Grandes monologuistas: Albert Boira, "Sé si conecto por el silencio"

Desde el momento de la idea inicial hasta la puesta en escena con el público, ¿cuál es tu proceso creativo y cuánto te cuesta crear un monólogo?
Escribo lo que "me late", por necesidad vital de hablar de algo... no me funciona lo de sentarme a escribir... primero hay una interminable sucesión de notas escritas o grabadas en el móvil, ideas que me surgen en los lugares y momentos más insospechados... después ordenarlo en el ordenador... digamos que es como un embarazo con parto incluido... a este ritmo acostumbro a ser capaz de escribir un monólogo por año... podría escribir más, pero ese es el ritmo natural que me surge.

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración para crear los gags (refranes, dichos, memes, actualidad, tweets, etc…)?
Mis fuentes de inspiración, en un noventa por ciento de los casos, tiene que ver con la HIPOCRESIA SOCIAL y la DOBLE MORAL. Opino que vivimos prisioneros de las normas preestablecidas y por los residuos educacionales... sujetos a la opinión de los demás. Mi discurso va de libertades individuales, en el día a día, en el amor, el sexo, las drogas, etc.

¿Qué recursos vocales empleas en tus monólogos (entonación, imitación de voces, carcajadas, canciones, etc…)?
Soy monologuista "intérprete", quiero decir con esto que acompaño mi historia con gesto, con voces, con personajes... le doy mucha importancia al tono y a la intención, a la onomatopeya. Y el gesto, la mímica, vital para mí.

¿Qué importancia le otorgas al control de los silencios durante el transcurso de la interpretación?
Muchísima. Dado que no siempre trabajo en teatros, donde el silencio "se presupone", y a veces trabajo en locales, salas, discotecas, donde el silencio hay que ganárselo, diría que el silencio cumple varias funciones. Por un lado el silencio es la demostración de que "tienes" al público, todos atienden, nadie se distrae. Por otro lado existe el silencio teatral, la "pausa/efecto", un silencio es un captador de atención, refuerza lo que uno vaya a decir a continuación o deja el espacio para que cale lo que uno acaba de decir... el silencio es, como no, parte importante en el uso de la palabra.

¿Cómo sabes si estás conectando con el público?
Por el silencio, por la forma de escucharme cuando argumento, por la participación cuando pregunto algo. Hay una sensación que tengo difícil de explicar. Uno siente como está conectado con invisibles hilos con todas y cada una de las personas que tiene enfrente... los hilos a veces se rompen, a veces se mantienen conectados... hay mucho de "sensación" en la conexión con el público.

¿Improvisas?
Mucho, me atengo al guión en el desarrollo del espectáculo, pero dejo siempre abierta la posibilidad de improvisar. A veces, en escena, coinciden la oportunidad y la ocurrencia brillante, y yo intento no desaprovechar nunca una ocurrencia en directo, me gusta hacerlo, me hace sentir vivo como artista... de hecho, de muchas de mis improvisaciones han surgido después bloques enteros de monólogo.

¿Cuál es el origen de tu vocación por hacer monólogos?
Me dedico a esto desde los cuarenta años de edad, mi vocación fue primero huir del sistema y de una vida orientada al resultado económico... casi al mismo tiempo me sorprendí viendo "El Club de la Comedia", en sus inicios, y sentí que ese era mi futuro. Por fin el tipo que tenía que reprimir sus bromas porque "no era serio" encontraba un lugar en el mundo donde lo "serio" era hacer bromas.

¿Qué impacto crees que tiene en las personas el buen humor?
Impacto? El buen humor es imprescindible para vivir la vida sin encontrarla un sinsentido... el humor nos hace fuertes y sensibles a la vez. La verdad, sin darme cuenta casi, me rodeo de gente con buen humor, me hacen la vida más fácil, y yo a ellos...

¿Cómo preparas las actuaciones?
Con los años me he vuelto muy meticuloso, y la salud me ha ayudado a eso. No trasnocho la noche anterior a una actuación, intento por todos los medios hacer una buena siesta por la tarde el día de la actuación. Repaso mentalmente (en cualquier sitio, evadiendo una parte de mi ser consciente) lo que haré encima del escenario, y me conecto "emocionalmente" a la actuación cinco minutos antes de subir al escenario preguntándome una y otra vez: Albert, ¿qué has venido a hacer aquí?

¿Qué haces para cuidar tu voz?
La verdad es que muy poco. Ando con el cuello siempre abrigado (excepto en verano), siento mucho el frío en el cuello y tengo la manía de que me quedaré sin voz, pero más allá de eso, nada.

¿Cómo has notado que evolucionaba tu voz conforme a tu experiencia?
No he notado muchos cambios en mi voz, más allá de conocerme mejor y perder el miedo a gritar cuando conviene en escena.

¿Qué hace a un buen monologuista?
No creo que nadie pueda dar una respuesta a esta pregunta en la que todos estemos de acuerdo y nos veamos reflejados. Yo sólo puedo dar mi opinión, y es fácil que mañana no esté de acuerdo con ella, es una visión muy personal la que guía mi respuesta.

Me da que un buen monologuista lo puede ser por muchas cosas, porque trabaje mucho, porque le contraten mucho, porque haga más risas por minuto que otros. A mi modo de ver, un buen monologuista es aquel capaz de hacer reír al público cuando él quiere, hacerle pensar cuando él decide, el que mantiene la atención del público y predura en su memoria.

Un buen monologuista puede ser cualquiera, mientras haga reír y disfrute con ello.

¿Qué consejo darías a quien comienza en el mundo de la interpretación de monólogos?
Que no se fije en los demás más que para aprender, que no tenga la sensación de que compite con nadie, que no supedite su éxito al resultado... el éxito ya lo ha alcanzado metiéndose en una aventura que le hará conocerse mejor y vivir más su propia vida.

¿Dónde pueden nuestros lectores encontrar información actualizada sobre tus próximas actuaciones?
Siguiéndome en Facebook: Albert Boira, en Twitter o Instagram: @albertboira, allí publico mis actuaciones, viajes y muchas cosas divertidas que se me ocurren, conexiones en directo, comentarios de noticias, etc.