Yo, yo mismo, conmigo (y con mi instrumento)

La personalidad de los músicos es a menudo calificada de excéntrica o peculiar. A estas alturas, no cabe duda de que nuestra personalidad refleja en muchas ocasiones nuestra ocupación. No es algo que sólo ocurra con los músicos, el hecho de dedicar una vida a una profesión influye en las actitudes y características de cada persona, ya sean médicos, profesores, comerciantes… o músicos.

Una de las características que va unida a casi todos los músicos es el individualismo, como bien señala el psicólogo Guillermo Dalia en su libro  Como ser feliz si eres musico o tienes uno cerca, que ya hemos nombrado más de una vez en nuestro blog por lo completo que es.

Las características de la carrera y de la profesión potencian esta actitud:

  • Pasamos horas solos, estudiando.
  • Las clases que claramente tienen más peso en los Conservatorios son las individuales.
  • Se favorece siempre la competitividad.
  • Es un mundo dado a la crítica.

Dalia lo explica de esta forma en su artículo publicado en Trumpetland, que podéis leer en este enlace.

El músico suele ser muy individualista sea cual sea la labor que desempeñe. Bien como profesor de música o como integrante de una orquesta, no existen diferencias en este aspecto: el halo de la individualidad planea sobre todos ellos. No se pretende decir con esto que sean seres solitarios y aislados, y que se deriven de ello problemas sociales y personales, sino que la relación que se tiene con el instrumento es tal que se forma un ‘todo uno’ entre los dos, se teje un pequeño caparazón, en ocasiones un tanto impermeable, un pequeño aislante de todo lo demás. También podemos ver esta circunstancia en la dificultad que existe entre los músicos de agruparse y sentirse miembros de un colectivo unificado y reconocido. Claro que se dan muchas y buenas relaciones personales entre colegas, pero profesionalmente el desarrollo de la actividad marca una manera de ser individual.

¿En qué nos perjudica?

El principal problema derivado de este individualismo es la falta de unión profesional, la falta intenciones para ser un colectivo fuerte que luche por sus derechos profesionales, y por el valor de la música como disciplina. Sobre esta falta de unión ya hablamos en el post ¿Somos los músicos personas pasivas?

Sin embargo, otro punto en el que esta actitud nos puede afectar va más en el ámbito de lo personal. Nos perjudica en nuestra carrera y favorece que tengamos una visión distorsionada de nuestros problemas. Esto es porque no buscamos el apoyo de los colegas, no intentamos compartir nuestros problemas y solemos enfrentarlos solos. Un ejemplo de ello, el conocido por todos (pero poco comentado) miedo escénico, que todos los músicos sufren en cierto grado. Muchos prefieren medicarse o sufrirlo a hablar de ello. Como la experta en el tema Charlotte Tomilson comentaba en cierta ocasión, ¡qué fácil sería si todos hablásemos entre nosotros de ello con total libertad! Contar con la comprensión de los demás en los obstáculos que nos encontramos es vital para superarlos. Y qué mejor confidente que un colega que pasa por exactamente los mismos problemas que tú. El miedo escénico es sólo un ejemplo, podríamos estar hablando de lesiones, problemas para encontrar trabajo, rivalidades…

Cierta anécdota protagonizada por el famoso grupo de pop The Beatles puede ilustrar mejor lo que intentamos explicar: En cierta ocasión, Ringo Starr se encontraba tan abrumado por tener la sensación de ser el peor miembro del grupo, que incluso llegó a plantearse dejarlo. Cuando decidió por fin hablar con sus tres compañeros, después de tiempo sufriendo por creerse inferior, resultó que los demás le dijeron que también sentían que cada uno era el peor miembro con diferencia. Tras esto, sus tres compañeros le llenaron el estudio de flores como sorpresa y Ringo decidió (por supuesto) seguir adelante con el grupo.

La música es una actividad colectiva, en la que todos estamos juntos con los mismos miedos, ilusiones y pasiones. Aprende a abrirte y a unirte a tus colegas para mejorar tu carrera y nuestra profesión.

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Miedo escénico: cuándo acudir a un psicólogo

Por nuestro colaborador, Francisco MartínezPsicólogo Barcelona



- ¿Qué crees que deben conocer los profesores de música sobre el miedo escénico?


El miedo escénico es algo que la mayoría de los profesionales de la música han experimentado. Lo más probable, si ha tenido la oportunidad de subir alguna vez a un escenario, es que les sea familiar la sensación de estrés, ansiedad, preocupación, tensión corporal o lo que es más común, una mezcla de todas estas sensaciones.

Los profesores de música podrían ayudar a preparar las situaciones de exposición a la que se verán sometidos los alumnos (conciertos de fin de curso, preparación de pruebas evaluatorias...) Es bastante común también que después de una situación de exhibición o prueba los alumnos, cantantes o profesionales de la música sientan que han rendido mucho menos de lo que podrían alcanzar, resultado de su miedo escénico.

- ¿Qué podría aportar a un conservatorio la figura del psicólogo dentro del departamento de orientación?

El estudio de la música en el conservatorio conlleva un esfuerzo y una concentración mayor en muchas ocasiones que las de otros estudios superiores. Los cantantes o músicos pasan muchas horas de estudio en soledad. Suelen sentir una motivación de logro bastante alta. Quién haya pasado bastante tiempo entre los muros de cualquier conservatorio de nuestro país, podrá haber percibido el malestar psicológico que sufren algunos alumnos.

Repito, las claves del malestar se encuentran en la alta motivación de logro, la excesiva competitividad, una metodología de estudio que fomenta los esquemas obsesivos, la soledad... Muchos factores que predicen un mal desarrollo psicológico si los alumnos no se sienten acompañados durante su recorrido.



- ¿Cuándo debe acudir a un psicólogo un cantante o estudiante?


Aquí es el cantante, estudiante o profesional de la música el que debe dar el primer paso. Cuando se deciden a pedir ayuda profesional se realizará un seguimiento de los altos niveles de ansiedad relacionada con todos los factores predictores de malestar psicológico que he citado anteriormente. El psicólogo podría también ayudar a acompañarlos en un fenómeno bastante común entre los compañeros de profesión. La alta tasa de abandono de los alumnos.

- ¿Qué tipo de herramientas se le pueden proporcionar a los alumnos que sufren de miedo escénico?

Básicamente se les podría preparar en los tres niveles del fenómeno de miedo escénico. El nivel fisiológico, el conductual y el cognitivo.

10 herramientas para trabajar el miedo escénico.

  1. Respirar pausadamente. (FISIO)
  2. Hacer ejercicios de control del sonido. (FISIO)
  3. Calentar la voz. (FISIO)
  4. Beber agua junto antes de salir del escenario. (FISIO)
  5. Comer ligeramente. (FISIO)
  6. Descansar. (FISIO)
  7. Permanecer sentado. (COND)
  8. Estirar el cuerpo. (FISIO-COND)
  9. Visualizar o familiarizarse con el espacio escénico en los ensayos. (COGN)
  10. Escuchar un ensayo en el que hayan salido las cosas bien. (COGN)

La evaluación se debería llevar de manera individualizada. El ser humano no responde a recetas mágicas. Se deberá establecer un tratamiento individualizado después de la previa evaluación del malestar del estudiante o profesional de la música.

Para más info puedes visitar la web de Francisco Javier Martínez Fernández, Psicólogo en Barcelona.

Una audición de orquesta desde dentro: qué sienten los músicos, qué buscan los tribunales

Hoy me he encontrado con este post, que he devorado en pocos minutos por lo interesante que me ha parecido. Se nos cuenta desde cerca cómo vive un candidato una audición de orquesta y cómo lo evalúan los tribunales. Seguro que muchos, al igual que me ha pasado a mí, se sienten identificados. Y por eso he querido traducirlo y compartirlo. No sólo porque hable de los sentimientos y las sensaciones que se tienen en estas situaciones, cosa que a muchos músicos les cuesta compartir. Sino porque también puede servir para que aquellas personas que viven ajenas a este proceso sepan por todo lo que pasa un músico y valoren esta profesión. Espero que todos los que leáis este post os sintáis identificados, y que os dé fuerza y ganas para seguir luchando por vuestros objetivos.

Publicación: cincinnati.com

http://www.cincinnati.com/story/entertainment/music/2015/11/24/inside-symphony-audition/75478764/

Autor: Janelle Gelfand

Título original: Inside a symphony audition

 

Son las 14:00, lunes

Stephen Goist está intentando calmar sus nervios mientras espera a entrar en la audición en los camerinos del Music Hall. Sentado en una silla plegable junto a la funda de su viola, parece relajado, pero sus nervios pueden jugarle una mala pasada. Calcula que es su audición número 17. Pero en esta siente una presión distinta: ha crecido en Cincinnati.

Goist ya ha trabajado en orquestas pequeñas, como Dayton Philharmonic o Pro Musica Chamber Orchestra en Columbus. Pero ganar esta audición significa un trabajo fijo y un sueldo de seis cifras. Y en su ciudad natal. En cierto sentido, se ha estado preparando para este momento desde que tenía 3 años y empezó sus lecciones con su madre, una profesora de método Suzuki en la Cincinnati Public Schools. “Significaría mucho para mí, ya que mi objetivo es entrar en una orquesta, y esta es una gran orquesta”. dice Goist, de 24 años. “Además de que nací aquí, me crié aquí y tengo muchos amigos aquí”.

La tensión en el backstage del Music Hall es palpable en este día en que la Cincinnati Symphony Orchestra hace audiciones para dos puestos de viola. Audicionar para una orquesta nacional de gran presupuesto que funciona todo el año es un proceso estresante y muy personal. Requiere mucho tiempo de práctica, audición tras audición, además del dinero que se gasta en viajes y hoteles. Al final, todo se reduce a tocar cinco minutos.

“Desde un punto de vista estadístico, probablemente sea más fácil entrar en la NBA.” dice Christian Colberg, violista principal de la Cincinnati Symphony. “Es un proceso muy duro, que manda a la gente al psicoterapeuta, que realmente te cambia la vida. Es casi bárbaro, pero es justo.

Goist, graduado de la School for Creative and Performing Arts y la University of Cincinnati College-Conservatory of Music, conoce bien el proceso. Ya ha llegado lejos. Entre más de 140 candidatos, menos de la mitad fueron invitados a las audiciones. Algunos no se han presentado. Al final, participa junto a otros 48 competidores. Resulta ser un maratón de dos días.

“Intento no estresarme demasiado. Algunos tienen rutinas o ejercicios de respiración para relajarse, yo simplemente intento tratar este día como un día cualquiera” dice Goist. Excepto que no es normal. Intentar ganar un trabajo en orquesta es extremadamente competitivo, los conservatorios sacan alumnos brillantes año tras año. Y la audición no es el final. Hay unas dos semanas de prueba, seguidas de un año más antes de que un músico sea finalmente aceptado como miembro de la orquesta.

También puede resultar caro, señala Goist. Muchos de los candidatos son de fuera, incluso de Singapur o Japón. Para una audición reciente en Indianápolis, Goist pagó por dos noches de hotel, pero no pasó de fase, con lo que no usó su segunda noche. Además, las audiciones pueden alargarse hasta la noche. Cuando hace tres años audicionó para la Colorado Symphony, su día de audición duró desde las 9 de la mañana hasta las 22:30 de la noche. “Al final me sentía como en otro planeta, fuera de mi cuerpo y completamente enloquecido“, nos cuenta.

Cincinnati es un gran premio, en parte por el prestigio que tiene. La orquesta, la quinta más antigua del país, toca regularmente en el Carnegie Hall (y en enero tocará en el Lincoln Center), hace giras a nivel internacional, tiene su propio sello discográfico y recientemente completó una campaña de $ 26.000.000. Su objetivo principal es cubrir puestos que otros músicos han dejado vacantes. Razón por la cual salió la oferta para ocupar dos asientos en la sección de viola.

Pegada a un espejo en el camerino de Goist hay una sola hoja de papel con la lista de la música que se le pedirá que toque.

15:00 La audición

Las puertas que conducen al escenario del Music Hall están cerradas, con un cartel que dice “Audición en Progreso.” Los pasillos están desiertos. De vez en cuando, un músico se escabulle a través de las puertas de la oficina, le pregunta a la recepcionista por alguna dirección, y desaparece en un camerino.

Goist mira su reloj. Es la hora. Ahora, sólo tiene que tocar con el corazón.

“Sé que me pongo nervioso, pero conocer cómo lidiar con eso eso es lo que he aprendido a través de todas estas audiciones”, dice, sin dejar de sonreír. “Simplemente estoy tratando de  mantenerme concentrado, con la mente limpia y precisa. Todos tenemos nuestras rutinas- algunas personas comen un plátano, otras hacen yoga. El arte es simplemente entenderte a ti mismo, estar en sintonía contigo mismo, con tu cuerpo y tu mente.

El proceso es estricto. Los candidatos se ponen de pie en el escenario sobre una alfombra – de manera que los miembros del jurado no se formen una idea por el sonido de sus pasos. El clic-clic-clic de los tacones altos podría revelar el sexo de un candidato. Tocan detrás de un biombo alto, sin ser vistos por el jurado. No hablan, aunque el jurado les habla.

“Gracias a todo esto, no sabemos quién es el candidato – la raza, la religión, el sexo, nada”, dice Colberg, presidente del comité de la audición, formado por 10 miembros.

La orquesta establece las reglas. La Cincinnati Musicians Union, Local No. 1, supervisa los procedimientos para asegurarse de que se siguen las reglas. En general, están buscando al mejor intérprete. Pero normalmente hay varios que evalúan. Es cuestión de cuál es la mejor opción para esta orquesta, esta sección de viola, este sonido.

“Estamos buscando el paquete ideal. Que tenga el nivel en todas las áreas, musicalidad, estilo, técnica… Cada uno tiene su idea en la cabeza de lo que es este nivel, su propia escala. Muchos miembros del jurado se centran en la afinación, otros en el rito. Muchos traen su propia lista de prioridades“, dice Colberg.

“¿Por qué ganas algo o no lo ganas? Es como si Robert DeNiro -uno de los actores más famosos de América- fuera a un casting de una nueva película, pero el director se volviera hacia él y le dijese ‘Lo siento, DeNiro, pero estamos buscando a una rubia con grandes pechos’.”

“Así que cuando acabas una audición, es complicado. Lo que has tocado, mezclado con lo que el comité está buscando, es lo que realmente te llevará a ganar”.

16:30 Haciendo el corte

La audición ha terminado. “Me siento genial. He tocado bien y he hecho todo lo que había estudiado” dice Goist, con una gran sonrisa. “Realmente, es una liberación, sueltas toda la energía. Lo bueno de estas audiciones es que las próximas rondas son mañana. Así que puedo relajarme el resto del día.”

Parece cansado, exhausto.  Se ha acabado, han hecho el corte. Goist es uno de los que pasa con los 13 semifinalistas.

“Me siento genial, maravilloso. A veces, incluso cuando creo que he tocado bien, no paso de fase. Pero siempre me quedo con una buena sensación, satisfecho”.

Goist planea ver un nuevo episodio de “Homeland,” cenar y tal vez, estudiar un poco. Su calvario no ha terminado.

9:30 Martes

Goist aparece a primera hora de la mañana en el Music Hall con los otros semifinalistas para determinar por sorteo el orden de actuación. Conoce a muchos de los otros candidatos, ya sea del conservatorio o de audicionar por todo el país.

Los conservatorios, conscientes de la naturaleza competitiva de conseguir un trabajo de orquesta, han mejorado la preparación de sus estudiantes para el mundo profesional.

“La capacidad de ganar una audición es algo que los principales conservatorios están tomando en serio. Nosotros preparamos a los estudiantes para tocar en orquesta, pero es muy diferente enseñarles a tocar en una audición” dice Peter Landgren, decano del CCM, y exmiembro de la Baltimore Symphony Orchestra.

10:00 Los semifinalistas

Los semifinalistas tocan algunos pasajes de orquesta durante 10 o 20 minutos. Después, Zachin anuncia los cuatro finalistas. Goist está entre ellos. Los candidatos toman un almuerzo rápido.

Empiezas a ver la misma gente que en todas las audiciones. La misma gente que pasa de ronda. Los violistas somos conocidos como músicos con un poco más de camaradería entre nosotros. Algunos de ellos son buenos amigos míos. Es duro, porque también estás compitiendo por tu carrera“.

14:00 Los cuatro finalistas

Más presión. El director musical se ha unido al comité. Él tendrá la última palabra. El biombo aún se mantiene.

Goist empieza con el Bartok Concerto, seguido de algunos pasajes orquestales.

“Oh dios mío, pidieron una lista enorme con cerca de 15 fragmentos diferentes. Era prácticamente toda la lista”, dice. “La ronda final varió desde Mozart a Beethoven a Shostakovich y a Ravel. Quieren saber cuán flexible eres, y si puedes adaptarte a los diferentes estilos de cada pieza“.

Los cuatro violistas esperan una hora mientras el jurado delibera. No se ponen de acuerdo, así que todos tienen que tocar de nuevo. “Estoy agotado, física, mental y emocionalmente” dice Goist.

16:30 Esto es así

Goist ha ido más allá del agotamiento. Está enfadado. “Para mí, han sido demasiadas peticiones de Louis (el director), diferentes tipos de sonido, destacando partes distintas de la frase. En esta ronda, había mucho de qué hablar.” dice Goist.

“Si un candidato ha llegado a la ronda final de nuestro proceso de audición, es que es, sin duda, un excelente músico. Entonces le pido que toque el mismo pasaje musical de diferentes maneras, con diferentes significados, colores, estilos, fraseos y articulaciones”, dice Langrée después.”Lo que estoy buscando es flexibilidad, imaginación y, por supuesto, habilidad. También escucho para saber cómo los finalistas se corresponderían con la identidad y el estilo de la OSC, mientras que al mismo tiempo, anticipo qué elementos frescos van a traer a nuestro conjunto”. Colberg admite que fue una decisión difícil. “La única manera en que podíamos decidir era escuchar a todos de nuevo. Es lo que se llama una súper final. Está sucediendo cada vez más”, dice. “En cierto modo, es una especie de prueba de resistencia, para mostrar cómo les afecta el cansancio”, añade. “Hay momentos en la gira en los que, si no hubiera sido por las cafetería de al lado de la sala, no estoy seguro de que hubiera sobrevivido al concierto, con el jet lag y constantemente en la carretera”, dice Colberg. “El candidato tiene que tener ese instinto de tener sus músculos en piloto automático.

Y al final, todo se reduce a cinco minutos de fragmentos musicales.

“Si somos absolutamente precisos, se reduce a unos 15 segundos. Podemos decir con un muy alto grado de exactitud qué tipo de músico eres dentro de los primeros 15 a 30 segundos. El resto del tiempo, estamos allí para asegurarnos de que nuestra evaluación inicial era correcta“, dice Colberg.

19:30 Los ganadores

Goist no ha sido seleccionado. Le dijeron “Gracias por tu genial audición.” y eso fue todo.

“En este momento, podía saborearlo, estaba tan cerca… Había llegado tan lejos que fue una decepción.” dice el violista. “Uno de mis sueños es tocar con esta orquesta que he idolatrado desde niño. Pero estoy orgulloso de mí mismo por haber llegado tan lejos”

No se rinde. Pronto viajará a Canadá para una audición en la Montreal Symphony Orchestra.

Nota del editor: Para esta historia, el jurado no sabía qué candidato fue entrevistado por The Enquirer. Las entrevistas se realizaron a puerta cerrada en un pasillo fuera de la zona del escenario y la audición, y por teléfono. El CSO anunciará a los ganadores en una fecha posterior.

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El músico como actor: la presencia

Cuando salimos al escenario, aunque éste sea el salón de nuestra casa, transmitimos tantas cosas con nuestra presencia como lo hacemos con nuestra música. Nuestra forma de andar, nuestra mirada, nuestra expresión, nuestra postura, nuestros movimientos… todo lo que conforma nuestra presencia nos delatará como músicos inexpertos, nerviosos, inseguros… o todo lo contrario.

A veces no nos damos cuenta de hasta qué punto puede influir nuestra presencia en la música que interpretamos. Lo que transmitimos con el cuerpo puede hacernos pasar la línea de la normalidad y hacernos parecer excelentes, y al contrario. Vamos a ayudarnos viendo unos ejemplos:

Tenemos aquí un vídeo del reciente concurso de Miss USA. Para la fase del talento, esta Miss optó por tocar el violín. Si sólo la oyes tocar comprendes que tiene ciertas carencias técnicas. Sin embargo, vamos a fijarnos en la presencia más que en la interpretación. Se dirige al escenario, paso seguro, sonrisa y movimientos fluidos. Cuando comienza a tocar, no pierde la compostura por los fallos que tiene. Continua tocando con movimientos enérgicos, sonriente, moviéndose libremente con la música. Al final acaba con la misma energía y con aspecto triunfante. Al final, si no tienes muchas nociones musicales o sobre el violín, es probable que te quedes con la sensación de que la chica lo ha hecho estupendamente. Esto se debe a que, por encima de los fallos técnicos ha transmitido en todo momento seguridad y energía. Desde luego, para un jurado experto, la actitud no habría sido suficiente. Sin embargo, seguro que sí lo es para un público aficionado.

Ahora vamos a ver un vídeo de la famosa violista Tabea Zimmermann en sus comienzos. Se trata de su actuación en el concurso de Géneve. Tenía tan sólo 16 años, y esto se nota en la grabación. A pesar del derroche de talento, que es innegable, sus nervios son evidentes. En el segundo 50, cuando entra al escenario, vemos como se balancea de manera nerviosa y se seca las manos en el vestido. Afina de manera casi inaudible. Los movimientos de balanceo continúan, y mantiene la cabeza baja. Este gesto puede entenderse como un gesto de concentración, pero su actitud y movimientos transmiten más bien cierto miedo al público. En el minuto 3:25 ya se coloca la viola, cuando todavía falta casi medio minuto para su entrada, otro gesto que denota impaciencia. Tocando, su actitud es correcta, nada exagerado, no transmite miedo, pero tampoco una abrumadora seguridad. En el minuto 6:24 ya se nota que se ha relajado, pues aunque continua con los balanceos, mantiene la cabeza alta. La expresión que mantiene en el rostro transmite concentración, pero también cierto nerviosismo. Desde luego, su ejecución es impecable, así que la presencia en el escenario no empaña de ningún modo su interpretación.

Visto estos dos ejemplos tan extremos, imaginemos ahora la presencia de la Miss sumada al talento de Zimmermann. Nuestra apreciación sería unánime, nos parecería un músico sublime, sin lugar a dudas. Ahora, pensemos a la inversa: la interpretación de la Miss junto con la actitud recatada de la famosa violista. Aquí tampoco habría duda, no nos gustaría lo que vemos/oímos. Sin embargo, estos dos ejemplos que hemos puesto son muy exagerados, el nivel interpretativo pesa tanto hacia un lado u otro que la actitud no es suficiente como para hacernos cambiar de opinión. En el caso de un músico corriente, que interprete de manera correcta aunque no sobresaliente, la actitud puede ser la clave para convencer a un jurado/público o para provocar su rechazo.

¿Qué hacer para tener presencia escénica?

Es posible que no seas ese tipo de persona que emana seguridad, puede que incluso esas actitudes te parezcan presuntuosas o exageradas. Entonces, detente un momento y piensa cuántos músicos conoces que tienen buena presencia escénica y triunfan. Es innegable que la presencia y la actitud ayudan a transmitir una buena atmósfera durante nuestra interpretación. ¿Cómo lo conseguimos? No es cosa fácil, sobre todo porque los nervios juegan en nuestra contra. Debemos ser actores, en el sentido de meternos en la piel de otra persona: una persona segura, confiada y virtuosa. Ser actor no es fácil, tratar de ser alguien que no eres, en un momento en el que sólo te tiemblan las piernas y casi no puedes pensar.

  • Aléjate de tus propias emociones
  • Imagina a un músico cuya actitud y presencia escénica te gustaría imitar
  • Piensa en tu postura, lo que haces con el rostro, los brazos y las piernas. Mantén la espalda recta
  • Intenta imitar a ese músico que has imaginado
  • Trata de concentrarte, aléjate de sensaciones nerviosas. Si las tienes, no dejes que las vea el público
  • Muévete con la música y mantén movimientos activos y enérgicos al tocar
  • Ensaya tu actitud y movimientos frente al espejo, en casa

Puedes leer (link a Amazon): Cómo tener seguridad en sí mismo.

PD: Imagen de Nikolaj Lund

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Proyecto “más allá del miedo escénico”: Controlar el estrés es esencial para los músicos

La pianista Charlotte Tomlinson ha iniciado este magnífico proyecto sobre el miedo escénico. Os dejamos la traducción de su artículo en el que explica qué le llevó a impulsar este proyecto y en qué consiste.

Traducido de la publicación Classical Music Magazine

Enlace al original: http://www.classicalmusicmagazine.org/opinion/managing-stress-is-essential-for-musicians/

Autor: Charlotte Tomlinson

Fecha: 29 Mayo 2015

Título original: Managing stress is essential for musicians

¿Qué se interpone en nuestro camino para llevar a cabo una buena actuación?  Sabemos lo que tenemos que tener como músicos: una buena técnica y la capacidad de profundizar en la música y expresar lo que el compositor tenía en su mente de la mejor manera posible. Nuestro objetivo es alcanzar los más altos estándares de excelencia que podamos, sobre todo como profesionales. Aquí es donde se pone el foco en una buena educación musical, y con razón, en muchos aspectos. Necesitamos conocer nuestra técnica para que no nos defraude en los momentos clave y tenemos que tener un sentido real de lo que la música nos quiere decir.

¿Pero es esto todo lo que necesita? Yo diría que esto es sólo una parte del cuadro. También importa cómo manejamos el estrés durante la actuación, los diversos factores que pueden salirnos al paso durante la interpretación; nuestra energía nerviosa que va demasiado lejos y nos paraliza; saber que encontrar la energía para tocar cuando estamos cansados ​​de todas las cosas que la vida nos lanza; nuestro cuerpo agarrotado y con tensión cuando menos lo esperamos; la voz interior e insignificante que nos castiga cuando nos equivocamos y empieza a esperar el próximo error y la misma voz interior que nos dice que no somos buenos, un fraude y que vamos a caer muy pronto. Los nervios que los músicos experimentan y cómo se las arreglan para luchar contra ellos son tan variados y diferentes como los propios músicos, y sin embargo, su gestión también es una parte esencial de ser un músico bien equilibrado, feliz y realizado.

Rara vez se habla de estos nervios y este estrés, incluso entre músicos. Cuando he tenido experiencias profesionales como pianista acompañante en las que esperaba realizar hazañas sobrehumanas como lecturas a primera vista o resistir para tocar perfectamente en situaciones imperfectas; nunca sentí que pudiera decir nada al respecto, incluso a mis colegas. Veía un montón de personas que podían realizar las mismas hazañas sobrehumanas, así que simplemente sufría en silencio, imaginando que sólo era un problema mío. Esas experiencias afectaron significativamente en mi disfrute al tocar y en general, en mi disfrute con la música. Ser capaz de expresar esos sentimientos abiertamente en una cultura musical donde ese tipo de experiencia se considera normal y aceptable habría sido muy diferente.

Una de mis contribuciones a la difusión de este tema es la creación de una cumbre en línea, Más allá del Miedo Escénico. Se trata de una serie de entrevistas en video, en el que 20 o más ponentes, en su mayoría músicos, aunque también profesores y otros expertos en este tema, comparten sus conocimientos sobre el manejo del estrés. Cada entrevista se lleva a cabo a través de Skype, y ronda los 30-45 minutos de duración. Hay algo acerca de las imperfecciones y la informalidad de Skype y su tecnología de grabación, que tiene beneficios sorprendentes. Realmente sientes que estás conociendo al orador y sus puntos de vista. La mayoría están sentados en casa, algunos de ellos con una taza de café, charlando sobre lo que es importante para ellos sobre el rendimiento y la forma en que manejan la tensión.

Me ha sorprendido y encantado el número de eminentes músicos que han querido participar en este proyecto, todos sintiendo la necesidad de destapar un tema tan sensible y sobre todo tabú. Hilary Hahn, Tasmin Little, John Lill y Amy Dickson son sólo algunos de los músicos que participan en Reino Unido, junto con algunos grandes nombres de EEUU. Ha sido fascinante y un privilegio escuchar sus historias y experiencias personales.

Para tener acceso a las entrevistas, entra en la web: http://www.beyondstagefright.com/

Lectura recomendada: Cómo superar la ansiedad escénica en músicos