sus audiciones y comenzar a trabajarlos. También podemos seleccionar los pasajes menos solicitados y practicar la lectura a primera vista.
¿Qué pasos debemos seguir?
- Ver vídeos y escuchar el pasaje que vamos a estudiar: Es fundamental, esencial y súper importante y es el primer paso que debemos dar. Es el camino más fácil para conocer qué papel tiene nuestro instrumento en este pasaje concreto, cómo lo tocan otros profesionales, el tempo, la articulación, el fraseo… Podemos conocer todo de un golpe. Y si tenemos acceso a vídeo, mucho mejor que sólo escuchar el audio. Podremos observar los movimientos de otros músicos, las partes del arco, las respiraciones… etc. Es una forma de despejar dudas antes de empezar. Es muy importante ver varias versiones diferentes, todos sabemos que la interpretación de la música puede ser muy variada y depende de la orquesta, el director y el año en que se interpreta. Visionando varias versiones podemos tomar los puntos coincidentes entre unos y otros para nuestra propia interpretación.
- Identificar obra y autor: De esta forma te harás una primera idea de las articulaciones que debes usar, el fraseo, el vibrato y demás características de tu interpretación. Podrás completar la información que ya has adquirido escuchando previamente el pasaje.
- Identifica tonalidad, compás y tempo: Para determinar el tempo, no te fijes sólo en la indicación metronómica de la edición que utilices, fíjate en los tempos que utilizan los maestros que has escuchado previamente. Identifica también si hay ritardandos y accelerandos y pon especial atención en cualquier cambio de tempo. Cuando lo toques ante el tribunal, debe notarse claramente que interpretas estas fluctuaciones de tempo sin ser exagerado.
- Sé estricto con las indicaciones en cuanto a matices: Todos los crescendo, diminuendo, forte, piano… Todos los matices debes ser claramente reconocibles. Debes hacer todas las diferencias posibles, sacar cada matiz y cada acento y poner toda tu técnica y conocimientos para hacerlo de la forma más correcta posible. Sé muy detallista, diferencia entre piano y pianísimo, entre acentos y esforzandos… Todo ese tipo de cuestiones tienen que estar claras.
- Haz música, pero sin pasarte: Es bueno que interpretes y pongas de tu parte en el pasaje, pero para ello no debes salirte nunca del estilo ni de las indicaciones de la partitura: no pongas acentos donde no los hay, cuidado con ritardandos improvisados o crescendos y diminuendos que no aparecen en la partitura.
- Las articulaciones son la clave: Especialmente para las cuerdas, la correcta articulación se valora mucho. Implica que conoces el estilo del pasaje y saca a relucir tus capacidades técnicas. Por ejemplo, si estamos tocando un pasaje stacatto, sería un error garrafal alargar la última nota de la frase. Hay que prestar atención a esos detalles.
La clave es ser estricto e incluso un poco frío. Lo que intentamos demostrar tocando los pasajes orquestales es que somos músicos de orquesta, no solistas. Por tanto, el exceso de creatividad, especialmente saliéndose del estilo de cada pasaje, nos puede costar una valoración positiva del jurado. Se trata de encontrar el equilibrio, demostrar sensibilidad musical y a la vez experiencia orquestal y precisión en nuestra interpretación.
No debemos tocar tal y como lo hacemos dentro de la orquesta, ni tampoco como lo hacemos cuando damos un concierto. El volumen y la transparencia de nuestro sonido también serán claves a la hora de interpretar los pasajes orquestales.
Esperamos que estos consejos os sirvan, ¡y podáis aportar alguno más!
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