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¿Sientes que tus ejercicios de canto no funcionan?
¿Vas practicando día tras día pero no notas ningún resultado positivo?
Es muy importante que prestes atención a los ejercicios que estás haciendo y descubras por qué razón no te funcionan.
¡Imagínate! Podrías estar haciéndolos durante mucho tiempo y que no sólo no te sirvieran para nada, sino que además te estuvieran perjudicando.
Lo más común es que esto te pase cuando eres autodidacta, no tienes a nadie para que te vaya corrigiendo cómo hacer los ejercicios de canto o que distinga el por qué no suenan como deberían.
Si ese es tu caso, tendrás ejemplos de lo que tienes que hacer, pero ¿cómo sabes si lo estás haciendo bien?
Aún y así, aunque estés trabajando con un profesor de canto, es posible que sientas que no te funcionan los ejercicios.
Hay dos razones muy claras por las que te puede estar pasando esto. ¿Quieres saberlas?
¡Sigue leyendo!
Razón 1: Tus ejercicios de canto no funcionan porque no son los adecuados para ti
Puede ser que no tengas el problema que crees.
Al ser autodidacta es difícil acertar en qué es lo que está fallando en tu voz y en los ejercicios que te van a ayudar a solucionar ese problema.
Pero, a veces, aunque tengas un profesor puedes encontrarte con este problema.
Voy a ponerte un ejemplo muy típico y vivido en primera persona:
Ya te lo he explicado en otros artículos, yo antes tenía la voz airosa.
No creía que eso fuera un problema en sí, más bien creía que mi voz era así y no me disgustaba, porque me hacía sonar dulce.
Lo que sí sentía como un problema era que cuando quería sostener una nota, el aire no me llegaba y no aguantaba nada.
Dentro de mi cabecita, era muy lógico:
Todo el mundo decía que la respiración es la base del canto y que hay que tener muchísima capacidad pulmonar para cantar bien, así que ese debía de ser mi problema: no respiraba bien.
Ni corta ni perezosa, me apunté a clases de canto y sin pedirlo, me dieron lo que quería, ejercicios de respiración.
Yo estaba contenta porque me estaban dando lo que yo creía que necesitaba, el profesor me decía que los hacía bien, todo iba genial, pero seguía sin poder sostener notas durante mucho rato.
¿Qué estaba pasando?
Llevaba un año entero recibiendo clases sin ninguna evolución.
Algo no estaba bien.
Y es que el problema no estaba en la respiración. El problema estaba en otro sitio.
Tuve la suerte de cambiar de profesor y en cuanto me dieron los ejercicios correctos, empecé a notar la evolución y en mucho menos tiempo.
En mi caso, como ves, ni siquiera es que fuera autodidacta y que eligiera mal los ejercicios que tenía que hacer, sino que un profesional los eligió mal por mi.
Pero esto no pasa sólo con los ejercicios de respiración, pasa con toda clase de ejercicios.
Si vas leyendo a Carlos, sabes que a él no sólo le dieron ejercicios que no le servían de nada, sino que le dieron ejercicios que le perjudicaron, haciendo que le aparecieran problemas nuevos, que antes no tenía o que se le acentuaran los que ya tenía.
La clave para solucionar este problema es pedir ayuda a un profesional, pero ¿cómo sabes que realmente te puede ayudar? Aquí tienes una guía para saber distinguir a un buen profesor de canto de uno que no lo es.
Razón 2: Tus ejercicios de canto no funcionan porque no los estás haciendo bien
Puede que tengas los ejercicios correctos, que deberían funcionar para tu caso en concreto, pero que no notes ninguna evolución.
¿Qué puede estar pasando en este caso?
La explicación es muy simple: por algún motivo no los estás haciendo correctamente.
Lo primero que te voy a pedir es que te grabes mientras haces los ejercicios y que compruebes que suenan igual que el ejemplo.
Tienes que poner mucha atención en esto, porque es super importante.
Hay cuatro cosas clave en las que te tienes que fijar.
Si es necesario, escúchalo 4 veces poniendo atención cada vez a una cosa:
1. La vocal y/o consonante que se te pide que hagas
Depende del idioma que hables, tendrás más o menos vocales. En español, por ejemplo, tenemos muy pocas, sólo 5.
Pues bien, hay más.
Tienes que distinguir cual es la del ejemplo que tienes y reproducirla igual que se te pide.
Quiero que entiendas que esto es muy importante, pues si usas una vocal u otra para un ejercicio, puede cambiar totalmente su función.
Aquí tienes un artículo donde podrás ver la importancia de las vocales en el canto.
2. La escala que se te da
Normalmente esto es lo más fácil de distinguir si lo estás haciendo bien o no, aunque a veces te puedes estar equivocando y cambiando alguna nota.
¡No sólo basta con que la primera y la última nota coincidan!
Fíjate bien en la escala y estudia hasta que te salga bien.
Como lo que te comentaba antes, una escala también tiene su función y utilizar una u otra o hacerla mal, también puede hacer que cambie totalmente el ejercicio.
3. El sonido temporal
Si tiene que ser voz de tonto, tienes que poner voz de tonto. Si tiene que ser voz de bruja, tienes que ponerla así.
Sé que puede ser difícil distinguir si lo estás haciendo bien o no, pero tampoco quiero que te conformes con el más o menos.
Puede ser que al principio no te salga igual que a tu profesor o como en el ejemplo, pero lo que sí tienes que notar es que es un sonido diferente a tu voz normal, tiene que ser un sonido entre tu voz normal y la voz del ejemplo.
Quizás piensas que estás exagerando mucho el sonido cuando en realidad no es así y te controlas porque piensas que te estás pasando.
No te controles, exagera al máximo el sonido (¡ojo! ¡eso no quiere decir que subas el volumen!) y escucha cómo suena. Seguro que no suena tan exagerado como pensabas, ¿a que no?
Te digo esto porque lo veo muchísimo en clase.
Cuando mis alumnos hacen la voz que les pido, me dicen: uff! suena horrible!! y yo estoy oyendo su voz normal con un poquitín de nada de sonido temporal.
Después cuando lo escuchan en la grabación ven que no era para tanto e incluso saben que podían haberlo exagerado más.
No tengas miedo de exagerar demasiado los sonidos, si tu profesor ve que es demasiado exagerado ¡ya te lo dirá!
4. El ritmo/ velocidad
Esto suele ser fácil si tienes una grabación con la que practicar, pero si no la tienes, tienes que prestar atención.
¿Vas más rápido que el ejemplo?
La velocidad es un factor que nos puede ayudar muchísimo a hacer mejor un ejercicio de canto.
¡Tenlo en cuenta!
¿Y qué pasa cuando no soy capaz de reproducir el ejemplo con fidelidad?
Si al prestar atención a esos cuatro puntos te has dado cuenta de que no lo estás haciendo bien y que no estás reproduciendo los ejemplos fielmente, puede ser debido a las malditas tensiones.
Por ejemplo, tu profesor te dice: saca la lengua para el ejercicio.
A ti te parece que estás sacando la lengua cuando en realidad sólo sobresale un poquito o al principio está fuera pero se va metiendo para dentro a medida que haces el ejercicio.
Puede que te diga: deja caer la mandíbula.
A ti te parece que pareces un muñeco de ventrílocuo, cuando en realidad la tienes casi estática o tienes los dientes apretados y sólo se mueven tus labios.
Mírate en un espejo y practica delante de él.
De esta manera podrás controlar todas esas cosas por ti mismo y te podrás asegurar de que las estás haciendo bien.
Además te darás cuenta de que al final, ¡no estabas exagerando tanto como pensabas!
¡Comparte este artículo para que todos tus amigos puedan hacer sus ejercicios correctamente y entre todos llenemos este mundo de cantantes!
Imagen: Algunos derechos reservados por Profound Whatever
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Puede ser que ya cantes bien. La gente te lo dice y tú te escuchas en grabaciones y te gusta.
Pero te gustaría hacerlo mejor.
Quizás sientes que ejerces demasiada fuerza al cantar, o que cuando haces notas agudas nunca sabes si te van a salir bien o no, …
Pero también puede ser que te encuentres en el proceso de aprender a cantar desde cero.
En cualquier caso, es muy común pensar que eres un caso especial y que no puedes mejorar, que esa es la voz con la que has nacido.
Si sientes que no estás mejorando, quiero que leas detenidamente esta lista que he preparado para ti y que hagas un examen de conciencia para ver si fallas en alguno de los puntos.
#1: ¿Practicas cada día?
Esto es básico. Más que básico.
Para mejorar tu voz, no te queda más remedio que practicar cada día.
Y cuanto más utilizas tu voz, más importante es.
Piensa que mejorar en el canto para ganar potencia o para ganar agudos no consiste en que tus cuerdas vocales generen más masa muscular para sonar más fuerte, ni tampoco consiste en “ir estirándolas” para llegar cada vez un poco más agudo.
En realidad consiste en establecer nuevos patrones musculares en tu voz, es decir, tienes que aprender a coordinar los músculos de tu laringe de forma diferente a como lo haces ahora.
Y para conseguir esto no hay nada mejor que la repetición constante.
Es como nace la memoria muscular.
#2: ¿Practicas de forma dirigida?
Pero no sólo tienes que practicar de forma regular.
También tienes que practicar en la dirección correcta.
Por ejemplo, por mucho que practiques 1 o 2 horas al día, de nada servirá si lo que haces es gritar sin permitir que tus cuerdas vocales hagan los ajustes necesarios para cada nota de tu rango.
Con eso lo único que vas a conseguir es reforzar malos hábitos que luego te va a ser aún más difícil quitarte de encima.
Si recibes clases de canto, necesitas tener la grabación de tu clase y practicar con ella, cada día.
#3: ¿Tienes algún tipo de entrenamiento personalizado de forma regular?
Para conseguir esa práctica dirigida, necesitas a alguien que te sepa guiar correctamente.
Como te decía antes, si tienes un profesor de canto, él o ella te dará los ejercicios que necesitas y con la grabación podrás practicar en los problemas vocales que tienes ahora para que en la próxima sesión puedas seguir avanzando.
La regularidad también es muy importante, porque de nada sirve que hagas una clase cada dos meses.
Si tienes que elegir entre duración de sesión y frecuencia, es mejor aumentar la frecuencia y bajar la duración, y te voy a decir por qué.
De nuevo, lo que quieres es instalar nuevos hábitos que sustituyan a los hábitos que te perjudican.
Y los hábitos van cambiando a medida que avanzas en tu entrenamiento, pero no sólo eso.
También puede ser que una semana estés gritando y en la siguiente estés aplicando demasiada poca fuerza.
Ya sea con clases de canto o con una guía tipo nuestro Sherpa Vocal, necesitas un par de oídos expertos que entiendan lo que tu voz necesita en cada momento.
Los programas más autodidactas como Vox Tools también tienen su utilidad, pero es importante que de vez en cuando te asegures de que lo estás haciendo todo bien pidiendo ayuda a un experto de la voz.
#4: ¿Estresas demasiado a tu voz?
Si crees que lo estás haciendo todo bien pero te cuesta cantar, quizás te estás esforzando demasiado.
El tema es que es imposible hacer ejercicios que instalan nuevos hábitos sin cometer errores.
Cada vez vas a hacerlo mejor, pero es irreal pensar que lo vas a hacer todo a la perfección.
Por ejemplo, si tiendes a tensar demasiado o a poner demasiada fuerza en tu voz, lo más probable es que necesites ejercicios para quitar esa fuerza.
Pero esa fuerza no va a desaparecer desde el principio.
¿Bajará su intensidad? ¿Sentirás mucha más facilidad? Sí (si no la sientes es que algo va mal), pero no la vas a eliminar por completo.
Y es por eso que necesitas tomar pequeños descansos durante tu práctica, ya sea con ejercicios o con canciones, porque esos pequeños errores se van acumulando y van estresando a tus cuerdas vocales.
Si te pasas es cuando acabas cansado y con la voz “tocada”.
Si vas a practicar durante mucho rato, descansa entre ejercicios.
Si vas a cantar después de practicar, descansa al acabar tus ejercicios.
Si vas a cantar directamente, descansa entre canciones o cada 10 minutos, pero eso sí, ¡antes calienta la voz!
#5: ¿Intentas hacer canciones demasiado difíciles para ti en estos momentos?
Siempre queremos lo que no tenemos, ¿verdad?
Es necesario marcarse objetivos que están fuera de tu zona de confort, fuera de tu alcance actual.
Es la forma de mejorar.
Pero también hay que tener cuidado de no pasarse.
Sólo porque consigas hacer ciertas notas durante los ejercicios o consigas cierta potencia, no quiere decir que puedas aplicarlo directamente a una canción.
Tómate tu tiempo y pide a tu guía vocal que te aconseje sobre qué canciones te vienen bien para practicar con el nivel técnico que tienes ahora, sin importar el estilo de música de estas canciones.
#6: ¿Sólo cantas sin de hacer ejercicios?
Si lees nuestro blog de forma habitual espero que sepas a estas alturas que esto no es buena idea.
El propósito de los ejercicios es aislar cada problema vocal que puedas tener y trabajar en él de la forma más aislada posible, es decir, que el resto de problemas no entren en juego durante el ejercicio.
Esa es la forma de ser consciente tanto del problema como de la solución.
Este es el motivo por el cuál es mucho más difícil cantar canciones que hacer ejercicios.
En una canción tienes muchísimos factores que pueden desequilibrar tu voz y hacer que recuperar ese equilibrio sea muy difícil o imposible.
#7: ¿Sólo haces ejercicios sin practicar canciones?
Por el contrario, tampoco vas a poder avanzar si no aplicas en canciones lo que aprendes en tus ejercicios.
Puedes ser muy bueno haciendo escalas, pero eso no te garantiza que puedas cantar canciones.
Lo ideal es ir utilizando los ejercicios que más te ayudan para ir trasladando los hábitos correctos a las canciones.
Es un trabajo que requiere tiempo y paciencia, pero es lo que más hará destacar a tu voz y más libertad te dará para expresarte.
#8: Por último, las cosas llevan tiempo
De esto he hablado mil veces, e incluso escribí este artículo.
La cuestión es que puede ser que lo estés haciendo todo correctamente y que simplemente necesites tiempo.
Pero es aquí donde quiero que hagas examen de conciencia y te digas a ti mismo si realmente estás haciendo todo lo posible por seguir estos pasos.
¿Cuando no llegas a una nota le añades fuerza, por poca que sea?
¿No eres constante con tus ejercicios y tu práctica?
¿No pides la ayuda de expertos para que te den las herramientas que necesitas en cada momento?
Siento ser duro, pero creo que es mejor decir la verdad: si como mínimo no te tomas todos estos pasos en serio y trabajas de verdad, no puedes esperar que tu voz vaya a mejorar ni que vayas a aprender a cantar.
Y te lo digo así porque quiero que te pongas las pilas y, si esto es lo que quieres, empieces a hacer lo necesario para conseguirlo.
#9: ¡Bonus! No te dejes intimidar por las personas que lo hacen mejor que tu
Es probable que conozcas como mínimo a una persona que cante muy bien, probablemente de forma natural, y eso te intimide.
Quizás le has pedido consejo y no te ha sabido ayudar o, peor aún, te ha dicho que no vales.
Por favor, no te dejes intimidar por ellos.
No todos, ni mucho menos, pero la mayoría de cantantes “naturales” que he conocido no dedican tiempo para el trabajo de su voz.
Por ese mismo motivo, si perseveras y practicas de la forma correcta sin rendirte, no me extrañaría que acabaras siendo mucho mejor que ellos algún día, además de que podrás cantar por más años.
¡Espero haberte ayudado a seguir mejorando como cantante con este artículo! ¿Me ayudas a seguir escribiendo muchos otros compartiendo este en las redes sociales? ¡Gracias!
Imagen: Algunos derechos reservados por Key Foster
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La entrada ¿Por qué me cuesta cantar? o ¿Por qué aprendo más lento que los demás? aparece primero en Vox Technologies Vocal Studio.
Escribir letras de canciones es todo un arte y otra parte importantísima de la composición de canciones.
No es tan difícil como piensas.
Hay personas a las que no les cuesta nada y en un momento tienen una letra preparada sin seguir ninguna metodología concreta ni ningún patrón.
Si tú eres de esas personas a las que les cuesta saber por donde empezar a escribir o si eres de las que escriben sin problema pero hoy te has despertado con un bloqueo, voy a proponerte algunas ideas que puedes seguir paso a paso para escribir tus propias letras.
Cuando tienes que escribir letras de canciones te puedes encontrar con estos tres supuestos:
- No tienes la música ni la melodía de voz.
- Tienes la música pero no la melodía de voz.
- Tienes (o no) la música y la melodía de voz.
Vamos a ver los pasos para cada uno de estos supuestos:
Como escribir letras de canciones cuando no tienes ni la música ni la melodía de voz
Esta es la manera fácil de escribir letras de canciones, pues no tienes limitaciones de ningún tipo, sólo tienes que ponerte a crear.
Cuando tengas que hacer la melodía de voz y la música es cuando empezarán las complicaciones, pero por ahora no tienes más que disfrutar del proceso de creación.
Vale, no tienes ni idea de por donde empezar, ¿verdad?
¿Qué tal si definimos una temática para tu canción?
Se trata de decidir de qué quieres que vaya la canción.
Es un buen primer paso por el que puedes empezar porque te ayuda a focalizar tu atención en torno a algo concreto.
Depende del estilo para el que vayas a escribir la canción la temática suele ser bastante afín.
En heavy metal, por ejemplo, las letras pueden ir desde amor/ desamor, a batallas, viajes en moto, la destrucción del planeta…
En baladas, el tema amor/ desamor se lleva la mayor parte.
En música dance, la fiesta y pasarlo bien…
Te haces una idea, ¿verdad?
Pero las posibilidades son infinitas, no tienes por qué cerrarte a las temáticas de siempre, puedes escribir sobre lo que quieras. ¡Experimenta y diviértete!
Ten en cuenta que no tienen que ser escritos basados en hechos reales o de experiencias vividas. Puedes escribir, por ejemplo sobre un mono submarinista que está buscando un tesoro enterrado en el fondo del mar y no va a pasar nada, sólo arrancarás alguna sonrisa.
Para empezar a escribir la letra de tu canción, puede ayudarte escribir una frase corta que defina la temática.
Explicando tu historia
Una manera muy sencilla de estructurar la historia que tienes que explicar es mediante las estrofas.
Lo habitual es poner en antecedentes al que escucha o lee la letra con una introducción que puede estar en la primera estrofa.
Puedes hablar del pasado, de cómo empezó todo.
En la segunda estrofa puedes hablar de cómo están las cosas en este momento, del presente.
Puede ser más o menos lo mismo de lo que hables en el estribillo pero con otras palabras.
Finalmente, queda hablar sobre el futuro, o si es una historia del pasado, de cómo acabó todo.
El caso es que sigas un orden cronológico para explicar los sucesos, porque eso le dará un sentido a la canción y quedará mucho más cerrada.
Hay quien escribe letras de canciones y no tiene en cuenta este orden cronológico, sino que va repitiendo lo mismo en cada estrofa con diferentes palabras (pasado, presente o futuro).
No tienes por qué ceñirte a este esquema, pero quizás te ayude echar mano de una estructura para que te salga algo más sólido.
El caso es que tú decides cuál es esta estructura. Si quieres que sea pasado – presente – futuro o quieres hablar sólo del pasado, sólo del presente o sólo del futuro.
Lo importante es tener definida la historia que quieres contar para no irte por las ramas.
Escribe una frase corta que resuma de lo que quieres hablar en cada estrofa, para que luego sea más fácil desarrollarla.
Es hora de estructurar la canción
Depende de cada canción, pero es bastante habitual que las canciones tengan un estribillo que se va repitiendo varias veces a lo largo de la canción.
Ese estribillo puede ser un resumen en pocas líneas del tema sobre el que quieres hablar.
Puede ser lo primero que escribas, ya que te puede ayudar a escribir el resto de la canción, ya que con él definirás aún más la temática.
Por ejemplo, si la temática es amor, puedes hablar de dos amantes que viven separados por la distancia y ya tienes una variación más.
Una vez tienes el estribillo, puedes definir cuánto quieres que dure la canción.
En función de eso, tendrás que escribir las estrofas. Una, dos, tres… depende de cuán larga quieres que sea tu canción.
En algunas ocasiones se suele escribir un puente que conecta la estrofa con el estribillo. Suele ser más corto que la estrofa, y puede ser todo el rato igual o lo puedes ir cambiando en cada estribillo.
Puedes designarlos con letras para que después sea mucho más fácil componer la música.
Por ejemplo, la estrofa sería A, el puente sería B y el estribillo sería C.
Es bastante habitual encontrarte una estructura como esta: A + B + C + A + B + C + A + B + C
Pero tú puedes ponerlo como quieras.
Es importante que el orden que elijas para escribir tenga sentido en tu historia.
Longitud de cada frase
Que cada frase tenga más o menos la misma longitud te ayudará mucho a la hora de ponerle música a tu letra.
Una estructura muy cómoda para luego componer la música suele ser con 4 frases de igual longitud para las estrofas, dos frases para el puente y cuatro frases para el estribillo, aunque por supuesto, nuevamente depende de ti y de lo que quieras hacer con tu canción.
Si es tu primera canción, quizás prefieras no complicarte mucho y hacerla sencilla, pues a medida que vayas cogiendo práctica te irá saliendo cada vez mejor.
Ahora que tienes tu letra para la canción, queda ponerle música y melodía de voz.
¿Cómo lo hago si tengo la música pero no tengo ni la melodía de voz ni la letra?
De esta manera también es importante seguir unos pasos.
Más o menos vas a tener que hacer lo mismo que antes, pero en este caso vas a tomar menos decisiones a la hora de escribir la letra de la canción.
No obstante, sí puedes decidir respecto a la temática y la manera de explicar la historia y la manera de trabajar hasta ahí, va a ser la misma que te he indicado antes.
Te recomiendo que escuches la música antes de decidir la temática para ver si encaja.
Por ejemplo, si es una canción alegre, hablar de un tema como la muerte puede quedar un poco raro, aunque por supuesto se puede hacer, ¿porqué no?
Descifra la estructura de la canción
Tienes que analizar con mucho cuidado la música y estructurarla.
Es lo mismo que hemos hecho antes, sólo que ahora te viene dado por la música, sólo tienes que prestar atención y coger un papel y lápiz.
Escucha cuántas veces se repite cada parte a lo largo de la canción.
Identifica cuántas estrofas caben, cuántos estribillos y si hay puentes.
Ponles una letra identificadora. ¿Por ejemplo, A + B + C?
Quizás prefieras hacer esto antes de decidir la historia (imagínate que hay sólo dos estrofas y tú quieres estructurar pasado – presente – futuro). Aunque siempre puedes añadir una estrofa más a la canción.
La longitud de la frase la decides tú
A la vez que decides la longitud de la frase tienes que decidir cómo quieres que sea la melodía de voz.
Lo primero es saber cuántas frases van a haber. Para ello puedes contar las vueltas que da la música.
Lo habitual es que si son pares hagas un número par de frases y si son impares impar, aunque no tiene que ser así obligatóriamente, la penúltima la puedes dejar en silencio o dejarla sostenida para que cubra la frase que falta.
Una vez definas cuantas frases hay en cada parte (A, B o C), sabrás de donde a donde tiene que ir tu frase.
Puedes empezar por escribir una frase e intentar encajarla en ese intervalo. Ten en cuenta que puedes jugar con la velocidad.
Cantando más deprisa o más despacio podrás encajar más sílabas por nota o menos.
Y ahora, ¡a escribir!
¿Y si ya tengo la música y la melodía de voz pero aún me falta escribir la letra?
En este caso, será lo mismo que cuando no tienes la melodía de voz, la única diferencia es que no decidirás tú la longitud de cada frase.
Cada nota de la melodía te dirá cuántas sílabas puedes poner en una frase, aunque algunas veces puedes jugar con eso y poner una palabra entera en una sola nota.
Así sabrás qué duración aproximada tiene que tener cada frase.
Cuántas frases tienes que poner en cada estrofa, en el puente (si lo hay) y en el estribillo, también vendrá definido.
Vuelve a coger papel y lápiz para escribir la estructura de la canción, las frases por estrofa y el número de sílabas por frase.
Un truquito que a mi me va muy bien es escribir lo primero que te venga a la cabeza, aunque no tenga ningún sentido, con las sílabas correctas por frase. Eso te da una guía escrita que te ayudará mucho a la hora de escribir la letra definitiva.
¿Quieres más ideas sobre cómo componer una melodía de voz? Pincha aquí.
¿Y qué tal si le damos un poco de gracia a tu letra?
Hay palabras muy poderosas que cuando las pronuncias se te llena la boca y te pueden ayudar a darle garra a tu canción.
Úsalas sobretodo en el estribillo si quieres darle más fuerza que al resto de la canción, para que sobresalga.
Aquí tienes algunos ejemplos en español: “Puño, amor, alma…”
Y en inglés: “power, love, scream…”
Si hay un momento de la canción en la que acabas una frase de golpe con la música o quieres cortar la frase, puedes utilizar una palabra que acabe en consonante. En inglés se suele usar mucho para este recurso las acabadas en “st”.
Si este artículo te ha ayudado a salir de tu bloqueo temporal o te ha dado inspiración para escribir tu primera letra, ¡me encantará saberlo! ¡Utiliza la sección de comentarios!
Ah! y no olvides compartirlo para hacer de este, un mundo más musical.
Imagen: Algunos derechos reservados por Zavarykin Sergey
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