Enrique Granados, 100 aniversario de un gran compositor español

Enrique Granados (1867-1916) junto a su piano

Este año se está conmemorando en todo el mundo el centenario de la muerte de Enrique Granados (1867-1916), uno de los grandes compositores que ha dado nuestro país. Así, y antes de que acabe el año, os propongo que busquéis información sobre su vida y sus obras más importantes, que escuchéis las dos famosas piezas que aquí os propongo y comentéis qué os parecen (tened en cuenta que la Danza española nº5 corresponde a una grabación del mismísimo Granados tocando el piano) y, por último, que expliquéis qué tiene que ver la foto del buque siniestrado que aparece aquí debajo.





ESPECIAL NAVIDAD: CONVERSACIONES CON… MÓNICA CAMPILLO Y “LA MELODÍA ENCANTADA”

Pronto cerraremos el año y será tiempo de estar más en casa, visitar a la familia, hacer regalos, descansar, prepararnos para un nuevo año… o simplemente tener más tiempo para nosotros y hacer durante un par de semanas aquellas cosas que durante los días laborales nos es más difícil hacer “sin reloj”: leer tranquilamente, dar paseos, encontrarnos con amigos…

Yo cierro el año de mi blog con una entrevista especial a una clarinetista especial: Mónica Campillo García.

Conocí a Mónica cuando trabajé por primera vez en un Conservatorio madrileño, el “Teresa Berganza”. Un día Mónica participaba en un concierto de profesores… alguna pieza de Iturralde, no recuerdo cuál… cuando acabé las clases fui a escucharla y me emocioné muchísimo.

Quienes la conocemos, lo primero que nos llama la atención es que es un espíritu libre, con una manera libre de pensar, de tocar, de enseñar…

Vamos allá.

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Nombre completo: Mónica Campillo García

Lugar de nacimiento: Alicante

Fecha de nacimiento: 15/11/1966

 

¿Puedes hablarnos de tus inicios en la música y en especial con el clarinete? ¿Qué persona/s fue/ron decisivas para ti en esta primera etapa?

Yo vivía en un pueblo, Guardamar, donde no había Banda, ni escuela de música. Nada.

La música siempre estuvo en casa: mi madre cantaba sin parar, escuchaba música clásica, había un piano en casa que ella tocaba de vez en cuando, y siempre escuché que a ella le hubiese gustado ser concertista de piano; me llevaba a conciertos y yo recuerdo alucinar bastante, cantando con ella, escuchándola tocar o  escuchando Mozart o Bethoveen los domingos…

Yo quería aprender, pero ella pensaba que las mamás no eran buenas profes y tuve que esperar a los 10 años, cuando se volvió a crear la Banda del pueblo, desparecida por la guerra, y allí acudió una Monikita feliz que, al fin, iba a estudiar Música.

Me entregué en cuerpo y alma al “Solfeo”, mi primer libro LAZ, para muy pronto poder soplar el clarinete, instrumento que me llamó la atención desde el primer día que lo ví tocar al maestro director.Recuerdo que tocó el conglomerado de semicorcheas de Mozart y me dije a mi misma que yo quería tocar eso.

 

¿Cómo, cuándo, de qué manera te diste cuenta de que te dedicarías a la música? ¿Fue algo premeditado o más bien te dejaste llevar?

Cuando empecé a soplar, a los 11 años, yo ya había vivido la emoción de la música, ya la tenía dentro. Después de examinarme de 1º de Solfeo y aprobar por libre, un día en casa, tocando el método “Tú y el Clarinete”, de Vercher, sentía algo poderoso, una vibración en mi cuerpo que me hizo saber, a muy temprana edad, que mi vida la entregaría al clarinete. Se lo dije a mi madre, con 12 años, y ella sonrió dándome todo el impulso para que con 14 me trasladase a Alicante al Conservatorio, matriculándome en el Instituto nocturno y así tener todo mi tiempo para mi recién despertada vocación.

¿Quién ha marcado (para bien) tu etapa formativa?

Es un conjunto de influencias, creo que cada etapa es diferente, y en todas siempre hay alguien que te apoya. Para mí lo más decisivo lo viví en casa, primero la vivencia, cantar, escuchar, sentir con la música. Después, la persona que me inició, el director de esa primera banda, que como quien le cuenta una historia fantástica a un niño, me dijo: “Con tu clarinete puedes ir donde quieras, pues la música es un lenguaje Universal, coge tu clarinete y él te llevará”. Eso fue crucial.

Después, en El Conservatorio, sobre todo la influencia del grupo de amigos, con los que hoy mantenemos relación e incluso nos vemos cuando podemos, cada uno está una punta, chavales como yo que querían lo mismo que yo. Aquello fue un gran intercambio, en una época en la que hablar del picado, del sonido, del legato, era totalmente novedoso,  lo compartíamos como buscadores insaciables, y poco que nos venía de fuera.

Mi maestro de esa etapa, Francisco Florido, era un revulsivo, pues llegaba de Madrid con “nuevas partituras”. Debussy (la Rapsodia), por ejemplo, ¡nadie la conocía! Y otras obras para clarinete solo y música más actual, que hoy está al alcance de todos, pero en aquella época no. Florido era tan pasional que compartía nuestros anhelos, y nos dio a todos un gran impulso.  Al terminar, conocí a José Luis Estellés, como alumno, en unas pruebas de la JONDE, que obviamente aprobó él. Nos hicimos grandes amigos y a su vuelta de Londres me pegué a él, sabiendo que con él y su generación se abría una nueva etapa para España, como así ha sido, y fue el apoyo personal y pedagógico decisivo.

 

¿Cómo fue tu “profesionalización”? ¿Tenías pensado qué camino seguir (conciertos, orquesta, enseñanza…) o fuiste optando a lo que se iba presentando?

Yo siempre decía que quería ser profesora, dado que en mi familia hay tradición de maestros. Siempre me atrajeron las aulas y es por eso que aposté fuerte en mi época, donde no había orquestas, ni de jóvenes, por hacer mi camino camerístico y docente. Llevo 20 años de feliz profesora. Recuerdo llegar al Conservatorio a matricularme de 2º, pero yo ya me sentía que estaba en mi camino. Y así fue hasta hoy, que acabo de cumplir 50 primaveras.

Tocar en Orquesta , creo que es  el “sueño” de todos los clarinetistas aspirantes a músicos, pero no estamos en un país donde sea muy propicio…..así que me vine a Madrid para conocer muchos músicos y poder así crear o participar de grupos de Cámara, y desde que estoy aquí, 20 años ya, no he parado de involucrarme en proyectos. La culminación de esta entrega llegó cuando Valentín Ruiz, compositor, tuvo la generosidad de escribirme el Concierto para Clarinete y Orquesta, que se estrenó con la ORTV en 2010, cuyo vídeo esta por Youtube. Desde ese momento, mi impulso clarinetístico no ha hecho más que crecer, y me lancé a mis propios proyectos: “Sitango”, “11 abrazos” o “MoEBius”, dúo con clarinete y piano con el que finalmente grabamos “La melodia encantada”, un CD dedicado a la infancia, recordando cómo de pequeña me embriagaron poderosas y bellísimas melodías, algunas de ellas rescatadas para este CD.

 

Eres profesora en el Conservatorio Profesional de Música “Teresa Berganza” de Madrid. ¿Qué preparación previa hiciste? ¿Qué podrías decirnos del sistema actual de oposición a Conservatorio?

Cuando yo oposité, en el año 1992, la cosa era bien distinta a ahora.  Un país en expansión, con muchos nuevos Conservatorios y muchos jóvenes en formación. Muchas plazas constantemente, cada año. Ahora hay muchísimos más jóvenes muy preparados y cero plazas. Se hace difícil animar a los alumnos a dedicarse profesionalmente, todo cuesta mucho dinero, masters, matrículas, desplazamientos, instrumental……y muchos  se desalientan y optan por otras carreras,  viendo el panorama. Otros apuestan muy muy fuerte y salen fuera, no hay otra.

La oposiciones actuales no las entiendo, primero por que no las hay, pero cuando las hay, no entiendo que no sean más sencillas, que no se dé una clase real, que tengas que hacer una programación secuenciada que todos los profesores sabemos que es imposible hacer, pues es el alumno el que te guía, siempre, con su particularidad. A dar clase se aprende dando clase, y yo en ese sentido estaba dando clase desde los 16 años, en un colegio, de música extraescolar cuando todavía no se estilaba eso, y al dar una clase Real en mis oposiciones, pude adaptarme al alumno de inmediato: eso no se puede programar.

Tampoco es que crea en eso del trabajo para toda la vida. Que a unos pocos nos ha venido bien, sí, pero estanca el proceso natural de intercambio permanente… como la cosa está tan mal, si tienes un puesto fijo… en esa carrera tan española del puesto fijo, ahora no está, pero tampoco hay otras posibilidades. Hay que inventar, crear, moverse por lugares y músicas nuevas y aportar , estés donde estés. El sistema actual, como tú lo llamas, es un sistema que no atiende a los grandes músicos que tiene este país, ni fomenta la música y  artes accesibles al gran publico. Ahora nos encontramos con una gran generación de jóvenes muy preparada musicalmente, en España, donde saber moverse es tan crucial como tocar.

 

¿Cómo se ve el panorama musical de España desde Madrid? ¿Cómo la ves tú, musicalmente o clarinetísticamente hablando?

Yo lo que veo es que la gente está muy activa, más que nunca antes, hay un gran elenco de profesores en todas partes del país, incluyendo pequeñas escuelas de pueblos donde se está haciendo un enorme trabajo, que es la base y de donde sale todo. Hay muchas orquestas de jóvenes, muchos músicos que se están lanzando a grabar sus proyectos personales, precisamente ahora que parece que el CD no tiene visos de ser un negocio, más bien lo contrario, te lo has de buscar tú, pues no se para de grabar… Eso dice mucho de lo viva que está la profesión, que a pesar de todo, está imparable. Los que aquí estamos, seguimos haciendo cosas sin descanso, y los que se han ido fuera, exactamente igual y son nuestra inspiración. Lo que me gusta mucho de Madrid, es que al existir varias escuelas Superiores, varias Orquestas, varios Conservatorios profesionales, etc. hay mucha actividad, muchas propuestas, como la Orquesta de Conservatorios de Madrid, el intercambio de La Semana del Clarinete… y como éstos muchos proyectos comunes. Esta crisis nos ha llevado a que haya más colaboración, pues todos estamos afectados por esta ausencia de posibilidades para tocar, bajadas de caché, etc.

 

Hace algún tiempo nació el proyecto de “La melodía encantada”, que culminó en la edición de un CD. ¿Puedes hablarnos de la idea, de su desarrollo y de su cristalización en un trabajo discográfico?

Grabar un CD es algo que implica muchas cosas. Un CD significa que ya te has “pegao” un buen viaje y hay madurez para plasmarlo. Eso para empezar. Después se tienen que dar las circunstancias: que tengas un grupo, una propuesta personal, unos medios, unos contactos… Que se llegue a dar todo parece un asunto de magia. Pero si algo está muy fuerte dentro de ti, se acaban dando las ocasiones para que se materialice.

Con MoeBius, dúo con piano con Emilio González Sanz, llevábamos varios años profundizando en la melodía, a través del Lied. Hicimos el “Swanengesang” (Canto del cisne) de Schubert y nos emocionó la pureza, decidiendo seguir indagando en la melodía, en esas melodías tan bellas que nunca tocamos porque están escritas para voz u otros instrumentos, y nos dábamos cuenta que con clarinete era muy hermoso. Yo siempre quise grabar repertorio para clarinete, y eso, sé que llegará. Pero sucedió con “La Melodía”, pues  vimos que este repertorio llegaba al público general ,coincidiendo que queríamos hacer una grabación casera para un niño, Alexander, que nació en ese momento… y decidimos hacer algo más en serio: grabar nuestro primer CD. Fue complicado todo, por ser la primera vez y por adentrarnos en un mundo desconocido de financiación, organización, etc., pero finalmente se anduvo el camino y aquí tenemos nuestra pequeña Joya, regalo especial para niños, y es cierto que hasta ahora ha llegado adonde queríamos, los niños, pues muchos ya tienen su CD como propio. De ahí salió la idea de tocarlo en directo para niños, y surgió el “Cuento de La melodía encantada”, creado por mi hermana Haizea, hoy profesora de niños y actriz, y yo. Se cuenta la historia de Melodía, una niña, intercalada con piezas del CD. Lo mejor que me ha pasado sea, tal vez, tocar para 400 niños encantados :-))

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¿Hay algún nuevo proyecto del que quieras hablarnos?

Siempre se tienen proyectos, unos contables y otros no tanto, por estar en la incubadora… recientemente hemos grabado Emilio y yo un CD doble con música de Enrique Granados, para piano y  vocal, bellísimas canciones poco conocidas, con un tratamiento del piano muy impresionista, influenciado por toda la música que Granados absorbió de su estancia en París, un mago de la melodía y de la armonización. No sé cuándo saldrá…pero está ahí en la cola.  El compositor Juanjo Talavera nos escribió una Suite al dúo “11 abrazos”, y está en proyecto grabarla en Audiovisual, con bailarines, pues lleva Tango y milonga.

Y… como sueño, volver a tocar, y no una sola vez, el Conciero del Azul Celeste. En ello estoy, dejando que me lleven los hilos invisibles, siguiendo el llamado de mi corazón.

 

Bueno, pues hasta aquí la entrevista a esta clarinetista tan especial.

Si queréis haceros con el CD “La melodía encantada”, AQUÍ tenéis el link de Amazon. Un buen regalo para hacer en estas fechas, ¿no es así?

Y si os habéis quedado con ganas de saber más sobre Mónica y este proyecto, podéis echar un vistazo a su canal de Youtube, del cual os dejo aquí un par de enlaces:

 

 

¡Gracias por leer, y hasta el especial de Reyes!

 

Cecilia


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DO RE MI FA… BLOG! 2016-12-19 12:01:00


Urtero bezala data hauetan, Gabonak eta Urte Berria gain-gainean ditugularik, ohiko sarrera egingo  dut. Ea aukeratutako Gabon kanta gustuko duzuen. Eta Urte Berriari harrera egiteko, Vienan iazko kontzertuan jotako Radetzky Martxarekin eginen dut.



Como todos los años por estas fechas, cuando tenemos encima la Navidad y el Año Nuevo, hago la tradicional entrada. Espero que el villancico que he elegido os guste mucho. Y, para darle la bienvenida al Año Nuevo como siempre, la Marcha Radetzky del concierto de Año Nuevo en Viena del año pasado.