A menudo asociamos la palabra éxito con la riqueza, la fama y la fortuna, pero esa palabra es algo más que todo eso. Hay grandes éxitos y éxitos pequeñitos. A la hora de cantar, la historia no es diferente. Primero hemos de tener presente el objetivo que queremos alcanzar y a partir de ahí luchar para conseguirlo.
A lo que me refiero con esto es que no es lo mismo querer vivir de tu voz que querer aprender a cantar simplemente porque es algo que te gusta y se te da bien. Es muy importante saber de antemano qué queremos hacer, porque de esta manera enfocamos todos nuestros esfuerzos en el camino correcto.
Hay personas que si les preguntas si quieren ser cantantes famosos te dicen: bueno, es que eso es muy difícil... otras que directamente te dicen que sí, pero no se han parado a pensar en las repercusiones de todo ello. Hay que tener muy claro que en el momento en que seas reconocido por un público tu vida va a cambiar. Eso es algo que no todo el mundo aguanta, por eso hay que tener muy claro que ese es tu objetivo antes de empezar a avanzar hacia él.
Sea cual sea tu meta, tener éxito en ella no es imposible. Es más fácil si sabemos qué pasos debemos ir dando para acercarnos cada vez más, pero si no los sabemos, tenerla clara en todo momento ya es muy importante.
Como cada objetivo tiene sus pasos y sería muy largo describiros los de todos los posibles, yo voy a enfocarme en el que más conozco, que fue y es el mio. Yo aprendí a cantar para formar parte de una banda y hacer conciertos para divertirme y disfrutar de la música.
¿Cual es el primer paso? Yo no lo hice en un principio y por eso ahora sé que es primordial, ya que adquirí vicios que me fueron muy difíciles de erradicar. De lo que estoy hablando es de encontrar un profesor de canto que te guíe. Parece un paso fácil de conseguir, porque resulta que hay muchísimas personas que ofrecen clases de canto, pero como bien dijo Carlos en una de sus publicaciones, no siempre es fácil encontrar un buen profesor de canto. Si te lees su artículo, verás que puedes detectar por ti mismo cuando un profesor es bueno o no. Esta persona valorará hasta que punto estás o no preparado para iniciar tu camino y te ayudará a estarlo si aún tienes trabajo por hacer.
Una vez tu profesor te diga que estás listo, hay que empezar a buscar componentes para la banda, o una banda ya creada que necesite cantante. Cualquiera de los dos casos, por fácil que pueda parecer, no lo es. Sé que es obvio, pero a veces no nos damos cuenta de que las bandas están compuestas por personas y que con esas personas vas a pasar mucho tiempo. Lo mas importante es encontrar gente con la que tengas afinidad y que compartan el mismo objetivo que tú. Si hay malos rollos o tienes diferencias con alguno de los componentes, no te quedes. Sí, puedes hacer conciertos, pero no disfrutarás de la misma manera.
Otra cosa muy importante es el tipo de música que se hace. Como suele decirse, para gustos, colores. Hay que tener más o menos los mismos gustos musicales que los demás componentes para que la cosa funcione o si bien no se tienen los mismos gustos exactos, al menos tolerancia para adaptarse. Es muy importante saber elegir bien en este caso ya que vas a necesitar a otras personas, ya no va a depender sólo de ti.
Lo más importante es que todos los componentes compartan tu objetivo. Por ejemplo, os voy a hablar de una alumna mía que entró en una banda. Se llevaba muy bien con todos los componentes, tenían el mismo gusto musical y compusieron temas con los que ella estaba encantada. Trabajaba muchísimo y parecía que todo iba bien, pero sin embargo, nunca pude ir a verla a ningún concierto. ¿Qué pasaba ahí? Había uno de los componentes que tenía un objetivo distinto al del resto. Quería ensayar y componer temas, pero no quería hacer conciertos. Siempre decía que aún no estaban preparados aunque habían pasado dos años! Esto fue muy frustrante para ella ya que puso mucho esfuerzo e ilusión en un camino que nunca la iba a llevar a su meta. Así que sí, es importante que aunque se tarde más tiempo, se ponga mucho cuidado en este punto.
El siguiente paso, como no, es componer canciones. Suponiendo que no sepas tocar ningún instrumento y que tampoco te interese, eso lo pueden hacer los demás miembros de la banda. Eso sí, la melodía de voz sí que generalmente la busca el cantante. Ya dí algún consejo para aprender a componer melodías de voz en una publicación antigua. Una vez tengáis unas cuantas canciones y quizás alguna versión (es otro posible camino si no te gusta componer o no te apetece) ya se puede empezar a buscar bolos!
No cumplirás tu objetivo actuando una sola vez, ya que la primera vez es muy emocionante, pero no disfrutas tanto como cuando adquieres más experiencia. Las llamadas "tablas" te dan una seguridad que no tienes en el primer bolo, por no decir que actuar es algo que para algunas personas resulta adictivo! Sobretodo si tu fin es divertirte y disfrutar de la música.
Si resulta que quieres divertirte y disfrutar de la música o vivir de tu voz cantando o hablando en público o en grabaciones (doblaje, radio, etc.) y quieres asesoramiento profesional, para hacerlo de manera segura y durante más tiempo, recuerda que en Vox Technologies ofrecemos clases de canto y técnica vocal muy asequibles! Son tanto presenciales en Barcelona como online via Skype. Anímate a probarlas!! Sólo tienes que ponerte en contacto con nosotros para decírnoslo!
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Normalmente, cuando alguien habla de afinación se refiere a, dado un acorde de notas, la capacidad de un cantante a hacer una nota o serie de notas afinadas con este acorde. Como en todo, hay gente que trae esta habilidad "de serie", y otra gente que no. Cuando alguien no posee esta habilidad, la creencia popular es que no sirve para cantar.
El problema es el desconocimiento de la causa de esta incapacidad para afinar. Sí es verdad que hay gente que tiene su sistema nervioso defectuoso o dañado y realmente no puede afinar. La diferencia entre alguien con esta incapacidad y alguien que es incapaz de afinar sólo porque aún no sabe es que éste último es incapaz de reproducir el sonido, pero es totalmente consciente de que no está afinado, ya sea mientras canta o mientras escucha una grabación suya.
Hay diversas razones por las que alguien no puede afinar. La más común es la falta de control de su aparato fonador. Si estás utilizando los músculos externos de tu laringe, tus cuerdas vocales no pueden vibrar libremente, por lo que tu control disminuye notablemente. En tu cabeza puedes tener muy clara la nota, pero tus cuerdas vocales simplemente no responden. Es como querer levantar un peso superior a lo que pueden soportar los músculos de tus brazos. Tu sabes lo que tienes que hacer, pero tus músculos no pueden con ello y empiezan a temblar con ese peso, pudiéndote lesionar. También puede ser que tus cuerdas vocales no tengan la fuerza suficiente para soportar la presión de aire que está recibiendo desde los pulmones, por lo que tenemos el mismo problema con diferente origen.
Otra razón puede ser que simplemente no estés acostumbrado a tener que afinar aunque, por la razón que sea, tienes un buen control de tu voz. Esto no es tan común, ya que normalmente la gente no tiene un buen control de su voz sin haber recibido clases de canto y en estas clases se suelen practicar canciones. Poco a poco vas adquiriendo buena técnica vocal y, de regalo, la habilidad de afinar.
Yo he tenido este problema, y es muy frustrante. Empecé a interesarme en la música como batería y no fue hasta unos años después que me decidí a aprender a cantar. Por ese motivo pude pasar mi adolescencia entre músicos, haciendo música, pero no me llegó de forma natural el aprender a afinar ni acostumbrarme a las notas, ya que estaba centrado en la parte rítmica.
Poco tiempo antes de decidirme a recibir clases de canto, empecé a componer mis propias canciones por completo, no sólo la parte rítmica. Para ello utilicé programas de ordenador, en vez de un instrumento convencional. El guitarra de mi grupo me explicó cuatro cosas básicas de solfeo para saber por dónde empezar, y empecé.
El principio, como todos los principios, fue bastante desastroso, pero a las pocas semanas empecé a desenvolverme mejor con los programas y con las notas. En un mes ya estaba componiendo canciones enteras, con la ventaja de que tenía ya varios años de experiencia como batería, por lo que solía ver las canciones desde una perspectiva diferente al resto de músicos. Las dos primeras canciones que enseñé a mi banda no les desagradaron, pero tampoco les pareció impresionante. La tercera canción que hice, no sé cómo, pero salió algo muy bueno. A todos les gustó, por lo que esa semana todos la estudiamos y al llegar nuestras horas de ensayo en el fin de semana, la hicimos. Todos se sorprendieron, aunque yo el que más.
A pesar de estos avances, cuando empecé con mis clases de canto la cosa fue horrible. Era totalmente incapaz de afinar una sola nota, pero como suelo ser muy cabezota en hacer algo cuando me lo propongo, continué. La cosa no mejoraba con el paso de las semanas, ni de los meses... ni de los años.
Como ya sabréis si habéis leído artículos anteriores, estuve saltando de profesor en profesor durante mucho tiempo, hasta que encontré Speech Level Singing. A pesar de que empecé a notar mejoras desde el primer momento, no puedo decir lo mismo de mi afinación.
¿Por qué no mejoraba mi afinación? Porque mi profesor de canto estaba corrigiendo uno por uno los cientos de malos hábitos que tenía, y equilibrando mi aparato fonador. Esto quiere decir que pasé por muchas fases donde no tenía ningún control de mi voz, ya que estaba descubriendo coordinaciones nuevas y formas de utilizar mi voz desconocidas para mi hasta ese momento. Esto me recordó muchísimo a cuando empecé a tocar la batería. Era totalmente incapaz de hacer el ritmo más simple porque mi pierna se negaba rotundamente a hacer lo que yo quería; lo que hacía era hacer lo mismo que mi mano derecha, pero con el tiempo gané coordinación, igual que con el canto.
Después de un tiempo de hacer clases, empecé a trabajar en canciones. Antes de empezar a aprender a coordinar mi voz, intentaba cantar y no era consciente de que estaba desafinando todo el rato; me daba cuenta cuando me escuchaba grabado. Al haber adquirido un control mucho mayor en relación a aquel tiempo, no estaba tan preocupado por intentar llegar a las notas, así que mi cerebro empezó a interesarse por escuchar más la música mientras cantaba, por lo que pasé al siguiente nivel: ya me daba cuenta mientras cantaba de que estaba desafinado.
Lo que tuve que hacer es ponerme con un piano ( en concreto este piano virtual ) a probar de hacer notas sueltas. Me sorprendí muchísimo cuando veía que no era capaz de hacer algunas notas, por más que estuviese escuchando que estaba desafinado. No sabía si tenía que ir a un tono un poco más agudo o un poco más grave. Lo que empecé a hacer fue suponer: tocaba una tecla, sonaba la nota e intentaba afinar. ¿Que no estaba afinado y no sabía por qué? Empezaba a subir mi voz de tono, para ver si eso me sonaba mejor o peor. Si sonaba mejor, ¡genial! Al final daba con la nota. Si sonaba peor... ¡genial también! Estaba creando unas conexiones nuevas en mi cerebro, que más tarde me ayudarían a hacer de forma más rápida lo que estaba haciendo en ese momento.
Cuando más o menos lo tenía por la mano, pasé a las canciones. De nuevo... ¡sorpresita! ¡No daba una! "Sin problema", pensé. Lo que hice fue practicar trozos de las canciones, uno cada vez. La cosa mejoró, pero aún así era muy difícil. Entonces me acordé del maravilloso programa VideoLAN. Es un reproductor de audio y vídeo muy bueno, pero yo lo quería por una herramienta que tiene para ralentizar una canción sin que el tono se vea afectado. Es decir, lo que conseguí era practicar las canciones a menor velocidad. La velocidad es un factor importantísimo para aprender cosas nuevas, y muchas veces la ignoramos. Esto fue una ayuda de mucho valor.
Si tu también tienes problemas a la hora de afinar, estoy seguro que te verás identificado con algún punto del artículo de hoy. No debes dejar que la gente te diga que no sabes cantar sólo porque aún no sepas afinar.
Nosotros podemos ayudarte con todo esto y mucho más con nuestras clases de canto. ¡Ponte en contacto con nosotros y reserva tu clase! ¡Estaremos más que encantados de poder ayudarte a ser el cantante que quieres ser!
El problema es el desconocimiento de la causa de esta incapacidad para afinar. Sí es verdad que hay gente que tiene su sistema nervioso defectuoso o dañado y realmente no puede afinar. La diferencia entre alguien con esta incapacidad y alguien que es incapaz de afinar sólo porque aún no sabe es que éste último es incapaz de reproducir el sonido, pero es totalmente consciente de que no está afinado, ya sea mientras canta o mientras escucha una grabación suya.
Hay diversas razones por las que alguien no puede afinar. La más común es la falta de control de su aparato fonador. Si estás utilizando los músculos externos de tu laringe, tus cuerdas vocales no pueden vibrar libremente, por lo que tu control disminuye notablemente. En tu cabeza puedes tener muy clara la nota, pero tus cuerdas vocales simplemente no responden. Es como querer levantar un peso superior a lo que pueden soportar los músculos de tus brazos. Tu sabes lo que tienes que hacer, pero tus músculos no pueden con ello y empiezan a temblar con ese peso, pudiéndote lesionar. También puede ser que tus cuerdas vocales no tengan la fuerza suficiente para soportar la presión de aire que está recibiendo desde los pulmones, por lo que tenemos el mismo problema con diferente origen.
Otra razón puede ser que simplemente no estés acostumbrado a tener que afinar aunque, por la razón que sea, tienes un buen control de tu voz. Esto no es tan común, ya que normalmente la gente no tiene un buen control de su voz sin haber recibido clases de canto y en estas clases se suelen practicar canciones. Poco a poco vas adquiriendo buena técnica vocal y, de regalo, la habilidad de afinar.
Yo he tenido este problema, y es muy frustrante. Empecé a interesarme en la música como batería y no fue hasta unos años después que me decidí a aprender a cantar. Por ese motivo pude pasar mi adolescencia entre músicos, haciendo música, pero no me llegó de forma natural el aprender a afinar ni acostumbrarme a las notas, ya que estaba centrado en la parte rítmica.
Poco tiempo antes de decidirme a recibir clases de canto, empecé a componer mis propias canciones por completo, no sólo la parte rítmica. Para ello utilicé programas de ordenador, en vez de un instrumento convencional. El guitarra de mi grupo me explicó cuatro cosas básicas de solfeo para saber por dónde empezar, y empecé.
El principio, como todos los principios, fue bastante desastroso, pero a las pocas semanas empecé a desenvolverme mejor con los programas y con las notas. En un mes ya estaba componiendo canciones enteras, con la ventaja de que tenía ya varios años de experiencia como batería, por lo que solía ver las canciones desde una perspectiva diferente al resto de músicos. Las dos primeras canciones que enseñé a mi banda no les desagradaron, pero tampoco les pareció impresionante. La tercera canción que hice, no sé cómo, pero salió algo muy bueno. A todos les gustó, por lo que esa semana todos la estudiamos y al llegar nuestras horas de ensayo en el fin de semana, la hicimos. Todos se sorprendieron, aunque yo el que más.
A pesar de estos avances, cuando empecé con mis clases de canto la cosa fue horrible. Era totalmente incapaz de afinar una sola nota, pero como suelo ser muy cabezota en hacer algo cuando me lo propongo, continué. La cosa no mejoraba con el paso de las semanas, ni de los meses... ni de los años.
Como ya sabréis si habéis leído artículos anteriores, estuve saltando de profesor en profesor durante mucho tiempo, hasta que encontré Speech Level Singing. A pesar de que empecé a notar mejoras desde el primer momento, no puedo decir lo mismo de mi afinación.
¿Por qué no mejoraba mi afinación? Porque mi profesor de canto estaba corrigiendo uno por uno los cientos de malos hábitos que tenía, y equilibrando mi aparato fonador. Esto quiere decir que pasé por muchas fases donde no tenía ningún control de mi voz, ya que estaba descubriendo coordinaciones nuevas y formas de utilizar mi voz desconocidas para mi hasta ese momento. Esto me recordó muchísimo a cuando empecé a tocar la batería. Era totalmente incapaz de hacer el ritmo más simple porque mi pierna se negaba rotundamente a hacer lo que yo quería; lo que hacía era hacer lo mismo que mi mano derecha, pero con el tiempo gané coordinación, igual que con el canto.
Después de un tiempo de hacer clases, empecé a trabajar en canciones. Antes de empezar a aprender a coordinar mi voz, intentaba cantar y no era consciente de que estaba desafinando todo el rato; me daba cuenta cuando me escuchaba grabado. Al haber adquirido un control mucho mayor en relación a aquel tiempo, no estaba tan preocupado por intentar llegar a las notas, así que mi cerebro empezó a interesarse por escuchar más la música mientras cantaba, por lo que pasé al siguiente nivel: ya me daba cuenta mientras cantaba de que estaba desafinado.
Lo que tuve que hacer es ponerme con un piano ( en concreto este piano virtual ) a probar de hacer notas sueltas. Me sorprendí muchísimo cuando veía que no era capaz de hacer algunas notas, por más que estuviese escuchando que estaba desafinado. No sabía si tenía que ir a un tono un poco más agudo o un poco más grave. Lo que empecé a hacer fue suponer: tocaba una tecla, sonaba la nota e intentaba afinar. ¿Que no estaba afinado y no sabía por qué? Empezaba a subir mi voz de tono, para ver si eso me sonaba mejor o peor. Si sonaba mejor, ¡genial! Al final daba con la nota. Si sonaba peor... ¡genial también! Estaba creando unas conexiones nuevas en mi cerebro, que más tarde me ayudarían a hacer de forma más rápida lo que estaba haciendo en ese momento.
Cuando más o menos lo tenía por la mano, pasé a las canciones. De nuevo... ¡sorpresita! ¡No daba una! "Sin problema", pensé. Lo que hice fue practicar trozos de las canciones, uno cada vez. La cosa mejoró, pero aún así era muy difícil. Entonces me acordé del maravilloso programa VideoLAN. Es un reproductor de audio y vídeo muy bueno, pero yo lo quería por una herramienta que tiene para ralentizar una canción sin que el tono se vea afectado. Es decir, lo que conseguí era practicar las canciones a menor velocidad. La velocidad es un factor importantísimo para aprender cosas nuevas, y muchas veces la ignoramos. Esto fue una ayuda de mucho valor.
Si tu también tienes problemas a la hora de afinar, estoy seguro que te verás identificado con algún punto del artículo de hoy. No debes dejar que la gente te diga que no sabes cantar sólo porque aún no sepas afinar.
Nosotros podemos ayudarte con todo esto y mucho más con nuestras clases de canto. ¡Ponte en contacto con nosotros y reserva tu clase! ¡Estaremos más que encantados de poder ayudarte a ser el cantante que quieres ser!
Hay gente que tiene muchos problemas en la voz y es consciente de ello, pero no sabe ni el por qué ni cómo arreglarlo. Esto es más común de lo que pensamos, y a veces resulta sorprendente ver cuánto afecta a las vidas de las personas, sobretodo a las que utilizan la voz como su herramienta principal de trabajo.
Es curioso como la gente no le suele dar importancia a estos problemas, incluyendo a muchos profesionales de la voz. Es probable que cuando me refiero a "profesionales de la voz" principalmente te imagines inmediatamente a cantantes, actores, dobladores, etc. pero la realidad es que muchísima gente utiliza su voz como medio de vida.
Un profesor de escuela necesita su voz para transmitir sus conocimientos a los alumnos, pero no de una forma tan tan simple como poder articular palabras. Necesita que sus alumnos no se aburran con una voz monótona, que su voz pueda ser escuchada y entendida por cualquier oyente con la mayor claridad, que pueda estar hablando todo el día y la calidad de su voz no disminuya, por no decir que pueda hacerlo día tras día. Igual que los profesores, los periodistas, los psicólogos, los conferenciantes, ...
La comunicación de cualquier tipo no sólo se compone de conceptos en forma de palabras. La voz transmite mucho más que eso, ya que dependiendo del tono puede transmitir alegría, miedo, compresión, ..., dependiendo del "color" puedes utilizar una voz más relajante, o puedes utilizar todo el músculo de tus cuerdas vocales para imponerte, ... La voz lleva emociones que viajan desde el emisor hasta el receptor, no sólo lleva palabras. Los más hábiles incluso pueden hacer sentir al receptor esas emociones, pudiendo hacer que alguien se tranquilice, se relaje, se divierta, etc.
El problema se agrava más cuando uno no es consciente de cuánto depende de su voz y de todo lo que podría conseguir teniendo su voz a sus órdenes, no al revés. Por eso, hoy os presento las cinco razones principales por las que no tienes la voz que necesitas.
1.- Tu voz es aburrida porque no es flexible
La flexibilidad en la voz es la piedra angular de los oradores de éxito. Seguro que has asistido a cientos de clases o conferencias donde te has aburrido como nunca en tu vida, pero han habido unos pocos casos donde has estado enganchado desde el primer minuto hasta el último, y quizás el tema no te interesaba tanto como otros.
Esto es debido a que el orador tiene un grado de libertad en su voz que los otros no tienen. Puede expresar mejor las emociones que quiere transmitir con sus palabras, para así captar la atención de los oyentes. Sube el tono y la velocidad cuando describe algo emocionante, utiliza una voz más relajante cuando describe algo placentero, etc.
Para conseguir esto debes trabajar tanto tu voz de pecho como tu voz de cabeza, y así poder utilizar todo el rango tonal que necesites. No hay nada más aburrido que un orador que siempre utiliza las mismas cinco notas.
2.- Tu voz no tiene presencia porque no tiene fuerza
Pondría la mano en el fuego a que alguna vez te has encontrado a alguien que resalta más que los demás, para bien o para mal. En una fiesta quizás estaba esa persona que se le oía de punta a punta, quisieses escucharle o no, mientras que tu acababas afónico a la mañana siguiente porque intentabas hablar con tus amigos en un vano intento de hacerte oír por encima de la música y de aquél altavoz humano amplificado.
A diferencia de lo que mucha gente cree, para conseguir un buen volumen en tu voz no necesitas tener una voz gruesa como Barry White. El principal problema es que es muy difícil dejar trabajar a nuestra voz de forma natural, por lo que empezamos a utilizar partes de nuestro aparato fonador en un intento de aumentar el rendimiento de ésta, provocando precisamente el efecto contrario.
Hay varias causas de este problema, pero los más comunes es que tienes una voz airosa o tienes tensiones que evitan que tus cuerdas vocales vibren libremente, sin que otros músculos apaguen el sonido que produces.
3.- Te despiertas con una voz fuerte, pero después de una hora de usarla estás incómodo, o incluso te duele.
Si no lo has sentido nunca, es probable que ni siquiera puedas imaginarte lo frustrante que es esto.
¿No te ha pasado nunca que te despiertas decidido a dar la mejor presentación de tu vida, o a dar una clase memorable y a medida que ensayabas era más difícil utilizar tu voz? O peor aún, quizás no dijiste ni una palabra hasta el momento de empezar, para asegurarte de tener tu voz a pleno rendimiento y, al poco de empezar, empezabas a notar molestias que te iban fatigando más y más. Desarrollar resistencia en nuestras voces es un aspecto vital para el éxito de las personas que vivimos de nuestra voz.
Yo lo he sufrido, y es horrible. La mayoría de nosotros creamos muchísimas tensiones en todo nuestro cuerpo a lo largo de los años, sin darnos ni cuenta. Al final aparecen dolores de espalda, dolores de hombros o incluso dolores de cabeza y decidimos ir al masajista o al quiropráctico. Lo curioso es... ¿por qué no hacemos lo mismo con nuestra voz? Siempre asumimos que tenemos la voz con la que hemos nacido y que eso no se puede cambiar.
La razón de la fatiga vocal son estas tensiones que vamos adquiriendo y no nos molestamos en eliminar, en sustituir esos malos hábitos por los correctos. La laringe es la responsable principal de esto, ¡y puedes hacer la prueba ahora mismo!
Pon tu dedo pulgar debajo entre tu barbilla y tu nuez, en la parte blanda de la mandíbula inferior. Presiona muy suavemente y traga saliva. ¿Puedes notar la tensión que se crea? Esos músculos son los encargados del proceso de tragar, que hacen que tu laringe suba. Lamentablemente es muy común que utilicemos estos mismos músculos al utilizar nuestra propia voz, haciendo que tu laringe suba mientras hablas. Cuando tu laringe sube, el paso de aire desde y hacia tus pulmones se cierra. Muy útil para comer, pero nada útil para hablar o cantar... en otras palabras, estás intentando hablar o cantar mientras te ahogas a ti mismo. Esto provoca mucha fatiga en tu voz.
4.- En tu cabeza sientes que tu voz es fuerte, pero no te oyen desde fuera.
Cuando adquirimos fuerza en tus cuerdas vocales tendemos a utilizar ese recurso para aumentar la potencia de nuestra voz siempre que podemos. Ya lo dice el refrán del Martillo de Oro, "Cuando tienes un martillo, todo te parecen clavos.".
La fuerza en las cuerdas vocales no es más que el primer paso hacia una mayor potencia. Tu objetivo debe ser utilizar bien lo que se llaman los resonadores de la voz.
Este es un punto del que mucha gente hablamos pero desgraciadamente pocos entienden. Es muy posible que algún amigo o conocido te haya dicho que tienes que hablar desde el diafragma, o proyectar la voz, o poner ( sí, poner ) tu voz en la parte frontal de la cara. La realidad es que no puedes poner tu voz en los resonadores de forma directa. Que la voz resuene en los resonadores es una consecuencia directa del buen uso de esta, anulando por completo tensiones innecesarias, normalmente localizadas en la laringe y en el velo de paladar ( la conocida "campanilla" ).
5.- No estás recibiendo clases de voz
La verdad es que conseguir arreglar todos estos problemas por uno mismo es prácticamente imposible.
Speech Level Singing, la técnica vocal que enseñamos aquí, se creó a base de estudiar a los mejores cantantes y oradores, los cuales poseían un control natural de sus voces. Estudiando todos los casos durante mucho tiempo y después de años de aplicar las conclusiones a miles de estudiantes, consiguieron emular a esos grandes cantantes y oradores, haciendo que prácticamente cualquier persona pueda aprender las mismas habilidades.
Como bien sabréis si habéis leído nuestras historias, no pudimos empezar a aprender a utilizar nuestras voces de la manera correcta hasta que encontramos Speech Level Singing. Por este motivo nos dedicamos a ello hoy en día.
Si tu también quieres conseguir una voz imponente y que esté a tus órdenes, échale un ojo a nuestras clases de canto y reserva tu clase contactando con nosotros.
Carlos Campaña
Es curioso como la gente no le suele dar importancia a estos problemas, incluyendo a muchos profesionales de la voz. Es probable que cuando me refiero a "profesionales de la voz" principalmente te imagines inmediatamente a cantantes, actores, dobladores, etc. pero la realidad es que muchísima gente utiliza su voz como medio de vida.
Un profesor de escuela necesita su voz para transmitir sus conocimientos a los alumnos, pero no de una forma tan tan simple como poder articular palabras. Necesita que sus alumnos no se aburran con una voz monótona, que su voz pueda ser escuchada y entendida por cualquier oyente con la mayor claridad, que pueda estar hablando todo el día y la calidad de su voz no disminuya, por no decir que pueda hacerlo día tras día. Igual que los profesores, los periodistas, los psicólogos, los conferenciantes, ...
La comunicación de cualquier tipo no sólo se compone de conceptos en forma de palabras. La voz transmite mucho más que eso, ya que dependiendo del tono puede transmitir alegría, miedo, compresión, ..., dependiendo del "color" puedes utilizar una voz más relajante, o puedes utilizar todo el músculo de tus cuerdas vocales para imponerte, ... La voz lleva emociones que viajan desde el emisor hasta el receptor, no sólo lleva palabras. Los más hábiles incluso pueden hacer sentir al receptor esas emociones, pudiendo hacer que alguien se tranquilice, se relaje, se divierta, etc.
El problema se agrava más cuando uno no es consciente de cuánto depende de su voz y de todo lo que podría conseguir teniendo su voz a sus órdenes, no al revés. Por eso, hoy os presento las cinco razones principales por las que no tienes la voz que necesitas.
1.- Tu voz es aburrida porque no es flexible
La flexibilidad en la voz es la piedra angular de los oradores de éxito. Seguro que has asistido a cientos de clases o conferencias donde te has aburrido como nunca en tu vida, pero han habido unos pocos casos donde has estado enganchado desde el primer minuto hasta el último, y quizás el tema no te interesaba tanto como otros.
Esto es debido a que el orador tiene un grado de libertad en su voz que los otros no tienen. Puede expresar mejor las emociones que quiere transmitir con sus palabras, para así captar la atención de los oyentes. Sube el tono y la velocidad cuando describe algo emocionante, utiliza una voz más relajante cuando describe algo placentero, etc.
Para conseguir esto debes trabajar tanto tu voz de pecho como tu voz de cabeza, y así poder utilizar todo el rango tonal que necesites. No hay nada más aburrido que un orador que siempre utiliza las mismas cinco notas.
2.- Tu voz no tiene presencia porque no tiene fuerza
Pondría la mano en el fuego a que alguna vez te has encontrado a alguien que resalta más que los demás, para bien o para mal. En una fiesta quizás estaba esa persona que se le oía de punta a punta, quisieses escucharle o no, mientras que tu acababas afónico a la mañana siguiente porque intentabas hablar con tus amigos en un vano intento de hacerte oír por encima de la música y de aquél altavoz humano amplificado.
A diferencia de lo que mucha gente cree, para conseguir un buen volumen en tu voz no necesitas tener una voz gruesa como Barry White. El principal problema es que es muy difícil dejar trabajar a nuestra voz de forma natural, por lo que empezamos a utilizar partes de nuestro aparato fonador en un intento de aumentar el rendimiento de ésta, provocando precisamente el efecto contrario.
Hay varias causas de este problema, pero los más comunes es que tienes una voz airosa o tienes tensiones que evitan que tus cuerdas vocales vibren libremente, sin que otros músculos apaguen el sonido que produces.
3.- Te despiertas con una voz fuerte, pero después de una hora de usarla estás incómodo, o incluso te duele.
Si no lo has sentido nunca, es probable que ni siquiera puedas imaginarte lo frustrante que es esto.
¿No te ha pasado nunca que te despiertas decidido a dar la mejor presentación de tu vida, o a dar una clase memorable y a medida que ensayabas era más difícil utilizar tu voz? O peor aún, quizás no dijiste ni una palabra hasta el momento de empezar, para asegurarte de tener tu voz a pleno rendimiento y, al poco de empezar, empezabas a notar molestias que te iban fatigando más y más. Desarrollar resistencia en nuestras voces es un aspecto vital para el éxito de las personas que vivimos de nuestra voz.
Yo lo he sufrido, y es horrible. La mayoría de nosotros creamos muchísimas tensiones en todo nuestro cuerpo a lo largo de los años, sin darnos ni cuenta. Al final aparecen dolores de espalda, dolores de hombros o incluso dolores de cabeza y decidimos ir al masajista o al quiropráctico. Lo curioso es... ¿por qué no hacemos lo mismo con nuestra voz? Siempre asumimos que tenemos la voz con la que hemos nacido y que eso no se puede cambiar.
La razón de la fatiga vocal son estas tensiones que vamos adquiriendo y no nos molestamos en eliminar, en sustituir esos malos hábitos por los correctos. La laringe es la responsable principal de esto, ¡y puedes hacer la prueba ahora mismo!
Pon tu dedo pulgar debajo entre tu barbilla y tu nuez, en la parte blanda de la mandíbula inferior. Presiona muy suavemente y traga saliva. ¿Puedes notar la tensión que se crea? Esos músculos son los encargados del proceso de tragar, que hacen que tu laringe suba. Lamentablemente es muy común que utilicemos estos mismos músculos al utilizar nuestra propia voz, haciendo que tu laringe suba mientras hablas. Cuando tu laringe sube, el paso de aire desde y hacia tus pulmones se cierra. Muy útil para comer, pero nada útil para hablar o cantar... en otras palabras, estás intentando hablar o cantar mientras te ahogas a ti mismo. Esto provoca mucha fatiga en tu voz.
4.- En tu cabeza sientes que tu voz es fuerte, pero no te oyen desde fuera.
Cuando adquirimos fuerza en tus cuerdas vocales tendemos a utilizar ese recurso para aumentar la potencia de nuestra voz siempre que podemos. Ya lo dice el refrán del Martillo de Oro, "Cuando tienes un martillo, todo te parecen clavos.".
La fuerza en las cuerdas vocales no es más que el primer paso hacia una mayor potencia. Tu objetivo debe ser utilizar bien lo que se llaman los resonadores de la voz.
Este es un punto del que mucha gente hablamos pero desgraciadamente pocos entienden. Es muy posible que algún amigo o conocido te haya dicho que tienes que hablar desde el diafragma, o proyectar la voz, o poner ( sí, poner ) tu voz en la parte frontal de la cara. La realidad es que no puedes poner tu voz en los resonadores de forma directa. Que la voz resuene en los resonadores es una consecuencia directa del buen uso de esta, anulando por completo tensiones innecesarias, normalmente localizadas en la laringe y en el velo de paladar ( la conocida "campanilla" ).
5.- No estás recibiendo clases de voz
La verdad es que conseguir arreglar todos estos problemas por uno mismo es prácticamente imposible.
Speech Level Singing, la técnica vocal que enseñamos aquí, se creó a base de estudiar a los mejores cantantes y oradores, los cuales poseían un control natural de sus voces. Estudiando todos los casos durante mucho tiempo y después de años de aplicar las conclusiones a miles de estudiantes, consiguieron emular a esos grandes cantantes y oradores, haciendo que prácticamente cualquier persona pueda aprender las mismas habilidades.
Como bien sabréis si habéis leído nuestras historias, no pudimos empezar a aprender a utilizar nuestras voces de la manera correcta hasta que encontramos Speech Level Singing. Por este motivo nos dedicamos a ello hoy en día.
Si tu también quieres conseguir una voz imponente y que esté a tus órdenes, échale un ojo a nuestras clases de canto y reserva tu clase contactando con nosotros.
Carlos Campaña
Hoy quiero hablar un poco más de la parte psicológica que de la parte técnica de la técnica vocal. Aún no he escrito el artículo, pero creo que va a complementar bastante bien un artículo que escribí con anterioridad: La barrera emocional. Quiero dirigirme sobretodo a aquellos que no se han iniciado aún en esto del canto, aunque creo que todos podréis sacar alguna conclusión.
Hace unos días vi un vídeo en Youtube en el cual aparece Seth Riggs comentando que, al preguntar a mucha gente si pudiesen hacer algo, qué sería, y la respuesta ganadora fue cantar. Esto me llamó la atención porque es una teoría que Esther y yo tenemos desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, ¿no os ha pasado nunca que le habéis preguntado a alguien si le gusta cantar y os ha respondido con algo como: "No no, yo no sé cantar"? Es curioso, porque si le preguntas a esa misma persona si le gusta esquiar, o si le gusta jugar a videojuegos, o si le gusta el fútbol, lo más probable es que te responda con un sí o con un no. Quizás estoy presuponiendo, pero el responder "yo no sé cantar" no es una respuesta negativa a la pregunta.
Esto me lleva a una conclusión: El miedo. Hay teorías que dicen que el sentimiento de miedo era muy útil hace miles de años, cuando los humanos vivían en cuevas. Si uno se encontraba en una situación de peligro, era el miedo el que los movía para salir corriendo. Las cosas han cambiado mucho desde entonces y hoy el miedo no es algo tan útil en esta sociedad.
A mi modo de ver, actualmente el miedo es el mayor problema que tenemos en nuestras vidas, ya que nos impide avanzar en todo lo que queremos hacer. No hablo del miedo que podemos tener cuando somos pequeños y tenemos pesadillas, por ejemplo. Hablo del miedo a equivocarnos, del miedo al ridículo, del miedo al fracaso.
En el instituto vivimos muchos de estos miedos. Quizás el más común era que si había una persona que nos gustaba, nunca le decíamos nada por miedo a que nos dijese que nosotros no le gustábamos. Pero este miedo está siempre presente en nuestras vidas. ¿No has pensado alguna vez en cambiar de trabajo? ¿O de pareja? Si ese miedo no se interpusiese en nuestro camino, quizás habríamos salido con la persona que nos gustaba en el instituto, o no nos habríamos amargado y estresado en el trabajo que no soportamos. Puede que incluso fuésemos más felices con otra pareja, en vez de habernos quedado con la pareja que ya teníamos simplemente porque era más seguro.
Si has leído el artículo La barrera emocional, sabrás que desde siempre me ha gustado la idea de cantar, aunque no era capaz. Lo que no conté es lo que me costó decidirme a empezar a hacer clases de canto.
Fue realmente difícil coger el teléfono y llamar al número de teléfono que me recomendaron por aquél entonces ( maldita recomendación, por cierto ). Hubo realmente poca gente que supo que yo quería empezar a hacer clases de canto, y el feedback que recibí por su parte fue bastante malo. Cada vez que me armaba de valor simplemente para tararear algo, salía bien escaldado, lo cual llevaba a mi moral de nuevo a la casilla de salida. O simplemente el decir "quiero probar hacer clases de canto" ya provocaba alguna risita o comentario desmoralizador. Como casi siempre me ha pasado en la vida, no fue hasta que dije "o ahora o nunca" y me lancé. Cogí el teléfono, concerté mi primera clase de canto y empezó la aventura.
Lamentablemente no todo acaba ahí. El miedo siempre nos acompaña en prácticamente todas nuestras decisiones. Personalmente creo que siempre tendrás miedo cuando tengas que tomar una decisión, ya que el miedo es algo que está grabado en nuestro código genético. De hecho creo que la gente que no tiene miedo es debido a algún tipo de anomalía, pero no estoy seguro =) El caso es que el objetivo no debe ser no tener miedo, si no aprender a escucharlo ( y a ignorarlo, si la situación lo requiere ). Si estamos al borde de un precipicio el miedo puede ser algo muy útil ;b
Yo soy una persona miedosa por naturaleza, pero con el tiempo he aprendido a utilizar el miedo a mi favor. Mis experiencias me han demostrado que tienes que ir a por lo que quieres y en lo que crees de verdad. Lo ideal sería que no te importase lo que digan los demás, pero esto también es muy difícil. A mi me importa lo que digan los demás, probablemente por el miedo al fracaso que tenemos los humanos, pero cada vez voy aprendiendo más y más a no hacer caso de esos sentimientos, inútiles en la mayoría de los casos. Ahora recuerdo cosas de mi pasado, y de las que me arrepiento son de las cosas que no he hecho y quería hacer, no de las que hice y no salieron como yo quería.
Lo que quiero decir con todo esto es que, si lo que quieres es aprender a cantar, cuanto más esperes más retrasarás tu aprendizaje. Puede que incluso llegue un momento en el que ya no te sea posible llegar hasta donde podrías haber llegado debido a las cargas que nos va dando la vida con el paso de los años. Todo es posible, sí, pero cada vez más difícil. ¿Y para que ponernos piedras en nuestro propio camino? Lo peor que te puede pasar es que no sea tan fácil como esperabas, o creías que se te daba mejor. Si te encuentras en esa situación puedes optar por dejar de lado tu sueño o disponerte a hacer lo que haga falta para conseguirlo. Por otra parte, ¡lo mejor que te puede pasar es que se te de mejor de lo que pensabas! Si es así, eres afortunado/a y podrás mejorar tu voz mientras disfrutas cantando, añadiendo la grata sorpresa de descubrir que tienes un talento natural para lo que más te gustaría hacer.
Como he dicho, por el camino irán apareciendo miedos a ciertas situaciones: la primera canción, cantar en público, actuar con una banda, etc. pero si realmente queremos hacerlo, lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos es seguir adelante, salir de nuestra zona de confort y hacer todo lo posible para conseguir lo que queremos.
Si he podido hacer que te veas a ti mismo con otros ojos, ya que estás aquí, ¿por qué no pruebas una de nuestras clases de canto? La verdad es que somos profesores de canto porque nos encanta ayudar a la gente a descubrir y mejorar sus voces, para poder hacer lo que más nos gusta a todos. ¡Ponte en contacto con nosotros y reserva tu clase!
Carlos Campaña
Hace unos días vi un vídeo en Youtube en el cual aparece Seth Riggs comentando que, al preguntar a mucha gente si pudiesen hacer algo, qué sería, y la respuesta ganadora fue cantar. Esto me llamó la atención porque es una teoría que Esther y yo tenemos desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, ¿no os ha pasado nunca que le habéis preguntado a alguien si le gusta cantar y os ha respondido con algo como: "No no, yo no sé cantar"? Es curioso, porque si le preguntas a esa misma persona si le gusta esquiar, o si le gusta jugar a videojuegos, o si le gusta el fútbol, lo más probable es que te responda con un sí o con un no. Quizás estoy presuponiendo, pero el responder "yo no sé cantar" no es una respuesta negativa a la pregunta.
Esto me lleva a una conclusión: El miedo. Hay teorías que dicen que el sentimiento de miedo era muy útil hace miles de años, cuando los humanos vivían en cuevas. Si uno se encontraba en una situación de peligro, era el miedo el que los movía para salir corriendo. Las cosas han cambiado mucho desde entonces y hoy el miedo no es algo tan útil en esta sociedad.
A mi modo de ver, actualmente el miedo es el mayor problema que tenemos en nuestras vidas, ya que nos impide avanzar en todo lo que queremos hacer. No hablo del miedo que podemos tener cuando somos pequeños y tenemos pesadillas, por ejemplo. Hablo del miedo a equivocarnos, del miedo al ridículo, del miedo al fracaso.
En el instituto vivimos muchos de estos miedos. Quizás el más común era que si había una persona que nos gustaba, nunca le decíamos nada por miedo a que nos dijese que nosotros no le gustábamos. Pero este miedo está siempre presente en nuestras vidas. ¿No has pensado alguna vez en cambiar de trabajo? ¿O de pareja? Si ese miedo no se interpusiese en nuestro camino, quizás habríamos salido con la persona que nos gustaba en el instituto, o no nos habríamos amargado y estresado en el trabajo que no soportamos. Puede que incluso fuésemos más felices con otra pareja, en vez de habernos quedado con la pareja que ya teníamos simplemente porque era más seguro.
Si has leído el artículo La barrera emocional, sabrás que desde siempre me ha gustado la idea de cantar, aunque no era capaz. Lo que no conté es lo que me costó decidirme a empezar a hacer clases de canto.
Fue realmente difícil coger el teléfono y llamar al número de teléfono que me recomendaron por aquél entonces ( maldita recomendación, por cierto ). Hubo realmente poca gente que supo que yo quería empezar a hacer clases de canto, y el feedback que recibí por su parte fue bastante malo. Cada vez que me armaba de valor simplemente para tararear algo, salía bien escaldado, lo cual llevaba a mi moral de nuevo a la casilla de salida. O simplemente el decir "quiero probar hacer clases de canto" ya provocaba alguna risita o comentario desmoralizador. Como casi siempre me ha pasado en la vida, no fue hasta que dije "o ahora o nunca" y me lancé. Cogí el teléfono, concerté mi primera clase de canto y empezó la aventura.
Lamentablemente no todo acaba ahí. El miedo siempre nos acompaña en prácticamente todas nuestras decisiones. Personalmente creo que siempre tendrás miedo cuando tengas que tomar una decisión, ya que el miedo es algo que está grabado en nuestro código genético. De hecho creo que la gente que no tiene miedo es debido a algún tipo de anomalía, pero no estoy seguro =) El caso es que el objetivo no debe ser no tener miedo, si no aprender a escucharlo ( y a ignorarlo, si la situación lo requiere ). Si estamos al borde de un precipicio el miedo puede ser algo muy útil ;b
Yo soy una persona miedosa por naturaleza, pero con el tiempo he aprendido a utilizar el miedo a mi favor. Mis experiencias me han demostrado que tienes que ir a por lo que quieres y en lo que crees de verdad. Lo ideal sería que no te importase lo que digan los demás, pero esto también es muy difícil. A mi me importa lo que digan los demás, probablemente por el miedo al fracaso que tenemos los humanos, pero cada vez voy aprendiendo más y más a no hacer caso de esos sentimientos, inútiles en la mayoría de los casos. Ahora recuerdo cosas de mi pasado, y de las que me arrepiento son de las cosas que no he hecho y quería hacer, no de las que hice y no salieron como yo quería.
Lo que quiero decir con todo esto es que, si lo que quieres es aprender a cantar, cuanto más esperes más retrasarás tu aprendizaje. Puede que incluso llegue un momento en el que ya no te sea posible llegar hasta donde podrías haber llegado debido a las cargas que nos va dando la vida con el paso de los años. Todo es posible, sí, pero cada vez más difícil. ¿Y para que ponernos piedras en nuestro propio camino? Lo peor que te puede pasar es que no sea tan fácil como esperabas, o creías que se te daba mejor. Si te encuentras en esa situación puedes optar por dejar de lado tu sueño o disponerte a hacer lo que haga falta para conseguirlo. Por otra parte, ¡lo mejor que te puede pasar es que se te de mejor de lo que pensabas! Si es así, eres afortunado/a y podrás mejorar tu voz mientras disfrutas cantando, añadiendo la grata sorpresa de descubrir que tienes un talento natural para lo que más te gustaría hacer.
Como he dicho, por el camino irán apareciendo miedos a ciertas situaciones: la primera canción, cantar en público, actuar con una banda, etc. pero si realmente queremos hacerlo, lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos es seguir adelante, salir de nuestra zona de confort y hacer todo lo posible para conseguir lo que queremos.
Si he podido hacer que te veas a ti mismo con otros ojos, ya que estás aquí, ¿por qué no pruebas una de nuestras clases de canto? La verdad es que somos profesores de canto porque nos encanta ayudar a la gente a descubrir y mejorar sus voces, para poder hacer lo que más nos gusta a todos. ¡Ponte en contacto con nosotros y reserva tu clase!
Carlos Campaña
Algunas personas se preguntan si deberían apuntar a los niños a clases de canto y técnica vocal ya que el instrumento de los niños va cambiando cada poco tiempo hasta que finalmente se acaba de definir.
Lo cierto es que cuando somos pequeños aprendemos mucho más rápido que de mayores y, lo que es aún más importante, asimilamos la manera de hacer las cosas de forma que ese conocimiento nos dura para toda la vida. Es por eso que si aprendemos a cantar por nuestra cuenta, muchas veces vamos a arrastrar problemas que nos van a durar para siempre. Del mismo modo, si aprendemos desde el principio a cantar correctamente tendremos una salud vocal que nos durará toda la vida.
Lo que enseñamos tanto a niños como a adultos en las clases de canto y técnica vocal es a automatizar el funcionamiento de la voz de manera que sepamos cual es el equilibrio adecuado entre masa de cuerdas vocales y aire pero sin tener que pensar en ello. Para los adultos funciona porque reeduca su instrumento en poco tiempo. Para los niños es aún mejor, puesto que crecen con la habilidad de ir ajustando esta coordinación a sus cambios corporales de manera automática.
La mejor opción para niños es hacer clases semanales de media hora, no sólo porque hay que trabajar de manera más suave con ellos sino porque se distraen con mucha facilidad, se aburren con la parte más técnica y si son muy pequeños, incluso les cuesta seguir las escalas. También se les debe instruir un poquito en solfeo, pero lo mínimo, ya que eso ya lo aprenden en el colegio y se perderían en demasiado detalle, pero es importante, ya que de esa manera entienden mejor la música y pueden sacarle mejor partido, por no decir que así son capaces de seguir mejor el ritmo de la clase.
La parte más agradable de la clase de canto, a la que los niños esperan con ansia llegar desde el primer minuto en que ven al profesor, es a la canción. Llevan un rato aguantando teoría y ejercicios repetitivos, pero vale la pena porque por fin van a poder cantar! Y os preguntaréis por qué es tan importante si pueden cantar en su casa o en cualquier otro momento... La respuesta es muy sencilla: después de la clase han asimilado conceptos que sin darse cuenta aplican a la canción y van notando cómo es más fácil cantarla y suena mejor. Además el profesor les da consejos para que sea aún más fácil y para que suene aún mejor. Eso lo convierte en algo divertido y estimulante!
De todas formas, cada persona es un mundo, así que hay que adaptarse a la personalidad de cada niño. Por ejemplo, la alumna más joven que tengo tiene seis años y la verdad es que ya posee un increíble talento. No obstante es muy vergonzosa y le cuesta cantar delante de la gente, así que a la hora de aplicar la técnica a las canciones le cuesta un poquito más. Ahora ya me conoce bien y aún así le cuesta muchísimo abrirse en ese sentido! Sin embargo a la hora de los ejercicios presta muchísima atención y aprende muy rápido. Sin embargo su hermana mayor de siete años, nada más verme ya me dice la canción que vamos a cantar y las ganas que tiene de que la escuche!
Si estás pensando en apuntar a tu hijo a clases de canto y técnica vocal, pero no sabes si es demasiado pronto o si le va a beneficiar, lo primero que debes hacer es preguntarle al niño si le gustaría, puesto que sin la motivación adecuada no van a aprovechar la clase de la misma manera que si realmente quieren hacerlo. Y lo segundo es informarte bien acerca de la técnica que enseñan en la escuela a la que vaya. Hay que elegir muy bien a un profesor de canto. Si quieres que aprenda con nosotros, no dudes en contactarnos y reserva ya su clase de canto! Seguro que te lo agradecerá toda la vida!
Lo cierto es que cuando somos pequeños aprendemos mucho más rápido que de mayores y, lo que es aún más importante, asimilamos la manera de hacer las cosas de forma que ese conocimiento nos dura para toda la vida. Es por eso que si aprendemos a cantar por nuestra cuenta, muchas veces vamos a arrastrar problemas que nos van a durar para siempre. Del mismo modo, si aprendemos desde el principio a cantar correctamente tendremos una salud vocal que nos durará toda la vida.
Lo que enseñamos tanto a niños como a adultos en las clases de canto y técnica vocal es a automatizar el funcionamiento de la voz de manera que sepamos cual es el equilibrio adecuado entre masa de cuerdas vocales y aire pero sin tener que pensar en ello. Para los adultos funciona porque reeduca su instrumento en poco tiempo. Para los niños es aún mejor, puesto que crecen con la habilidad de ir ajustando esta coordinación a sus cambios corporales de manera automática.
La mejor opción para niños es hacer clases semanales de media hora, no sólo porque hay que trabajar de manera más suave con ellos sino porque se distraen con mucha facilidad, se aburren con la parte más técnica y si son muy pequeños, incluso les cuesta seguir las escalas. También se les debe instruir un poquito en solfeo, pero lo mínimo, ya que eso ya lo aprenden en el colegio y se perderían en demasiado detalle, pero es importante, ya que de esa manera entienden mejor la música y pueden sacarle mejor partido, por no decir que así son capaces de seguir mejor el ritmo de la clase.
La parte más agradable de la clase de canto, a la que los niños esperan con ansia llegar desde el primer minuto en que ven al profesor, es a la canción. Llevan un rato aguantando teoría y ejercicios repetitivos, pero vale la pena porque por fin van a poder cantar! Y os preguntaréis por qué es tan importante si pueden cantar en su casa o en cualquier otro momento... La respuesta es muy sencilla: después de la clase han asimilado conceptos que sin darse cuenta aplican a la canción y van notando cómo es más fácil cantarla y suena mejor. Además el profesor les da consejos para que sea aún más fácil y para que suene aún mejor. Eso lo convierte en algo divertido y estimulante!
De todas formas, cada persona es un mundo, así que hay que adaptarse a la personalidad de cada niño. Por ejemplo, la alumna más joven que tengo tiene seis años y la verdad es que ya posee un increíble talento. No obstante es muy vergonzosa y le cuesta cantar delante de la gente, así que a la hora de aplicar la técnica a las canciones le cuesta un poquito más. Ahora ya me conoce bien y aún así le cuesta muchísimo abrirse en ese sentido! Sin embargo a la hora de los ejercicios presta muchísima atención y aprende muy rápido. Sin embargo su hermana mayor de siete años, nada más verme ya me dice la canción que vamos a cantar y las ganas que tiene de que la escuche!
Si estás pensando en apuntar a tu hijo a clases de canto y técnica vocal, pero no sabes si es demasiado pronto o si le va a beneficiar, lo primero que debes hacer es preguntarle al niño si le gustaría, puesto que sin la motivación adecuada no van a aprovechar la clase de la misma manera que si realmente quieren hacerlo. Y lo segundo es informarte bien acerca de la técnica que enseñan en la escuela a la que vaya. Hay que elegir muy bien a un profesor de canto. Si quieres que aprenda con nosotros, no dudes en contactarnos y reserva ya su clase de canto! Seguro que te lo agradecerá toda la vida!