Cómo puedes preservar la voz hasta edades muy avanzadas

Preservar la voz

La voz cambia con los años, pero no como se suele pensar.

Se ve constantemente a cantantes que no pueden llegar a las mismas notas con la edad.

O que se tienen que retirar y dejar de cantar.

Muchos dicen “no puedes cantar igual a los 70 igual que a los 20”.

Y es verdad, pero a medias.

Puedes cantar mejor.

O puedes cantar igual… pero diferente.

La voz se transforma por cambios hormonales y físicos, pero ese cambio no tiene que ser malo.

Más bien cambia poco a poco a algo diferente.

Un gran ejemplo lo tienes en el artículo de la voz en la tercera edad, donde un vídeo del tenor Angelo Loforese cantando con 92 años.

Para poder mantener la voz en tan buen estado e ir mejorándola mes tras mes, tienes que eliminar de tu mente la siguiente frase:

A mí no me gustan las notas agudas

A lo largo de los años que llevo entrenando voces, he oído esta frase cientos de veces.

Gente que dice que las notas agudas no le llaman la atención.

Gente que, casualmente, no ha aprendido a cantar esas notas agudas.

Gente que, cuando aprende a cantarlas, no puede parar de hacerlo.

¿Por qué?

Pues porque molan mucho.

Pero además de molar mucho y de darle un toque especial a las canciones que cantas, son buenas para tu voz.

Por dos razones:

1. Musculatura activa

Si los músculos no se usan, se atrofian y se acortan.

Pierden fuerza y elasticidad.

Las notas agudas se consiguen aprendiendo a estirar las cuerdas vocales, activando los músculos que las estiran.

Así de sencillo.

Al no usar esos músculos, se atrofian, y cada vez pueden estirar menos las cuerdas vocales.

Perdiendo así notas agudas.

Cada vez que evitas cantar en falsete, estás evitando que esos músculos se activen y que las cuerdas vocales pierdan elasticidad.

Cada vez que bajas los tonos de una canción, estás volviendo a tus músculos más vagos, y estás perdiendo elasticidad.

Cada vez que compones una canción en notas graves, …

Bueno, creo que ya has pillado la idea.

Una de las funciones de un buen calentamiento de voz es precisamente estirar los músculos.

2. La acústica hace gran parte del trabajo

Cuanto cantamos sin técnica, tenemos que hacer mucha fuerza en todo momento para poder cantar.

Puede haber momentos puntuales (PUNTUALES) en un entrenamiento de voz que esto pueda tener sentido, pero cantar tiene que ser fácil.

Tiene que ser una segunda naturaleza.

Igual que hablas, cantas.

Nada más.

Gran parte para eliminar esa fuerza que casi todos hacemos por instinto al cantar, empieza por saber utilizar a tu favor la acústica de tu instrumento.

Existe la idea errónea de que para cantar más fuerte, hace falta más fuerza.

Es errónea, porque para cantar más fuerte no necesitas más volumen, más decibelios.

Necesitas potenciar las frecuencias correctas de tu voz, las que más capta el oído humano y las que viajan más eficientemente por el espacio, por el aire.

Es algo fácil de decir, pero difícil de hacer, y este artículo no va de eso.

Lo que voy a hacer es dejar los 5 ejercicios que no sirven para activar los resonadores, a pesar de que todo el mundo los usa.

El caso es que si optimizas el uso de los resonadores vocales para que hagan todo el trabajo, en vez de tirar de fuerza, tus cuerdas vocales no sufren.

Esto implica que, a pesar de que con los años todos los músculos del cuerpo se debilitan y la voz no es una excepción, tu voz va a seguir sonando brillante, potente y presente.

Porque los resonadores no cambian tanto con la edad, y el cambio que sufren no pasa de la noche a la mañana, y puedes ir haciendo los ajustes necesarios a medida que ganas años.

La solución es fácil: canta ópera o metal extremo para no perder contacto con tus notas agudas

NO.

NO NO NO.

Muchos cantantes que han cantado muy agudo, han tenido que acabar bajando los tonos de sus canciones para cantarlas en directo.

O enfocar el micrófono al público cuando llega el estribillo.

O no cantarlas.

Llegar a las notas agudas no significa hacerlas bien.

Existen varias formas de hacer que las cuerdas vocales vibren más rápido, y no todas son buenas.

Una forma incorrecta muy común y que muchos cantantes utilizan es no activar los músculos que estiran las cuerdas vocales.

En su lugar echan más y más aire para conseguir esa vibración más rápida.

El problema es que las cuerdas vocales tienen que resistir esa cantidad brutal de aire, y todo tiene un límite.

No te recomiendo descubrir cuál es, porque ahí es donde salen lesiones vocales tipo nódulos o pólipos.

Este artículo Cómo puedes preservar la voz hasta edades muy avanzadas pertenece a VoKalo.

6 pedruscos que te encontrarás si quieres aprender a cantar

Muchos quieren aprender a cantar.

Pocos lo consiguen, pero no por una falta de talento, si no por una falta de conocimiento.

Si quieres empezar este camino, ya sabes que te vas a encontrar obstáculos. Eso es de cajón.

El problema aparece cuando te los encuentras, pero no sabes que son obstáculos completamente comunes y normales.

No saber reconocerlos te hará rendirte o incluso pensar que es mejor idea dejarlo que continuar.

Allá cada cuál con sus decisiones, pero escucha este episodio antes.

Cosas que pueden ayudarte a conseguirlo

  • Centrarte en lo que importa (lo importante no es el sonido de tu voz)
  • Saber manejar las críticas
  • Entender por qué la fuerza no es tu amiga
  • Aprender a ver con tus oídos

Transcripción del episodio

Lo primero que quiero decirte es que no estigmatices lo que es aprender a cantar.

Sí, está lleno de obstáculos, como cualquier otra cosa en la vida, pero con dedicación se puede conseguir.

A pesar de esto, hay algunas peculiaridades al aprender a controlar la voz para cantar mejor.

Son unas peculiaridades salvables, pero si no las conoces, puedes acabar como una cabra, perdiéndote por los laberintos de aprender a cantar.

Voy a comparar lo que es aprender a tocar la guitarra con aprender a cantar para poner las diferencias en perspectiva.

Pero no voy a decir la tontería esa de que si las cuerdas de una guitarra se rompen las puedes cambiar, pero no hay recambio para tus cuerdas vocales.

Porque el instrumento de un guitarrista no sólo es su guitarra. También lo son sus manos, y para eso tampoco hay recambio.

No.

Mira. Lo primero que tienes que saber es que la voz es el único instrumento que no ha creado el humano.

Así que nos tenemos que adaptar a su diseño y punto.

No hay otra opción.

La guitarra sí ha sido creada por el humano, ha ido evolucionando, y la técnica se ha podido ir desarrollando de forma muy natural.

Mantén esta mentalidad mientras te comento los grandes obstáculos que te encontrarás al aprender a cantar.

Primer obstáculo: Las sensaciones no suelen representar lo que está pasando

Cuando hablas o cantas, tu cuerpo está recibiendo un montón de información sensorial por las vibraciones del sonido de tu voz.

Un zumbido en la cabeza, vibraciones en el cuello, un sonido cortante en la parte frontal de la cara, un cosquilleo entre los ojos, …

Sensaciones hay tantas como personas en el mundo.

Y la gran mayoría de ellas no describen lo que está pasando físicamente en tu garganta.

Esto con la guitarra no pasa.

Tocas una cuerda y lo sientes claramente.

Agarras la púa y la sientes perfectamente.

En el canto, a veces se confunde una vibración en la nariz con una buena proyección vocal.

O un sonido brillante con una buena aducción de las cuerdas vocales.

Pero todo son ideas preconcebidas.

Porque es imposible que sepas cómo se siente una producción vocal correcta hasta que la haces.

Entonces… ¿el huevo o la gallina?

Ni uno ni el otro.

Primero va el sonido.

Tienes que hacer caso al sonido de tu voz, y luego ya crearás relaciones de qué te hace sentir cada uno de esos sonidos.

Eso no quiere decir que tengas que buscar necesariamente sonidos bonitos.

A veces tenemos que usar sonidos feos para conseguir crear sonidos bonitos.

Si te interesa desarrollar esto, contáctanos y vemos qué tipo de formación necesitas.

Seguimos.

Segundo obstáculo: tu feedback auditivo es interno Y externo

Cuando tocas la guitarra, sólo la oyes desde fuera.

Lo que tú oyes es exactamente lo que otra persona oye.

Cuando cantas, oyes tu voz desde dentro de tu cabeza y desde fuera.

Una movida.

A veces te puede parecer que estás haciéndolo fatal, y realmente estás cantando muy bien.

O viceversa.

Cuando tienes poca experiencia, hay un desfase muy grande entre lo que oyes desde dentro de tu cabeza y lo que se oye desde fuera.

Es el mismo efecto que pasa cuando oyes tu voz grabada por primera vez.

Ese desfase se puede ajustar, pero que sepas que está ahí y que no tienes que dar nada por sentado, sobre todo al principio.

Tercer obstáculo: la voz es orgánica

La voz es muy susceptible a muchas cosas.

El ambiente, los cambios de temperatura, si respiras por la boca, si roncas, si tienes reflujo, la edad, haber dormido poco o mal, …

Así que cada día puede estar un poco diferente, y eso implica que tu tacto interno cambiará.

Para un guitarrista esto no suele ser un problema, porque las manos están bastante igual de un día para otro.

Hay algunas cosas que no son salvables, como casos severos de reflujo, laringitis o este tipo de historias.

Para un guitarrista, podría ser como quemarse un dedo.

Durante unos días lo sentirá rarísimo, y el feedback sensorial le cambiará por completo.

Pero cortarse las uñas no le afectará a la hora de tocar, a no ser que las tenga tan largas que pueda cambiar el canal del televisor sin mando a distancia.

Para un cantante, el resto de cambios pequeños puede ser una tortura al principio, pero con un buen entrenamiento vas ganando tacto en la voz.

Vas aprendiendo a navegar entre los distintos estados de tu voz, y deja de ser un problema.

Por supuesto habrá días buenos y días no tan buenos, pero eso es como todo en la vida.

Lo importante es que tengas un buen control de tu voz como para que en tus días no tan buenos puedas cantar bastante bien de todas formas.

Cuarto obstáculo: la voz forma parte de nuestra identidad

Si alguien nos dice que tocamos mal la guitarra, molesta.

Claro que molesta.

Pero inconscientemente se transmite y se recibe que tienes que practicar más.

En cambio, si alguien nos dice que cantamos mal, nos afecta a nivel personal.

Inconscientemente nos está diciendo que nuestra voz no sirve.

Si a esto le añades que prácticamente todo el mundo cree que para cantar bien necesitas algún tipo de don extraño, todo se hace más cuesta arriba.

Por eso, si quieres emprender el camino de aprender a cantar, ármate de paciencia y de tapones para los oídos.

Vas a tener que ignorar muchos comentarios estúpidos.

Pero que sepas que esos comentarios vienen de la ignorancia y de la envidia.

Nada más.

Quinto obstáculo: incrementar el volumen no es “darle más fuerte”

En una guitarra, si quieres más volumen, haces un poco más de fuerza con la púa .

Si la guitarra es eléctrica, subes el volumen del amplificador.

Es bastante fácil de entender, ver y hacer.

Con la voz no es tan sencillo.

Lo que hacemos de forma natural para aumentar el volumen es gritar, pero gritar no es cantar.

Gritar hace daño a la voz y suena fatal.

Para aumentar el volumen al cantar nunca debes sentir que haces más fuerza, porque el volumen viene de un control muy fino de las cuerdas vocales y de optimizar el espacio de resonancia.

Suena complicado, porque lo es.

Nadie dijo que fuera a ser fácil, pero quédate con esto: no hagas fuerza para cantar más fuerte.

Sexto obstáculo: mucho de lo que pasa en la voz, no se ve

Si un guitarrista no va a la velocidad de la luz, que los hay, puedes llegar a ver lo que está haciendo.

Con mucha paciencia y mucha práctica, puedes llegar a copiarlo.

Aunque te lleve años, da igual. Se puede.

En cambio, de los cantantes sólo se ve la parte externa del instrumento, lo que está pasando en los labios y, como mucho, en la lengua.

Pero pasan muchas cosas dentro que no se ven a simple vista y no se pueden copiar más que por sonido.

Eso nos supone dos dificultades.

  1. Hace falta un oído entrenado para oír la voz de un cantante y saber qué está haciendo bien o qué está haciendo mal.
  2. Suponiendo que tengas ese oído, saber reproducir lo que está haciendo requiere de mucho control.

Por eso, para aprender a cantar bien es necesario entrenar también el oído.

No me refiero a entrenarlo para mejorar la afinación ni para saber si una nota es un LA o es un DO.

Mayormente, eso es irrelevante.

Me refiero a entrenarlo para entender cómo suena una voz que lo está haciendo bien técnicamente, y cómo suena cuando lo hace mal.

Cuando oyes a alguien cantar bien y lo sabes escuchar, tiene que darte envidia y llevarte a preguntarte “¿Cómo narices lo está haciendo para que le sea tan fácil?”.

Por el contrario, cuando oyes a alguien cantar con mala técnica y lo sabes escuchar, tiene que dolerte físicamente.

Bueno, es una forma de hablar, pero ya me entiendes.

Es como cuando ves a alguien que recibe un balonazo en la cara.

No te duele… pero te duele.

A eso me refiero con un buen entrenamiento de oído.

Cuando tengas ese oído, podrás escuchar tu propia voz de forma objetiva, crítica, y eso te llevará a hacer los cambios necesarios para cantar lo mejor que puedes cantar.

Porque da igual lo bien que creas que puedes llegar a cantar.

Puedes llegar a cantar aún mucho mejor.

Este artículo 6 pedruscos que te encontrarás si quieres aprender a cantar pertenece a VoKalo.

6 pedruscos que te encontrarás si quieres aprender a cantar

Muchos quieren aprender a cantar.

Pocos lo consiguen, pero no por una falta de talento, si no por una falta de conocimiento.

Si quieres empezar este camino, ya sabes que te vas a encontrar obstáculos. Eso es de cajón.

El problema aparece cuando te los encuentras, pero no sabes que son obstáculos completamente comunes y normales.

No saber reconocerlos te hará rendirte o incluso pensar que es mejor idea dejarlo que continuar.

Allá cada cuál con sus decisiones, pero escucha este episodio antes.

Cosas que pueden ayudarte a conseguirlo

  • Centrarte en lo que importa (lo importante no es el sonido de tu voz)
  • Saber manejar las críticas
  • Entender por qué la fuerza no es tu amiga
  • Aprender a ver con tus oídos

Transcripción del episodio

Lo primero que quiero decirte es que no estigmatices lo que es aprender a cantar.

Sí, está lleno de obstáculos, como cualquier otra cosa en la vida, pero con dedicación se puede conseguir.

A pesar de esto, hay algunas peculiaridades al aprender a controlar la voz para cantar mejor.

Son unas peculiaridades salvables, pero si no las conoces, puedes acabar como una cabra, perdiéndote por los laberintos de aprender a cantar.

Voy a comparar lo que es aprender a tocar la guitarra con aprender a cantar para poner las diferencias en perspectiva.

Pero no voy a decir la tontería esa de que si las cuerdas de una guitarra se rompen las puedes cambiar, pero no hay recambio para tus cuerdas vocales.

Porque el instrumento de un guitarrista no sólo es su guitarra. También lo son sus manos, y para eso tampoco hay recambio.

No.

Mira. Lo primero que tienes que saber es que la voz es el único instrumento que no ha creado el humano.

Así que nos tenemos que adaptar a su diseño y punto.

No hay otra opción.

La guitarra sí ha sido creada por el humano, ha ido evolucionando, y la técnica se ha podido ir desarrollando de forma muy natural.

Mantén esta mentalidad mientras te comento los grandes obstáculos que te encontrarás al aprender a cantar.

Primer obstáculo: Las sensaciones no suelen representar lo que está pasando

Cuando hablas o cantas, tu cuerpo está recibiendo un montón de información sensorial por las vibraciones del sonido de tu voz.

Un zumbido en la cabeza, vibraciones en el cuello, un sonido cortante en la parte frontal de la cara, un cosquilleo entre los ojos, …

Sensaciones hay tantas como personas en el mundo.

Y la gran mayoría de ellas no describen lo que está pasando físicamente en tu garganta.

Esto con la guitarra no pasa.

Tocas una cuerda y lo sientes claramente.

Agarras la púa y la sientes perfectamente.

En el canto, a veces se confunde una vibración en la nariz con una buena proyección vocal.

O un sonido brillante con una buena aducción de las cuerdas vocales.

Pero todo son ideas preconcebidas.

Porque es imposible que sepas cómo se siente una producción vocal correcta hasta que la haces.

Entonces… ¿el huevo o la gallina?

Ni uno ni el otro.

Primero va el sonido.

Tienes que hacer caso al sonido de tu voz, y luego ya crearás relaciones de qué te hace sentir cada uno de esos sonidos.

Eso no quiere decir que tengas que buscar necesariamente sonidos bonitos.

A veces tenemos que usar sonidos feos para conseguir crear sonidos bonitos.

Si te interesa desarrollar esto, contáctanos y vemos qué tipo de formación necesitas.

Seguimos.

Segundo obstáculo: tu feedback auditivo es interno Y externo

Cuando tocas la guitarra, sólo la oyes desde fuera.

Lo que tú oyes es exactamente lo que otra persona oye.

Cuando cantas, oyes tu voz desde dentro de tu cabeza y desde fuera.

Una movida.

A veces te puede parecer que estás haciéndolo fatal, y realmente estás cantando muy bien.

O viceversa.

Cuando tienes poca experiencia, hay un desfase muy grande entre lo que oyes desde dentro de tu cabeza y lo que se oye desde fuera.

Es el mismo efecto que pasa cuando oyes tu voz grabada por primera vez.

Ese desfase se puede ajustar, pero que sepas que está ahí y que no tienes que dar nada por sentado, sobre todo al principio.

Tercer obstáculo: la voz es orgánica

La voz es muy susceptible a muchas cosas.

El ambiente, los cambios de temperatura, si respiras por la boca, si roncas, si tienes reflujo, la edad, haber dormido poco o mal, …

Así que cada día puede estar un poco diferente, y eso implica que tu tacto interno cambiará.

Para un guitarrista esto no suele ser un problema, porque las manos están bastante igual de un día para otro.

Hay algunas cosas que no son salvables, como casos severos de reflujo, laringitis o este tipo de historias.

Para un guitarrista, podría ser como quemarse un dedo.

Durante unos días lo sentirá rarísimo, y el feedback sensorial le cambiará por completo.

Pero cortarse las uñas no le afectará a la hora de tocar, a no ser que las tenga tan largas que pueda cambiar el canal del televisor sin mando a distancia.

Para un cantante, el resto de cambios pequeños puede ser una tortura al principio, pero con un buen entrenamiento vas ganando tacto en la voz.

Vas aprendiendo a navegar entre los distintos estados de tu voz, y deja de ser un problema.

Por supuesto habrá días buenos y días no tan buenos, pero eso es como todo en la vida.

Lo importante es que tengas un buen control de tu voz como para que en tus días no tan buenos puedas cantar bastante bien de todas formas.

Cuarto obstáculo: la voz forma parte de nuestra identidad

Si alguien nos dice que tocamos mal la guitarra, molesta.

Claro que molesta.

Pero inconscientemente se transmite y se recibe que tienes que practicar más.

En cambio, si alguien nos dice que cantamos mal, nos afecta a nivel personal.

Inconscientemente nos está diciendo que nuestra voz no sirve.

Si a esto le añades que prácticamente todo el mundo cree que para cantar bien necesitas algún tipo de don extraño, todo se hace más cuesta arriba.

Por eso, si quieres emprender el camino de aprender a cantar, ármate de paciencia y de tapones para los oídos.

Vas a tener que ignorar muchos comentarios estúpidos.

Pero que sepas que esos comentarios vienen de la ignorancia y de la envidia.

Nada más.

Quinto obstáculo: incrementar el volumen no es “darle más fuerte”

En una guitarra, si quieres más volumen, haces un poco más de fuerza con la púa .

Si la guitarra es eléctrica, subes el volumen del amplificador.

Es bastante fácil de entender, ver y hacer.

Con la voz no es tan sencillo.

Lo que hacemos de forma natural para aumentar el volumen es gritar, pero gritar no es cantar.

Gritar hace daño a la voz y suena fatal.

Para aumentar el volumen al cantar nunca debes sentir que haces más fuerza, porque el volumen viene de un control muy fino de las cuerdas vocales y de optimizar el espacio de resonancia.

Suena complicado, porque lo es.

Nadie dijo que fuera a ser fácil, pero quédate con esto: no hagas fuerza para cantar más fuerte.

Sexto obstáculo: mucho de lo que pasa en la voz, no se ve

Si un guitarrista no va a la velocidad de la luz, que los hay, puedes llegar a ver lo que está haciendo.

Con mucha paciencia y mucha práctica, puedes llegar a copiarlo.

Aunque te lleve años, da igual. Se puede.

En cambio, de los cantantes sólo se ve la parte externa del instrumento, lo que está pasando en los labios y, como mucho, en la lengua.

Pero pasan muchas cosas dentro que no se ven a simple vista y no se pueden copiar más que por sonido.

Eso nos supone dos dificultades.

  1. Hace falta un oído entrenado para oír la voz de un cantante y saber qué está haciendo bien o qué está haciendo mal.
  2. Suponiendo que tengas ese oído, saber reproducir lo que está haciendo requiere de mucho control.

Por eso, para aprender a cantar bien es necesario entrenar también el oído.

No me refiero a entrenarlo para mejorar la afinación ni para saber si una nota es un LA o es un DO.

Mayormente, eso es irrelevante.

Me refiero a entrenarlo para entender cómo suena una voz que lo está haciendo bien técnicamente, y cómo suena cuando lo hace mal.

Cuando oyes a alguien cantar bien y lo sabes escuchar, tiene que darte envidia y llevarte a preguntarte “¿Cómo narices lo está haciendo para que le sea tan fácil?”.

Por el contrario, cuando oyes a alguien cantar con mala técnica y lo sabes escuchar, tiene que dolerte físicamente.

Bueno, es una forma de hablar, pero ya me entiendes.

Es como cuando ves a alguien que recibe un balonazo en la cara.

No te duele… pero te duele.

A eso me refiero con un buen entrenamiento de oído.

Cuando tengas ese oído, podrás escuchar tu propia voz de forma objetiva, crítica, y eso te llevará a hacer los cambios necesarios para cantar lo mejor que puedes cantar.

Porque da igual lo bien que creas que puedes llegar a cantar.

Puedes llegar a cantar aún mucho mejor.

Este artículo 6 pedruscos que te encontrarás si quieres aprender a cantar pertenece a VoKalo.

Una buena voz necesita un buen oído

No estoy hablando de esa tontería de si tienes oído musical o no.

Si te gusta la música, tienes oído musical. No hay más que hablar.

Si crees que quien no afina es porque no tiene buen oído, sigue leyendo nuestros correos. Si sigues sin cambiar de opinión, no nos vamos a llevar bien 😁

Estoy hablando de desarrollar tu oído para saber qué tipo de sonido conforma un canto bonito.

¿Un buen chef por qué es un buen chef?

Conoce los sabores de los ingredientes al dedillo, sabe cómo combinan, las cantidades correctas para hacer que un sabor sea así o asá.

Si prueba un plato, puede enumerar los ingredientes que lleva. A veces lo puede hacer sólo oliéndolo.

Por eso puede hacer recetas que a la gente le encantan, aunque esas mismas personas no sepan describir el por qué.

No tienen el sentido del gusto tan desarrollado como para describir lo que está pasando. Sólo saben que les flipa.

¿Cómo se consigue algo así? Haciéndolo miles de veces.

En otras palabras, con experiencia.

Ni leyendo libros, ni viendo vídeos en YouTube.

No te voy a decir que esto sobre, pero no puedes desarrollar un buen sentido del gusto desde un punto de vista intelectual. ¡Tienes que ensuciarte las manos!

Si quieres saber qué es lo que suena bien en una voz, aunque no sea la tuya, tienes que meterte en el barro y hacerlo antes con la tuya.

Desarrollas un sentido mucho más profundo de lo que es “oír una voz”.

A veces es una maldición, porque al escuchar a cantantes que te gustaban muchísimo empiezas a oír cosas que no te gustan (es el precio que hay que pagar, baby 😂).

Pero nuestra newsletter es gratis. Apúntate para recibir cada día un correo con consejos de canto. Aquí debajo.

Este artículo Una buena voz necesita un buen oído pertenece a VoKalo.

Una buena voz necesita un buen oído

No estoy hablando de esa tontería de si tienes oído musical o no.

Si te gusta la música, tienes oído musical. No hay más que hablar.

Si crees que quien no afina es porque no tiene buen oído, sigue leyendo nuestros correos. Si sigues sin cambiar de opinión, no nos vamos a llevar bien 😁

Estoy hablando de desarrollar tu oído para saber qué tipo de sonido conforma un canto bonito.

¿Un buen chef por qué es un buen chef?

Conoce los sabores de los ingredientes al dedillo, sabe cómo combinan, las cantidades correctas para hacer que un sabor sea así o asá.

Si prueba un plato, puede enumerar los ingredientes que lleva. A veces lo puede hacer sólo oliéndolo.

Por eso puede hacer recetas que a la gente le encantan, aunque esas mismas personas no sepan describir el por qué.

No tienen el sentido del gusto tan desarrollado como para describir lo que está pasando. Sólo saben que les flipa.

¿Cómo se consigue algo así? Haciéndolo miles de veces.

En otras palabras, con experiencia.

Ni leyendo libros, ni viendo vídeos en YouTube.

No te voy a decir que esto sobre, pero no puedes desarrollar un buen sentido del gusto desde un punto de vista intelectual. ¡Tienes que ensuciarte las manos!

Si quieres saber qué es lo que suena bien en una voz, aunque no sea la tuya, tienes que meterte en el barro y hacerlo antes con la tuya.

Desarrollas un sentido mucho más profundo de lo que es “oír una voz”.

A veces es una maldición, porque al escuchar a cantantes que te gustaban muchísimo empiezas a oír cosas que no te gustan (es el precio que hay que pagar, baby 😂).

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