Técnicas para hablar en público y no quedarse en blanco

técnicas para hablar en públicoNo sólo los cantantes necesitan conocer técnicas para hablar en público. Hay muchísimas profesiones en las que día a día se pone a prueba la resistencia y versatilidad de nuestra voz.

Sin ir más lejos, una profesión tan cotidiana como la del profesor cuenta con una de las voces más castigadas y a las que más se les exige.

La persona que habla en público tiene que tener una voz versátil, que no aburra, que imponga respeto y resulte agradable.

Entonces, cómo técnicas para hablar en público encontramos tres cosas que hemos de trabajar:

  1. Por un lado, hemos de trabajar en nuestra voz, para que, como comentaba más arriba, no sea monótona, entre otras cosas.
  2. Por otro lado, hemos de trabajar la conexión con nuestro público, que empaticen con nosotros para que nos presten más atención
  3. Y finalmente, hemos de trabajar en el contenido que vamos a transmitir.

Para una presentación perfecta no sólo hemos de vigilar lo que decimos, sino también, cómo lo decimos y el instrumento para hacerlo, nuestra propia voz.

Seguro que estarás deseando que desarrolle todo esto un poco más:

#1: Técnicas para hablar en público y que tu voz no te deje tirado:

La peor pesadilla de un conferenciante es estar hablando en público y que de repente su voz no le responda, que abra la boca, pero de allí no salga ningún sonido.

Quedarte sin voz es algo muy difícil de que te pase, pero sí que hay muchas otras cosas que seguro que querrás evitar.

Te voy a dar algunos enlaces a artículos nuestros donde ya hablamos de algunos problemas muy frecuentes y que te puedes leer para conocer algunas técnicas para hablar en público referentes a la parte vocal:

#2: Técnicas para hablar en público y que el público no se marche:

Imagina que la sala está llena de gente y en cuanto empiezas a hacer tu exposición, el público empieza a salir de allí poco a poco.

Al final, si has tenido la suerte de que tu madre o tu abuela hayan ido a verte, serán las únicas que queden. Para un conferenciante no hay nada peor que esto, ¿verdad?

Necesitas técnicas para hablar en público y conectar con él.

¿Cómo puedes conectar con tu público?

· Fíjate muy bien ante quien estás.

Aunque es obvio que no puedes gustar a todos, sí que hay técnicas para hablar en público con las que puedes conseguir que te presten más atención, como adaptar tu manera de hablar a los que están ante ti.

Para que tu público conecte contigo, primero tú tienes que conectar con ellos.

Por ejemplo, si estás ante un público que son personas mayores, no les hables del mismo modo que hablarías con chavales de quince años.

· No hables demasiado rápido, ni tampoco demasiado despacio.

Si hablas demasiado rápido, corres el riesgo de que no te entiendan, mientras que si hablas demasiado despacio se pueden aburrir.

Puedes practicar a leer cualquier texto acompañado de un metrónomo para ser consciente del tempo de tu exposición.

· Inventa un personaje.

Muchas veces ayuda dirigirse a una persona en concreto. Si de antemano imaginas a tu espectador ideal, le pones nombre, cara, características culturales y hobbies, etcétera…

Tu espectador ideal es como un amigo imaginario, alguien que va a ir a todas tus exposiciones o conciertos y a quien siempre le interesa lo que tengas que decir. ¿Qué mejor apoyo que ese?

#3: Técnicas para hablar en público y no equivocarte con el tema de la exposición:

Vale, esto es muy difícil que te pase. Nadie va a una exposición o una clase sin saber de lo que va a hablar.

Lo que sí es fácil que te pase es que pienses que tienes el tema controlado y cuando llegues allí te líes y no te sepas explicar bien.

La clave para no liarte es llevarlo todo muy preparado con antelación.

Lo primero que tienes que hacer es ordenarte la información que quieres exponer.

Haz un pequeño esquema de toda la información que quieres transmitir. Te puedes ayudar de diapositivas e incluso distribuir fotocopias de estas a los oyentes.

De esta manera, puedes ir siguiendo esos puntos sin dejarte nada y a la vez los oyentes pueden ir viendo en todo momento por donde va la exposición y no perderse detalle, lo que les hará más partícipes de tu charla.

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Estoy confundido… ¿debo estudiar canto lírico o popular?

estudiar canto lírico o popularCuando uno se decide a hacer clases de canto normalmente se plantea si debe estudiar canto lírico o popular, pero la realidad es que no es una pregunta que nos vaya a ayudar, sea cual sea la respuesta que elijas. Es algo totalmente irrelevante desde el punto de vista técnico.

Estudiar canto lírico o popular… ¿De dónde sale esta pregunta?

“Si puedes cantar lírico, puedes cantar lo que sea”.

Seguro que te han dicho o has oído miles de veces esto. Tengo que decirte que esta afirmación siempre ha sido falsa.

Hasta donde yo sé, esta es una creencia popular de la cuál no se conoce el origen, pero como no, tengo mi teoría.

Los cantantes de ópera deben ser cantantes muy buenos. Se les exige mucho, tanto por su parte como por parte del público, y por muy poco pueden perder su carrera por completo, de la noche a la mañana.

Esto me recuerda muchísimo al proceso de selección natural. Sólo los más fuertes prevalecen y los más débiles quedan relegados a un segundo plano.

Esto hace que la buena técnica y el buen hacer sea la norma en este estilo, pero en ningún momento eso quiere decir que todos ellos sean así de buenos sólo por el hecho de haber estudiado canto lírico.

Probablemente todos estos cantantes nunca se preguntaron si debían estudiar canto lírico o popular, por el simple hecho de que lo que ellos querían hacer era lírico.

Igual que en los coches, debemos separar motor y carrocería

Una cosa es aprender a cantar y otra cosa muy diferente es aprender a cantar un estilo.

Según mi experiencia, separar conceptos no es muy habitual en la enseñanza del canto, y creo que es algo fundamental.

Aunque no soy aficionado a los coches, creo que es una analogía perfecta para explicar esto.

Sé que esto es un poco raro, pero sigue conmigo. Esto tiene mucho que ver con tu pregunta sobre estudiar canto lírico o popular.

La técnica vocal: el motor

La técnica vocal es el componente fundamental de todo cantante, igual que para un vehículo motorizado lo es el motor.

Sin motor, no hay movimiento. Si tienes un motor dañado o de gama baja, no vas a poder correr mucho y además se te va a escacharrar cada dos por tres, dejándote tirado en los peores momentos.

Sin técnica vocal te encuentras en la misma situación. Tu rango estará limitado, no aguantarás mucho tiempo cantando, y puede que te acabes haciendo daño.

El estilo: la carrocería

El estilo se define por los efectos que puedes aplicar a la voz ( rasgados, susurros, etc. ), la sucesión de notas que realizas, las dinámicas que utilizas, etc.

Nadie quiere comprar un coche sin carrocería. Si tiene una carrocería fea, no va a lucir bien y nadie va a sentirse atraído por ese coche.

Sin estilo, cantar no tiene ninguna gracia. Puedes tener una técnica vocal impecable, pero nadie te va a escuchar si no transmites un mensaje, y además ese mensaje debe resonar a nivel profundo con la gente para tener mayor impacto.

La definición de cantar con una buena técnica vocal pero con cero estilo sería como hablar en una sucesión de notas que componen una melodía.

Dos cantantes que tengan exactamente el mismo nivel técnica vocal pueden cantar estilos totalmente dispares

De la misma forma que más de un coche del mercado comparte exactamente el mismo tipo de motor.

Dadas estas definiciones de técnica vocal y estilo, deberías ver un poco más claro que la pregunta no es si debes estudiar canto lírico o popular. En realidad son dos preguntas: ¿qué vas a hacer para adquirir una buena técnica vocal? y ¿qué vas a hacer para aprender a cantar el estilo que quieres?

Si encuentras a un profesor de técnica vocal que te hace cantar con más libertad, puede ampliar tu rango, tu potencia, etc. pero su estilo no es el tuyo, no dudes en seguir estudiando con él o ella.

Para aprender estilo siempre puedes buscar a otro profesor o incluso hacerlo por tu cuenta, ya que sobretodo en el canto moderno el estilo es algo tremendamente subjetivo.

¿Cómo puede perjudicarte estudiar canto lírico o popular a la vez que mejoras tu técnica vocal?

Como te he comentado antes, cada estilo de música se caracteriza por una serie de efectos en la voz, tipos de melodías, etc.

Por ejemplo, si le pides a alguien que imite a Lucciano Pavarotti lo que hará será engolar su voz, y si le pides a alguien que imite a María Callas pondrá su voz en falsete y hará algún gorgorito.

Esto deja muy claro las ideas preconcebidas que tenemos todos.

Si a la vez que estás construyendo tu instrumento estás intentando utilizarlo para cantar de una forma en concreto, lo que estás haciendo es intentar que tu voz suene como debería sonar después de adquirir la técnica necesaria.

Esto provocará que hagas mil y una cosas que entorpezcan tu desarrollo.

Otra cosa muy diferente es entrenar tu técnica vocal sin ningún tipo de estilo y luego practicar algunas canciones. De hecho esto es bueno, ya que hay que ir aplicando lo aprendido al estilo de música que quieres hacer, pero siempre teniendo muy clara la separación de ambos.

Es como intentar montar los mecanismos internos de un coche después de haber montado la carrocería. Está claro que va a ser mucho más complicado, ¿no te parece?

Cantar con una técnica perfecta es aburrido. Sal de los límites, pero sé devoto a tu tiempo de práctica para volver al equilibrio.

¡Sí! ¡Sal de los límites establecidos!

¿Quieres rasgar la voz en algún momento de una canción? ¡Hazlo! ¿Quieres hacer una parte susurrada? ¡Hazlo!

Pero no dejes nunca de lado a tu técnica vocal. Si no cuidas tu motor y lo mantienes en buenas condiciones, los abusos harán que se vaya cascando hasta que tengas que llevarlo al taller para repararlo.

Lo malo es que con la voz la reparación no será cuestión de unos días, corres el riesgo de tener que someterte a una operación e incluso de no poder cantar durante mucho mucho tiempo. En el peor de los casos puede que para siempre.

Así que aún teniendo una buena técnica vocal, debes dedicar tiempo a mantenerla y a seguir mejorando.

Incluso te recomiendo que dediques tiempo a cantar canciones quitando absolutamente toda la emoción, como si hablases las melodías vocales en vez de cantarlas.

Si el estilo de música que te gusta te obliga a caminar por terrenos pantanosos, es aún más importante que mantengas un régimen de práctica de técnica vocal, a poder ser de forma diaria.

Debes empezar y acabar el día con tu voz equilibrada.

Por lo que, respondiendo a tu pregunta: ¿Debes estudiar canto lírico o popular? A mi modo de ver debes asegurarte de adquirir y mantener una buena técnica vocal por un lado, y por el otro lado, de aprender y entender qué define el estilo que quieres cantar, para así poder replicar sus efectos vocales, melismas, etc.

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El estudio del canto es algo así como ir al gimnasio. Estefania Perdomo, en exclusiva para La Brújula del Canto


Hoy tenemos el placer de recibir en nuestra seccion de entrevistas a Estefania Perdomo. Distrutaremos mucho y aprenderemos del talento y experiencia de esta gran cantante.
¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música?
Yo empecé a cantar muy pronto, cuando tenía 9 años, en la Escolanía San Marcial. Y lo primero que hicimos fue colaborar con el Festival de Ópera en una producción de La Bohème de Puccini. Era todo muy emocionante: tenía un vestuario de época para mí, tenía una madre “de mentira” (una señora del coro que me llevaba de la mano en el Acto II), la directora de mi coro se paseaba con un rollo de cinta adhesiva por el backstage para que no habláramos...
Una experiencia que me enganchó para siempre con la música en general y con la ópera en particular.
¿En que momento decidiste que querías ser cantante?
No fue una decisión fácil, ya que me encontraba a punto de finalizar mis estudios de Historia en la universidad. Tenía 20 años y ya tenía que tomar una decisión. El punto de inflexión fue sin duda mi participación en el Concierto Inaugural del Órgano del Auditorio Alfredo Kraus (1999). Ahí supe que no sabría vivir sin entregar música y sin el contacto con el público.
¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tu carrera?
Sin duda alguna, mi primer maestro, Mario Guerra. Él me enseñó la que hoy en día sigue siendo la base fundamental de mi técnica, pero sobre todo me demostró siempre una confianza casi ciega en mis posibilidades de éxito como cantante profesional. Me ha apoyado siempre en todo, y me ha servido de guía a lo largo de toda mi carrera, por lo que continúa siendo una influencia muy importante.

¿Cuáles son tus cantantes o músicos favoritos?
¡No sabría por dónde empezar! En lo vocal, siempre me miro en Mirella Freni, que para mí es una referencia clave; y en Monserrat Caballé, por su dominio de los matices y por su amplio registro. En otros ámbitos, hay de todo: desde Richter y Sokolov al piano, Du Pré y Rostropovich al cello, Oistrakh y Stern al violín, etc.

¿Cuál era el estilo o el compositor que más te gustaba estudiar de joven?
Por ese primer contacto con la música del que hablaba al principio, siempre me atrajo poderosamente Puccini y el verismo, pero como empecé muy jovencita a estudiar (con 14 años), era un repertorio demasiado pesado para mí. Así que aprendí a sentirme a gusto con Schubert y los lideristas alemanes en general. A los veintipocos inicié un romance con Mozart que aún no ha terminado... Y el Barroco. La música barroca no dejará de sorprenderme jamás, y es una verdadera escuela para el cantante, tanto en lo técnico como en lo estrictamente musical.

¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?
¡Ahora sí es momento para Puccini! Además de Mozart y el Barroco, estoy difrutando mucho de mis primeras incursiones en el repertorio verdiano. Y trabajando mucho en la canción española. Estoy, en ese sentido, en un momento dulce: mucho repertorio estimulante, muy variado, que además funciona bastante bien.
Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con tu voz o tu experiencia profesional (en algún curso, o concierto...)
Buf. Pasan tantas y tantas cosas en un escenario... Desde la rotura del corsé enAdriana Lecouvreur (Teatro del Liceo, Barcelona, 2012) prácticamente al incio de una escena, y justo antes de una pelea (pensé que me quedaba medio desnuda)... hasta no poder pasar las páginas de una partitura complicadísima de Messiaen por llevar guantes (no los he vuelto a usar nunca más). A nivel estrictamente vocal.... mi primer y único “gallo” cantando un Mi Bemol Sobreagudo en una de las arias de Marina, de Arrieta. Rompí a llorar cuando salí del escenario... canté llorando el dúo de Lucia... ¡Seguí llorando después del concierto!

¿Qué opinas de la situación actual de los músicos y los cantantes? ¿Que crees que debería cambiar?
La coyuntura de crisis económica nos está haciendo mucho daño, a los artistas en general. La cultura se ve como algo prescindible, algo que no es necesario. La crisis está viniendo bien en el sentido de que se está contando más con cantantes y músicos locales en vez de traerlos de fuera; y se están reduciendo los cachés astronómicos que solían pagarseLa. Lo que debe cambiar por parte del músico es el desarrollo de su inventiva e iniciativa: ya no vale esperar sentado en casa a que te llamen, ahora hay que moverse y buscar, preparar proyectos, unirse con otros músicos... Es una oportunidad de oro para ser más creativo.
¿Qué proyectos musicales tienes en mente realizar?
Ahora mismo estoy a punto de grabar una obra que estrené en el año 2009 y que me hace mucha ilusión. Estoy desarrollando además un proyecto muy interesante de conciertos-conferencias sobre música española, un “género” que considero muy prometedor y en el cual realizaré alguna incursión antes de que acabe el año. Por otro lado, este año he recuperado la actividad docente, y a partir de enero empezaré con unos módulos técnicos destinados a cantantes amateur. Hay en marcha otro proyecto de estreno de micro-óperas muy interesante... en fin, que proyectos no faltan.

¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto?
Primero que nada...que estudien. La disciplina de trabajo en cualquier instrumento es fundamental, pero en el canto, el instrumento es uno mismo. Es imprescindible que el cuerpo interiorice y mecanice la técnica para tener una voz sana, un instrumento saludable. Y eso sólo se consigue con el estudio. Es algo así como ir al gimnasio.
En segundo lugar... cuidado con el repertorio. He visto a lo largo de mi carrera voces destrozadas por cantar cosas para las cuales no se estaba aún preparado técnicamente, sobre todo en la ópera, que es muy dura. Hay que tener mucho cuidado, e ir “desbloqueando” poco a poco los roles.
Y sobre todo... mantener y cultivar la ilusión. Es una profesión difícil y sacrificada... pero muy gratificante. Y mantener el ánimo es fundamental para seguir adelante, seguir aprendiendo, conociendo y compartiendo.
¿Quieres añadir algo más sobre tu relación con la música o con el canto?
En realidad... creo que ya está todo.. ;)

No me gusta oírme cantar, ¿puedo ejercitar el timbre de voz?

ejercitar el timbre de vozMuchas personas se preguntan si es posible ejercitar el timbre de voz. Es normal tener esta duda, porque las personas nacemos con una voz única, que se diferencia de las demás por el llamado timbre de voz.

¿Qué hace que el timbre de voz sea de una manera determinada?

Hay varias cosas que pueden afectar al timbre de voz, pero lo que más repercute es la morfología de la persona.

El largo y ancho de nuestras cuerdas vocales, así como las cavidades naturales que se forman en nuestra boca y cuello, hacen que nuestra voz tenga uno u otro timbre.

No sé si te habrá pasado alguna vez, la verdad es que a mi me ha pasado un montón de veces que alguien ha confundido mi voz con la de mi madre o mis hermanas. Esto no es de extrañar, ya que físicamente también nos parecemos bastante.

Esto nos dice que la genética tiene mucho que ver en cómo va a ser el timbre de nuestra voz. Además, aprendemos a hablar imitando, por lo que tampoco es de extrañar que adquiramos las entonaciones de nuestros padres.

¿Por qué digo entonces que se puede ejercitar el timbre de voz?

A pesar de que sea sobretodo producto de nuestra configuración física y educacional, sin saberlo podemos estar cambiando el timbre de voz para cantar, haciéndolo diferente al que utilizamos para hablar.

Si te fijas, hay personas que cuando cantan son muy fáciles de reconocer, puesto que sus voces hablada y cantada se parecen mucho entre sí.

Sin embargo hay otras personas que cuando cantan parecen otras, porque al prepararse para cantar, cambian algo en su interior para que sus voces suenen distintas.

Si una persona puede cambiar algo en su interior para que su voz suene distinta, tiene mucho sentido que se pueda ejercitar el timbre de voz para hacerla sonar como quieres, ¿no crees?

No obstante, la idea feliz y lo más sano es que tu voz hablada y tu voz cantada suenen como deben y que se parezcan entre sí.

¿Qué puede estar afectando a tu timbre de voz para que no suene como quieres?

Muchas veces este cambio en nuestra voz cantada es a peor o totalmente incontrolable. Los motivos que pueden estar produciendo esto son diversos:

#1: Tensión en la mandíbula:

Hay más personas de las que piensas que tienen tensión en sus mandíbulas, tanto al hablar como al cantar. Esto hace que el sonido no salga todo lo fluido que quieren.

Lo peor de todo es que también les puede producir otros inconvenientes físicos (por ejemplo tener que dormir con una prótesis dental).

#2: Tensión en la lengua:

La lengua también es un enemigo muy común. De hecho, en las notas agudas es muy frecuente que la raiz de la lengua tienda a alzarse, como queriendo alcanzar la nota.

El timbre de una voz con tensión en la lengua es como engolado, incluso llega a dificultar la dicción y puede ser que no se oiga a un volumen normal, sonando mucho más apagado de lo que debería.

#3: Tensión en la laringe:

Finalmente, encontramos la reina de corazones de las tensiones. La tensión en la laringe es la que más hace variar el timbre de nuestra voz, ya que su posición puede hacer variar el largo y ancho de nuestras cuerdas vocales, así como cambia el espacio que actúa como resonador.

Con nuestra mandíbula, lengua y laringe relajadas nuestro timbre de voz debería sonar exactamente como es en realidad.

Para ejercitar el timbre de voz es necesario poner una atención especial en detectar si tenemos alguna de estas tensiones y si es el caso, eliminarlas con ejercicios.

#4: Aducción cordal incorrecta:

Esto simplemente quiere decir que tus cuerdas vocales no se están juntando de manera correcta. Puede ser que se estén juntando demasiado o puede ser que no se junten lo suficiente.

En cualquiera de los dos casos esto es perjudicial para ti. Si se juntan demasiado te va a resultar mucho más difícil modular tu voz para que no suene monótona, mientras que si se juntan poco, tu voz va a ser más frágil y menos potente.

En ambos casos existe el riesgo de padecer nódulos en las cuerdas vocales.

¿Cómo puedo ejercitar el timbre de voz según cada caso?

Lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de ejercitar el timbre de voz es si nuestra voz hablada suena igual que nuestra voz cantada.

Generalmente, salvo en casos muy raros, es importante partir de la base de que tu voz hablada está más libre de tensiones que tu voz cantada, ya que al utilizarla ejercemos muchísima menos presión de aire que cuando cantamos.

Esto no quiere decir que tu voz hablada sea correcta, pero por lo menos nos servirá como punto de partida para ejercitar el timbre de voz.

De hecho, recuerdo que mi voz hablada cambió mucho cuando empecé a ejercitar el timbre de voz para cantar.

Yo siempre había tenido una voz muy fina y apenas audible. Mi problema era una combinación de tensiones y muy poca aducción cordal. El problema era mucho más evidente en mi voz cantada que en mi voz hablada.

Ahora tanto mi voz hablada como mi voz cantada suenan mucho más potentes y con más volumen.

Ya comenté algunos ejercicios para eliminar las tensiones en la mandíbula y la lengua en el artículo sobre los málos hábitos.

Contra la tensión en la laringe, es importante averiguar qué es lo que estás haciendo exactamente. ¿Está subiendo tu laringe o está bajando demasiado?

Lo que hemos de hacer para ejercitar el timbre de voz eliminando la tensión en la laringe es contrarrestar lo que nuestra laringe esté haciendo.

Si la estás subiendo, prueba a bostezar mientras hablas. Puedes ejercitar el timbre de voz haciendo escalas con este sonido para que tu cuerpo se acostumbre a producir sonido con la laringe abajo en lugar de arriba.

El caso contrario es muy raro, pero se trata de dejarla relajada, sin apretarla. Puedes intentar imitar el maullido de un gato, ya que es muy difícil hacer ese sonido con una laringe baja.

Este último ejercicio te servirá también si tienes poca aducción cordal, ya que de regalo, ese sonido ayudará a que tus cuerdas vocales se mantengan juntas.

Si tienes demasiada aducción cordal, puedes ejercitar tu voz con consonantes fricativas como la “F”.

En conclusión, te diré que es muy difícil ser objetivo con tus problemas vocales, puesto que no te escuchas de la misma manera que tu voz suena fuera de tu cuerpo.

Es muy recomendable que un profesional de la voz te ayude a distinguir qué está causando que tu voz no suene como quieres y que te ayude a ejercitar el timbre de voz.

Si te sientes identificado con algún punto de este artículo, no olvides compartir tu experiencia con nosotros dejándo un comentario.

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Ejercitar la voz para hablar y que tu voz se quede contigo día a día

ejercitar la voz para hablarLas personas que diariamente utilizan su voz en el trabajo necesitan ejercitar la voz para hablar, ya que muchas veces se encuentran con que acaba fallándoles en algún momento.

En este grupo de personas, no sólo tenemos actores de voz u oradores. También encontramos profesores, telefonistas o incluso ejecutivos que se pasan el día haciendo presentaciones, de reunión en reunión.

En definitiva, si utilizas tu voz en el trabajo eres un blanco fácil y puedes encontrarte en una situación en la que de repente tu voz te abandona, dejándote desamparado y sin poder ejercer tu trabajo diario.

Tres razones por las que vale la pena ejercitar la voz para hablar

Muchas personas piensan que no pueden evitar quedarse sin voz a causa de su trabajo y que ejercitar la voz para hablar en realidad no sirve de nada porque la voz se cansa simplemente de tanto usarla.

No obstante está comprobado que hay varias causas por las que puedes quedarte sin voz después de unos cuantos días de actividad frenética en el trabajo o muchas veces ni siquiera hace falta esto.

Después de hablar durante mucho rato acabas reventado y ya no puedes decir ni una palabra más.

Hay muchos motivos por los que debes ejercitar la voz para hablar: si notas que te falla cuando más la necesitas, si eres propenso a que los resfriados te afecten a la voz, si no puedes tener una voz todo lo versátil que te gustaría

Yo te voy a dar tres razones por las que vale la pena ejercitar la voz para hablar y solucionar todos los motivos que te acabo de nombrar:

Ejercitar la voz para hablar y eliminar las tensiones en tu voz

Si es tu caso que después de hablar un rato notas ciertas molestias en el cuello, en la mandíbula o incluso en la lengua, significa que tienes tensiones contra las que debes luchar.

Una parte muy importante de ejercitar la voz para hablar, es trabajar en estas tensiones.

Para las tensiones en el cuello, un ejercicio que te puede ayudar mucho es sujetar con tus dedos los músculos de tu boca (las comisuras de los labios) y dejar vibrar tus labios uno contra otro mientras intentas pronunciar “BU” con voz de bostezo.

Para las tensiones en la mandíbula, puedes practicar dejarla relajada y moverla simplemente con la mano o bien mantenerla abierta y sujetarla con las manos para que no se cierre, mientras haces otros ejercicios de vocalización.

La lengua también es importante dejarla relajada. Es muy difícil conseguirlo, pero puedes dejarla reposando sobre tu labio inferior mientras vocalizas y si ves que se te va para atrás, aprisiónala con los dientes para que no pueda hacerlo.

Tienes que hacer notas graves y agudas con estos ejercicios, ya que aunque no te lo parezca, utilizas notas agudas también cuando hablas y hacerlas correctamente te puede ahorrar muchas tensiones no deseadas.

Para ejercitar la voz para hablar puedes leer en voz alta mientras pones en práctica los ejercicios indicados, ya que leer es lo más parecido que existe al habla.

Ejercitar la voz para hablar e incrementar la resistencia de tu voz

Si lo que te pasa es que muchas veces se te acaba el aire antes de acabar las frases, te cansas muchísimo al hablar y siempre te quedas afónico con facilidad, lo que necesitas es ejercitar la voz para hablar y así aumentar la resistencia de tu voz.

Necesitas que tu voz suene mucho menos airosa de lo que suena y para ello tienes que conseguir mantener tus cuerdas vocales bien juntas. Como todo en esta vida, hacer eso no es tan fácil como escribirlo.

Un ejercicio que te puede venir muy bien para ello es pronunciar una “M” de una manera concreta. Mientras la pronuncias, pon tu dedo índice debajo de tu nariz. Si notas que sale aire caliente es que lo estás haciendo de manera incorrecta. No deberías notar que salga aire. Si no sabes cómo hacerlo, puedes pensar en imitar el maullido de un gato por ejemplo.

Para que tu voz sea más resistente, tus cuerdas vocales tienen que ser capaces de juntarse y separarse correctamente y los músculos de tus cuerdas vocales estarán más fuertes.

Ejercitar la voz para hablar y mejorar tu entonación

Si aún no te parece que las dos razones que te he nombrado antes sean suficientes para convencerte de que debes trabajar en ejercitar la voz para hablar, debo decirte que no sólo va a perjudicarte el hecho de que vas a tener molestias en tu voz, sino que además, tu voz puede llegar a sonar mucho más estridente, menos agradable para los demás de lo que debería ser.

Si en tu profesión te vales de tu voz para conectar con tus clientes, ¿no te parece de lo más importante cuidar este punto?

Seguro que cuando ibas al colegio había un profesor con el que todos os dormíais en clase, seguramente porque su tono de voz era muy monótono. Si esa persona hubiera aprendido a ejercitar la voz para hablar y mejorar su entonación, seguro que habría conseguido atraer mucho más vuestra atención.

Recuerdo por ejemplo, cuando yo estudiaba historia. Me parecía muy aburrida, así que nunca conseguía aprenderme nada. Hasta que a mi madre se le ocurrió una idea fantástica. Como a mi me encantaban los cuentos que ella me contaba, decidió leerme ella la historia a su manera y me lo contaba con mucha energía, cambiando de tono y poniendo voces. ¡Estudiar historia, a partir de entonces, empezó a ser incluso divertido!

Debes ejercitar la voz para hablar obligándote a utilizar tonos graves y agudos, no quedándote siempre en el mismo tono de voz.

Algunos consejos para que tu voz aguante tu ritmo diario

Es muy importante ejercitar la voz para hablar, aunque muchas veces sólo con esto no es suficiente. Hay muchísimas cosas que tenemos que saber que afectan a nuestra voz de manera directa. Te voy a hablar de las dos más comunes:

Cómo luchar contra los efectos del estrés en la voz

Imagina que eres una telefonista en un día de trabajo de esos tan estresantes. El teléfono sonando sin parar, varias llamadas en cola… Además no para de entrar gente por la puerta pidiendo ver a una persona u otra…

Una de las visitas pide ver a tu jefe, pero cuando se lo dices, no quiere recibirle. Te inventas algo, la visita no te cree y te empieza a gritar. Mientras tanto, no para de sonar el teléfono.

Creo que en una situación como ésta es bastante normal sentir un poco de estrés, ¿no crees?

El estrés es algo muy malo, pero no sólo para nuestra mente, sino también para nuestro cuerpo. Los hombros se tensan, la espalda sufre y ¿qué pasa con nuestro aparato fonador?

Cuando sentimos estrés la laringe se tensa y tiende a subir, produciendo un sonido mucho más estridente. Nuestra voz se vuelve más aguda y encima solemos incrementar el volumen cuando hablamos, por lo que estamos forzando nuestra voz.

Para ayudar a que salgan las palabras, utilizamos la musculatura externa de nuestro cuello para ayudar a que las cuerdas vocales se junten, con lo que estamos generando más tensiones todavía.

Seguro que muchas veces has leído por ahí que ejercitar la voz para hablar consiste nada más que en hacer ejercicios de relajación. Y no te digo que no sean útiles, pero… ¿de qué te sirven en un momento de estrés como el que te he descrito?

Es en ese preciso momento, en el que estás viviendo esa crisis, en el que debes seguir dos pasos muy sencillos:

  • Tienes que tomarte un momento para hacer una respiración profunda, si puede ser con sonido, para que así tu laringe vuelva a su posición natural. Deja que tus pulmones se llenen completamente de aire haciendo que ocupen el lugar donde está el diafragma, haciendo que tu barriga se hinche.
  • Intenta que tu voz suene mucho más grave poniendo una voz como si estuvieras bostezando.

La clave está en reconocer en el momento qué es lo que te está perjudicando y actuar en consecuencia.

Cómo evitar que mis cuerdas vocales se resientan

No es necesario vivir una situación estresante para que tus cuerdas vocales sufran las consecuencias de un abuso en la voz. Otro factor muy perjudicial para tu voz es la deshidratación.

Puede parecerte una tontería, pero unas cuerdas vocales deshidratadas sufren mucho más y son mucho más propensas a debilitarse que unas que estén hidratadas.

Lo peor de todo es que las cuerdas vocales son muy fáciles de deshidratar, ya que cuando hablas, continuamente está pasando aire a través de ellas y el aire seca.

Debes beber agua suficiente para hidratarlas, ya que, aunque no pase directamente entre tus cuerdas vocales, hidratará todo tu cuerpo, incluyendo las cuerdas vocales y mantendrá tu voz más sana.

El problema es que no sólo el aire deshidrata las cuerdas vocales, sino también el humo y el alcohol. Ya hablé de los efectos negativos del tabaco en la voz. Pues bien, el alcohol tampoco es de lo mejor para nuestras cuerdas vocales. Si es un consumo esporádico pueden soportarlo, pero los abusos en ese campo sólo consiguen deteriorar nuestra voz.

Para tener tu voz en plena forma, abstente de fumar y beber alcohol y ten siempre a mano una botella de agua para mantenerte hidratado.

Espero haberte ayudado a entender la importancia que tiene ejercitar tu voz para hablar además de para cantar. ¡No te olvides de contarnos como te va si te decides a hacerlo!

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