Canciones y Contrastes del Rey del Swing

Podemos hacernos una idea del valor de ser considerado el Rey del Swing simplemente con leer el primer párrafo de la definición de swing recogida actualmente en la Wikipedia:

La palabra Swing hace referencia tanto a un estilo musical dentro de la evolución del jazz, como a una cualidad musical inefable (en un sentido similar al de la palabra duende aplicada al flamenco, la palabra flow aplicada al Hip Hop, la palabra tumbao aplicada a la salsa, o la palabra riddim aplicada al reggae). Se dice de una interpretación (normalmente, vinculada al jazz) que tiene swing cuando se quiere resaltar que el intérprete ha logrado conferirle una cualidad rítmica especial en algún sentido.

Y podemos hacernos una idea de las razones por las que este título recae en Benny Goodman simplemente con escucharle interpretar una de sus obras más conocida, cuyo título está tan lleno de entusiasmo y vitalidad como su música: Sing, sing, sing (with a swing).

Mientras su increible talento como músico de jazz es muy conocido, no lo es tanto otra faceta de su prodigiosa musicalidad: la de clarinetista “clásico”. Varios compositores compusieron pensando en Goodman y le dedicaron alguna obra: en el caso de Aaron Copland, Paul Hindemith y Malcom Arnold esa obra fueron sendos conciertos para clarinete y orquesta. Sin embargo, Béla Bartók le dedicó su única obra de cámara con un instrumento de viento: Contrastes, para violín, clarinete y piano (1938).

El encargo llegó al compositor húngaro por medio de su paisano el violinista Joseph Szigeti, quien le pidió una obra breve en dos movimientos para poder grabarla con Goodman en un disco de 78 revoluciones, en aquel tiempo todavía muy limitados en cuanto a duración. Sin embargo, la obra fue evolucionando en la mente de Bartók hasta llegar a tener tres movimientos, basados sobre ritmos populares húngaros y rumanos (tanto Bartók como Szigeti nacieron en Transilvania, entonces pertenecientes al Imperio austrohúngaro y actualmente dentro de las fronteras rumanas).

En el tercer movimiento, Bartok utiliza un recurso muy poco usado en el violín: la scordatura. Con este término italiano se define el cambio de la normal afinación de las cuerdas (desde el grave hacia el agudo: sol, re, la y mi). En este caso, Bartók sube un semitono la cuarta cuerda y baja la primera el mismo intervalo, quedándose la afinación de la siguiente manera: sol#, re, la y mib. Podemos observar que dos de las quintas que se forman entre cada par de cuerdas no son justas, sino disminuidas (enarmónicamente son trítonos, esto es, diabulus in musica).  El movimiento arranca con las cuerdas al aire, provocando un efecto siniestro (parecido al de la entrada del violín en la Danza Macabra de Saint-Saëns) que, al igual que pasa en ésta, se diluye rápidamente en el ritmo de baile.

Tenemos la suerte de poder escuchar esta obra interpretada por los tres músicos citados: el mismo compositor, el violinista que se la encargó y el Rey del Swing, del que  hoy celebramos los 101 años del nacimiento.

La versión es completa, pero dividida en tres vídeos: al finalizar el primer movimiento se cargará automáticamente el segundo; lo mismo ocurrirá después con el tercero y último.

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Wikifonia

WikifoniaLa Wikipedia es el ejemplo más famoso de cómo se puede construir un sitio web de manera colaborativa entre muchas personas, de forma voluntaria y aparentemente descontrolada, por el mero placer de conocer y de compartir el propio conocimiento.

Hay muchos más sitios con esas características, algunos de los cuales están dedicados a las partituras: ya vimos uno, el IMSLP, la wiki de las partituras de dominio público. Hoy veremos otro, Wikifonia.

La primcipal limitación que tiene Wikifonia, que la hace inadecuada para ciertos instrumentos y conjuntos, es que sólo permite la inclusión de un pentagrama para la melodía principal y de los acordes cifrados (por cierto, para descifrarlo y ver cómo se tocan en la guitarra, tenemos esta excelente herramienta). Debido a eso, este sitio es seguramente menos importante que el anterior. Sin embargo puede ser más útil que ése para los que, no siendo músicos profesionales, disfrutan haciendo música.

En este sentido estoy pensando especialmente en mis alumnos y alumnas. Dentro de pocas semanas terminará este curso: lo que para algunos significará un simple descanso, para otros será el final de sus estudios musicales. Me refiero a buena parte del alumnado de 2º de ESO, ya que en el currículo de los dos siguientes años la Música está presente dentro de la oferta de asignaturas optativas. Estoy seguro de que muchos de estos chicos y chicas seguirán dedicando parte de su tiempo libre a tocar las obras musicales que hemos aprendido durante este curso que hemos pasado juntos (y en los anteriores con otros profesores) y a aprender piezas nuevas, tanto las que irán apareciendo en educacionmusical.es como las que puedan  conseguir en Internet.

Aunque las obras compartidas en Wikifonia no suelen estar pensadas para flauta dulce, muchas de ellas se pueden ejecutar tal como están, mientras que otras, aparentemente imposibles de tocar con ese instrumento, se pueden adaptar con facilidad gracias a una característica muy interesante de este sitio: que permite la transposición con un solo clic en un simple menú desplegable.

Para cuando se necesite esa modificación, hay un par de criterios que nos pueden ayudar a elegir la tonalidad más adecuada:

  • Primero miraremos cuál es la nota más grave de toda la pieza. Si es igual o inferior al do grave, deberemos trasportar forzosamente hacia arriba. En caso contrario, intentaremos preferentemente hacerlo hacia abajo.
  • No necesariamente cuanto más grave es mejor: también hay que ver el número de alteraciones que caracterizan la nueva tonalidad.

Vamos a ver un ejemplo con la canción de Mike Oldfield Moonlight Shadow.

Moonlight Shadow en Wikifonía

Tal como está guardada en Wikifonia, esta partitura es imposible de tocar con la flauta soprano (sí es posible hacerlo con la contralto), ya que su nota más grave es el sol por debajo del pentagrama. Por eso tendremos que transportarla hacia arriba como mínimo una cuarta justa, es decir 5 semitonos. Si estos conceptos nos parecen demasiado complicados, no hay problema: sirve el antiguo sistema de ensayo-error.

El cambiar de tonalidad comportará añadir alteraciones: procuraremos insertar el menor número posible de sostenidos o bemoles.

En el primer recuadro de la columna de la derecha hay dos menús desplegables.

Menú Download en Wikifonía

El primero de esos dos menús (Transpose) en este caso indica “0 (-)”, donde el cero quiere decir que no hemos modificado la tonalidad original y el guión que no hay ni sostenidos (sharps) ni bemoles (flats).

Desplegando el menú tendremos una lista de la cual podremos elegir el número de semitonos de la transposición (negativo para transportar hacia el grave y positivo para el agudo) y, entre paréntesis, las correspondientes alteraciones que aparecerán en la armadura.

Menú desplegado

Miremos las opciones más agudas (las líneas que comienzan por números positivos) y fijémonos primero en los números más bajos que están entre paréntesis. Buscando estos criterios, nos llamará la atención la opción “+5 (1 flat)”. Tras elegirla, podemos observar cómo la partitura se ha modificado tal como nos interesa: transportando la melodía hacia arriba 5 semitonos (ahora la nota más grave es do) y añadiendo sólo el si bemol.

En casos más difíciles puede que no consigamos encontrar la tonalidad correcta a la primera: en ese caso repetiremos el proceso hasta conseguirlo (o darlo por imposible y buscar otra canción).

Y si decidimos contribuir, podemos hacerlo subiendo partituras en formato MusicXML o modificando las existentes.

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Pizzicato y mecanografía

PizzicatoLos instrumentos de cuerda frotada suelen tocarse con el arco, un artilugio formado por una vara de madera en la cual está tensado un manojo de crines de cola de caballo que, previamente embadurnadas de resina para aumentar su fricción con las cuerdas, provocan la vibración de éstas. Sin embargo a veces el compositor inserta algunas notas que tienen que ejecutarse sin el arco, esto es, pulsando las cuerdas como si se tratara de una guitarra o un arpa.

Para definir esa manera de producir el sonido se utiliza la palabra italiana pizzicato, que literalmente quiere decir pellizcado. El compositor advierte al intérprete de que hay que ejecutar ciertas notas de esa manera escribiendo en la partitura: pizz antes de la primera nota pizzicata y con l’arco cuando hay que volver a frotar las cuerdas.

El único instrumento de cuerda frotada que hace un uso bastante frecuente del pizzicato es el contrabajo en la música jazz. Sin embargo, en el violín y los demás instrumentos de su  familia (viola y violonchelo) el pizzicato no se emplea muy a menudo, ya que su sonoridad seca y de muy breve duración no permite la misma expresividad del arco, quedándose relegado a momentos puntuales en los que se usa como efecto.

Hay estupendas excepciones de obras que utilizan el pizzicato desde el comienzo hasta el final, como es el caso de la Pizzicato Polka de los hermanos Joseph y Johann Strauss o de esta otra pieza, interpretada por Paganinus, una orquesta infantil portuguesa, cuyo título es Plink, plank, plunk!

El autor de esta obra tan divertida es Leroy Anderson, un compositor estadounidense que recordamos hoy por ser el 35º aniversario de su muerte.

Su catálogo está compuesto principalmente por piezas breves y ligeras, de fácil escucha y generalmente cargadas de cierto humor, como es el caso de su obra más famosa: La máquina de escribir, interpretada por el percusionista Martin Breinschmid acompañado por la Strauss Festival Orchestra de Viena.

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II Encuentro Andaluz de Blogs Educativos EABE10

EABE10: ¡Yo estuve!El II Encuentro Andaluz de Blogs Educativos  (EABE10) obviamente nació como una continuidad del EABE09, que se celebró hace un año en Almería y que fue un gran éxito en cuanto a asistencia y repercusiones en el mundo educativo andaluz. Sin ir más lejos, en mi caso fue un momento decisivo, pues allí tomé la resolución de convertir este sitio de un incipiente portal educativo a un blog. Y me consta que muchos más blogs nacieron o tomaron un fuerte impulso en esa ocasión.

Sin embargo no hubiera habido un EABE10 si no hubiera sido por la voluntad y el trabajo de un grupo de profesores y profesoras que no se resignaron al abandono del proyecto por parte de la Consejería de Educación. El EABE10 hubiera sido otra víctima inocente del recorte presupuestario si desde el este de Andalucía un pequeño grupo de compañeros  no nos hubieran transmitido su gran entusiasmo y su incansable esfuerzo para recorrer las distintas etapas en las que se ha desarrollado EABE10, tanto reales (Abla,  Palma del Río, Granada) como virtuales (Twitter, Facebook, Ning). Finalmente, gracias al apoyo del Centro del Profesorado de Guadix, hemos culminado ese camino en esa localidad granadina con dos días intensos en los que hemos participado no sólo los que pudimos estar presentes, sino también un gran número de compañeros y compañeras de toda España, y también de América, que han seguido la emisión en directo por Internet.

A pesar de lo que puede sugerir el tema y el despliegue tecnológico, EABE10 está muy lejos de ser un encuentro de frikis: lo que todos y todas tenemos muy claro es que la tecnología está al servicio de la educación y no viceversa, concepto que expresa de manera magistral Aníbal de la Torre en el vídeo con el que se abrió la sesión de ayer.

Más de una lagrimita se asomó a los ojos de los participantes al aparecer la imagen que sintetiza el concepto de emotionware, término acuñado por Fernando García Páez para definir uno de los elementos de las TIC, más importante que el software y el hardware.

Sin duda la emoción es el vehículo más formidable que existe para transportar las ídeas. Y eso lo tienen muy claro los que han presentado su aportación en el formato preferido para este encuentro, el pecha kucha, de cuyo nombre Gregorio Toribio sugiere unos posibles orígenes andaluces (peshá escushá).

No es posible poner aquí las numerosas y maravillosas presentaciones ofrecidas en la pantalla de EABE10, así que, por brevedad, sólo pondré dos más. La primera es la aportación de Diego García, que fue elegida como la mejor, tanto por su contenido como por su diseño y creatividad. Diego, además, ha sido el que ha hecho posible la asistencia a distancia, organizando el streaming.

La otra, de David Álvarez, es una defensa del blog como la herramienta más idónea para generar un entorno de aprendizaje personal (PLE): El Futuro es Post.

EABE10 no ha terminado: sigue en nuestras aulas y en las redes sociales, hasta que EABE11 tome el relevo. ¿Será en Marbella?

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Gabriel Fauré y la sordina del violín

SordinasLa sordina es un artilugio que permite no sólo disminuir el volumen sonoro producido por un instrumento, sino también (y  éso es lo más importante) modificar su timbre para conseguir determinadas atmósferas.

Las sordinas más conocidas tal vez sean las de la trompeta, pues además de transformar totalmente el timbre del instrumento, se colocan en la parte más visible desde el punto de vista del público, es decir en el pabellón.

Menos conocidas son las sordinas de los instrumentos de cuerda frotada, principalmente por dos razones: la primera es que hay pocas obras en las que se utilicen en un instrumento solista, empleándose con más frecuencia en las partes de la orquesta, en las que la modificación tímbrica es menos evidente; la otra razón es que, debido a su menor tamaño y a su forma más discreta, suelen pasar desapercibidas  a simple vista.

Las sordinas de los cuatro instrumentos de cuerda frotada de la orquesta moderna, el violín, la viola, el violonchelo y el contrabajo, son parecidas en cuanto a forma, aunque obviamente su tamaño es proporcional al tamaño del instrumento mismo. Todas ellas se colocan en el puente, que es la pieza de madera en la cual se apoyan las cuerdas en el extremo opuesto al mango del instrumento. El puente, además de sostener las cuerdas, transmite la vibración de éstas a la caja de resonancia. La sordina, al obstaculizar la oscilación del puente, reduce la vibración de la madera de la caja de resonancia misma y del aire contenido en ésta.

Existen distintos tipos de sordinas que se diferencian sobre todo por su forma y, lo más importante, por su peso. Para tocar como solista generalmente se utiliza una sordina de peso intermedio, hecha en madera dura (ébano, boj o similar) o en metal, que proporcionan un timbre intimista sin reducir tanto el volumen sonoro como para dificultar la audición de la parte principal. Las hay también tan pesadas que casi impiden la vibración del puente: éstas no se usan en público sino que sólo se utilizan para estudiar en horas y lugares inadecuados (p.e. hoteles durante las giras de conciertos). Finalmente las hay también más ligeras, de goma o plástico, que, renunciando a una mínima parte de calidad tímbrica, proporcionan la comodidad de quedar enganchadas a las cuerdas sin molestar su vibración cuando no las necesitemos y de poderse colocar en el puente con extrema rapidez cuando haga falta. Este tercer tipo se usa sobre todo en orquesta.

Gabriel FauréEntre las poco numerosas obras para violín con sordina he elegido la Berceuse op.16 de Gabriel Fauré. Su título se puede traducir al español como canción de cuna o nana.

La elección de esta pieza se debe a dos razones. La primera es que hoy es el aniversario de este compositor y pedagogo francés, maestro, entre otros, de Maurice Ravel y Nadia Boulanger: Fauré nació hace exactamente 165 años. La segunda razón es que ésta es la primera obra que toqué en público, hace ya alrededor de tres décadas, por lo que la recuerdo con especial cariño.

En el siguiente vídeo, además de poder ver el empleo de una sordina en un violín y  escuchar  su efecto, podemos disfrutar de la estupenda interpretación del violinista Daniel Zisman y de la pianista Christina Bauer.

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