Hoy recibimos en nuestra serie de entrevistas a productores musicales a Sebastián Núñez Archila, A.K.A. Sebasplay. Tiene su base en el Estudio Chocolate Musice, Caracas, Venezuela.
¿Cómo te iniciaste en el mundo de la producción musical?
Desde muy niño mis primos y yo "jugábamos" con los viejos vinilos de nuestros padres. Pink Floyd y Zeppelin sonaban mientras nosotros "tocábamos" instrumentos imaginarios, así me picaron las ganas de vivir de la música. Más tarde de adolescente improvisé una cabina de grabación en el armario de mi cuarto donde comencé a grabar a "panas" raperos y hacerles pistas inspirado en Dr. Dre. Ahí empezó todo. Realmente la música siempre ha formado parte de mis historias y espero que sea así por muchos años.
¿Hacia dónde crees que evoluciona el sector?
Definitivamente la inspiración no deja de crecer. Tenemos una historia musical como base, los géneros no dejan de reciclarse.
¿Qué ingredientes debe tener un artista para que te interese producir su música?
Busco el alma de la música, el feeling es prioritario en cada proyecto.
¿Cuál ha sido el trabajo del que te sientes más orgulloso?
He tenido el privilegio de trabajar en muchos proyectos interesantes pero ahora mismo recuerdo el disco de un artista llamado Vargas, un trabajo que se grabó en tan solo 7 días y se mezcló en 3. Eso no es común, había muy buen feeling. El disco está por salir.
Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota simpática que te venga a la memoria que tenga que ver con tu experiencia profesional.
Creo que comenzar siendo técnico de una banda y terminar siendo su guitarrista líder ha sido una de mis anécdotas más peculiares.
¿Qué información crees que debería tener un cantante antes de entrar en un estudio de grabación?
Un cantante debe tener: armonía, ritmo y melodía. Nociones básicas por lo menos y por supuesto, tener feeling, alma.
¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto?
Que escuchen mucha música y que estudien técnicas vocales. Ah! No olviden el feeling.
¿Quieres añadir algo más sobre tu relación con la música?
La música es mi alimento, vivo de ella pero sin ella no soy nadie.
Hoy recibimos en nuestra serie de entrevistas a productores musicales a Sebastián Núñez Archila, A.K.A. Sebasplay. Tiene su base en el Estudio Chocolate Musice, Caracas, Venezuela.
¿Cómo te iniciaste en el mundo de la producción musical?
Desde muy niño mis primos y yo "jugábamos" con los viejos vinilos de nuestros padres. Pink Floyd y Zeppelin sonaban mientras nosotros "tocábamos" instrumentos imaginarios, así me picaron las ganas de vivir de la música. Más tarde de adolescente improvisé una cabina de grabación en el armario de mi cuarto donde comencé a grabar a "panas" raperos y hacerles pistas inspirado en Dr. Dre. Ahí empezó todo. Realmente la música siempre ha formado parte de mis historias y espero que sea así por muchos años.
¿Hacia dónde crees que evoluciona el sector?
Definitivamente la inspiración no deja de crecer. Tenemos una historia musical como base, los géneros no dejan de reciclarse.
¿Qué ingredientes debe tener un artista para que te interese producir su música?
Busco el alma de la música, el feeling es prioritario en cada proyecto.
¿Cuál ha sido el trabajo del que te sientes más orgulloso?
He tenido el privilegio de trabajar en muchos proyectos interesantes pero ahora mismo recuerdo el disco de un artista llamado Vargas, un trabajo que se grabó en tan solo 7 días y se mezcló en 3. Eso no es común, había muy buen feeling. El disco está por salir.
Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota simpática que te venga a la memoria que tenga que ver con tu experiencia profesional.
Creo que comenzar siendo técnico de una banda y terminar siendo su guitarrista líder ha sido una de mis anécdotas más peculiares.
¿Qué información crees que debería tener un cantante antes de entrar en un estudio de grabación?
Un cantante debe tener: armonía, ritmo y melodía. Nociones básicas por lo menos y por supuesto, tener feeling, alma.
¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto?
Que escuchen mucha música y que estudien técnicas vocales. Ah! No olviden el feeling.
¿Quieres añadir algo más sobre tu relación con la música?
La música es mi alimento, vivo de ella pero sin ella no soy nadie.
Hoy comenzamos una nueva serie en la que entrevistaremos a los grandes protagonistas de la oratoria en castellano y comenzamos por uno de los más impactantes. Álex Rovira es una referencia en el campo de la conferencia profesional. Su manera de expresarse y explicar conceptos es cercana, didáctica y al mismo tiempo amena. Deja enganchado a la silla al oyente con una sonrisa de principio a final sin perder un ápice de seriedad en el contenido.
¿Cuál es el origen de tu vocación por dictar conferencias?
Ya antes de finalizar mi licenciatura, el decano de la universidad en la que estudiaba me propuso colaborar como asistente de algunos profesores. Allí comencé a ensayarme en el universo de la formación. Con el tiempo surgió también la oportunidad de impartir alguna conferencia, y a partir de ahí con la práctica vinieron más y más. La verdad es que nunca hubiera dicho que acabaría dedicando una parte de mi tiempo profesional a impartir conferencias como lo hago, pero la vida me ha llevado a ello.
En tu webwww.alexrovira.comreivindicas el poder de transformación a través de la palabra y propugna la bondad, la voluntad, la responsabilidad, la generosidad, la cooperación, etc.. ¿Qué impacto cree que tiene en las personas un buen mensaje?
Sin duda, la palabra es una herramienta poderosísima, y es lo que nos permite intercambiar ideas, expresar emociones, en definitiva generar vínculos de calidad. Creo que tanto un buen libro, como una buena conversación tienen la capacidad de desvelar y de despertar y eventualmente de hacernos cuestionar, de zarandearnos o de provocarnos. Creo que un buen mensaje tiene que combinar tanto la interpelación a la dimensión cognitiva, es decir a la reflexión, a la crítica, al pensamiento, pero también tiene que zarandear emocionalmente e invitar a la acción.
¿Qué valor otorgas al desarrollo de la capacidad de hablar en público?
En relación a la palabra hay cuatro habilidades fundamentales: leer, escribir, escuchar y hablar. Por lo menos a mi, cuando era pequeño, y a muchos de mis compañeros y conocidos de mi generación que se han formado en España, se nos enseñó esencialmente a leer y a escribir, pero no recibimos apenas ningún tipo de formación sobre la importancia de saber escuchar y también de saberse expresar. Creo que eso es una carencia que arrastramos no sólo generacionalmente sino también como país si miramos otros países vecinos, especialmente del centro y del norte de Europa. En ese sentido, cuanto menos miedo tengamos a expresarnos en público, y cuanto más practiquemos la voluntad de hacernos entender y de entender al otro, por supuesto que mejoraremos nuestra capacidad de comunicar y eso es absolutamente crítico.
En el mundo que viene, ¿qué crees que tendrá más importancia a la hora de comunicar?
Últimamente se habla mucho de tecnología, de digitalización, pero creo que se están olvidando lo principal: las humanidades. De qué sirve la tecnología si no hay un buen criterio que la gobierna y la gestiona. Para novedad los clásicos, y paradójicamente creo que en el mundo que viene seguir siendo absolutamente imprescindible el desarrollo de capacidades esencialmente humanas porque para llegar a corazón del otro aparte de bytes se necesita empatía, alteridad, generosidad, humildad, y todos los valores que tengan que ver con humanizar a la humanidad.
En tu libro Creer, Crear, Lograr conectas con tus lectores por el tono directo y preciso. A la hora de sentarte a la silla: ¿escribes como hablas? ¿hablas como escribes?
Procuro dirigirme tanto al lector como a las personas que están sentadas en la auditorio como lo haría hablándole a un amigo. Desde el máximo respeto, desde la máxima consideración y desde la voluntad de hacerme entender a la vez que con rigor. Tampoco a estas alturas no me pienso demasiado cuál es el tono que tengo que tomar, surge espontánea y naturalmente sin ningún tipo de esfuerzo. Supongo que se debe ya que son miles de horas de vuelo.
¿Cómo preparas las conferencias?
Crear un contenido son muchísimas horas de preparación previa, de lectura, de investigación, de reflexión, de contraste de fuentes. Aparte uno va haciendo su propia alquimia y elaboración tanto de la forma como del fondo, del mensaje y de la manera en la que deseas articularlo, con qué cadencia, secuencia de ideas, en definitiva cuál será el camino creativo con el que quieres generar una introducción, un nudo y un desenlace. Como un buen plato a la hora de comer, se da la paradoja de que la preparación puede suponer cientos o miles de horas de ensayo y práctica a lo largo de los años, mientras que el simple acto de disfrutar de él puede llevar de apenas unos minutos. Lo mismo pasa con la preparación de un contenido que tiene que ser comunicado a una amplísima audiencia.
¿Qué haces para cuidar tu voz?
En mi adolescencia estudié música, piano y canto, y en aquel momento ya aprendí alguna noción para cuidar mi voz. Lamentablemente por circunstancias personales no pude seguir con esos estudios musicales. Pero muchos años después, superados ya los cuarenta años, tomé consciencia de la importancia de cuidar la voz. Me puse en contacto con una magnífica logopeda, y posteriormente con una profesora de canto que me enseñaron herramientas que llevo conmigo y que utilizo antes de hablar en público. Aparte de eso, si te fijas, me verás a menudo que llevo algún tipo de foulard o de bufanda, ya que tengo siempre la costumbre de mantener protegida la garganta porque los cambios bruscos de temperatura pueden provocarme afonía, y alguna vez ya me ha pasado y procuro evitarlo.
¿Cómo has notado que evolucionaba tu voz conforme a tu experiencia?
Creo que la voz de cada ser humano apartó de ser única, singular e irrepetible, es un síntoma de su modo de ser, de su estado de ánimo, de su estado físico tanto energético como de salud. Y he aprendido que no sólo mi voz, sino la voz en general aparte de ser un don extraordinario, evoluciona con el paso del tiempo y es uno de los síntomas más claros de cómo estámos y de cómo nos sentimos. En mi caso a medida que avanza la edad constato que su timbre va cambiando, noto también que no tengo que esforzarme tanto en proyectarla, o incluso a la hora de vocalizar he ido adquiriendo práctica y siento que me expreso con menos trabas y colegialas que cuando comencé hace veinticinco años. Y me atrevería decir que con el paso del tiempo y también gracias a lo que aprendido con los profesionales a los que antes me referido, la logopeda y la profesora de canto, he sabido apreciar este instrumento que tenemos, y he aprendido a cuidarlo para que esté en buen estado tanto de manera preventiva como paliativa.
¿Qué hace a un buen orador?
Si miramos la palabra orador veremos que su origen etimológico viene de la voz orar, por lo tanto un orador es el que ora e invita a orar, el que propone y facilita una conexión con la emoción y con el pensamiento, que es capaz de llevarnos a un estado de reflexión de manera natural. Para mí un buen orador, en definitiva, es el que invita a orar como te decía, pero no desde una dimensión dogmática ni religiosa, cuando digo orar me refiero a que un buen orador es aquel que es capaz de despertar un diálogo interior con uno mismo, que es una práctica que por desgracia no hacemos habitualmente. Un buen orador tiene que provocar, cuestionar, y a la vez debe saber hacer llegar su mensaje de una manera amable y clara.
¿Qué consejo darías a quien comienza en el mundo de la oratoria?
Le diría que trabajen multidisciplinarmente. Es decir, que no sólo se formen en oratoria, si ni que también trabajen, por ejemplo, en talleres de psicodrama, que hagan cursos de teatro y que representen, que aprendan clases de canto, logopedia y por supuesto que preparen muchísimo y en profundidad la materia de la que quieren hablar. Eso implica mucha lectura, mucha investigación, mucho análisis, mucha reflexión, y eventualmente escribir mucho y a fondo sobre aquello que se desee comunicar porque es una magnífica manera de interiorizarlo, de integrarlo. Y por supuesto que estén abiertos a la crítica, tanto sobre lo que has escrito, sobre como lo que has dicho, porque las opiniones críticas son aquellas que cuando se hacen desde el respeto y el rigor actúan como verdaderos regalos y palancas de aprendizaje y transformación.
¿Dónde pueden nuestros lectores encontrar información actualizada sobre tus próximas charlas?
En mi página web www.alexrovira.com y también en las diferentes redes sociales: Facebook, Twitter, LinkedIn es donde anunciamos los eventos abiertos al público en los que soy invitado.
Hoy comenzamos una nueva serie en la que en los grandes protagonistas de la oratoria en castellano y comenzamos por uno de los más representativos y geniales. Álex Rovira es una referencia en el campo de la oratoria profesional. Su manera de expresarse y explicar conceptos es cercana (“como hablándole a un amigo”, según me confesó en persona), didáctica y al mismo tiempo amena. Deja enganchado a la silla al oyente con una sonrisa de principio a final sin perder un ápice de seriedad en el contenido.
¿Cuál es el origen de tu vocación por dictar conferencias?
Ya antes de finalizar mi licenciatura, el decano de la universidad en la que estudiaba me propuso colaborar como asistente de algunos profesores. Allí comencé a ensayarme en el universo de la formación. Con el tiempo surgió también la oportunidad de impartir alguna conferencia, y a partir de ahí con la práctica vinieron más y más. La verdad es que nunca hubiera dicho que acabaría dedicando una parte de mi tiempo profesional a impartir conferencias como lo hago, pero la vida me ha llevado a ello.
En tu webwww.alexrovira.comreivindicas el poder de transformación a través de la palabra y propugna la bondad, la voluntad, la responsabilidad, la generosidad, la cooperación, etc.. ¿Qué impacto cree que tiene en las personas un buen mensaje?
Sin duda, la palabra es una herramienta poderosísima, y es lo que nos permite intercambiar ideas, expresar emociones, en definitiva generar vínculos de calidad. Creo que tanto un buen libro, como una buena conversación tienen la capacidad de desvelar y de despertar y eventualmente de hacernos cuestionar, de zarandearnos o de provocarnos. Creo que un buen mensaje tiene que combinar tanto la interpelación a la dimensión cognitiva, es decir a la reflexión, a la crítica, al pensamiento, pero también tiene que zarandear emocionalmente e invitar a la acción.
¿Qué valor otorgas al desarrollo de la capacidad de hablar en público?
En relación a la palabra hay cuatro habilidades fundamentales: leer, escribir, escuchar y hablar. Por lo menos a mi, cuando era pequeño, y a muchos de mis compañeros y conocidos de mi generación que se han formado en España, se nos enseñó esencialmente a leer y a escribir, pero no recibimos apenas ningún tipo de formación sobre la importancia de saber escuchar y también de saberse expresar. Creo que eso es una carencia que arrastramos no sólo generacionalmente sino también como país si miramos otros países vecinos, especialmente del centro y del norte de Europa. En ese sentido, cuanto menos miedo tengamos a expresarnos en público, y cuanto más practiquemos la voluntad de hacernos entender y de entender al otro, por supuesto que mejoraremos nuestra capacidad de comunicar y eso es absolutamente crítico.
En el mundo que viene, ¿qué crees que tendrá más importancia a la hora de comunicar?
Últimamente se habla mucho de tecnología, de digitalización, pero creo que se están olvidando lo principal: las humanidades. De qué sirve la tecnología si no hay un buen criterio que la gobierna y la gestiona. Para novedad los clásicos, y paradójicamente creo que en el mundo que viene seguir siendo absolutamente imprescindible el desarrollo de capacidades esencialmente humanas porque para llegar a corazón del otro aparte de bytes se necesita empatía, alteridad, generosidad, humildad, y todos los valores que tengan que ver con humanizar a la humanidad.
En tu libro Creer, Crear, Lograr conectas con tus lectores por el tono directo y preciso. A la hora de sentarte a la silla: ¿escribes como hablas? ¿hablas como escribes?
Procuro dirigirme tanto al lector como a las personas que están sentadas en la auditorio como lo haría hablándole a un amigo. Desde el máximo respeto, desde la máxima consideración y desde la voluntad de hacerme entender a la vez que con rigor. Tampoco a estas alturas no me pienso demasiado cuál es el tono que tengo que tomar, surge espontánea y naturalmente sin ningún tipo de esfuerzo. Supongo que se debe ya que son miles de horas de vuelo.
¿Cómo preparas las conferencias?
Crear un contenido son muchísimas horas de preparación previa, de lectura, de investigación, de reflexión, de contraste de fuentes. Aparte uno va haciendo su propia alquimia y elaboración tanto de la forma como del fondo, del mensaje y de la manera en la que deseas articularlo, con qué cadencia, secuencia de ideas, en definitiva cuál será el camino creativo con el que quieres generar una introducción, un nudo y un desenlace. Como un buen plato a la hora de comer, se da la paradoja de que la preparación puede suponer cientos o miles de horas de ensayo y práctica a lo largo de los años, mientras que el simple acto de disfrutar de él puede llevar de apenas unos minutos. Lo mismo pasa con la preparación de un contenido que tiene que ser comunicado a una amplísima audiencia.
¿Qué haces para cuidar tu voz?
En mi adolescencia estudié música, piano y canto, y en aquel momento ya aprendí alguna noción para cuidar mi voz. Lamentablemente por circunstancias personales no pude seguir con esos estudios musicales. Pero muchos años después, superados ya los cuarenta años, tomé consciencia de la importancia de cuidar la voz. Me puse en contacto con una magnífica logopeda, y posteriormente con una profesora de canto que me enseñaron herramientas que llevo conmigo y que utilizo antes de hablar en público. Aparte de eso, si te fijas, me verás a menudo que llevo algún tipo de foulard o de bufanda, ya que tengo siempre la costumbre de mantener protegida la garganta porque los cambios bruscos de temperatura pueden provocarme afonía, y alguna vez ya me ha pasado y procuro evitarlo.
¿Cómo has notado que evolucionaba tu voz conforme a tu experiencia?
Creo que la voz de cada ser humano apartó de ser única, singular e irrepetible, es un síntoma de su modo de ser, de su estado de ánimo, de su estado físico tanto energético como de salud. Y he aprendido que no sólo mi voz, sino la voz en general aparte de ser un don extraordinario, evoluciona con el paso del tiempo y es uno de los síntomas más claros de cómo estámos y de cómo nos sentimos. En mi caso a medida que avanza la edad constato que su timbre va cambiando, noto también que no tengo que esforzarme tanto en proyectarla, o incluso a la hora de vocalizar he ido adquiriendo práctica y siento que me expreso con menos trabas y colegialas que cuando comencé hace veinticinco años. Y me atrevería decir que con el paso del tiempo y también gracias a lo que aprendido con los profesionales a los que antes me referido, la logopeda y la profesora de canto, he sabido apreciar este instrumento que tenemos, y he aprendido a cuidarlo para que esté en buen estado tanto de manera preventiva como paliativa.
¿Qué hace a un buen orador?
Si miramos la palabra orador veremos que su origen etimológico viene de la voz orar, por lo tanto un orador es el que ora e invita a orar, el que propone y facilita una conexión con la emoción y con el pensamiento, que es capaz de llevarnos a un estado de reflexión de manera natural. Para mí un buen orador, en definitiva, es el que invita a orar como te decía, pero no desde una dimensión dogmática ni religiosa, cuando digo orar me refiero a que un buen orador es aquel que es capaz de despertar un diálogo interior con uno mismo, que es una práctica que por desgracia no hacemos habitualmente. Un buen orador tiene que provocar, cuestionar, y a la vez debe saber hacer llegar su mensaje de una manera amable y clara.
¿Qué consejo darías a quien comienza en el mundo de la oratoria?
Le diría que trabajen multidisciplinarmente. Es decir, que no sólo se formen en oratoria, si ni que también trabajen, por ejemplo, en talleres de psicodrama, que hagan cursos de teatro y que representen, que aprendan clases de canto, logopedia y por supuesto que preparen muchísimo y en profundidad la materia de la que quieren hablar. Eso implica mucha lectura, mucha investigación, mucho análisis, mucha reflexión, y eventualmente escribir mucho y a fondo sobre aquello que se desee comunicar porque es una magnífica manera de interiorizarlo, de integrarlo. Y por supuesto que estén abiertos a la crítica, tanto sobre lo que has escrito, sobre como lo que has dicho, porque las opiniones críticas son aquellas que cuando se hacen desde el respeto y el rigor actúan como verdaderos regalos y palancas de aprendizaje y transformación.
¿Dónde pueden nuestros lectores encontrar información actualizada sobre tus próximas charlas?
En mi página web www.alexrovira.com y también en las diferentes redes sociales: Facebook, Twitter, LinkedIn es donde anunciamos los eventos abiertos al público en los que soy invitado.
Hoy traemos a nuestra página a un interesante productor musical y cantante colombiano. ¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música?
Ver a mi abuelo ejecutando el clarinete, con su hermosas melodías de porros y fandangos, ritmos que enriquecen el bello repertorio de las tierras sabaneras en las costas Colombianas.
¿En qué momento decidiste que querías ser cantante? Desde pequeño me empecé a enamorar de este arte, así que la decisión se fue dando con el tiempo, mientras me iba involucrando cada día más con mi instrumento, “la guitarra”, y después de un tiempo me di cuenta que no quería dedicarme a otra cosa que no fuera la música.
¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tu carrera? He sido influenciado por muchos artistas, familiares músicos, amigos músicos, artistas reconocidos y no tan conocidos, he tenido la fortuna de conocer diferentes propuestas, enamorarme de ellas, y aprenderles mucho.
¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad? Bueno me gusta explorar diferente géneros musicales, pero me siento muy a gusto componiendo y tocando dentro de mis shows, ritmos como la salsa, el boleros, reggae, rock, y pop.
Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con tu voz o tu experiencia profesional. Cuando ingresé por primera vez a una orquesta musical, hice parte del coro, y también tenía a cargo dos temas del repertorio como solista, en esa agrupación aprendí mucho, conocí excelentes músicos, y también me enfrente por primera vez a escenarios importantes, donde empiezas a conocer las ansiedades que se manejan antes de los shows, y aprendes a manejar los miedos escénicos.
¿Qué opinas de la situación actual de los músicos y los cantantes? ¿Qué crees que debería cambiar? Estamos en tiempos de cambios importantes, y hay cosas que me emocionan mucho, por ejemplo que ya podemos trabajar de forma independiente sin depender de las grandes compañías, pero también es cierto que necesitamos más apoyo para seguir elaborando nuestros trabajos artísticos, hacer consciente a la gente del común y al estado, de que nuestros trabajos deben ser valorados para poder seguir trabajando y realizando arte de manera tranquila.
¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto? Esta es una carrera muy hermosa, pero los resultados no se dan inmediatamente, así que hay que ser muy constantes, estudiar con disciplina, aprender, explorar nuevas técnicas, y amar tu profesión.
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