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Mozart escribe el Andante para flauta y orquesta K.315 en 1778. Aunque se interpreta como pieza independiente en un sólo movimiento se cree que se compuso al estilo de un Segundo movimiento de concierto como alternativa al segundo movimiento original del Concierto nº 1 para flauta y orquesta en Sol mayor, también de 1778.
La orquesta tiene las características típicas de las primeras sinfonías de Haydn y Mozart: cuerda con dos oboes y dos trompas.
La estructura del Andante sigue el esquema típico de la forma ritornello-sonata. Este modelo, típico del primer y tercer movimiento de un concierto clásico, suele aparecer, en menor escala, en los segundos movimientos sin renunciar a su carácter más sosegado ni al dominio de la textura de melodía acompañada.
La forma ritornello-sonata tiene sus orígenes en uno de los tipos formales típicos de Vivaldi, basado en 7 secciones: tres Solos (S) enmarcados por cuatro Ritornellos (R) cuya alternancia forma la estructura R1 S1 R2 S2 R3 S3 R4.
Los compositores clásicos transformaron la estructura barroca añadiendo características de la forma sonata de tal modo que cada solo tiene la misma función que una sección de la forma sonata: el primer solo (S1) coincide con la exposición, con dos temas contrastantes separados por una transición modulante. El segundo solo (S2) es el desarrollo y el tercero (S3) la recapitulación.
En el siguiente video se puede escuchar el Andante con indicaciones sobre su estructura, tonalidades, cadencias, motivos más importantes, etc.
En el Andante de Mozart los ritornellos R1 y R3 destacan por su brevedad (dos compases) y su material temático contrasta con los temas que expone la flauta. R2 separa a S1 de S2 y representa una repetición en forte de la segunda frase del tema B (CONSECUENTE). El último ritornello retoma los materiales de los 3 ritornellos e incluye la cadenza de concierto que en esta época se improvisaba completamente.
El plan tonal de la pieza sigue la tradición barroca, con una modulación al tono de la dominante (Sol M) en la exposición, modulación pasajera al tono relativo (La menor) al final del desarrollo y retorno al tono principal en la recapitulación. Mozart incorpora innovaciones más típicas de su época como el cambio de modo al inicio del desarrollo junto con un intenso cromatismo, modulación constante y transformación motívico-temática que marca la diferencia con la exposición y la recapitulación.
Con el análisis de algunos fragmentos de la famosa Sinfonía nº 40 de Mozart en Sol menor, nos sumamos hoy, 23 de Septiembre, a la gran cantidad de conciertos simultáneos que celebran las orquestas españolas en las plazas públicas a las 19.00 horas. Interpretando un mismo programa (que incluye el primer movimiento de la citada Sinfonía) se culmina una jornada reivindicativa que protesta por la subida del IVA y los recortes.
La Sinfonía nº 40 en Sol menor Kv 550 de Mozart fue compuesta en verano de 1888 junto con la Sinfonías 39 y 41. De un total de 41 sinfonías, la nº 40 y la nº 25, también en Sol menor, son las dos únicas obras en modo menor que compuso el compositor austriaco pera el género sinfónico.
Su orquestación tiene dos versiones: en la primera la orquesta clásica, sin trompetas y timbales, está formada por la sección de cuerda con una flauta, dos oboes, dos fagotes y una trompa en Sib (Corno in B alto) y otra en Sol (Corno in G). En la segunda versión Mozart reescribe la parte de oboes e incorpora dos clarinetes.
Su estructura en 4 movimientos sigue los convencionalismos típicos de su época:
El primer movimiento, contiene las características típicas de la Forma sonata, con un desarrollo extenso basado en el motivo inicial del tema principal que se combina con un pasaje de ritmo continuo de corcheas.
Su tema inicial se puede escuchar con todo tipo de detalles en el siguiente video.
El tema secundario contiene sutilezas orquestales en los cambios entre cuerdas y madera que dan un color único a una melodía de carácter cromático. (b1).
El siguiente video muestra sus diseños y detalles más importantes.
El segundo movimiento (Andante), también con Forma sonata, se inicia con una textura imitativa que, de agudo a grave, asciende en la sección de cuerdas, con ayuda de las trompas, tal como se observa en el siguiente video.
El tercer movimiento es un Minueto que con sus típicas hemiolias que genera juegos rítmicos que contrastan con la sencillez del Trio.
Con el cuarto movimiento, también en Forma Sonata, se culmina y concluye toda la sinfonía.