La prensa me mima. Yo mimo a la prensa.

Ilustración de Ruta n
El mundo del periodismo también se ve afectado por las prisas, la agenda sobrecargada y seguramente por los recortes.

Eso provoca que, en algunas ocasiones, las noticias no estén bien contrastadas: los nombres de los intérpretes, las cifras, las fechas, y los lugares de los acontecimientos bailan y se cambian, se tira de fotos de archivo y la redacción de los textos que las acompañan difiere bastante de la realidad.

Tengo suerte. Siempre digo que no soy la persona más indicada para resumir y concretar en pocas palabras todo lo que supone Postura sana. La próxima vez que necesite hacerlo contactaré con José Luis Argüelles, el periodista al que abrumé respondiendo a las preguntas que me realizó con motivo de mi ponencia: "Música, educación y salud: medicina con azúcar". Os recuerdo que clickando en la imagen se ve ampliada.


La prensa me mima. Yo mimo a la prensa y le dedico un apartado en mi blog. Guardaré este enlace con especial cariño. Muchas gracias por todo. Ahora que cunda lo explicado en la entrevista y en la ponencia. 

La prensa me mima. Yo mimo a la prensa.

Ilustración de Ruta n
El mundo del periodismo también se ve afectado por las prisas, la agenda sobrecargada y seguramente por los recortes.

Eso provoca que, en algunas ocasiones, las noticias no estén bien contrastadas: los nombres de los intérpretes, las cifras, las fechas, y los lugares de los acontecimientos bailan y se cambian, se tira de fotos de archivo y la redacción de los textos que las acompañan difiere bastante de la realidad.

Tengo suerte. Siempre digo que no soy la persona más indicada para resumir y concretar en pocas palabras todo lo que supone Postura sana. La próxima vez que necesite hacerlo contactaré con José Luis Argüelles, el periodista al que abrumé respondiendo a las preguntas que me realizó con motivo de mi ponencia: "Música, educación y salud: medicina con azúcar". Os recuerdo que clickando en la imagen se ve ampliada.


La prensa me mima. Yo mimo a la prensa y le dedico un apartado en mi blog. Guardaré este enlace con especial cariño. Muchas gracias por todo. Ahora que cunda lo explicado en la entrevista y en la ponencia. 

Mira el suelo que pisas.

Viendo el interés despertado por la entrada en la que explicaba el carácter artístico del Muro de San Lorenzo, me animo a compartir con vosotros la descripción de otro suelo cuya intención artística es más palpable pero que, a buen seguro, resulta casi tan desconocida como la del muro. Se trata del mosaico que tanto hemos pisado estos días, y otros tantos, primero haciendo cola para sacar las entradas de FETEN y luego disfrutando del teatro de calle que sobre él tiene lugar.

Aquí os dejo pues otro trocito de mi trabajo titulado "El arte por los suelos". 

“Talía” (mosaico del Paseo de Begoña) de Mabel Álvarez,
Ricardo Rodríguez,
Enrique Carlón,
y José Luis Montalbán

El mosaico que viste el acceso al Jovellanos es un rompecabezas, de 12 metros cuadrados, hecho en mármol, que representa elementos relacionados con las artes escénicas. En la foto se pueden distinguir los dos períodos de composición del mismo: la que presenta figuras más pequeñas y baldosas más oscuras, que pertenece al mosaico antiguo (1992) y el resto, de figuras de mayor tamaño y un fondo de color más claro (2004), con las que se completó el mosaico original que tuvo que ser levantado durante la remodelación del Paseo de Begoña. 



Mabel Álvarez y Ricardo Rodríguez, artífices del mosaico original, decidieron involucrar a sus dos compañeros en el nuevo trabajo tras las obras de remodelación antes citadas. Todos son miembros del grupo Kula, que desde la década de los 70 viene desarrollando una fructífera actividad con la edición de varias publicaciones (Orfebre, Salamandra), exposiciones, talleres de creación... Carlón y Montalbán son los fundadores del grupo al que enseguida se sumaron, entre otros,  los autores iniciales del mosaico Mabel y Ricardo. Desde entonces, evitan las personalizaciones e individualidades de sus trabajos y buscan figurar como grupo Kula, haciendo justo honor al nombre, que proviene de una ceremonia ritual entre ciertas comunidades isleñas de Nueva Guinea, donde se fomenta el intercambio desinteresado de presentes con el fin de establecer relaciones sociales. 

En palabras de Carlón, “el mosaico es el reflejo de un momento de creación artística”. Para su elaboración se crearon multitud de figuras en cartulina, que después se fueron desechando o seleccionando hasta crear un conjunto lo más armonioso y representativo tanto de las artes escénicas como de la vida de la ciudad y sus costumbres, intentando así singularizar un rincón emblemático de un paseo ya de por sí desnaturalizado y que tras su remodelación pasaría a ser clónico de cualquier otro que pueda figurar en el punto más distante de la geografía.

El mosaico antes de la remodelación del Paseo

En la parte antigua del mosaico se pueden contemplar, presididas por la representación de un hórreo, un grupo central de figuras representativas del carnaval, un instrumentista de viento, una guitarra, una arboleda, gaviotas... Al margen derecho se distingue una camiseta de mimo y una chistera de mago de la que sale un conejo. 





En las dos partes del mosaico se explota toda la gama de colores que ofrece el mármol, traído expresamente desde Galicia: blanco, ocre, negros gris, marrón y verde, este último el más escaso y, por tanto, el más caro. Como material sumamente resbaladizo que es, ha sido tratado para hacerlo más idóneo como pavimento, evitando que no resulte tan liso, aunque de una forma muy sutil para no dañarlo.

Desde su reinauguración en el 2004, la obra es acertadamente bautizada con el nombre de Talía:  la palabra mosaico proviene de musa, Talía es la Musa de la comedia en la mitología griega y es, además, hija de Mnemósine, personificación de la memoria, que, a fin de cuentas,  es lo que acaba siendo un mosaico, la representación de la memoria de un pueblo, sus costumbres, actividades y ritos.

La figura central en la parte nueva del mosaico es por tanto, la representación de Talía, que danza portando en sus dos manos las típicas máscaras representativas del teatro,  y tirando la escalera que está bajo sus pies, todo lo mueve y hace girar. Esa escalera tiene una doble función y simboliza también los fotogramas de una cinta  cinematográfica. En la falda de la musa se puede observar un fisura. Algunas de las piezas del mosaico más joven, que son de mayor tamaño, viajaron ya cortadas desde la cantera o el taller y sufrieron desperfectos en el trayecto. Agrandando el tamaño de las figuras se buscó hacer más visible al viandante los detalles de la obra. Personalmente considero que resulta más difícil abarcarlas a ras de suelo y que el tamaño de las figuras del mosaico inicial era más idóneo para  este fin. Aunque quizás no soy yo la más indicada para opinar de perspectivas desde mi poco más de metro y medio de altura.

Al lado de Talía aparece el público representado por un ojo que todo lo ve. Aunque no es el mismo ojo, este símbolo ya aparecía en una de las esquinas del marco que bordeaba el primer mosaico. De todos modos, aquel ojo ha quedado vivo en la portada de un interesante libro de Héctor Blanco titulado “Gijón te mira”, donde se muestran detalles arquitectónicos y artísticos, desde los que “la ciudad nos observa.”  Volviendo al mosaico, en torno a esta figura central giran todas las demás, recibiendo de cara a quienes se acerquen al teatro desde cualquier ángulo. Esta distribución sí me parece más acertada que la del mosaico original, en el que la mayoría de las figuras se organizaban orientadas desde los bordes hacia el centro.

Situándonos de cara al Jovellanos, a la izquierda de Talía, la primera gran figura muestra una pareja, chico y chica, con una gran tabla de surf. Es una figura muy jovial y alegre, La pieza que representa la tabla es una gran losa de mármol verde, muy valiosa tanto por su color como por sus dimensiones. 

Por contraste, la siguiente figura es un personaje taciturno, sombrío, en el que predomina el mármol negro, que se relaciona con un extraño ser que surge de sí mismo.


También el negro predomina en el ángulo izquierdo donde aparece representado el teatro costumbrista asturiano. Otra pareja, el hombre con montera picona y rasgos muy exagerados y la mujer con la típica pañoleta, se muestran en actitud recogida, como de cortejo amoroso, tema tan típico de la tradición teatral asturiana. A su lado, una vela, cuyo haz de luz se refleja por las arcadas que hacen las piezas de mármol, simboliza la brujería, también muy presente en los cuadros teatrales costumbristas.


En el ángulo opuesto, en todos los sentidos, la representación de una figura imposible: un ser animado, de varias cabezas, que simboliza el teatro experimental contemporáneo, con Grotowski como máximo exponente, en el que el actor se trabaja a sí mismo intentando sacar de su interior todos sus recursos. Esta capacidad creadora se refleja en las cuatro cabezas que se distinguen en la figura. Es característica común de todas las que componen el mosaico nuevo, la existencia de dos cabezas, incluida la figura central que porta las dos máscaras ya señaladas.



Ese detalle lo muestra también la figura que cierra el muestrario más actual de la obra. Se trata de la representación del teatro de la calle, incluso del circo. Se adivina una especie de caballito por un extremo y unicornio por el otro, con unas gigantescas ruedas al final de sus patas y en cuyos lomos aparece un equilibrista actual: un chico con monopatín y casco. Una pieza muy dinámica y vital que realmente parece cobrar vida y desplazarse por sí sola.


Kula cuenta con un conjunto piezas más grandes, los contramoldes, y también sobrantes del proyecto final que se encuentra en el paseo de Begoña. El grupo planteó en su día al ayuntamiento, poder realizar un mosaico con estos fragmentos en otro punto de la ciudad sin que, por el momento, haya sido tenida en cuenta su propuesta.


Mucho me temo que si su petición no fue escuchada en tiempos de bonanza tardará mucho en ser retomada, si es que algún día alguien repara en ella. Yo desde aquí quiero agradecer a los artistas su cercanía y el tiempo que amablemente me concedieron para poder realizar este trabajo con el que espero haber reflejado bien el suyo.  Y animarles a que no desistan en su intento de recuperar para el suelo de Gijón lo que alguna vez ya le perteneció.




¿Por qué cambiar de profesor?

Tenía esta entrada guardada como borrador desde hace mucho tiempo. Quería publicar el prólogo de un libro que pero necesitaba contar con la aprobación de su autor. He contactado con él y me ha dado su consentimiento así que se acabó el dilema y lo comparto.

Se trata del prólogo de "Temas del Canto. La clasificación de la voz" de Ramón Regidor Arribas. Tal y como se aprecia en el título la temática del libro está centrada en el canto y en el prólogo cuestiona la relación entre alumnos y profesores de canto: la falta de confianza en el profesor, la búsqueda de un profesor promotor de carreras, etc. 

Este libro tiene ya unos cuantos años (1/1/1977) y cabe esperar que los nuevos medios a nuestro alcance proporcionen al propio alumnado, de cierto nivel de formación, herramientas para desenvolverse de manera mucho más autónoma que entonces. Por ejemplo, en el apartado Bibliografía aparecen varios títulos que pueden servir de orientación profesional, como el que acabo de incluir, de Isabel Villagar, también profesora de canto. Es el número 81 y en él se incluyen estrategias de gestión musical.

De todos modos me temo que los ejemplos que se citan en el prólogo de Ramón Regidor, pueden muy bien resultar conocidos para todos incluso en nuestros días. Y que pueden aplicarse a la relación entre alumnado y profesorado de cualquier especialidad instrumental y no solamente de canto. 
Es más, a son aplicables a cualquier especialidad artística. ¡Qué digo, a cualquier especialidad docente! Y resulta igual de extrapolable a otras disciplinas, como la deportiva (relación entrenador-deportista) o a los profesionales de la salud (relación médico-paciente).

Os dejo con el prólogo de este libro. Espero que os haga reflexionar y que os animéis a compartir vuestras conclusiones sobre el tema.

"Temas del Canto. La clasificación de la voz"de Ramón Regidor Arribas

A guisa de prólogo

Parece lógico que, en la relación maestro-alumno, el aliciente de este último para permanecer bajo la guía de aquél debiera radicar en la solvencia pedagógica del preceptor, es decir, en la calidad de la técnica vocal que enseña y en el método que utiliza para inculcarla al discípulo, así como en la capacidad de orientar a éste en la interpretación musical, aunque esto último sea un problema secundario, por cuanto que entra también en las atribuciones de otros especialistas de la Música (vgr. pianistas de repertorio vocal y directores de orquesta). Sin embargo, la realidad es otra.

El estudiante de Canto en sus primeros pasos sí busca exclusivamente un maestro que le enseñe a utilizar su voz, pues su única obsesión consiste en extraer sonidos musicales de su aparato fonatorio con cierta comodidad y calidad. Pero, a medida que comienza a ser un poco consciente de su emisión vocal, surge otra obsesión que se agranda a la par que progresa el gobierno de su personal instrumento; quiere cantar en público, quiere empezar a ser profesional del Canto, desea el aplauso, desea hacer la gran carrera.

Llegado tal momento, el alumno empieza a requerir del maestro, de una forma más o menos abierta, según su carácter y el grado de confianza que le une a su preceptor, que le proporcione trabajo. Al discípulo ya no le basta dar buenas clases, exige de su mentor unas funciones de agente de conciertos, y si éste, por las circunstancias que sean, no cumple con este cometido, inicia una pérdida de puntos en el aprecio de aquél. El proceso psicológico que se desarrolla en el alumno es muy complejo, una mezcla de creer que el profesor no se interesa lo bastante por él, de que tiene favoritismos por otros, de que es un pedagogo del tres al cuarto, de que no tiene nombre de relevancia en el mundo de la Música, etc,... La consecuencia es una pérdida de receptividad del que aprende ante lo que trata de inculcarle quien le enseña. El discípulo comienza a desinteresarse de los consejos de quien trata de guiarle, las clases pierden eficacia y se convierten en negativas a veces, y aquél principia a pensar que su maestro no le entiende o que no da más de sí. Y es que, a la par, por la mente del alumno revolotea el nombre sonoro de otro profesor de Canto bien relacionado, hacia el cual, más pronto o más tarde, terminará por emigrar. El aprendiz de cantante dirá que va buscando la perfección de su técnica vocal, al someterse a este nuevo preceptor, pero busca a la par o con mayor interés el trampolín de lanzamiento profesional.

Y sucede, en gran número de casos, que el aspirante  cantante progresa vocalmente de forma notoria al lado del nuevo maestro. Y es que, independientemente de la capacidad pedagógica de éste (que no hay porque negar), el alumno se entrega por completo a recibir los consejos de su nuevo profesor, con plena confianza en él y lleno de euforia, motivadas por la promesa de próximas actuaciones públicas, o por la realidad de algún contrato firmado o de alguna intervención profesional ya efectuada por su mediación. Porque, para quienes enseñamos a cantar está clara la extraordinaria importancia que tiene, en la captación de nuestras normas por parte del discípulo, el grado de confianza que él nos tenga y la altura de su estado anímico, que funcionan en proporción directa sobre su sensibilización para asimilar todas las sensaciones que constituyen el aprendizaje del Canto.

Por este proceso, nos encontramos a menudo con maestros de Canto de fama mundial, adquirida por el lanzamiento de grandes cantantes, cuyo método pedagógico no es mejor que el de otros que permanecen en un semianonimato y, en ocasiones, hasta inferior. Maestros de fama que se aprovechan de las bases técnicas que ya traían muchos de sus alumnos de otros profesores anónimos, y que con cuatro consejos dados por ellos se han adjudicado todo el mérito de la calidad de emisión vocal de estos alumnos. Esto, naturalmente, favorecido por la ingratitud de los propios aprendices que, en su <<currículum>>, se han limitado a citar al último profesor, olvidando la parte, muchas veces más importante, que a su formación aportaron otros.

Muchos cantantes, que habían adquirido ya una técnica vocal bastante sólida con un maestro sin nombre, apenas han aprendido nada, después, de ese otro maestro-promotor (podríamos llamarle así), pero le han concedido todo el mérito a cambio de un apoyo en las relaciones profesionales. Incluso, algunos han salido perjudicados en su técnica vocal, tras su contacto con un maestro afamado. Muchos han tenido la sinceridad de decirlo, otros han preferido no descubrirlo, por motivos fáciles de comprender.

Resulta curioso observar, en muchos casos, cómo el alumno de Canto queda impresionado por el descubrimiento que de sus defectos hace el maestro afamado y por las indicaciones que le ofrece para resolverlos, cuando esos mismos defectos e indicaciones fueron ya descubiertos por el anterior maestro y también expresados, tal vez con distinto lenguaje; pero el alumno, entonces, tenía su atención menos despierta, y , ahora, cautivado por el fulgor del maestro famoso y por lo que éste va a hacer en su favor profesionalmente, se ha convertido en intensamente receptivo a todo lo que se le diga.

De todo lo anterior no podemos deducir que esos maestros-promotoressean más lo segundo que lo primero. Habrá muchos con excelentes cualidades pedagógicas, que pueden formar magníficos cantantes, pero conviene dejar bien aclarado que en la fama del maestro intervienen muy a menudo factores que no pertenecen al terreno de la enseñanza y que, en ocasiones, cualifican más que los de pura pedagogía.

Tampoco podemos ser tajantes, afirmando que todo alumno de Canto que corre hacia un preceptor del tipo que ahora tratamos, pretenda exclusivamente el lanzamiento profesional, pues a veces busca también y esencialmente que le aclare el embrollo vocal, que un maestro anterior no a sabido despejarle o que, incluso le ha causado. Pero sé de muchísimos casos de estudiantes de Canto que, yendo bien guiados vocalmente por un profesor en España (es un ejemplo), se han trasladado a estudiar a Italia o a tierras alemanas, buscando la proximidad de los teatros de Ópera, de que en nuestro país carecemos.

Concluyendo, ¿por qué el aprendiz de cantante reclama esta faceta de relaciones públicas a su maestro y no se conforma con que le enseñe a cantar bien? La explicación es muy humana. El aspirante a profesional del Canto no tiene otro medio más positivo, para introducirse en los círculos casi cerrados de esta profesión, que el de su maestro (salvo excepciones de estudiantes bien relacionados por raíces de familia o de amistad). Las posibilidades de <<sacar la cabeza>> por sí mismo (salvo que sus condiciones vocales y musicales sean de excepción) son muy escasas, pues las ocasiones para poder demostrar sus aptitudes en esta carrera no abundan y, las pocas que existen, están muy mediatizadas por intereses que excluyen la imparcialidad y la justicia. Las primeras oportunidades de cantar profesionalmente habrá de basarlas, en un alto porcentaje, en el prestigio del maestro, cuya opinión puede tener mucha fuerza para quienes contratan al desconocido, que el cantante es entonces.

Así pues, todo maestro de Canto ha de tener en cuenta que, si no está bien relacionado con medios de contratación artístico-vocal y no puede ayudar al lanzamiento profesional de sus alumnos, estará expuesto a perderlos, antes o después, (salvo excepciones) en beneficio de otros maestros con virtudes promotoras. Y si, a pesar de esta emigración de sus discípulos, le queda el reconocimiento y agradecimiento permanente de alguno de éstos, ¡dese por contento!

En el fondo, el maestro ha de resignarse a la idea de que la única satisfacción que nunca podrá fallarle, será el reconocimiento de su propia conciencia del deber pedagógico cumplido con competencia y amor.
Ramón Regidor Arribas
Madrid 8 de marzo 1975



Deseos compartidos

Quiero aprovechar la primera entrada de este año para publicar el texto que me ha enviado Isabel Villagar. Con él pretende "ayudar a mejorar las condiciones de los músicos, tanto educacionales como laborales" y dice así:

"Considero necesario dar visibilidad a la realidad de la educación musical de este país y a la realidad de los profesionales de la música. La situación actual es indignante y propia de un país subdesarrollado.

El sector de las artes en general y de la música en particular peca de una falta de unión. Hay que hacer un esfuerzo muy grande para cohesionarse y permanecer unidos y para ello ayuda que se dé el paso de pertenecer a asociaciones profesionales, en mi caso soy delegada de dos.

Intento no alarmar sino plantear una realidad objetiva, hacer pedagogía es parte del trabajo y poner en evidencia los problemas es el primer paso para comenzar a solucionarlos.

La cuestión es que ni los propios músicos saben que tienen graves problemas porque no han mirado más allá de su día a día.

Mayor cohesión del sector para poder tener unas industrias culturales fuertes es importante pero sin la ayuda y el apoyo de las administraciones públicas es imposible realizarlo. Éstas no hacen caso si no hay suficiente masa social que lo reivindique. En algún momento hay que romper la serpiente que se muerde la cola. 

Más becas a los estudiantes de música y para la adquisición de instrumentos musicales, educación musical en la Constitución, música moderna en los conservatorios públicos y escuelas de música públicas, reconocimiento profesional de los estudios de música, cualificaciones profesionales, mayores oportunidades al inicio de las carreras de los músicos, que los conservatorios se adhieran plenamente a las universidades, reducción del IVA cultural, mejora de la consideración social del músico...

Hay mucho por hacer pero es totalmente factible, no es sueño sino objetivos a cumplir en el menor plazo posible para equipararnos a Europa y no perder el tren del progreso cultural, que tan ligado va al económico, si no será uno de sus vagones fundamentales!"

Isabel Villagar
www.isabelvillagar.com
www.vocalcenter.es
www.labrujuladelcanto.com

Tus deseos compartidos, Isabel. Ojalá logremos verlos realizados.