¿Qué futuro nos espera a los músicos? El tiempo del emprendedor

El título de este post es una pregunta que muchos músicos jóvenes nos hacemos hoy en día. La verdad es que el panorama laboral tradicional dentro de la música clásica se queda estrecho para acoger a todos los músicos que buscan su sitio.

Las vías de siempre se agotan. Cada vez es más difícil conseguir un trabajo en orquesta, o como docente… o más difícil todavía, hacer carrera dando conciertos. Tampoco es fácil dedicarse a la composición o a la dirección. Por otro lado, la música clásica no vive su mejor momento en lo que a audiencia se refiere. Todo ello sumado a la crisis económica, la cual ha dañado fuertemente al sector artístico, nos dan como resultado un panorama laboral complicado y precario.

Sin embargo, lejos de desanimarnos en nuestra carrera, esta situación debe animarnos a darle un nuevo aire a la música clásica. Los músicos jóvenes de hoy tenemos en nuestras manos la capacidad de insuflar aire fresco y nuevo a nuestro sector. De atraer a nuevos públicos, de modernizar todos los protocolos, de llevar la música a todos los que no la conocen y de hacer de este mundo tradicional un mundo nuevo, dinámico y atractivo.

Es un gran momento para emprender. Proponer ideas nuevas, usar toda nuestra creatividad, nuestras ganas y nuestro trabajo duro para conseguir lograr nuestro sueño de vivir de la música. Muchas veces nos quejamos de que falta educación musical, el público de la música clásica es reducido, hay mucho desconocimiento y falta de ayudas. Nosotros que somos jóvenes y tenemos una visión nueva de las cosas tenemos que trabajar para que esto cambie, en vez de sentarnos a esperar, o contribuir a que las cosas sigan igual.

Emprender no es un camino sencillo ni seguro, pero es una gran opción para todo el que no se conforma, para el que quiere ser dueño de su carrera y aportar sus ideas. Ya existen muchos músicos que se han atrevido a dar el paso, y con bastante éxito. Puedes ver algunos ejemplos en este fantástico post de Emusicarte. Las opciones laborales las pones tú.

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Sin embargo, lejos de desanimarnos en nuestra carrera, esta situación debe animarnos a darle un nuevo aire a la música clásica. Los músicos jóvenes de hoy tenemos en nuestras manos la capacidad de insuflar aire fresco y nuevo a nuestro sector. De atraer a nuevos públicos, de modernizar todos los protocolos, de llevar la música a todos los que no la conocen y de hacer de este mundo tradicional un mundo nuevo, dinámico y atractivo.

Es un gran momento para emprender. Proponer ideas nuevas, usar toda nuestra creatividad, nuestras ganas y nuestro trabajo duro para conseguir lograr nuestro sueño de vivir de la música. Muchas veces nos quejamos de que falta educación musical, el público de la música clásica es reducido, hay mucho desconocimiento y falta de ayudas. Nosotros que somos jóvenes y tenemos una visión nueva de las cosas tenemos que trabajar para que esto cambie, en vez de sentarnos a esperar, o contribuir a que las cosas sigan igual.

Emprender no es un camino sencillo ni seguro, pero es una gran opción para todo el que no se conforma, para el que quiere ser dueño de su carrera y aportar sus ideas. Ya existen muchos músicos que se han atrevido a dar el paso, y con bastante éxito. Puedes ver algunos ejemplos en este fantástico post de Emusicarte. Las opciones laborales las pones tú.

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Condiciones laborales del artista: qué debes saber.

El mundo laboral del artista está poco regulado en nuestro país. Los artistas que trabajamos como asalariados estamos protegidos por los convenios colectivos, ya que la única normativa estatal que regula nuestra actividad es un Real Decreto de doce artículos. Con este post vamos a acercarnos un poco más a esta normativa para conocer algunos de sus detalles y dar una visión de los derechos que tenemos como trabajadores.

Para conocer más detalles sobre el tema, recomendamos el trabajo La regulación laboral de la actividad de los músicos de Julia Ammerman Yebra.

Lo que dice el Real Decreto

¿A quién afecta esta normativa?: A todos aquellos trabajadores (a excepción de técnicos y auxiliares) que tomen parte en actividades artísticas, desarrolladas directamente ante el público o destinadas a la grabación de cualquier tipo para su difusión entre el mismo.

Sobre menores o extranjeros: Los menores pueden trabajar en espectáculos siempre y cuando no les perjudique física o psicológicamente y sus tutores legales den su consentimiento. También el propio menor tiene que aceptar el contrato. Sobre personal extranjero, se aplican las mismas normas que para cualquier trabajador.

El contrato de trabajo: En el contrato tiene que aparecer la entidad que contrata, el trabajador, la retribución, la duración del contrato y del período de prueba.

Los contrato pueden ser:

  • Fijos
  • Temporales:  Podrá ser para una o varias actuaciones, por un tiempo cierto, por una temporada o por el tiempo que una obra permanezca en cartel. Podrán acordarse prórrogas.

Derechos y deberes:

  • Los artistas deben cumplir con la actividad para la que se les contrató.
  • Los artistas contratados no pueden ser excluidos de ninguna actividad o ensayo.
  • Si en el contrato consta un pacto de plena dedicación, el artista no puede bajo ningún concepto romperlo. Si lo hace, el empresario tendría derecho a una indemnización.

Retribución: La retribución depende del convenio colectivo, es decir, aunque siempre tiene que respetar el salario mínimo. El pago de horas extra también queda en manos de los convenios colectivos.

Jornada: La jornada comprende las horas de ensayo y de actuación o grabación. No está permitido obligar a los artistas a realizar ensayos gratuitos. La duración de la jornada tiene que respetar el límite de 1800 horas anuales que establece el Estatuto de los Trabajadores. Sin embargo, la duración diaria y la distribución de las horas se establece también en los convenios colectivos. También se regulan los desplazamientos y giras mediante estos convenios.

Descansos y vacaciones: El descanso mínimo semanal es de un día y medio, que no puede coincidir con ninguna actuación. Se puede fraccionar, pero al menos debe hacerse un descanso seguido de 24h. Las fiestas que no se puedan disfrutar porque haya una actuación se pasan a otro día laborable. El artista tiene derecho a 30 días naturales de vacaciones al año. Si no puede disfrutarlos, se le retribuyen en la nómina.

Extinción del contrato: La extinción del contrato tiene que avisarse siempre con antelación. Cuando la duración del contrato sea más de un año, el artista tendrá derecho a una indemnización que se regula por convenio colectivo. Si no, será de siete días por año trabajado.

Los convenios colectivos

Un convenio colectivo es un acuerdo entre sindicatos y patronos de una empresa para establecer salarios, calendario de trabajo y otras condiciones laborales.

El problema con el que nos encontramos los músicos clásicos es que actualmente no existe un convenio específico para nosotros, por lo que nuestras condiciones laborales quedan englobadas en el Convenio para Empresarios de Salas de Fiesta y Músicos. Dentro de este convenio, los músicos quedarían cubiertos por una serie de apartados que no aportan mucha más regularización que el Real Decreto que ya hemos explicado.

Para suplir esta falta de normativa estatal, la mayoría de las orquestas han elaborando su propio convenio colectivo. 

Consecuencias de la falta de normativa más exhaustiva

La regularización tan escasa del trabajo de los artistas provoca la proliferación de contratos temporales y la inestabilidad de los artistas en el mundo laboral. A pesar de que los convenios colectivos de las orquestas sinfónicas dan algo de seguridad, hay ámbitos y trabajadores que no quedan cubiertos, como todos aquellos que cubren bajas, realizan conciertos puntuales o se dedican a la música actual. En definitiva, la falta de normativa perjudica a los que no tienen contrato fijo y se dedican a bolos.

En lo que se refiere a las retribuciones y a las condiciones de inestabilidad, las conclusiones del estudio de Ammerman Yebra son bastante concisas:

“La negociación colectiva debería coordinarse para contrarrestar de alguna manera la especial disponibilidad de los artistas, así como su movilidad, la precariedad de su empleo, etc. Los Convenios colectivos deberían garantizar que las remuneraciones pactadas retribuyesen esa especial disponibilidad, así como su cualificación profesional, considerando implícitamente que el riesgo de inactividad procedente de la corta duración del contrato deba ser compensado a través de la remuneración.[…]

Seguramente una regulación más sólida de las condiciones laborales de los músicos evitaría el hecho de que muchos de ellos, al no percibir suficientes ingresos por su actividad artística, necesiten, para subsistir, emplearse en actividades o profesiones complementarias, pues aunque no constituyan para ellos su actividad principal, en términos financieros sí resultan serlo. “

 

 

 

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Dándole a la música un giro en las redes

Muchos piensan que la música clásica necesita un buen jarrón de realidad, ver que pierde público y abrirse a nuevas audiencias. Para ello, los nuevos medios y los cambios en los formatos de concierto son claves. Un gran defensor de ello es el joven violinista Ray Chen, que está consiguiendo atraer un nuevo público a la música clásica a través de las redes sociales.

El New York Times le dedicó un artículo en Octubre del año pasado que explica su modo de pensar, de actuar y las razones de su éxito en las redes. Hoy lo traducimos para vosotros.

Publicación: The New York Times

Autor: Xavier Flory

Fecha: 28 de Octubre de 2015

Título original: Giving Classical Music a New-Media Twist

Uno de los cortos más populares del violinista Ray Chen comienza con un vídeo de 1939 de Jascha Heifetz tocando un pasaje infernal de staccato arco abajo. Después la escena se corta y pasa a una del Sr. Chen tocando el mismo pasaje sentado, con arco sujeto entre las rodillas y el violín en paralelo cogido con ambas manos. El vídeo completo, subido en marzo de 2014, justo después de que Chen cumpliera 25 años, tiene una duración de siete segundos.

 

Imitar a uno de los más grandes violinistas del siglo pasado, aunque sea virtualmente a través de un vídeo, es un acto de bravuconería que sería ridiculizado como espectáculo barato por parte de un talento menor. Sin embargo, el Sr. Chen, músico mundialmente reconocido y premiado, está utilizando los nuevos medios no sólo para atraer a fans, sino también para construir una audiencia más joven para la música clásica.

Lewis Kaplan, profesor de violín en la Escuela Juilliard y un juez en la Queen Elisabeth Competition para músicos jóvenes, dijo que en el momento en que Chen entró en el escenario en 2009, era un claro ganador: “Era un chico musculoso y guapo. En su interpretación del concierto para violín de Tchaikovsky en la fase final, el Sr. Chen hizo un gesto en los pasajes complicados como si tocara sin esfuerzo, sonrió con complicidad al director y, a con 20 años, se llevó el primer premio.”

Desde entonces, el Sr. Chen, que también ganó el Concurso Yehudi Menuhin en 2008, se ha dado a conocer al público de todo el mundo, muchos de ellos sentados delante de sus PCs. Inspirado por la brevedad de los vídeos en Vine, Chen comenzó a crear otros cómicos cortos que se convirtieron en éxitos en Instagram y Facebook.

En uno, en el que grita “Ah, listo para practicar!”,  se queda dormido en el momento en que coge la partitura y pone resina a su arco. En otro, su novia se queja de que quiere a su violín más que a  ella. “Bueno, al menos hace lo que yo quiero que haga”, responde el Sr. Chen. 

Los vídeos no sólo atraen a los “empollones” de la música – a pesar de que al colectivo le encanta – sino también a los internautas casuales. Chen cuenta la historia de una mujer suiza sin ninguna conexión previa con la música clásica, que se encontró con los vídeos y “tuvo que venir a Basilea” para oírlo tocar. Desde entonces, la mujer ha empezado a ir a conciertos de música clásica locales. Otros migran desde su canal de YouTube para escuchar más música clásica, incluso aunque nunca lleguen a ir a un concierto en vivo.

La venta de música clásica – donde las sinfonías de más de 40 minutos y los conciertos tienden a ser la norma – a través de siete segundos de vídeo puede parecer engañoso, o incluso en contra del espíritu de la música clásica, lo que requiere tiempo y concentración, pero Chen piensa que “la música clásica siempre se puede hacer con un poco de más humor “.

En prácticamente todos los conciertos, según nos explica, las personas que lo conocen a través de sus vídeos cómicos se acercan a él: “Mi primer pensamiento es, ¿Se habrán aburrido? ¿Habré estado a la altura de sus expectativas?” Chen les pregunta por la experiencia, y normalmente le responden que no tenían ninguna expectativa en absoluto. Muchos estaban nerviosos por el código de vestimenta . Otros aplaudieron entre movimientos – una violación del protocolo – y fueron reprendidos por sus vecinos de butaca.

Chen está ansioso por tranquilizarlos en medio de lo que él llama la “estrechez” de los conciertos de música clásica. Brahms no era popular en Brisbane, Australia, donde se crió, dijo, por lo que “Realmente quiero entender lo que hace que las personas caigan en el amor con esta maravillosa música.”

Por un lado, le preocupa que los conciertos son demasiado largos: “No todo el mundo quiere una comida de 10 platos, pero por el momento así son todas las ofertas de música clásica.” Y continúa la metáfora de alimentos para hablar acerca de la programación. “Si estuvieras introduciendo a alguien en la comida japonesa, no le dirías que probara el erizo de mar o el pulpo crudo. Primero te lo llevas a un terreno que le resulte familiar.” Él piensa que los directores artísticos deben guiar a los oyentes noveles para que no lleguen a su primer concierto con la esperanza de oír el melodismo de Tchaikovsky y acaben oyendo al “sumamente atonal” Ligeti.

Chen también es accesible en el escenario, transmite las emociones de Tchaikovsky tanto a través de sus expresiones faciales y del cuerpo, balanceándose a través de su sonido.

A pesar de que insiste en que crear un personaje en el escenario es natural, Aaron Rosand, que enseñó a Chen durante cinco años en el Curtis Institute of Music de Filadelfia, lo ve de otro modo. “Los movimientos demostrativos de los músicos actuales son en gran medida un amaneramiento. Heifetz tocaba clavado en el suelo”, dijo. “Algo se pierde cuando se está tratando de montar un espectáculo; el corazón y el alma no están en la música. Odio las expresiones faciales: si estás en agonía, dilo a través de la música “.

[…]

Chen insiste en que no hay nada malo en un músico que se revela en el aspecto interpretación de la música, utiliza los medios sociales para atraer a nuevos públicos o realiza conciertos personales para Giorgio Armani, a cambio de trajes hechos a la medida, siempre y cuando este músico permanezca comprometido con la música. Y hay otros músicos, señala, cuyas imágenes están parcialmente fabricadas: “El equipo de marketing todavía está trabajando.”

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La mujer músico

Ayer fue el día de la Mujer Trabajadora, y en Gran Pausa no queríamos dejar pasar la oportunidad de hablar de la Mujer Músico, que también es trabajadora, y además, una figura muy reciente.

En el ámbito laboral en general, la mujer ha tardado en asumir un papel activo; poder trabajar, cobrar y ser considerada igual que el hombre. Todavía hoy en día se sigue luchando por igualar las condiciones de hombres y mujeres. El mundo laboral ha sido territorio de hombres hasta hace relativamente poco. Esto se ha visto acentuado en el mundo de la música clásica. El funcionamiento de las orquestas y la tradición que envuelve a esta profesión han dificultado enormemente la presencia de mujeres músicos.

Ser músico profesional era cosa de hombres. Las orquestas estaban formadas por hombres, dirigidas por hombres, y los grandes solistas eran hombres. De hecho, las orquestas más prestigiosas del mundo han tardado en aceptar la presencia de mujeres entre sus atriles.

En la Filarmónica de Viena no se permitió la entrada de mujeres como miembros de la orquesta hasta el año 1997. Aunque hasta entonces había algunas mujeres que tocaban en la orquesta, no gozaban de los derechos laborales que le corresponden a un miembro de pleno derecho. Muchos músicos de la orquesta e incluso directores se han mostrado públicamente en contra de la presencia de mujeres en la Filarmónica.  

En una entrevista realizada en Febrero de 2003, Peter Schmidl, Gerente de Negocios de la Filarmónica de Viena, reconoció que una tercera parte de la orquesta todavía se oponía a la admisión de las mujeres. En este mismo mes, un miembro de la orquesta declaró en una entrevista con la revista austriaca Profil: “Tres mujeres que ya son demasiadas. En el momento en que tengamos un veinte por ciento, se estropeará la orquesta. Hemos cometido un gran error, y nos arrepentiremos amargamente “. 

Otra de las grandes orquestas que dio el siglo XX, la Filarmónica de Berlín, protagonizó un fuerte escándalo relacionado con la admisión de una mujer en sus filas. Aunque en 1982 la orquesta ya había aceptado a una mujer como miembro -Madeleine Carruzzo, violinista- la polémica sobrevino por el empeño de Karajan en admitir a una joven clarinetista de 23 años, Sabine Meyer. Aún con los músicos en contra, Karajan impuso la contratación de la clarinetista. Meyer aguantó en plantilla un año, hasta que se vio obligada a abandonar la orquesta por el acoso laboral que sufría por parte de sus compañeros. Sin embargo, ha demostrado su talento como solista de renombre.

Otro caso, quizás menos conocido, fue el de la trombonista Abbie Conant, que se presentó a unas audiciones para primer trombón en la Filarmónica de Munich. Estas audiciones se desarrollaron tras una cortina, por lo que el tribunal no pudo saber hasta el final que la aspirante elegida era una mujer. Tras mucho debatir, le asignaron el puesto de segundo trombón, no de principal. Conant denunció el casó ante los tribunales y ganó, por lo que obtuvo el puesto que le correspondía.

Las audiciones con cortina/pantalla: Para evitar decisiones polémicas, muchas orquestas optaron por usar este método para elegir candidatos. La cortina evita problemas de racismo, machismo y cualquier otro prejuicio que pueda afectar en su decisión. Muchas de las principales orquestas han rehusado durante años su uso.

Mujer y directora

Gracias a la lucha de muchas mujeres, la situación ha mejorado notablemente y las mujeres tienen acceso a los puestos de orquesta con tanta facilidad como los hombres. Sin embargo, si hay un ámbito que la mujer músico aún debe conquistar es la dirección de orquesta. Como ocurre en otras profesiones, es más difícil ver a mujeres que a hombres en puestos de responsabilidad. De ello habla Pablo L. Rodríguez en El País. Este autor señala el papel tan importante que están teniendo las mujeres de esta generación, allanando el camino para que la mujer por fin tome las riendas de una orquesta y tenga un puesto decisivo como músico.

Las orquestas han sido territorio de hombres, por lo que la dirección ha sido un puesto también reservado para ellos. Lo cierto es que, si contabilizamos la cantidad de hombres y mujeres que son directores de orquesta, nos quedamos con una desproporción todavía demasiado alta. Como afirma Lara Riesta en ABC, “entre los diez directores más célebres del mundo no hay ninguna mujer”. 

Aún queda mucho camino por andar, algunas mujeres se muestran más positivas y otras menos. Shari Mason, concertino en dos de las orquestas más relevantes de México, dice “Sí, a veces hay más retos para la mujer que para el hombre. Sin embargo, en el arte nada es cuestión de género”. Por su parte, Speranza Scappucci opina “Si un director sabe lo que quiere y tiene una visión clara, la orquesta lo sigue, no importa que sea hombre o mujer”.

 

 

 

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